SOLO EL PUEBLO MARCARA EL RUMBO DE PROYECTO SUR

Por:
AGRUPACION CAUSA NACIONAL

Publicado el 01/08/2010

El establishment colonial busca esterilizarlo confinándolo a partido municipal

Los análisis y pronósticos periodísticos suelen ser muchas veces la manifestación de los deseos de las empresas para las que los periodistas trabajan. Julio Blanck acaba de expresar en una nota publicada en Clarín que «Pino Solanas picotea de todos los platos».

El desarrollado olfato de este periodista captó que la masa está levando y que la población que se veía obligada a optar por un voto que lo protegiera de un mal mayor, puede tener en 2011 una opción por un proyecto nacional olvidado hace rato por la degradada partidocracia que compite por ofrecerse como capataz del imperio.

Mientras que Fernando Solanas no ofrece flancos débiles, porque puede publicar su biografía, el pelotón de posibles candidatos orgánicos está formado en su totalidad por quienes acompañaron al último gobierno radical de los banqueros, cuyo presidente huyó en helicóptero de la furia popular, por ex funcionarios menemistas del pejotismo que alabaron explícitamente y trabajaron para el modelo que devastó a la Argentina incluyendo a la pareja gobernante, y por millonarios que han hecho su inversión en la bolsa mercantil en que se convirtió la política argentina.

Este espectáculo, que pretende ocultarse con operaciones y escándalos que van reemplazándose unos a otros para no tener que hablar de uno sólo de los problemas cruciales que aquejan a la Argentina, ya no puede esconderse más. Ha olido Julio Blanck que algo inesperado en los directorios de las grandes empresas y en las embajadas importantes puede ocurrir, que un movimiento popular puede romper el molde en que está levando la masa, como ha sucedido en otros momentos de la historia.

El periodista de Clarín advirtió también que una de las diferencias que nuestros conciudadanos perciben entre Pino Solanas y el resto de los candidatos es que está apoyado en una fuerza nueva y sin medios materiales, mientras que los antiguos partidos y las agrupaciones posmodernas (con pensamiento troglodita pre-moderno) que han sido fundadas en los últimos años como sociedades comerciales, están abundantemente regadas con el dinero del poder económico. Y cuando decimos nuevas y viejas no nos referimos al tiempo, sino a la correspondencia de una agrupación y de un ideario con la problemática actual de la Argentina y de América Latina.

Esta clarinada de Blanck que informa del crecimiento de Proyecto Sur, parece asustarlo a él mismo cuando llega a cierto punto del texto. Tranquiliza luego con un redondo… «para evitar confusiones hay que decir enseguida que Solanas está lejos de la pelea por la presidencia»; evita de esta manera confusiones: Solanas debe estar en la Capital donde puede lucirse en la lucha antik que Clarín organiza y preside, y donde el ecosistema portuario no permitirá la concreción de las ideas que verdaderamente importan de Proyecto Sur.

Fernando Solanas ha dado una respuesta que incluye un lúcido análisis de las perspectivas electorales con la que Causa Nacional en Proyecto Sur no puede menos que coincidir. Dice Pino con razón que nadie quiere que se presente en el nivel nacional para que no le reste votos de sus propias bases, también rescata la característica del movimiento como la «convergencia de varias culturas políticas unidas detrás de un proyecto emancipador».

Desde Causa Nacional sostenemos que debemos trabajar con fuerza para mantener encendida la llama de la militancia, pues es este otro factor que nos diferencia de los partidos tradicionales y que resulta imprescindible para crear un gran espacio político-cultural que garantice la realización de las transformaciones emancipadoras que proponemos. El cambio debe realizarse en paz, pero con el Congreso Nacional no bastará; menos aún con el municipio porteño, por eso el enemigo nos lo pone como señuelo.

Creemos que a medida que Proyecto Sur crezca, aumentarán las presiones desde afuera y desde dentro del movimiento para castrar sus posibilidades de transformación; las sombras de los actuales Chacho Alvarez han advertido que la imagen de Pino puede serles útil para cumplir su único objetivo: llegar al gobierno.

Siempre resulta difícil compatibilizar estas distintas culturas: desde Proyecto Sur debemos multiplicar los esfuerzos por democratizar la democracia. Nos debe guiar la lucidez del enemigo que nos está señalando hacia donde debemos apuntar: exactamente hacia el lado contrario al que nos indican los personeros del establishment colonial. Las consignas convocantes de Proyecto Sur son las de un movimiento de liberación nacional; ésta y no otra ha sido y será la causa de su crecimiento como expresión política que ha recuperado el lenguaje olvidado de la Patria; ellas no caben en un proyecto municipal, ni siquiera como etapa de su desarrollo, el cual se verá más retardado que impulsado por una escala en el ámbito capitalino, históricamente el menos permeable a los programas de emancipación nacional.

Tomando lo anterior en cuenta, estimamos imprescindible acentuar los esfuerzos en Proyecto Sur hacia la conformación de una fuerza con presencia en todos los distritos del país con la cual encarar la llegada al gobierno nacional o, cuanto menos, dar batalla en las próximas elecciones presentando a la ciudadanía una opción nacional y popular alejada de los actuales alternativas entre lo peor y lo menos malo de la partidocracia. Una hipótesis de mínima para ese acto electoral aseguraría una acrecentada presencia patriótica en el Congreso Nacional, capaz de convertir a Proyecto Sur en árbitro de la política argentina y de presionar legítimamente a la primera minoría —aun antes de su asunción—, comprometiéndola públicamente a hacer efectivas las reivindicaciones más importantes de nuestra plataforma. Con una fuerte y activa presencia en el Congreso Nacional podremos convertir ese ámbito en una caja de resonancia para las inquietudes y necesidades apremiantes e impostergables de millones de argentinas y argentinos y facilitar la construcción de una alternativa de poder para el 2015.

En este sentido, será crucial encarar enérgica y decididamente la tarea militante y proselitista en los grandes distritos electorales, comenzando por la Provincia de Buenos Aires, abriendo el juego a la democracia interna y a la participación entusiasta de miles de viejos y jóvenes militantes que carecen hoy de canales de expresión y ven frustradas sus energías creadoras. Democratizar la democracia predicando con el ejemplo desde el interior mismo de nuestro movimiento debe ser la consigna de la hora para lograr nuestro crecimiento e inserción en las mayorías. A los intentos de destrucción o esterilización de nuestra fuerza  —que reconocen diversas fuentes— no podemos oponerle una cerrazón en núcleos reducidos. Esto es lo que hace la partidocracia, enemiga visceral de todo lo que implique abrir cauces y movilizar al Pueblo. El reaseguro de nuestra vigencia y nuestro predicamento estará en la apertura a la militancia y a la participación generadora de ideas, energía y entusiasmo transformador. Sólo el debate a la luz del día y en todos los ámbitos asegurará la conservación de nuestro ideario fundante y su enriquecimiento permanente con el aporte de todos.

         AGRUPACIÓN CAUSA NACIONAL

              Buenos Aires, 22 de julio de 2010

 

 

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 RESPUESTA DE PINO SOLANAS

Solanas: "Somos la tercera opción".

 

Fernando "Pino" Solanas
En respuesta a la nota escrita por Julio Blanck, y publicada en Clarín en su última edición dominical, el Diputado Nacional Fernando Solanas responde y aclara alguno de los conceptos expresados en la nota.
21-Jul-2010 |

El nacimiento del Interbloque Proyecto Sur -hecho público el 15 de diciembre pasado- desorientó a todos con su política independiente y su agenda propia, votando lo que consideraba bueno para el país viniera del oficialismo o de la oposición. Para los K somos apéndices del grupo “A” porque nuestra oposición a las medidas neoliberales del gobierno le hace el juego a la derecha, aunque ellos siguen endeudando a la Argentina y entregando los recursos naturales. Para el grupo A somos funcionales al kirchnerismo cuando no compartimos su agenda y puntos de vista. Lo que a ellos, al gobierno y a los grupos mediáticos les cuesta admitir es que no somos ni el grupo “A” ni el “B”; en todo caso, seríamos el grupo "C": con la "C" de coherencia y cambio. Se ponen nerviosos porque no pueden gobernarnos y seguimos siendo una fuente de atracción para sus bases, los jóvenes y el electorado independiente.

Hoy todos quieren que compitamos por el gobierno de la ciudad. En eso coinciden el kirchnerismo, el peronismo disidente y la coalición radical, ya que si vamos por la presidencial debilitamos a todos. Lo divertido es que nos dicen: “Che…cuídenlo a Pino..!. nosotros lo respetamos mucho pero sería una locura que no fuera por la ciudad..". Esa tentadora opción tiene sus ventajas y su contra, en tanto podría significar la posibilidad de gobernar la capital de la república, hacer una experiencia de gestión y desde allí prepararse para el 2015. Por el contrario, significaría ceder nuestro potencial de votos nacionales a los otros partidos y abandonar la construcción y desarrollo de una fuerza nacional que cuestione al bipartidismo para el 2015 o (¿por que no?) para el 2011. ¿Quién puede predecir cuanto podemos crecer con un electorado decepcionado por los partidos tradicionales? ¿Quién iba a imaginar que sin habernos pronunciado ni lanzado públicamente una candidatura, figuremos en las encuestas entre los 3 o 4 primeros candidatos...? ¿Quién pensaba en el 2009 que en la Ciudad de Buenos Aires -donde dos años antes Macri ganara con el 62%- Proyecto Sur iba a multiplicar los votos un 350%, pasando del 7,5 al 24,5 %? Lejos de haber girado a la derecha, una parte del electorado de la ciudad apoyó nuestra campaña, que hablaba de los temas nacionales afirmando que “se puede” reconstruir el país, recuperar los recursos, democratizar la democracia, refundar una ética pública.

Ante la participación nacional de Proyecto Sur, la coalición que lidera el radicalismo es vista como la repetición de la "Alianza" del 98 y sectores progresistas y aun de sus propias bases, se inclinarían hacia nosotros porque encarnamos las causas de los derechos sociales, la defensa patrimonial y la democratización de la democracia. Del lado de las variantes peronistas, todos saben que Proyecto Sur reivindica la continuidad de las ideas del movimiento nacional, desde Forja al 45 y Juan Perón me convocó para filmar su único testimonio cinematográfico. Hoy las encuestas a nivel nacional nos dan alrededor del 10%, sin haber lanzado la candidatura: en campaña podríamos pegar un salto significativo. No solo gozamos de alta imagen positiva; también somos un punto de convergencia de muchos sectores políticos y sociales. Debe recordarse que en muchas provincias la mitad de la población no vota porque descree en los partidos tradicionales o ya hace demasiado tiempo que solamente puede optar entre Frankestein y Drácula.

Por estas razones, es prematuro afirmar como Julio Blanck que estamos "lejos de la pelea por la presidencia". Hoy no se presenta ningún candidato con un liderazgo tal, que esté en condiciones de ganar por una gran diferencia. La disputa no solo será entre tres, sino entre cuatro fuerzas; es el bipartidismo o nosotros. Proyecto Sur aparece como la alternativa del cambio, la fuerza de la juventud y los sin partido, el instrumento político de los movimientos sociales y las fuerzas territoriales dispuestos a protagonizar transformaciones con sentido emancipador, en paz y en democracia. Antes que habernos desunido, seguimos creciendo –como afirma Blanck- y sumando fuerzas; porque somos un espacio de convergencia de varias culturas políticas unidas detrás de un proyecto emancipador. Recién a fin de año y en el marco del tercer Congreso de Proyecto Sur, cuando se vea más claro quienes son los competidores y se confirmen las fechas electorales, decidiremos dónde jugar mi candidatura. Hoy no sabemos si Macri termina su mandato, si será Cobos o Alfonsín, o si Cristina terminará midiendo mejor que Néstor. Mientras tanto, nos preparamos para gobernar en cualquiera de los dos escenarios.

Con mis compañeros de cincuenta años de militancia –Alcira Argumedo, Luis Brunati, Julio Raffo, junto a aquéllos con quienes fuimos confluyendo en estos años –Mario Mazzitelli, Claudio Lozano, Eduardo Macalusse, Jorge Cardelli, Humberto Tumini y muchos más- seguimos profundizando nuestra propuesta y recogiendo la experiencia de estas décadas. Haciendo y proyectando películas, dando charlas y seminarios, organizando encuentros y participando en cientos de acciones de resistencia a dictaduras, traiciones y entregas, fuimos construyendo en estas décadas la referencia nacional de un espacio que sueña con un proyecto emancipador. Lejos de ser la frutilla del postre que amasan otros, somos un lugar de confluencia en la construcción de un movimiento político, social y cultural; un emergente de las luchas que gran parte de nuestro pueblo -tantas veces traicionado- ha venido protagonizado en las últimas décadas.

 

A continuación la nota de Julio Blanck

Cuidado con Pino Solanas, que picotea de todos los platos

 

18/07/10
PorJULIO BLANCK

Con Macri están decididamente en la vereda de enfrente. Y la mayoría del peronismo federal no los puede ni ver. Pero desde el kirchnerismo dejaron de revolearles cascotazos y ahora les tiran ondas de seducción. Ya sea en nombre de los buenos viejos tiempos cuando el contacto es con peronistas intachables de largo camino recorrido, o con recién estrenadas tolerancias cuando quieren sumarlos en algún proyecto parlamentario.
Y los radicales les hacen caídas de ojos. Cada tanto Ricardo Alfonsín les desparrama un poco de su bonhomía. O les mandan mensajes prometedores a través de Margarita Stolbizer. Y hay zalamerías de los socialistas y hasta de Lilita Carrió.
Sucede que con el escenario político dividido en tres grandes porciones, la alternativa módica pero sólida de Proyecto Sur es bocado apetecible para cualquiera.
Y más todavía: Pino Solanas y los suyos ya mostraron que están para picotear del plato de casi todos.
Si hasta le distrajeron unos cuantos votos al macrismo en la última elección porteña.
Los que más los sufren son los kirchneristas. Porque a esta altura, cada puntito que Solanas y compañía vayan acumulando será a costa del capital “progre” que el oficialismo intenta que no se le escurra entre tanta trapacería y manipulación.
Ya lo dijo Solanas, en un acto en Moreno: “Hay muchos dirigentes preocupados; tienen miedo de que sigamos creciendo”.
En esas palabras hubo un poco de arenga de ocasión para entusiasmar a la concurrencia, y otro poco de dato concreto, de tendencia que parece afirmarse.
Para evitar confusiones hay que decir enseguida que Solanas está lejos de la pelea por la presidencia.
Y que para Proyecto Sur el poder es una variante que ni siquiera se perfila en su horizonte. Pero son un vecino molesto para los demás, porque supieron armar una oferta atractiva para ciertas franjas sensibles del público urbano .
Solanas le pone una dosis de carisma, cierto aura de epopeya, una historia personal detrás y un puñado de temas, como la protección del medio ambiente y los recursos naturales, de los que no se ocupa casi ningún otro político de notoriedad. Pero Solanas es la frutilla de un postre que vienen amasando con paciencia y trabajo en barrios, gremios y universidades, los grupos que lidera el diputado Claudio Lozano y que tuvieron origen en la CTA que creció alrededor de Víctor De Gennaro.
A esa masa que está levando se incorporaron no hace tanto algunos sectores que se alejaron por izquierda del oficialismo , cuando Kirchner decidió consolidar su alianza con la estructura más rancia del PJ. Es el espacio que conduce Humberto Tumini, un histórico de la izquierda, donde destacan la diputada Victoria Donda y el dirigente piquetero y ex funcionario kirchnerista Jorge Ceballos.
Hace menos tiempo todavía se sumaron algunas patrullas perdidas de la centroizquierda , decepcionadas del kirchnerismo después de haberle prestado tantos servicios.
Hoy, dicen las encuestas que encarga el Gobierno, Proyecto Sur está firme en el segundo lugar en la Capital. Para la elección presidencial, con Solanas o para la elección porteña, con Lozano. Y se ofrece como un lugar amigable para los que se reconocen como progresistas pero no digieren ni la corrupción kirchnerista, ni el juego de alianzas volcado a la ortodoxia más dura, ni el discurso de distribución de la riqueza con que el oficialismo se llena la boca, mientras la inflación se come sueldos y asignaciones por hijo, y la riqueza se sigue concentrando .
Lo que más espanta a los muchachos de Solanas es terminar como furgones de cola del peronismo o el radicalismo.
Según ellos, ninguna de las dos grandes formaciones alberga ya propuestas de cambio social y, en cambio, sólo se preocupan por reforzar su vínculo con los factores de poder. La licuación del Frepaso y del ARI en su acercamiento con los radicales, y el triste derrumbe de la transversalidad kirchnerista, parecen haberles servido de suficiente escarmiento.
Si hoy tuvieran que cerrar la fórmula presidencial, irían Solanas y De Gennaro . Pero esperan que las grandes fuerzas terminen de acomodarse y quizás entonces asomen nuevas alianzas posibles. Juran que no tienen apuro. Y que su primer objetivo es construir una fuerza extendida en todo el país, con representatividad social más que con caritas conocidas en la tele.
Se saben, por ahora, solamente objetores del poder . Y esa postura, si se quiere menos comprometida, no les resulta incómoda. En eso también son, o parecen, diferentes.