
Analistas de izquierdas han estado informando durante años de que los aliados de EEUU Ruanda y Uganda son los principales responsables de la muerte de, al menos, seis millones de congoleños. Ahora un informe filtrado de las Naciones Unidas ha confirmado que los crímenes de Ruanda en Congo pueden elevarse al nivel de genocidio, puesto que las fuerzas del Presidente Paul Kagame asesinaron a ancianos, niños y mujeres hutus sin tener en cuenta su nacionalidad. Los mentores y proveedores de financiación del presidente ruandés Paul Kagame en el gobierno de EEUU deben ser considerados igualmente responsables.
“Millones de personas murieron mientras los aliados de Washington ocupaban y
saqueaban las regiones orientales de la República Democrática
del Congo.”
Un informe de las Naciones Unidas que se ha filtrado filtrado, el cual
documenta las atrocidades ruandesas que “podrían ser clasificadas como crímenes de genocidio”
en el este de Congo, ha creado una crisis política que amenaza con trastocar
los planes de Washington para dominar el continente. El régimen de la minoría
tutsi de Ruanda – un estado cliente estadounidense que actúa como mercenario a
favor de los intereses de EEUU en África, junto con Uganda – amenaza con retirar
sus soldados de las misiones de “mantenimiento de la paz” de las Naciones
Unidas si el informe no es suprimido. Las misiones de las Naciones Unidas en
Chad, Haití, Liberia y Sudán son de hecho extensiones de la política exterior
de EEUU, de la misma manera que las tropas de Uganda y Burundi
apuntalan el “gobierno” respaldado por EEUU en Somalia bajo la apariencia de
fuerzas de la “Unión Africana”.
La crisis de Ruanda amenaza con revelar el papel de EEUU permitiendo la muerte
de, al menos, seis millones de personas mientras los aliados de Washington
ocupaban y saqueaban las regiones orientales de la República Democrática
del Congo. Lo que está en juego no es solo la reputación del presidente ruandés
Paul Kagame, un alumno de la US
Army Command and General Staff College (escuela de
mandos y personal militar de apoyo del ejército de EEUU), en Fort Leavenworth,
Kansas, sino toda la estrategia estadounidense para la militarización de África
y explotación de sus riquezas.
El informe de 545 páginas detalla los crímenes cometidos en Congo por el
ejército ruandés y sus aliados entre marzo de 1993 y junio de 2003, y refuerza
los cargos que vienen de antiguo de que las fuerzas de Kagame fueron también
agresores y asesinos de masas durante los asesinatos masivos de 1994. Cuando
los rebeldes tutsis de Kagame – previamente radicados en Uganda – se hicieron
con el control de Ruanda después de 100 días de luchas y limpieza étnica,
persiguieron a más de un millón de refugiados hutus en el vecino Congo. Allí,
cazaron y mataron un número indeterminado de miles de ancianos, mujeres y niños
en 600 incidentes documentados que son, como mínimo, crímenes de guerra y
crímenes contra la humanidad. Los autores del informe creen claramente que los
tutsis participaron en un claro genocidio – la erradicación a propósito de un
pueblo – puesto que los hombres de Kagame no hicieron ninguna distinción entre
refugiados hutus ruandeses y hutus congoleños; los mataron a todos. Los tutsis
congoleños y de Burundi se unieron a los tutsis ruandeses de Kagame en los
asesinatos de masas – lo que confirma la naturaleza racial o étnica de la
matanza.
“Los hombres de Kagame no hicieron ninguna distinción entre refugiados hutus
ruandeses y hutus congoleños; los mataron a todos.”
El ejército rwandés tutsi permaneció en el este de Congo para explotar los
raros minerales de la región, explotando mano de obra esclava y vendiendo el
botín a las corporaciones multinacionales. Se les unieron los militares
ugandeses, que también se establecieron como soldados/empresarios en suelo
congoleño. Los ruandeses y ugandeses permanecen en la región, gansters
uniformados africanos aliados con corporaciones euro-estadounidenses en un
campo de exterminio que se ha tragado posiblemente a seis millones de
congoleños. Algunos estiman las cifras de muertos congoleños en áreas
controladas por Ruanda, únicamente, en tres millones y medio. Su sangre y
patrimonio cultural robado ha convertido a Kigali, la capital ruandesa, en un
faro luminoso de la empresa capitalista – una historia de éxito del “libre
mercado”.
Una carnicería a semejante escala no podría haber ocurrido si no fuera por la
complicidad de EEUU, que ha protegido a Kagame en todas las coyunturas. Tras
entrenarlo para operaciones de mando al más alto nivel, EEUU financió a los
rebeldes de Kagame a través de su cliente ugandés, el Presidente Yoweri
Museveni. Cuando los rebeldes de Kagame invadieron Ruanda, algunos de ellos aún
vestidos con el uniforme ugandés, los estadounidenses desestimaron las quejas
del presidente hutu. Cuando el avión que llevaba al presidente hutu y su
homólogo burundés fue derribado por un misil – casi con toda seguridad por
hombres de Kagame – y se desencadenaron asesinatos en masa, EEUU forzó a las
Naciones Unidas a retirarse del país – un movimiento que solo podía beneficiar
a las fuerzas armadas y bien entrenadas de Kagame, las cuales conquistaron
rápidamente toda Ruanda. Cuando informes de las Naciones Unidas mostraron que
Kagame estaba asesinando 10.000 hutus al mes dentro de Ruanda, incluso después
de que la oposición se hubiera hundido o huido, EEUU detuvo una investigación.
Después los hombres de Kagame cayeron sobre Congo como un enjambre, y comenzó
el genocidio más grande.
“Una carnicería a semejante escala no podría haber ocurrido si no fuera por
la complicidad de EEUU, que ha protegido a Kagame en todas las coyunturas.”
El informe de las Naciones Unidas filtrado no puede devolverse a un cajón.
Kagame, que etiqueta a todos sus críticos como “genocidaires” o apologistas del
genocidio, es expuesto como “el mayor asesino de masas sobre la faz de la
tierra, hoy en día,” como lo describe Edgard S. Herman, co-autor de The
politics of Genocide. Los mentores y proveedores de fondos de Kagame en el
gobierno de EEUU, los cuales instigaron su genocidio en Congo, deben ser
considerados igualmente responsables – si no más aun, puesto que las
corporaciones de EEUU consiguen los mayores beneficios de los minerales de
sangre de Congo, y el ejército de EEUU obtiene los mayores beneficios de los
servicios ruandeses y ugandeses como mercenarios siempre a la entera
disposición de EEUU en África.
Sería magnifico si Kagame sufriera un ataque patológico e hiciera honor a su
amenaza de retirar sus soldados de Haití, Chad Liberia y Sudán. Pero eso
causaría serios inconvenientes a EEUU, a cuyos intereses sirven las misiones de
“mantenimiento de la paz” de las Naciones Unidas. Kagame no tiene ningún
problema en matar millones de hutus en Congo, pero no se atreverá a disgustar a
la superpotencia a la que le debe su carrera sangrienta.
Fuente: http://www.blackagendareport.com/?q=content/rwanda-crisis-could-expose-us-role-congo-genocide