Cambio, en su suplemento Movimientos
Sociales, publicó el pasado sábado 4 de septiembre una entrevista reveladora
con Rina Bertaccini, ingeniera geógrafa argentina dedicada a la lucha por la
paz frente a la militarización en esta parte del continente y la soberanía de
los pueblos.
En el curso de la entrevista, Bertaccini entrega información altamente valiosa
de la que todo latinoamericano que milita en las filas de la paz y la defensa
de la soberanía de nuestros pueblos debiera estar advertido. De acuerdo con los
estudios y datos con que cuenta la activista, en el Caribe no sólo está Estados
Unidos, como fuerza militar influyente ubicada en puntos estratégicos, hay
bases militares alquiladas a Holanda (por parte de EEUU) en las islas de
Curaçao y Aruba, pero hay otras bases en la Guayana Francesa
que siguen siendo un territorio colonial francés y, vale aclararlo, Francia es
miembro del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Sobran, desde luego, los
comentarios sobre los países en los que las potencias mundiales se han
instalado cual gendarmes del mundo, prestos a cualquier intervención allí donde
se les antoje.
No en vano la activista por la paz y contra las bases militares en América
Latina habló de que nuestros países están rodeados de un círculo de fuego.
Desde el Caribe hasta las Islas Malvinas, Estados Unidos y la OTAN se han encargado de
sentar su presencia militar con el más absoluto cinismo. Hay bases en
Martinica, no se han ido del todo de las bases de Puerto Rico, y en algunas
islas británicas pequeñas –entre Puerto Rico y EEUU– hay también instalaciones
militares que son de la OTAN.
En el sur, en las Malvinas está la gran base militar de Mount
Pleasant; para unas islitas donde viven 2.500 habitantes hay dos pistas de
aviación, una con 2.600
metros de largo, igual que la de Palmerola. El largo de
la pista tiene que ver con el tamaño de los aviones que tienen que moverse para
transportar tropas, equipos, armas, municiones, y esto también está reconocido
con documentos de la Unión Europea.
A estas alturas de la historia, pareciera no ser ya una novedad aquella
presencia que ha desatado una corriente social y política que recorre América
Latina y el mundo en contra de las bases militares que, como nos enteramos
gracias a la destacada entrevista, ya no son sólo de los Estados Unidos, sino de
países pertenecientes a la
OTAN.
Un verdadero círculo de fuego custodia hoy no sólo la
influencia política de las potencias imperialistas en la región, sino –y esto
quizás es lo más grave– los riquísimos recursos naturales con que cuentan
nuestros países. No es casual pues tal despliegue y tanta presión guerrerista,
por ahora silenciosa sobre el continente.
Estos criterios vale la pena recuperarlos para reflexionar sobre la urgente
como insoslayable necesidad de denunciar y resistir toda presencia militar
extranjera en nuestros países. Bertaccini sostiene, por ejemplo, que uno de los
principales grupos afectados por las bases militares y las políticas del
Pentágono son los pueblos indígenas, cómo no denunciarlo y rechazarlo de manera
militante. Algunos ejemplos de la guerra silenciosa contra los indígenas están
a la vista: en Chile tienen una ley llamada antiterrorista que la están
aplicando a los mapuches; Perú es una gran base militar norteamericana; Panamá
sigue los pasos de Colombia y sus territorios están a merced de la política
intervencionista del Pentágono.
Según la activista, desde hace muchos años hay una política de injerencia de
Washington en la región, la que ahora se ha visto afectada por el hecho de que
en los pueblos de la región ha surgido una cantidad de gobiernos con distintas
definiciones políticas. Algunos se enfrentan, o por lo menos no comparten o
resisten las políticas del Pentágono. La mayoría de los gobiernos se opone a
este proceso de remilitarización del continente por parte de EEUU,
remilitarización que es impulsada desde la misma Casa Blanca y a través del
Comando Sur, o lo que ellos llaman Ministerio de Defensa, que en realidad
debería llamarse Ministerio de la
Guerra.
El signo más evidente de esta política de remilitarización
–señala Bertaccini– es el desarrollo de muchas más bases extranjeras en la
región. Es cierto que hace mucho tiempo que hay bases militares, pero quizá en
el último período (2009 y 2010) el signo característico es el aumento brutal de
éstas.
Es una realidad recién visibilizada para la gente común. El año pasado en
Bariloche, en la Cumbre
de Unasur del 28 de agosto, cuando apareció el escándalo de las nuevas bases
militares en Colombia cedidas por el gobierno de Álvaro Uribe al Pentágono, se
pudo ver –durante siete horas en la televisión estatal– toda la discusión de
los gobiernos criticando a Uribe y denunciando la presencia de las bases
militares extranjeras. Los doce gobiernos de Unasur rechazaron esta presencia
extranjera y Uribe se quedó solo. Ni siquiera el Gobierno de Perú, que es su
aliado en estos temas, lo apoyó. Gobiernos como los de Hugo Chávez de
Venezuela, Rafael Correa del Ecuador y Evo Morales de Bolivia, salieron al
frente para denunciar y rechazar la presencia militar norteamericana.
Frente a la evidente amenaza no ya de la instalación de bases militares, sino
de su presencia efectiva en varios puntos estratégicos del mapa
latinoamericano, se ha gestado un gran movimiento antiimperialista en
Argentina, Brasil, Colombia, Cuba e inclusive Estados Unidos, en rechazo a las
bases militares cuyo objetivo superior, sin duda, es la intervención sobre
aquellos pueblos que han dicho basta al modelo capitalista depredador y
plantean hoy nuevos caminos para la construcción de la verdadera independencia,
con dignidad y soberanía.
Es bueno no olvidar que el enemigo principal de los pueblos tiene un nombre y
posee un frondoso prontuario de delitos contra la humanidad: el imperialismo
norteamericano.
En las Malvinas está la gran base militar de Mount Pleasant; para unas
islitas donde viven 2.500 habitantes hay dos pistas de aviación, una con 2.600 metros de
largo...esto tiene que ver con el tamaño de los aviones, que tienen que
transportar tropas, equipos, armas...
SER ANTIIMPERIALISTA HOY