CUBA CAMBIA MODELO ECONÓMICO "EL CAMINO AL SOCIALISMO ES UN VIAJE A LO IGNOTO"

Por:
Ángel Guerra Cabrera

Publicado el 01/02/2011

El cambio en marcha  del modelo económico marca un hito  decisivo en
Cuba y, probablemente, en la historia mundial de luchas por el
socialismo debido a la singularidad que ha caracterizado a aquella y
su ascendencia en los movimientos trasformadores a escala
latinoamericana, tercermundista y universal. La actualización del
modelo ­no reforma desmanteladora­ se propone preservar el rumbo
socialista, en que será la planificación y no el mercado el rasgo
distintivo de la economía y, por consiguiente, mantener y elevar la
calidad de las conquistas en educación y salud gratuitas así como
seguridad social para todos, cuya sostenibilidad es imposible con el
modelo económico en vigor. Para lograrlo, prevé una descentralización
progresiva de las decisiones, ahorros sustanciales de recursos,
aumentar exportaciones, sustituir importaciones, potenciar la oferta
de productos al mercado interno, hacer que el salario remunere de
veras los resultados, elevar la productividad en relación con el
salario medio, instaurar un sector de trabajadores por cuenta propia y
microempresarios como fuente de empleo para cientos de miles que
quedarán disponibles en las nóminas infladas del Estado y como palanca
creadora de producciones y servicios que la empresa estatal no ha
podido solventar; trasformar en cooperativas numerosas empresas
públicas como peluquerías, talleres de mecánica automotriz, servicios
gastronómicos y de taxis.

Se propone, en suma, un radical golpe de timón en el modo de organizar
y dirigir no sólo la economía sino la sociedad, en los métodos y
estilo de trabajo del  Partido Comunista de Cuba (PCC) y el gobierno y
en las funciones diferenciadas que deben existir entre ellos. Para
comprenderlo es necesario remontarse a la trayectoria de cambio y
continuidad, propia desde sus orígenes, tratando de superarse siempre
a sí misma y de adaptarse a los convulsos cambios en la palestra
internacional, a la vez que ha enfrentado la guerra económica más
prolongada de la historia contemporánea.

La actualización del modelo cuestiona conceptos que se dieron por
verdades absolutas en los manuales del socialismo derrumbado y se
asienta en la decisión de no volver a copiar de otras experiencias,
sin desechar por ello la asimilación de lo que en ellas pueda haber de
provechoso, e incluso de lo positivo del capitalismo. También impugna
arraigadas concepciones erróneas prevalecientes en la isla sobre la
distribución en el socialismo, como consecuencia del paternalismo, el
idealismo y el igualitarismo generados desde los albores por el afán
de lograr lo antes posible toda la justicia social. La actualización
requiere un cambio de mentalidades.

Antecedentes inmediatos de ella son el discurso de Fidel Castro en
noviembre de 2005 y el movimiento promovido por el presidente Raúl
Castro desde el 26 de julio de 2008 cuando convocó a abrir un debate
nacional sobre los cambios estructurales y de concepto que debían
realizarse en la economía. En aquel debate se palpó el sentir y la
opinión del pueblo, que inspiraron la elaboración del Proyecto de
Lineamientos y Social del VI Congreso del PCC, puestos ya a discusión
en las organizaciones de base de aquel así como en las asambleas
obreras, campesinas, estudiantiles y populares, cuyas propuestas y
opiniones serán objeto de análisis en la reunión partidista a
celebrarse en abril, dedicada a la economía nacional. El discurso de
Raúl Castro sobre el debate de este documento constituye un análisis
crítico y autocrítico memorable no ya sobre la economía sino sobre la
construcción del socialismo en Cuba, punto de inflexión, como lo
calificara Eusebio Leal, historiador de la ciudad en un encuentro con
intelectuales.

Fidel, en el discurso de la universidad, como es conocido, planteó:
Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos
errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer
que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía cómo se construye
el socialismo. Es de suponer que esta afirmación está sustentada en la
ausencia de una auténtica teoría de la construcción socialista como
consecuencia de la infertilidad del trabajo teórico en la ex URSS.
Dicho en palabras de Raúl: “...la edificación de la nueva sociedad en
el orden económico es, en mi modesta opinión, un trayecto hacia lo ignoto…”

Los cambios “estructurales y de conceptos” en el modelo económico cubano se
irán introduciendo gradualmente entre 2011 y 2015, entre el VI y VII
congresos del Partido Comunista de Cuba (PCC). El presidente Raúl Castro se
refirió por primera vez a la importancia de instrumentar estos cambios en su
discurso del 26 de julio de 2009 pero a la vez alertó sobre la necesidad de
no incurrir en la improvisación, razón por la que el Proyecto de
Lineamientos Económicos y Sociales del VI Congreso se han diseñado a partir
de un prolongado periodo de estudios por la Comisión Económica, encargada de
preparar la agenda de la reunión. Cuando se ha considerado pertinente, se
han realizado y monitoreado experiencias piloto cuyos resultados han nutrido
posteriormente los Lineamientos o el paquete de instrumentos legales que ha
sido y será menester legislar antes y después del VI Congreso para poner en
práctica las trasformaciones.

Paralela e interactivamente con el trabajo de la comisión ha estado en
marcha un debate nacional con dos procesos asamblearios, uno inmediatamente
posterior al mencionado discurso y otro iniciado el 1 de diciembre de 2010,
que sigue en curso hasta febrero. En el primer caso para tomar los criterios
de la población sobre lo que obstaculiza y daña la economía nacional por
vicios o conceptos erróneos, prohibiciones y regulaciones que engordan la
burocracia y propician la corrupción, sean propios, importados de las
fórmulas fracasadas o resultado de una mezcla entre ambos. En el segundo,
para debatir los Lineamientos, por lo que puede afirmarse que este paso es
el inicio del VI Congreso del PCC

Al referirse a que la construcción socialista en el orden económico es un
trayecto “hacia lo ignoto -lo desconocido”, Raúl subrayó que por esa razón
“cada paso debe meditarse profundamente y ser planificado antes del próximo,
donde los errores se corrijan oportuna y rápidamente para no dejarle la
solución al tiempo… que al final nos pasará la factura aún más costosa”. Y
es que la actualización del modelo tiene implicaciones que exigirán de un
grado de atención máxima por parte de los dirigentes del partido y el
gobierno en todas las instancias. No puede subestimarse la tensión social
que ya está creando ­y agudizará- el dejar fuera de las nóminas del Estado
alrededor de un millón y medio de personas durante el transcurso del
quinquenio, entre ellos muchos profesionales universitarios, que ahora
tendrán que buscar el sustento como trabajadores por cuenta propia,
microempresarios o empleados de estos últimos.

Aunque en no pocos casos de personas con habilidades para estas actividades
y urgidas de elevar sus ingresos las nuevas medidas son recibidas con
beneplácito, existe una franja de cubanos que siempre han sido trabajadores
del Estado o, en todo caso, han disfrutado de los subsidios y gratuidades
por muchos años y ahora manifiestan desesperanza e incertidumbre. Tal vez
luego los hechos les demuestren a muchos que el nuevo rumbo no lesiona, o
hasta beneficia, sus intereses personales, pero no se puede asegurar que sea
así en todos los casos. La dirección revolucionaria ha insistido en que
nadie quedará desamparado y que la seguridad social protegerá a todos
aquellos que no puedan valerse por sí mismos, que en el futuro se subsidiará
a personas vulnerables y no a todos puesto que el presupuesto no lo resiste,
además de que se suprimirá gradualmente la libreta de racionamiento. De
esta, vale enfatizar que si en su momento fue la decisión más revolucionaria
contra la especulación y para la distribución justa, desde hace años se
erigió en una traba para la retribución socialista por que beneficia por
igual al trabajador de vanguardia y al que no aporta a la sociedad, y ha
devenido un mecanismo de alimentación del mercado sumergido. No me cabe la
menor duda de la voluntad política del gobierno cubano en lograr que estos
cambios resulten lo menos traumáticos que sea posible, pero al mismo tiempo,
como ha dicho Raúl, habrá decisiones “que no son populares” pero que será
necesario tomar para poder mantener y mejorar incluso los servicios
gratuitos de educación, salud y seguridad social.

Lo sustantivo es que la actualización del modelo económico ha devenido
cuestión de vida o muerte, no ya para el modelo sino para la elevación de la
calidad de vida de la sociedad en su conjunto y para la subsistencia misma
de la Revolución. Raúl puntualizó que “o rectificamos o ya se acabó el
tiempo de seguir bordeando el precipicio”.