¡ADVERTENCIA!: EU VS MEXICO

Por:
Salvador González Briceño

Publicado el 01/03/2011

A juzgar por la lluvia de declaraciones
recientes sobre México, procedentes de funcionarios de alto rango en
materia de seguridad de los Estados Unidos [Hillary Clinton, Janet
Napolitano, Joseph Westphal y recién James Clapper, el director de
Espionaje Nacional], éste país ha volteado la vista contra su vecino del
sur. Retomando la ya vieja tesis del terrorismo internacional con que la
administración perversa de George Bush trató de justificar sendas
invasiones del Pentágono contra Afganistán primero e Irak después, ahora
la responsable de la Seguridad Interna, Napolitano, lanza una idea peor
que temeraria, amenazante: la posible alianza entre Los Zetas y Al Qaeda.
 
Así, bajo el pretexto del resguardo de su “seguridad nacional” por el
riesgo para su país, EU parece estar preparando el terreno para una
ofensiva —seguro bajo el ardid de medidas preventivas— militarista y con
tintes netamente intervencionistas a territorio mexicano, al más puro
estilo de la halconera política bushiana que empujó guerras para el
resguardo de sus intereses energéticos y geopolíticos en la región
Oriente Próximo y Medio.
 
Aprovechando el entreguismo de la administración actual del presidente
Felipe Calderón [y en general de las dos administraciones del Partido
Acción Nacional (PAN)] a los designios de Washington y todo lo
procedente de EU, pero sobre todo apoyados en la debilidad del propio
gobierno mexicano —al descubierto día con día por su endeble estrategia
contra el crimen organizado— porque la narcoviolencia pone en jaque al
propio Estado, los gringos parecen estar menos dispuestos a ayudar que a
invadir México.
 
Y de no ser así —no obstante EU tiene servicios de inteligencia que
elabora los análisis pertinentes para su geopolítica exterior, así sea
con ofensivas militares—, qué mejor. Pero esta reflexión es más un
llamado de atención a las autoridades mexicanas: a la Presidencia de la
República, a la Secretaría de Gobernación, a Relaciones Exteriores, pero
sobre todo al Senado y a los mexicanos, para que se revise con atención
y se ponga especial cuidado en los dichos y deslices que sobre México
están haciendo los funcionarios en cuestión. Porque entre las
declaraciones y las acciones la distancia puede ser muy corta.
 
Sobre todo para responder como se debe, tanto al pretexto —revisar la
estrategia antinarco urgentemente; más vale tarde que nunca para el
actual gobierno— como a las intentonas imperialistas-militaristas e
invasionistas de los gringos. Protestar lo necesario, pedir aclaraciones
de gobierno a gobierno [Calderón-Obama] y de Congreso a Congreso, así
como atender suficientemente lo que parece convertirse aceleradamente en
un problema grave de seguridad nacional para México. Lo que no, es
minimizar el asunto pidiendo disculpas o revires de funcionarios
menores, sino sopesar la situación por la delicadeza que tiene. Porque
con actitudes como estas, la amenaza toca a las puertas tanto de México
como de Latinoamérica.
 
La sucesión de acontecimientos, como las evaluaciones sobre la
narcoviolencia que están haciendo las instancias de inteligencia y
seguridad desde EU, que incluye a las representaciones diplomáticas
[véase las revelaciones de ayer en La Jornada, los cables enviados por
Wikileaks a este diario mexicano que comenzó a publicar], están
sirviendo de pretexto para un cambio de enfoque al sostenido hasta hoy
en las relaciones con México. Hacia otro dirigido contra México. No se
trata de dichos sino de hechos. En una especie de muda de de la vieja
política de contrapesos operada por el viejo Partido Revolucionario
Institucional (PRI), por otra de desventaja y sujeción que ha tolerado
el PAN.
 
Por eso, ya no velada, sino descarada y amenazantemente, personalidades
como la propia Napolitano se atreven a lanzar hipótesis justificatorias
e intervencionistas de la posible alianza: “Porque durante un tiempo
hemos pensado [se refiere, la titular de Seguridad Interior de EU, a
todo su aparato de espionaje y seguridad nacional; ¿y por cierto, el
equipo de inteligencia de México en dónde está, como lo planteó hace
tiempo, en 2007 (o antes, en 2005 como tesis doctoral), Elena Jannetti
Dávila en su libro, Institucionalización de un nuevo sistema de
inteligencia para la seguridad nacional en México, con la creación de un
Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad Nacional?] qué podría
ocurrir si, digamos, Al Qaeda se une a Los Zetas” [sic].
 
Una postura, además, adoptada por Napolitano en audiencia ante el Comité
de Seguridad Interna de la Cámara baja, al atender un cuestionamiento
sobre “la potencial amenaza de que terroristas puedan usar las redes del
narcotráfico mexicano en EU”. Más expectación causó porque la señora
expresó “dejarlo hasta ahí” y no hablar más del tema. “Cuando el
Congreso puede convocar a sesiones a puerta cerrada para abordar temas
delicados de inteligencia y seguridad nacional”. Más claro ni el agua.
 
Se trata, ni más ni menos, de una hipótesis con visión de largo plazo,
en el análisis estadounidense del resguardo de su seguridad nacional.
Justificar una intervención con una falaz unión Zetas-Al Qaeda para
fines terroristas, no obstante tratarse de organizaciones son fines
totalmente distintos. Pero es la tesis imperialista que azuzó las
guerras afgana e iraquí, países señalados como cueva “protectora” de
terroristas uno y el otro como poseedor de “armas de destrucción
masiva”, nunca comprobadas como fue el caso de las acusaciones contra
Sadam Hussein.
 
Dos considerados más: 1) En la visión contra el mundo se está imponiendo
la estrategia de los halcones de la derecha republicana, toda vez que le
han ganado terreno a los demócratas y que el presidente Obama irá tras
su reelección, y cede por ello; 2) En la debilidad de México y de sus
instituciones frente a un problema de violencia de la magnitud creada
por el crimen organizado, metido en trifulcas electoreras por el afán
del PAN de perpetrarse en el poder presidencial y porque no se ve cuándo
revisará a fondo su estrategia contra los delincuentes; por eso EU se
está volviendo la principal amenaza de México. Esto, insisto, es un
llamado de atención, para encender los focos amarillos.
 
Finalmente. Seguro que a Napolitano, Hillary, Obama, otros funcionarios
y a los congresistas republicanos de EU, no les importa declaraciones
como las del embajador Carlos Pascual, el espía principal en México con
estancia de “diplomático”, que “ninguna organización terrorista
internacional conocida tiene presencia operativa en México, ni han
tenido lugar incidentes terroristas dirigidos contra personal o
intereses estadounidense en territorio mexicano u originados en él”
(10/I/2010); cables revelados por Wikileaks, al diario señalado.
 
* Documentos Relacionados:
EU, amenaza velada a México - González Briceño Salvador [2011-02-10]
(http://www.alainet.org/active/44241)
La amenaza de Janet Napolitano - Ibarra Aguirre Eduardo [2011-02-01]
(http://www.alainet.org/active/44018)