A LA CHILENA ISIDORA AGUIRRE, UN HOMENAJE

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Publicado el 01/03/2011

Fallece la egregia Isidora Aguirre. Se marcha sin los honores que mereciera: Orden al Mérito Cultural y Docente "Gabriela Mistral" o Premio Nacional de Literatura o Teatro. Siempre recuerdo una entrevista que tuve con un tal Pavez. Era el sempiterno Presidente del Colegio de Profesores de Chile, AG. Solicitaba el apoyo para postularla a uno de esos galardones. Tal personero me pareció un moai en una oficina que semejaba un igloo. Inexpresivo y con sordera permanece ajeno al tema. Evita pronunciarse. Esos murallones de incomprensión debió padecerlos -sin confesarlo jamás- la creativa y entusiasta intelectual que ahora ingresa a la inmortalidad. Deja como legado una obra que rebasa lo mapochino y cubre la iberoamericano. Nos acompaña siempre en tareas compromitentes: apoyo a Argentina en Malvinas contra Londres, reintegración del Huascar al Perú y desembotellamiento de Bolivia. Es mestizofílica y por ello -en obras de teatro- enaltece, respectivamente, tanto a Lautaro como a Diego de Almagro. De rica sensibilidad social -sin "abajismos"- estuvo por la justicia social. La coautora de la "Pérgola de las flores" y de tantas otras obras como "Diálogos de fin de siglo" en que glorifica a Balmaceda victimado por banqueros y británicos deja un vacío difícil de cubrir. Hoy se enluta el tricolor -el nuestro- para homenajearla.

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UN RECUERDO DE ISIDORA AGUIRRE

                                                                                     Andres Soliz Rada 

Conocí a Isidoro Aguirre, la eximia dramaturga chilena, el año 2004, en la conferencia sobre la demanda marítima de Bolivia, auspiciada por los conductores del Centro de Estudios Chileno (CEDECH), Pedro Godoy y Leonardo Jeffs, en la Biblioteca Nacional de Santiago.

 Por invitación de Pedro, Isidora se sentó en la testera, junto al disertante. Inmediatamente, sentí ese calor humano de las personas que comparten la visión latinoamericana de nuestras provincias balcanizadas.

 A partir de ese día, nuestro intercambio de correos y libros fue permanente. Y pese a haber sobrepasado su octava década de vida, la vivacidad de su intelecto, la claridad de sus ideas y la agudeza de sus observaciones siempre fueron para mi motivo de admiración y respeto.

 Al enterarme de su fallecimiento, dejo testimonio de mi reconocimiento a una patriota chilena que apoyó la causa marítima boliviana.

            Andrés Soliz Rada   Ex Ministro de Hidrocarburos   La Paz 2 de marzo de 2011