LA POLEMICA: AMERICA LATINA LA HERENCIA IDEOLOGICA Y POLITICA DE JORGE ABELARDO RAMOS
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Publicado el 01/03/2011

El breve comentario de Andrés Soliz Rada al libro de Enzo Alberto Regali: “Abelardo Ramos. De los Astrónomos Salvajes a la Patria Grande. La Izquierda Nacional en la Argentina (“Rebelión”, 14 – 02 – 11), motivó una respuesta de Enzo Alberto (difundida por Internet). Estas notas dieron inicio a valioso intercambio de ideas en torno a la herencia ideológica y política de Jorge Abelardo Ramos (JAR), lo que nos impulsó a difundirlos en nuestra Revista mensual.

 

Antes de dar paso a los mismos, deseamos apuntar que la Izquierda Nacional Boliviana (INB) consideró que el pensamiento de JAR tiene validez en todas las colonias y semicolonias. De ahí nuestro desconcierto al enterarnos que había aceptado la designación de Embajador de Argentina en México hecha por un gobierno como el de Carlos Saúl Menem que alineó a su país en la OTAN, abandonó el bloque de países No Alineados y participó, junto a EEUU, Inglaterra e Israel en la Guerra del Golfo, iniciada en 1990, con lo que la causa de Malvinas quedó seriamente debilitada.

 

Estos hechos ocasionaron la ruptura de la INB con Ramos, por considerar que había claudicado frente al imperialismo y sus agentes internos. En los últimos años, se ha producido constantes polémicas entre “menemistas” y “kirchneristas” que fueron militantes de organizaciones de la IN argentina, que tampoco las entendemos. En efecto, ¿Por qué no enfrentar esas disyuntivas con el concepto de apoyo crítico que los forjadores de la IN usaron en su momento?

 

Enzo nos pregunta si existen alternativas políticas en Bolivia a la izquierda de Evo Morales. Ollvida, sin embargo, que la IN no actúa sólo al influjo de alternativas políticas. Cuando éllas no existen, corresponde atrincherarse en los principios. Esta también es una enseñanza de los clásicos del marxismo. Sería un error, sin embargo, ignorar que el gobierno de Menem, pese a sus claudicaciones, impulsó y firmó el histórico Tratado de Asunción, por el que se fundó el MERCOSUR, como herramienta para forjar la Nación Continente latinoamericana en el Siglo XXI. Por esta razón, ponemos de relieve la importante contribución del compatriota uruguayo, Luís Vignolo (hijo) en esta materia.

 

 Por todo lo anterior, esperamos que los trabajos incluidos sea fructífero para quienes soñamos con la revolución en nuestra América morena.

                                                      La Paz, marzo de 2011 

                                               EDUARDO PAZ RADA

                                       DIRECTOR DE “PATRIA GRANDE”

  

 

  ANDRES SOLIZ RADA

MENEM Y ABELARDO RAMOS

 

Es inédito que el mayor referente ideológico de una corriente de pensamiento en el Cono Sur sudamericano hubiera pasado, en pocas semanas, a avalar, desde una embajada, a un gobierno que hizo exactamente lo contrario que postuló a lo largo de su vida. Jorge Abelardo Ramos (JAR, 1921-1994)), precedido por algunos aportes del santafesino Aurelio Narvaja, resumió en su obra lo mejor de las reflexiones antiimperialistas del Siglo XX, en nuestra región. La esencia de sus preocupaciones podría resumirse en este concepto: “Somos un país porque no pudimos integrar una nación y fuimos argentinos porque fracasamos en ser (latino) americanos”. El contradictorio papel de los Ejércitos en las semicolonias y la articulación entre nacionalismo y marxismo son otras de las ideas que configuraron la Izquierda Nacional (IN), al emerger el peronismo, en 1943. En la campaña presidencial de Carlos Menem (1988-1989), Ramos continuaba denunciando el desprecio europeo por la América morena.

 

Durante la Embajada de JAR en México (1989-1992), Argentina abandonó el Movimiento de los No Alineados (NOAL), se alineó a  EEUU, otorgó al Reino Unido la condición de socio privilegiado, pese a la guerra de las Malvinas (1982), y fue el único país de estas latitudes que participó en la Guerra del Golfo, de 1991. Por estos antecedentes, Bill Clinton designó a la Patria de San Martín “aliado principal de la OTAN” (1998). De manera simultánea, Menem privatizó ferrocarriles, obras sanitarias, teléfonos, electricidad, nafta, siderurgia, telecomunicaciones y aeronavegación, además de propiciar el ingreso desenfrenado de transnacionales mineras y petroleras. La película “Memorias del Saqueo”, de Pino Solanas, detalla lo ocurrido en ese periodo.

 

Enzo Alberto Regali (EAR), al escribir el excelente libro: “Abelardo Ramos, de los Astrónomos Salvajes a la Nación Latinoamericana. La Izquierda Nacional en la Argentina” (Ferreira Editor, Córdoba, Octubre de 2010), estima que JAR, al igual que Manuel Ugarte, en 1945, pensó que merecía ser embajador en reconocimiento a sus contribuciones teóricas y políticas. La diferencia reside en que Ugarte fue embajador en momentos en que Perón defendía el neutralismo frente a las grandes potencias, mientras JAR lo fue mientras Menem colocaba a la Argentina a la retaguardia del eje euro norteamericano. EAR estima, asimismo, que JAR sufrió el impacto de la Perestroika (1987), del derrumbe del muro de Berlín (1989), de la fragmentación de la URSS (1991), de la invasión de EEUU a Panamá (1989) y de la derrota electoral de los sandinistas en Nicaragua (1989). Recuerda, asimismo, que el propio Trotksy admitió la posibilidad de revisar todo el marxismo, si el socialismo no triunfaba al término de la Segunda Guerra Mundial.

 

Las razones de EAR son valederas, pero no se detiene lo suficiente en el antagonismo naciones oprimidas - naciones opresoras. Si este antagonismo no es tomado en cuenta de manera prioritaria, el nihilismo emergerá como el único destino de las semicolonias. Lenin, en sus Tesis de Abril (1917), después de lamentar que Plejanov se hubiera pasado al campo imperialista, destaca que entre 1883 y 1903, escribió “espléndidos ensayos”, para luego demandar la reedición de sus obras filosóficas y convertirlas en lecturas necesarias para futuros revolucionarios. Lo anterior, como es obvio, no implicaba silenciar los errores de su ex camarada.

 

En el caso de JAR, cabe aconsejar también la lectura de sus excelentes libros, sin silenciar su inconsecuencia al final de su vida. De no hacerlo, la IN será utilizada por oportunistas que se beneficiarán de gobiernos de raíces populares, en  lugar de defender sus aciertos y advertir sus errores mediante el apoyo crítico (mayor o menor, de acuerdo a las circunstancias), que  el propio JAR usó frente a Perón. En el caso boliviano, si la IN tomaba en cuenta sólo el origen político de Gonzalo Sánchez  de Lozada (el MNR), hubiera respaldado sus  apátridas medidas, lo que habría ocasionado la pérdida de credibilidad en sus planteamientos.

 

ENZO ALBERTO REGALI

 

RESPUESTA DE ENZO ALBERTO REGALI

SOBRE ABELARDO RAMOS Y MENEM

San Antonio de Arredondo, febrero 12 de 2011

Estimado Andrés:

                             Agradezco el envío de la nota de opinión y el comentario sobre mi libro ya que lo que más importa a este autor es la posibilidad de intercambiar opiniones con los compañeros de ruta, aunque a veces esa ruta tenga caminos divergentes y áridos. Solía decir un amigo cordobés, refiriéndose a otro tema, “nosotros vamos a Mina Clavero a lomo de mula y por el camino del Cura Brochero en lugar de usar el auto y el asfalto”. Sucede que la política suramericana y latinoamericana no es un lecho de rosas y obliga  a dar rodeos, caminar, peregrinar, en fin, tener visiones diversas, a veces encontradas que son útiles.

Por esto no puedo dejar de hacerte algunas observaciones a tu nota, aunque he hablado con mi libro y en alguna medida sé que será redundante.

En el primer párrafo cuando afirmas “Es inédito que el mayor referente ideológico de una corriente de pensamiento en el Cono Sur sudamericano hubiera pasado, en pocas semanas, a avalar, desde una embajada, a un gobierno que hizo exactamente lo contrario que postuló a lo largo de su vida.”, debo recordar que se trata de una verdad parcial ya que fue el gobierno de Menem junto a los otros países especialmente Brasil, pero también Paraguay y Uruguay  que lo firmaron, quien apuró y concretó el MERCOSUR, que de acuerdo al plan de Alfonsín hubiera quedado para una década después  aproximadamente. También destaco que nos guste o no, fue Cavallo como Canciller quien imbuido de sus ideas liberales forzó en la reunión del 1 de agosto de 1990 en Buenos Aires, una negociación en términos globales tendiendo a liberalizar y dinamizar el comercio en lugar de seguir haciéndolo sector por sector o producto por producto. Dicho sea de paso y expresado por un actor cercano al tratado, la presencia de Paraguay y Uruguay fue decisiva a la hora de la concreción porque fueron la “parte chica” que daba mayor globalidad al pacto. Algo así como el rol de los partidos chicos en los frentes.

Obvio que esto tenía limitaciones, no estaban negociando dos cancillerías “socialistas”, pero, la decisión política llevó al Acuerdo de Complementación Económica Nº 14 (ACE 14), en el marco de la ALADI sentando las bases para el Tratado de Asunción. Este acuerdo pone fin a la etapa de la integración gradualista y sectorial pasándose a un programa de desgravación progresiva, lineal, automática para todo el conjunto del universo arancelario.

Ahora bien, creo que impensadamente, los presidentes del MERCOSUR se adelantaban apenas al NAFTA y ponían la principal huella en el sur continental para enfrentar al aluvión liberal y norteamericano. Fue y es tal, la importancia del Tratado de Asunción que hoy, pleno siglo XXI resulta impensable el UNASUR sin él. Cierto es que económicamente se asentó en una concepción liberal, presente en aquel momento debido al clima mundial luego de la caída del Muro y la URSS (dos hechos impactantes que modificaron la historia universal). Pero era liberalismo NO hacia las grandes potencias, sino hacia hermanos con los que conformamos una nación inconclusa…Recordemos que las políticas de acentuado proteccionismo entre nosotros los sureños, objetivamente favorecen la disgregación y las negociaciones bilaterales al estilo de los chilenos (Pinochet y los socialistas también) o el Uruguay con el Frente, sector Tabaré Vázquez, ya que según los amigos orientales, Mujica intenta otras vías. Se verá que pasa.

En suma negar al MERCOSUR por los gobiernos neoliberales que lo fundaron, ahora o antes, resulta por lo menos un error que no digo que sea tuyo, solo que no mencionas este suceso fundamental, en 1991 cuando Ramos era embajador. Methol Ferré en cambio, sostuvo como JAR, que el acuerdo era el hecho más importante desde la época de la independencia. También decía y esta sí es una crítica válida, que le faltaba en gran medida el aspecto cultural…Pero agregaba que en esto teníamos magna tarea quienes pertenecíamos al campo nacional y popular ya que debíamos batallar con mayor fuerza para hacer consciente en el Mercado Común del Sur el sustento político cultural de la alianza para favorecer su crecimiento.

Ramos hizo esto desde México y luego cuando volvió al país. Eran voces –las de ambos- relativamente solitarias, a las que la intelectualidad de izquierda y derecha miraban asombrados porque no comprendían el significado profundo del MERCOSUR. En general siguen sin hacerlo. Los propios peronistas y hasta los críticos de Menem como Ubaldini criticaban aspectos menores del tratado sin ver lo esencial del mismo. Cuando muere Ramos estaba tratando, con la seria oposición del canciller Guido Di Tella pero el apoyo de Menem, de ejercer la conducción del MERCOSUR cultural para el cual había sido designado forzado el hombre de las “relaciones carnales” por el Presidente.

Según se sabe también Madeleine Albright, Secretaria de Estado de Clinton al ser interrogada sobre la creación del  MERCOSUR contestó “fue una distracción…” lo que habla claramente de las desconfianzas que despertaba y aun despierta el proyecto sureño.

En fin, es más largo pero –y te aclaro que yo personalmente no integraba el partido desde 1989, por lo que no estoy introduciendo una justificación personal- resalto que Menem concretó algo que para Ramos era parte de  su genética como izquierda nacional.

 Es una descripción correcta la que haces sobre la política exterior argentina en aquel período, aunque incompleta ya que habría que agregar como te digo el MERCOSUR sobre el cual ya me extendí y al mismo tiempo decir que este gobierno, de un peronismo conmovido por el sismo de la URSS, promovió una mejora sustancial en los ingresos de los trabajadores. No fue casualidad el apoyo parcial pero apoyo al fin del movimiento obrero. Ubaldini era diputado nacional, al igual que Lorenzo Pepe o el senador por San Luis el histórico sindicalista Oraldo Britos. Cierto fue que luego vino una desocupación que nadie preveía, que también tuvo rasgos internacionales y producto en muchos casos de las políticas liberales implementadas, que en aquel momento eran indetenibles. El gobierno menemista logró reducirla muy parcialmente hacia el final de su mandato, aunque con muchos planes que por cierto aunque aggiornados siguen vigentes.

Los tratados por Malvinas fueron una calamidad aunque lamentablemente no hemos avanzado mucho en el tema excepto por alguna declaración verbalmente fuerte –demás está decir que Lula es mucho más claro al respecto que nosotros los argentinos-[1]. Socialmente fue Menem quien inició una reivindicación real de los veteranos de guerra con aportes económicos y sanitarios algo en lo que mucho tuvo que ver JAR. Coincidiendo que esto no alcanza, es al menos, justicia para quienes pelearon contra el imperio armas en mano. Ahora bien nadie en la clase política, ni siquiera hoy, es capaz de hablar de Malvinas y la recuperación, sin hacerlo en forma vergonzante. Solo los que procedemos de la IN.

En cuanto a las privatizaciones, el tema merece alguna discusión porque aun coincidiendo en que hubo mucho negociado también debemos coincidir que las empresas del estado necesitaban una modernización para la cual nosotros los nacionales no teníamos propuestas fuertes y entonces primó el brutal pragmatismo peronista. Alguna autocrítica se debería ensayar por parte de gremios que no se preocuparon u ocuparon de frenar la decadencia de empresas como ENTEL o ENCOTEL o Fábrica Militar (que no se privatizó sino parcialmente) en los períodos anteriores al de Menem. Desde la época de Alfonsín luchábamos en soledad contra este tipo de privatizaciones y fuimos considerados “medio fachos” por ello. Ahora bien  como me dijo Luis María Cabral: “La misma clase media que hoy pide y proclama la intervención del estado en las empresas, con igual pasión pedía la privatización”.

Afortunadamente la embajada en México hizo pequeña justicia con Ramos –merecía mucho más- y resulta imposible de soslayar –como bien afirmas- que los contextos vividos por Manuel Ugarte y JAR fueron totalmente diferentes. El primero de ellos nadó sobre la cresta de la ola anticolonialista y tercermundista de la posguerra. Pero, no son los hombres dueños de la historia, solo la  navegan en medio de corrientes que no siempre son favorables. Esta, la de fines de los 80/90 no lo era para nadie que hubiera imaginado un socialismo nacional. ¿Acaso hubo algún gobernante latinoamericano  que pudiera desarrollar otra política diferente a las ya comentadas (Cuba obviada porque es una discusión más larga)? Fue infinitamente más difícil la realidad en la que se tuvo que mover JAR que la de Ugarte en 1945. Por algo Di Tella trabajó para sacarlo de la embajada y del ministerio que regenteaba. Hablar de Inglaterra como enemigo histórico siendo embajador, viajar a Cuba para mantener reunión con Castro (aunque esta no fuera oficial), burlarse del Canciller casi públicamente y defender a Noriega o al sandinismo cuando ya era funcionario (Raventos lo relata) o maltratar a los Alsogaray por las privatizaciones públicamente,  no es poca cosa.  

Por otra parte, frente a Menem, solo estaba Alfonsín y el peronismo vergonzante y cobarde de Bordón y Chacho Alvarez que no se bancó ni siquiera ser vicepresidente de la alianza que él mismo armó. Si la opción era como luego sucedió (progresía completa apoyando) De la Rua-Alvarez, convengamos que el segundo mandato de aquel peronismo desgarbado prolongó algo del bienestar del pueblo argentino. Lo que vino fue una tormenta detenida por otro sector del propio peronismo: el ex vicepresidente, Eduardo Duhalde.

Las corrientes actuales nacionales y populares comenzaron con la crisis económica mundial de las políticas liberales, la incipiente (o no tanto) multipolaridad y las disidencias internas dentro del establishment económico financiero que esta provocó, algo que no existió en vida de Ramos. Muchos cuadros formados en la IN, con errores o renunciamientos (según la óptica del analista) pero también con numerosos aciertos y aportes –como en la caso de los derechos de las mujeres- han integrado los gobiernos de Menem, Duhalde y Kirchner que tuvieron la virtud, no de hacer una revolución como es obvio, pero sí de evitar el caos y la depresión del país que solo hubiera favorecido aun más, a los más oscuros intereses internacionales, es decir al imperialismo. Tanto Kirchner como Cristina retomaron tareas nacionales y populares.

Hoy se han podido lograr estos avances,o porque la oleada política y el clima de ideas cambiaron en la mayoría de los países del sur. Chavez subió en 1999 y Tabaré en 2005, y Ricardo Lagos del conservador socialismo chileno en el 2000…Hasta el deceso de JAR, nada de esto se insinuaba por lo que mantenía sus ideas con artículos más bien propagandísticos, trataba de explicar la nueva realidad y buscaba caminos políticos. Y ya se sabe, dichas búsquedas son exploratorias, a veces se falla, se retrocede y se intenta de nuevo. El ingreso al peronismo se inscribe en esta búsqueda. Personalmente, si hubiera estado en el partido me hubiera inscripto dentro de la corriente “peronista”. Creo que es en este marco nacional y popular con todas sus contradicciones por donde pasa al menos hasta hoy la política latinoamericana. Reitero, para ser claro, no estoy intentando justificar a Ramos por el contexto, solo que entiendo que no es correcto analizar la realidad pasada en base a paradigmas y tramas actuales.

 El gran valor de Ramos, muy al contrario de Plejanov que enfrentó a la revolución de Octubre (Abelardo no se podía oponer a una revolución inexistente) y apoyó la guerra “mundial-europea” de 1914-18, fue mantener sus posturas centrales intactas en medio de una “creciente de río serrano en contra” y a la vez bucear en las nuevas situaciones que se iban produciendo. Nada es comparable, Plejanov perdió su oportunidad cuando la corriente venía favor del socialismo, en plena crisis del mundo occidental. JAR  en plena tormenta antinacional y auge del “fin de la historia”, cuando muchos de los políticos que hoy se bañaron en el Ganges (no en el Jordán) nacional cantaban a las mieles de la democracia liberal triunfante, mantuvo sus principales ideas e intentó pensar el futuro aunque para él, intuía, que el tiempo ya le era insuficiente.

Creo que la marea nacional y popular no puede ser desaprovechada por quienes mantenemos las ideas de la unidad de América Latina o al menos en esta primera etapa de Suramérica. La IN con sus matices y a veces miradas opuestas, debe tener la capacidad de comprender que estos procesos son, como siempre, impuros. ¿Acaso Ugarte no debió alejarse del gobierno de Perón debido a la oposición que le hicieron los sectores más pro norteamericanos que accedieron a la Cancillería luego de Bramuglia? Era el año 1949…plena revolución peronista… Hay que asumir los cambios que la sociedad reclama aunque ello implique a veces desaprender algunas verdades que considerábamos sacras. Uno de los temas arduos de discutir es comenzar a delinear políticas que se alejen de los ideologismos y la homogeneidad política para lograr formas integración continental más duradera. Las negociaciones en Suramérica van a tener permanentemente interlocutores de diversos orígenes políticos, que expresan diferentes clases sociales y esto requiere de líneas de acción con la suficiente amplitud de criterio para que nadie abandone el barco. Ni Colombia, ni Perú, ni Chile por mencionar las líneas más conservadoras, tampoco Venezuela o Ecuador si la cosa se invirtiera.

En fin amigo, sigamos dialogando que hay vientos favorables, solo debemos saber aprovecharlos y  no siempre la dirigencia acierta con el camino. Vos has señalado numerosos déficits de Evo y los peligros son reales, especialmente los fuertes intentos de nuevas balcanizaciones, sin embargo tampoco se ve un nuevo movimiento superador, por el contrario claramente se divisa a los enemigos imperiales.

Un abrazo.

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LEOPOLDO MARKUS

 

Comentario a la carta de Enzo Alberto Regali

 

LOS ASTRÓNOMOS DE ALBERTO REGALI

 

 

La lucha contra el imperialismo está indisolublemente unida a la lucha contra el oportunismo

V.I. Lenín

 

 

Leopoldo Markus,

Sec. Prensa y Propaganda

Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN 2ª etapa)

 

 

Conozco al autor de mis años mozos en la IN. Regali, desde muy joven, fue afiliado al PSIN y al FIP. Santafesino de nacimiento, hacia fines de la década del 60 se radicó en Buenos Aires y fué militante de las organizaciones arriba mencionadas. Caído el Gobierno Popular con el golpe imperialista del 24 de marzo de 1976, vino una gran dispersión de la militancia de la IN,  Regali incluido. Dejé de verlo, hace más de 30 años. Regali mismo manifiesta que dejó la militancia  en la IN en 1989, lo cual es todo un hito. Según me informaron personas amigas,“Albertito” Regali (como le decíamos en la década del 70), hace muchos años que cambió su residencia a la Ciudad de Córdoba, ejerce como historiador y se afilió al PJ. Esto es lo más importante, porque al afiliarse a la conducción burguesa del Frente Nacional, con la jefatura acéfala del Frente, me parece que Regali cambió el materialismo por el idealismo y el materialismo histórico por la metafísica, lo que queda de manifiesto en la carta que te envía. Habría sido más importante, por ejemplo, explicar las derrotas del Peronismo en el 55 y en condiciones mucho más trágicas ladel 76 y porqué la pequeño—burguesía originariamente de origen terrorista (Montoneros) y unida a la ya antigua dirección ultracorrompidadel PJ, se pudo encaramar en la dirección de este, apartando a la Rama Sindical –expresión deformada de la clase obrera-, hecho no conseguido en vida del Gral. Perón. Esa explicación debeatender la conversión del Peronismo como conducción burguesa del Frente Unico Antiimperialista en fieles servidores del capital financiero internacional y del imperialismo. Eso fué lo que ocurrió a partir del Congreso del PJ del Teatro Odeón (1984), cuando la pequeño-burguesía de los licenciados desplazó al tercio sindical de Lorenzo Miguel y de Herminio Iglesias, con Carlos Menem a la cabeza como 1er. “renovador” e inició el camino de sometimiento ideológico de la cúpula pejotista hacia el imperialismo y que culminaría con las gestiones de gobierno menemista y cristino-kirchnerista. Dicho en otras palabras, el PJ pasó a partir de aquel congreso, a ser la versión argentina del Kuonmintang chino de 1927-1949 y la colaboración con el imperialismo de los sectores superiores de la burguesía “vendedora”, legalizó y potenció el programa imperialista de la dictadura colonial del 76, a partir de 1984, como parte de la democracia colonial partidocrática.

El camino seguido por Regali, fue el de muchos miembros de conducción nacional y provinciales del FIP y del PSIN y que culminaría con la capitulación final del Plejanov argentino, Jorge Abelardo Ramos, quién ya en 1972 se había negado a que el FIP integrara al FREJULI con cargos electivos para los miembros del FIP, invitado por el Gral. Perón, Jefe en aquel entonces del Frente Unico Antiimperialista, para concluir su ocaso político en 1990, como “Embajador” del mediocre entreguista y vende patria de Carlos Saúl Menem.

Obviamente que como marxistas, tenemos una explicación al respecto y la cual, mucho tiene que ver con las formas que asume la lucha de clases hacia el interior del Frente Nacional, en una situación histórica en la que el imperialismo pasó transitoriamente a la ofensiva en el Tercer Mundo, como diría Regali, a la caída del llamado Muro de Berlín y sin una jefatura consolidada y probada del Frente. Ella se encuentra acéfala desde la muerte del último conductor, el Gral. Perón.Entendemos, que en un futuro próximo, un nuevo alza de masas a escala mundial, llevará a que en la Argentina, la futura dirección del Frente Unico Antiimperialista, pase de una dirección bonapartista burguesa, como lo fue con Perón, a una dirección socialista revolucionaria en la que el proletariado será la clase directriz. De esos aspectos, el profesional de la historia y ex marxista Enzo Alberto Regali, debío haber puesto el acento. Veamos, humildemente, que podemos decir al respecto.

1.- La “Globalización” y la renuncia de las burguesías nacionales del Tercer Mundo a terminar sus Revoluciones Nacionales y su subordinación al imperialismo. La caída de la URSS

 

La situación internacional que emerge a partir de la década del 90 del siglo XX es de una contrarrevolución a escala mundial, que las burguesías metropolitanas denominan eufemísticamente, “globalización”. Dicha contrarrevolución, económicamente hablando, se funda en la tendencia hacia el descenso de la tasa de ganancia de los monopolios imperialistas, que lleva a la sobreproducción y el subempleo. El fenómeno, comenzó en 1973, con el aumento del precio internacional del petróleo, fijado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El primer efecto de la crisis, fue la inmediata recesión del Occidente imperialista, que en una etapa consecutiva se trasladó hacia la periferia del Tercer Mundo, cristalizando por la decisión política de la burocracia soviética de restaurar el capitalismo en la URSS y el área socialista de Europa Oriental (1990) y convertirse ella misma en una burguesía explotadora de mano de obra asalariada. Esta decisión de la burocracia stalinista, estableció implícitamente un acuerdo no escrito con las burguesías imperialistas, que les permitió a estas intentar la disciplinamiento del Tercer Mundo. Esa fué la base objetiva de las “traiciones” de las direcciones políticas de los movimiento nacionales tercermundistas.

 

El patrón de acumulación establecido en los países imperialistas, se fundó en una profunda transformación y avance tecnológico, que determinó el surgimiento de un tipo de desocupación estructural, que es funcional al sistema[1].

 

El mismo patrón de acumulación, aplicado a la periferia semicolonial del sistema o sea el Tercer Mundo, en los últimos treinta años sumó a la desocupación estructural, una política de rapiña, despojo y saqueo, caracterizada por la desregulación de los mercados[2], las privatizaciones a precio vil, la irracional explotación de los recursos naturales, el coloniaje financiero, la precarización laboral y la exclusión social de franjas crecientes de la población.

Lo que indudablemente viabilizó al modelo restaurador desde el punto de vista internacional, fué la última traición de la burocracia stalinista, que conforme al pronóstico formulado por León Trotsky en su obra "La Revolución Traicionada", luego de administrar el Estado Soviético durante casi setenta años -en nombre de un proletariado, al que traicionaron en numerosas ocasiones-, decidieron restaurar la propiedad privada y transformarse en una burguesía que explote mano de obra asalariada. La existencia de la URSS y del bloque socialista, aún con una burocracia totalmente corrompida, dispuesta a traicionar las revoluciones de los países periféricos, negociando las mismas con las burguesías metropolitanas, significaba un freno objetivo -tanto político, como diplomático y militar- a la política de saqueo del imperialismo mundial. Ese fue uno de los  motivos –tal vez el más importante- por el cual las direcciones bonapartistas de los movimientos nacionales que emergieron triunfantes después de la II guerra imperialista (Peronismo, nasserismo árabe, MNR boliviano, APRA de Perú, Partido del Congreso de la India, Partido Comunista Chino, etc, etc, etc), que luego de suceder a sus fundadores (Perón, Nasser, Sukarno, Nehru, Mao Tsé Tung), renunciaron a los programas y procesos de Liberación Nacional, arriaron sus banderas nacionalistas y antiimperialistas y aceptaron socias menores del imperialismo y sus correas de transmisión de y del capital financiero  internacional, a partir de la década del 90 del siglo XX.

Esos procesos de reacción, explican las cínicas decisiones de gratuito sometimiento hacia el imperialismo  y el capital financiero –tipo Menem y el kirchnerismo-, por parte de las direcciones pequeño-burguesas de los movimientos nacionalistas como el Peronismo. También explican la reacción interior y las deserciones y traiciones, como la de miembros de direcciones completas como las del PSIN y del FIP, Ramos incluido. La función de los Laclau, Galasso y de otros “publicistas” de menor cuantía como renegados, es justificar su propia reconversión y por sobretodo, la restauración imperialista.

Los líderes nacional burgueses que resistieron a la reconversión imperialistas, como Manuel Noriega en Panamá, Milosevic en Yugoeslavia y el más importante de todos, Saddam Hussein en Irak, fueron depuestos por expediciones armadas por las burguesías imperialistas,  con grotescas excusas, después de sangrientas guerras de pillaje y saqueo, que aún no están cerradas. Ese proceso, una vez concluido el desmembramiento del bloque socialista-burocrático, pasó rápidamente a la ofensiva en el Tercer Mundo. Su inicio, estuvo dado por el envío de la flota colonialista británica a Malvinas y su transitoria recuperación (1982), continuado luego con la invasión y derrocamiento del gobierno de la República de Panamá (1989), la primera guerra del Golfo Arábigo-Pérsico contra la República de Irak (1991), el bombardeo y desmembramiento de la República Socialista de Yugoeslavia (1991-2001), las guerras genocidas en el África Negra armadas por las compañías europeas de diamantes y piedras preciosas. La consolidación de la reacción interior en las antiguas repúblicas socialistas en Europa del Este y la marcada derechización del gobierno Chino, que abrieron el camino para la apertura de sus mercados por parte de las empresas multinacionales y la extensión de una burbuja financiera a todo el planeta, son muestras de estos años de contrarrevolución. En América Latina, una vez cubiertos los tramos necesarios de las dictaduras coloniales (Argentina (1976-1983), Chile (1973-1983), Paraguay, Uruguay, Bolivia, etc, etc, etc), las mismas continuaron con democracias coloniales, a cargo de los partidos que antiguamente expresaron a los movimientos nacionales y antiimperialistas. Esto permitió abrir sus economías y destruir sus mercados internos, “aceptar” las ilegítimas deudas externas y proceder a su pago en base a la transferencia de su ahorro interno e hipotecando su futuro. El endeudamiento externo latinoamericano, está fuertemente concentrado en cuatro países, Argentina, Brasil, México y Venezuela, que explican el 95% de la deuda latinoamericana. La deuda cubre un doble papel, según sea visto por el imperialismo o por las clases dominantes nativas asociadas al mismo (oligarquías y gran capital nacional). Para el imperialismo, la deuda fue el instrumento financiero utilizado para esclavizar a América Latina –particularmente a la Argentina-, procediendo a una reforma estructural de sus economías, que reconvirtiera al continente en un inmenso productor y exportador de bienes primarios sin valor agregado. De este modo se estableció un modelo de desacumulación de capital, que restableció la relación centro-periferia, con eje en los EEUU y la Unión Europea y que desde la crisis de 1929 y hasta bien entrada la década del 70, se había cortado. Para llevar adelante esos procesos, los países latinoamericanos fueron obligados a abrir sus economías a la desigual competencia externa -ese fue el papel cumplido por el terrorismo de las dictaduras coloniales-, con la consiguiente destrucción del trabajo nacional y sus mercados internos, así como la formación de inmensos ejércitos civiles de reserva, el achicamiento del papel económico de sus Estados nacionales y sus FFAA y proceder a un sistemático despojo de las empresas estatales y recursos naturales. Estos dos últimos objetivos eran los elementos estratégicos buscados, ya que las altísimas utilidades generadas por las empresas públicas se podían remesar a las metrópolis, impidiendo así su acumulación interna y mejorar la distribución del ingreso.Al mismo tiempo el despojo de los recursos naturales no renovables (petróleo, gas, minerales), les permitió a las burguesías imperialistas disponer a precio vil, de las materias primas críticas necesarias para sus procesos industriales. De no disponer de dichos insumos a precio vil, en el caso de los EEUU, la recesión industrial estaría a la vuelta de la esquina, con una desocupación no menor a los 20 o 30 millones de trabajadores, debido a la fuerte elevación de sus costos de producción. El mismo esquema es el que le dicta a los sectores más parasitarios y fascistas de la burguesía yanqui (las siete hermanas petroleras, la banca usuraria, el complejo militar industrial y la industria farmacéutica), la necesidad de invadir nuevamente y ocupar a Irak, amenazar a Irán y Corea del Norte, así como comenzar a dar los primeros pasos para la ocupación militar de América Latina (Plan Colombia). Los descarados intentos desestabilizadores y golpistas instigados por el gobierno norteamericano, contra el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, encabezado por el Presidente Hugo Chávez, se inscriben en esa misma dirección, ya que los EEUU dependen críticamente del petróleo venezolano y al mismo tiempo, temen la expansión de la Revolución Latinoamericana. El proceso descrito, que en una síntesis apretada, podríamos llamar como de una crisis de sobreproducción y subconsumo, expresado en una primera etapa como de crisis financiera –a partir del estallido en los EEUU y en Europa Occidental delos globos hipotecarios-, está comenzando a morir. Las deliberadas recesiones y ajustes fiscales en los EEUU y en Europa Occidental y Oriental, han llevado los niveles de desocupación altísimos. En el caso de España, la desocupación ronda el 25% de la Población Económicamente Activa (PEA), pero muy cerca se hallan Grecia, Portugal y el Reino Unido. El ajuste fiscal de este último, que pretende llevar a cabo la administración conservadora de David Cameron, implica 500.000 despidos en el Sector Público y otros 500.000 en el Sector Privado, o sea 1.000.000 de despidos, para salvar a los banqueros responsables de la defraudación a toda la sociedad. No hay solución para esta crisis del régimen capitalista a escala mundial. La desocupación, a fines del 2010, asciende ya a 200 millones de trabajadores y la tendencia es en ascenso. A esto se agrava la crisis alimentaria, que recae con mayor fuerza en el Africa negra y en la Nación árabe, debido al brutal aumento del precio de los alimentos que recae con más fuerza en las clases asalariadas y los desocupados. Las políticas antiinmigratorias en Europa Occidental y los EEUU, están a la orden del día, con el aumento del racismo y la fascistización en esos países. El fenómeno creciente del fascismo en los EEUU, como es el movimiento Tea Party, es un botón de muestra. Resulta paradójico, en cierto modo, que mientras la desocupación aumenta mundialmente, las utilidades de los grandes monopolios y cárteles aumentan exponencialmente. Cada vez más hay menos ricos muchísimos más ricos y aumentan la desocupación, el hambre y hay más pobres muchísimo más pobre. Como decía el Manifiesto Comunista en 1848, el Valle de Miseria es cada vez es más grande y la concentración en el vértice se agudiza. Cada vez más las condiciones objetivas, de descomposición del régimen capitalista a escala mundial, solo pueden ser resueltas por la Revolución Socialista o que se establezca el fascismo de las burguesías metropolitanas y una creciente polución que lleve a la destrucción del planeta. Como decía Rosa Luxemburgo en 1910, Socialismo o Barbarie.

Para las clases dominantes latinoamericanas, la deuda cumple el papel de una pantalla para la fuga de capitales. Su parasitismo productivo y sus pautas rentísticas de consumo, les impiden plantear la reinversión de las utilidades en actividades internas. Por otra parte, al estar colonizadas culturalmente –primero por Europa y en las últimas décadas por los EEUU-, sus consumos en materia de turismo hacia el extranjero e importaciones suntuarias, establecen una fuerte sangría de divisas a los balances de pagos latinoamericanos, en desmedro del trabajo nacional. La fuga de capitales, impide la acumulación interna de capital, destinada a financiar la modernización de la industria y las actividades primarias, así como impide la obtención de recursos genuinos para nuestros estados, ya que los capitales fugados son ganancias “negras” que no han sido declaradas impositivamente, pero es también la plusvalía generada por el trabajo nacional y exportada a los EEUU y a Europa Occidental. Por ello, llevan adelante como pauta publicitaria la “privatización” de los servicios públicos, que es en su propio beneficio.

 

2.- Las extranjerizaciones de las Empresas del Estado y el pillaje imperialista de los Recursos Naturales.

Dice Regali en un párrafo de su carta a ASR: “En cuanto a las privatizaciones, el tema merece alguna discusión porque aun coincidiendo en que hubo mucho negociado también debemos coincidir que las empresas del estado necesitaban una modernización para la cual nosotros los nacionales no teníamos propuestas fuertes y entonces primó el brutal pragmatismo peronista. Alguna autocrítica se debería ensayar por parte de gremios que no se preocuparon u ocuparon de frenar la decadencia de empresas como ENTEL o ENCOTEL o Fábrica Militar (que no se privatizó sino parcialmente) en los períodos anteriores al de Menem. Desde la época de Alfonsín luchábamos en soledad contra este tipo de privatizaciones y fuimos considerados “medio fachos” por ello. Ahora bien  como me dijo Luis María Cabral: “La misma clase media que hoy pide y proclama la intervención del estado en las empresas, con igual pasión pedía la privatización”.

El párrafo trascripto, muestra la absoluta incomprensión de Regali sobre el papel de las Empresas del Estado, en relación con el programa de la contrarrevolución y con el papel que el imperialismo desde 1955 buscaba terminar o ponerlas a su servicio. Las “privatizaciones”, en rigor de verdad fueron extranjerizaciones, fueron hechas del único modo posible que exige el imperialismo para terminar con la soberanía y la independencia económica, o sea con regalos, coimas y su absoluto desprecio por los Tribunales y la justicia argentina. Además, el proceso “privatizador”, comenzó con la dictadura imperialista de 1976, cuando Martínez de Hoz y sus secuaces y con el sostenimiento de las bayonetas, deliberadamente hicieron atrasar las tarifas respecto de los costos y obligaron a las empresas públicas a endeudarse en divisas, con el objeto de financiar al atraso cambiario, que fue uno de los orígenes de la ilegítima y fraudulenta Deuda Externa. Esos mecanismos financieros que llevaron a la quiebra operativa de las empresas públicas, al desfinanciamiento de sus inversiones, fueron ejecutados con total impunidad, con el objeto de preparar publicitariamente, la supuesta incapacidad de aquellas para llevar adelante una buena administración y prestar servicios confiables en precio y calidad y “alfombrar” el camino para sus privatizaciones.

En forma simultánea al proceso de endeudamiento externo, a la apertura arancelaria la industria argentina, fue sometida en forma extraeconómica a una competencia desleal. Esto llevó al cierre de más de 14.000 establecimientos industriales. Eran las épocas, en que Bernardo Neustad y Mariano Grondona, recibían a Martínez de Hoz en el “living” de la televisión, para que pontificara de los beneficios del libre comercio imperialista. O sea que el atraso tecnológico y la descapitalización de las empresas del Estado, no fueron efectuadas por los “nacionales” como pretende inferir Regali, sino por los administradores privatistas del Estado, que asaltaron a este el 24 de marzo de 1976y que abonaron el camino para su “privatización”. Todo esto está perfectamente documentado en el proceso efectuado por Alejandro Olmos sobre la Deuda y en donde está probado el endeudamiento y la administración fraudulenta de las empresas públicas. Lo que los políticos de la democracia colonial hicieron (los Menem, los Duhalde, los Kirchner y la actual mandataria Cristina Fernández), siguiendo la posta de la dictadura colonial, fue legalizar la ilegítima Deuday “pagarla” en dos formas.Financieramente, con ajustes fiscales, con transferencia de reservas y financiando la fuga de capitales, por una parte. La “otra forma de pago”, en “especies”,fue el vergonzoso regalo al capital imperialista y sus socios “nativos” del gran capital “nacional”,de las empresas públicas y de las rentas de los Recursos Naturales renovables y no renovables. En el caso de las empresas públicas, el “pago” se realiza por vía tarifarla y con los recursos naturales (minería metalífera y no metalífera, hidrocarburos, bosques y el suelo (extranjerización del recurso)), por el pillaje de los mismos por medio de su exportación sin ningún tipo de controles y con privilegios impositivos y arancelarios que ningún país del mundo practica. En el caso de YPF, por ejemplo, la investigación judicial efectuada por la denuncia de Alejandro Olmos, probó la administración fraudulenta que efectuaron sus directivos –en época de la dictadura-, que endeudaron a la empresa en más de u$s 6.000 millones. Obligaron a la petrolera estatal, a tomar préstamos en divisas que no necesitaba y pagar servicios financieros y amortización de capital en bancos extranjeros seleccionados por el Ministerio de Economía (ME), a tasas confiscatorias. En forma alternativa el mismo ME, le hacía colocar sus excedentes en divisas en los mismos bancos extranjeros, a tasas por debajo de las vigentes en el Mercado Internacional. El resultado de estas maniobras fue el deliberado quebranto financiero de YPF. Por otra parte, el Ministerio de Obras Públicas y la Secretaría de Energía de la Nación, obligaron a YPF a vender sus excedentes de petróleo crudo para ser refinado, a ESSO y Shell, a precios por debajo del precio mundial. Por esas maniobras las refinadoras imperialistas obtuvieron un precio subsidiado en la adquisición del insumo. El quebranto operativo ocasionado a YPF entre 1977 y 1985, por dicho subsidio, según declarara años después el Ing. Jorge Lapeña, Secretario de Energía del Presidente Alfonsín, fue de otros u$s 6.000 millones. Estos u$s 12.000 millones de pérdidas financieras y operativas, fueron deliberadamente ejecutados por los administradores privatistas de YPF, como de todas las empresas públicas y por ello la petrolera nacional fue la única empresa de ese ramo del mundo que daba pérdidas. De allí que la observación de que los “nacionales”, no teníamos “propuestas fuertes”, es falsa. Lo que no había, ni hay, en la partidocracia una voluntad política para investigar la Deuda, ni mucho menos defender el patrimonio público. Es lógico, habían adoptado el programa del imperialismo y esto mismo es lo que hacen los renegados y traidores a la Revolución Nacional, particularmente aquellos que se llaman de Izquierda Nacional kirchneristas, que con argumentos falaces pretenden maquillar y embellecer a un gobierno, que está totalmente de rodillas frente al imperialismo y al capital financiero internacional. Algunos autores dicen irónicamente que el kirchnerismo es “la etapa superior del menemismo”, remedando al libro de Lenín, sobre el imperialismo.

Por una parte, las Empresas del Sector Público y el art. 40º de la Constitución de 1949, constituyen el legado histórico de la Revolución Nacional, cuando esta estuvo en período más alto, entre 1945 y 1955 y esto es lo que no quiere ver Regali. El imperialismo y sus socios nativos, desde 1955 buscaron destruir al Capitalismo de Estado, generado por el Peronismo y recién pudieron lograrlo, a partir del 24 de marzo de 1976, con la dictadura colonial y potenciado con la democracia colonial, a partir de la caída de Puerto Argentino el 14 de junio de 1982, inicio del proceso desmalvinizatorio. El golpe del 76, buscó terminar con el intento del Peronismo de un capitalismo nacional, al margen del Mercado Mundial, lo que la dirigencia ultracorrompida del PJ que es frágil de memoria olvida. El “programa” que tanto defiende y enfatiza la Presidenta Cristina Fernández, es el modelo de la sujeción colonial de la Argentina al imperialismo y al capital financiero, que impuso a sangre y fuego el golpe del 76 y que la democracia partidocrática –de la que el PJ y el kirchnerismo forman parte-, es  el programa de los enemigos de la clase obrera y de las grandes mayorías nacionales.

Las Empresas del Estado, en un país semicolonial constituyen el basamento físico del Capitalismo de Estado y de la acumulación primitiva del capital, base del período de transición hacia el Socialismo. Andrés Soliz Rada: “Mariano Moreno y el Capitalismo de Estado (Homenaje al bicentenario de la Revolución del 25 de mayo de 1810)”, “…El capitalismo de Estado es, para los países pobres, una transición al socialismo, cuyos rasgos concretos no es posible precisar todavía por la alienación a la que nos someten los poderosos del planeta. La montaña imperialista no nos deja ver el horizonte…”. En el comentario que hicimos a ese artículo y que apareciera en la Patria Grande, decíamos que “Creo que los dos ejemplos mas atinentes son el de la Revoluciòn Rusa y su Gosplan y el programa del Gobierno Peronista de la Repùblica Argentina, en su primera administración entre 1946 y 1955 y con su 1er. y 2º  Plan Quinquenal. Dos ejemplos de fines similares, pero llevados gobiernos con diferentes direcciones polìticas. En el primer caso, los bolcheviques (Lenìn y Trotsky) ejercieron la dictadura revolucionaria en un país profundamente atrasado social y económicamente, en nombre del proletariado. En el caso del Peronismo, la dictadura revolucionaria, la efectuó el Bonapartista Gral. Juan Peròn, como jefe militar burgués del Frente Unico Antiimperialista y basado en un amplio colchón de masas. Este último caso es similar al proceso mexicano, llevado adelante en la década del 30 del siglo XX, por el Gral. Lázaro Cárdenas…”.

La ley de Entidades Financieras (Nº 21.526), promulgada en 1977 por Videla y Martínez de Hoz, que estableció una economía de especulación financiera, en forma simultánea con la apertura del Sector Externo y determinó el cierre de más de 17.000 establecimientos industriales entre aquel año y 1985, así como la pérdida para numerosos ahorristas y deudores de sus propiedades bajo el imperio de la circular 1050 del Banco Central de la República Argentina, está vigente. Ningún gobierno de la democracia colonial, sea de la UCR o del PJ, osó revisarla o derogarla. Lo mismo podemos decir de las leyes de Reforma del Estado (Nº 23.696) y de Emergencia Económica (Nº 23.697), que el Congreso menemista promulgó en 1989 y que abrieron el camino para la entrega a precio vil de las empresas públicas. Según el Dr. Julio González[3], el llamado tratado de “restablecimiento de relaciones diplomáticas” entre la Argentina y el Reino Unido[4], firmado en Madrid en febrero de 1990, es una verdadera acta de rendición. Firmada por Menem y Cavallo en sus respectivas condiciones, de Presidente y Ministro de RREE de la República, contiene un anexo en el que se detalló el inventario valorizado de las empresas públicas que estaban comenzando a “privatizarse”. Dicho trabajo, efectuado por un equipo que coordinaba el decano de los hombres de negocios ingleses en la Argentina, por aquellos años, el Vizconde Montgomery, hijo del que fuera comandante de las fuerzas británicas en Africa durante la II guerra, estableció que el valor de las empresas públicas nacionales argentinas a febrero de 1990, estaba en el orden de un billón de dólares (u$s 1.000.000.000.000.-) o si se quiere, un millón de millones de dólares. Teniendo en cuenta que la suma de las ventas de las empresas efectuada por el Estado Nacional –sin contar los bienes provinciales: bancos, tierras, hoteles y empresas-, ascendió a 26.000 millones de dólares (u$s 26.000.000.000, se concluye rápidamente que los administradores vende patria y cipayos del Estado nacional obligaron a este a desprenderse de un patrimonio, por el 2,6% de su valor. Esto tiene un nombre: precio vil. Pero a ese precio vil, se le agregaron las condiciones de pago, 35% en efectivo y 65% en títulos públicos de la deuda argentina. Haciendo cuentas, el 35% de 26.000 millones son 9.100 millones de dólares (u$s 9.100.000.000.-) y los títulos es probable que se hayan comercializado para la época a un 12% -en promedio-, lo que daría otros 2.028 millones de dólares (u$s 2.028.000.000.-). Sumando ambos importes, se arriba a un total de 11.128 millones de dólares (u$s 11.128.000.000.-), el que relacionado con el billón de valuación, determina que las empresas públicas, fueron regaladas por el 1,11% de su valor de libros. Este “criterio” financiero constituyó un verdadero despojo a la República Argentina[5], amén de que el Estado Nacional se desprendió de instrumentos valiosísimos para el control de precios, como por ej. era YPF[6], en forma simultánea con la pérdida de empresas que le proporcionaban ingresos genuinos. En ningún momento del proceso de remate del acervo público intervinieron los organismos técnicos competentes del Estado, como el Tribunal de Cuentas de la Nación, sino que muy por el contrario, la valuación estuvo a cargo de consultoras internacionales, socias de los intereses del saqueo y despojo. Ellas “tasaron” los aviones tipo Jet Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas (AA), a razón de un dólar cada uno. O que el principal intangible de una compañía de aviación comercial, las rutas aéreas -equivalente a una marca o a un secreto industrial en una industria de procesos, se valuara a cero dólar[7]. Criterios similares se aplicaron con el regalo de SOMISA al Grupo Italo-argentino TECHINT, que con un valor de libros de tres mil millones (u$s 3.000.000.000.-), fue entregada por ciento cuarenta millones de dólares en efectivo (u$s 140.000.000.-) y doce millones (u$s 12.000.000.-) en bonos a valor nominal. Como esos bonos TECHINT probablemente los adquirió al 12%, el valor final desembolsado estaría en el orden de los ciento cuarenta y tres millones cuatrocientos cuarenta mil dólares (u$s 143.440.000.-) o sea el 4,78% del valor de SOMISA –menos del 5% del valor de libros-. En rigor de verdad, la operación de compra de SOMISA, por parte de TECHINT, solo fué un adelanto financiero, ya que el valor de las mercaderías en existencia, las materias primas y los productos en proceso de elaboración, superaban largamente al “adelanto”. Dicho en otros términos, la “compra” de SOMISA, por parte de TECHINT, en la realidad la pagó la propia SOMISA, con sus propias existencias. En el caso de ENTEL, con dos (2) meses de facturación, se transfirió una empresa cuyo valor de libros superaba largamente los veinte mil millones de dólares (u$s 20.000.000.000.-). A esos despojos, hubo de agregarse las leoninas leyes de entrega de la energía eléctrica, de los recursos mineros (Nº 24.196), el levantamiento de 28.000 km de ramales ferroviarios y la entrega en concesión de 30.000 km de la red caminera nacional (peajes viales).

Claramente para que ocurrieran estos despojos, hubieron de existir complicidades políticas, que no fueron las de la “clase media”, como gratuitamente pretende endilgarle a la misma, el ex Presidente del Consejo de la Magistratura y ex Apoderado Legal del FIP, el Dr. Luis María Cabral. No, quién exigía las “privatizaciones” era el capital imperialista, la banca usurera, el capital financiero internacional y los gobiernos de las burguesías imperialistas europeas, norteamericana y japonesa, junto con sus socios nativos como TECHINT, Macri, Pérez Companc, Pescarmona, Loma Negra, Roggio, etc, etc, etc. El Dr. Cabral, debería recordar los años 89 y 90, la intensa campaña de prensa en favor de las “privatizaciones”, por medios gráficos (Clarín, Ambito Financiero, LA NACION, etc) y televisivos (particularmente con las monsergas de Bernardo Neustad), con el cínico apoyo de los diputados del PJ, de la dirección ultra corrompida del PJ y del Presidente Menem. Había que terminar con la Era del Peronismo, como hubiese dicho el Ramos de la mejor época. Cabral, de ser ciertas sus palabras, muestra su total desmoralización y que explica mejor que nada por qué fue Presidente del Consejo de la Magistratura, premio para sus afanes de converso, cuyo premio fue ponerlo a cargo de un organismo de las clases dominantes para designar y/o remover jueces y que lógicamente los miembros integrantes, no están puestos precisamente allí para promover los EEUU Socialistas de América Latina. En rigor de verdad, cuando Regali dice que “Desde la época de Alfonsín luchábamos en soledad contra este tipo de privatizaciones y fuimos considerados “medio fachos” por ello.”, está expresando inconscientemente la cínica filosofía de Menem de “…si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él…”, en el sentido de que habiendo caído la URSS y la burocracia stalinista (transformada en burguesía explotadora de mano de obra asalariada), no había un “padrino” internacional militar, diplomático y político y en consecuencia no se “podía” enfrentar al imperialismo mundial, debido al poder militar y económico de este. Esa es la base sobre la cual los políticos de la pequeño-burguesía renunciaron a la Revolución Nacional y adoptaron el programa del imperialismo, léase Alfonsín, Menem, Kirchner, Cristina Fernández. No se lucha contra el imperialismo con un concepto individualista como expresa Cabral, trasladando a una clase volátil y voluble, las propias decisiones personales de los políticos partidocráticos, sabiendo que hay triunfos y derrotas en el enfrentamiento con el imperialismo. Cuando Alfonsín, Menem o Kirchner, decían  o dicen, “no se puede enfrentar al poder del imperialismo”, hay que traducirlo como “no queremos enfrentar al imperialismo, pues perderíamos nuestras propias posiciones”.

Esa colaboración en la entrega, que no es “…brutal pragmatismo…”, sino traición de los políticos, abarcó también a miembros de la IN. Los decretos 1055/89, 1212/89 y 1585/89 de la Secretaría de Energía, que abrieron el camino para la privatización de YPF, fueron firmados por su titular Julio “Chiche” Aráoz, pero quién los preparó  fue el Ing. Rubén “Lelé” Maltoni, que puso sus conocimientos profesionales al servicio de las petroleras imperialistas, en un acto de verdadera traición a la Patria. Maltoni, como estudiante en la Facultad de Ingeniería Química de Santa Fé, militó en la Agrupación Universitaria Nacional (AUN), rama política del FIP. Ya como profesional activó en el FIP y fue Director  de Petroquímica en YPF, en 1973. Aráoz, luego de servir al menemismo y habiendo prosperado con el mismo, es en la actualidad Jefe de la campaña presidencial de Eduardo Duhalde, mientras que Maltoni es un más que próspero empresario, generosamente recompensado por el imperialismo. Menem, semiretirado de la política, analistas privados estiman su fortuna personal en no menos de u$s 5.000 millones, generados en las coimas con las que fue recompensado por las “privatizaciones” y la ayuda a los banqueros para “lavar” dinero en la plaza argentina. La fortuna personal del matrimonio Kirchner ha aumentado sideralmente y el gobierno kirchnerista es uno de los más corruptos de la historia argentina, superando largamente al menemismo. Como decía un intelectual y político boliviano de la década del 40 “…la corrupción es el hueco por donde se mete el imperialismo…”.

3.- ¿El MERCOSUR, es un anticipo de la Unión Latinoamericana?

El ex cro. Alberto Regali presenta a Domingo Felipe Cavallo como un hombre imbuido de ideas “liberales”, cuando en rigor de verdad es un individuo del riñón mismo del capital financiero internacional y ejecutor riguroso de los intereses del mismo. Egresado de la Universidad Nacional de Córdoba como contador público en 1967 y de economista en 1968, doctorándose en Economía en 1970. Ese mismo año es nombrado profesor titular tanto en la Universidad Nacional de Córdoba como en la Universidad Católica de Córdoba, cargos docentes que mantendría hasta 1983. Cavallo fue Subsecretario del Desarrollo del gobierno provincial (1969-1970), Director (1971-1972) y Vicepresidente del Banco de la Provincia de Córdoba, Subsecretario del Ministerio del Interior del Gobierno Nacional y Presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA, 1982) durante el final de la dictadura militar de 1976 a 1983. En 1983, llegó a ser un consejero económico cercano a José Manuel de la Sota y fue elegido como diputado peronista por Córdoba en las elecciones de 1987 (pese a haber sido funcionario de la dictadura). En la Presidencia de Menem, fue Ministro de Relaciones Exteriores (RREE, 1989-1991) y de Economía (1991-1995). Como Presidente del BCRA, estatizó o socializó la Deuda externa de los grandes grupos económicos (GGE), por un valor no menor a los u$s 19.000 millones, transfiriendo los quebrantos privados a la toda la sociedad. Como Ministro de RREE y junto al Presidente Menem, firmó los Tratados de Londres (noviembre 1989) y Madrid (febrero 1990), de “Paz” con el Reino Unido, luego de la histórica Recuperación de las Islas Malvinas, verdaderos Tratados de Rendición ante el colonialismo inglés. En esa gestión, además, motorizó la destrucción física del misil Cóndor II, por presión anglosajona. Por ambos actos, debe ser considerado un Traidor a la Patria y no solo un hombre “imbuido de ideas liberales”.

Ya como Ministro de Economía del menemismo, llevó adelante el Plan de Convertibilidad, instaurando un tipo de cambio fijo de $ 1.- = u$s 1.-, que llevó a la ruina a la industria argentina, motorizó la 2ª etapa de las privatizaciones y privatizó el sistema jubilatorio, desregulándolo y creando un mercado de capitales, en base al salario de los trabajadores (AFJP), hundiendo el sistema previsional. Durante su gestión produjo una concentración económica en los sectores financiero, de servicios y agro exportador, al mismo tiempo que una desocupación estructural cercana al 20% y profundizó el proceso de extranjerización de la economía comenzado en la dictadura y que con el kirchnerismo ha llegado a su apoteosis. Fue obligado a renunciar por Menem en 1995 y sucedido por Roque Fernández. Asumió nuevamente como ME, en la corta gestión presidencial de Antonio De la Rúa (1999-2001) y es conocido por haber facilitado la brutal fuga de capitales de los GGE y empresas imperialistas en el 2º semestre del 2000 y todo el 2001, con una pérdida de reservas para el BCRA, no menor a los u$s 24.000 millones. En noviembre del 2001, el gobierno de De la Rúa inició una reestructuración de los compromisos de la deuda externa, denominada "Megacanje", operación de carácter verdaderamente fraudulenta y cuya responsabilidad directa es de Cavallo y cuyos resultados judiciales aún no están cerrados. Ante la desconfianza de los ahorristas en el sistema financiero, a comienzos de diciembre del 2001 hubo retiros masivos del sistema bancario y Cavallo estableció límites a las extracciones (corralito y corralón), que llevaron al colapso a la sociedad y a la caída del Gobierno de De la Rúa, luego de una represión inaudita en la Plaza de Mayo el 20/12/01 con más de  20 muertos.

¿Por qué recordamos los antecedentes de Cavallo, niño mimado del FMI, que puso a la Argentina de Menem como ejemplo a difundir en el Tercer Mundo? La razón es el comentario alabador que hace Regali de Cavallo,  en cuanto a su intervención como Ministro de RRE (no Canciller) en la formación del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

En su origen el MERCOSUR, fue el resultado de una planificación global de las empresas imperialistas que operaban ya hacia mediados de la  década del 80, con economías de escala, en Argentina y Brasil, a los efectos de coordinar su producción, tecnología y las ventas. Esa planificación oligopólica, particularmente de las terminales automotrices, fue la que empujó a los estados argentino y brasileño a ir suscribiendo tratados destinados a formar una zona de Libre Comercio entre ambos estados. Ello es lo que determinó la firma del Acta de Foz do Iguazú en diciembre de 1985, entre Alfonsín Presidente de Argentina y José Sarney, su colega de Brasil. Un año después (1986), se firmó el Programa de Integración y Desarrollo. En diciembre de 1990, ambos países firmaron el Acuerdo de Complementación Económica Nº 14 de ALADI, que dio origen al MERCOSUR y que se sellaría con el Tratado de Asunción firmado el 26/03/91 entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Pero el origen económico del  MERCOSUR, estaba en la especialización de las terminales automotrices imperialistas (preferentemente europeas), que por economías de escala debían complementar su producción y sus ventas, para no hacerse una competencia ruinosa. No fue, originalmente una decisión política de los Estados, sino una consecuencia de decisiones oligopólicas, ajenas a aquellos. Muchos años antes, en el año 1950, los presidentes de Argentina, el Gral. Juan D. Perón; de Chile, Gral. Carlos Ibañez del Campo y de Brasil, Getulio Vargas, pensaron en una unión política y económica entre esas repúblicas y Chile, como una zona de libre comercio. El nombre sería ABC por Argentina, Brasil y Chile y que se frustró por las conspiraciones antiargentinas por parte de la oligarquía chilena, el suicidio de Vargas en Brasil y el derrocamiento de Perón en 1955.

A mi juicio, es que a pesar de la voluntad entreguista del menemismo y del kirchnerismo, lo que ha permitido el desarrollo del MERCOSUR es la existencia de una burguesía nacional brasileña, orgullosa de sus intereses, que no entregó al imperialismo su mercado interno y que ha sido el motor fundamental para el desarrollo de aquel. Dicho en otras palabras, el desarrollo del MERCOSUR ha sido progresivo, a pesar de los políticos partidocráticos y de los ministros sirvientes del FMI como Domingo Felipe Cavallo. Todo lo demás que escribe Regali sobre Ramos es accesorio, ya que el gobierno de Menem comenzaba a potenciar la recolonización de la Argentina y Ramos era cómplice de ello, con las peleas de menor cuantía en el Ministerio con el Ministro Guido Di Tella. Por supuesto que para el imperialismo, el MERCOSUR es un peligro porque puede preanunciar el principio de la Unidad Nacional Latinoamericana, aunque esa tarea estratégica no me parece que puedan conducirla las burguesías nacionales latinoamericanas por múltiples razones. Esa tarea, quedará a cargo del proletariado latinoamericano, que solo tiene las cadenas para perder. Tampoco sabemos si el MERCOSUR podrá subsistir, habida cuenta de los peligros que se ciernen sobre América Latina por estos días, como señala Soliz Rada en su última nota de opinión: “El debate clave reside en saber si el MERCOSUR podrá avanzar mientras los ingleses acentúan su presencia en el Atlántico Sur y Argentina permite que transnacionales euro-norteamericanas controlen sus recursos estratégicos, como minería, petróleo, Banca,  bosques y tierras patagónicas, y otorgue al Reino Unido la condición de socio privilegiado. Carlos Menem firmó el MERCOSUR, pero sumió en el olvido a los héroes de Malvinas. AMF (Alberto Methol Ferré) señalaba, con pleno realismo, que el camino opuesto al MERCOSUR reside en convertir a la América Morena, en mayor o menor grado, en colonias similares a Puerto Rico, aunque más pobres y desamparadas. El MERCOSUR es la culminación de esfuerzos antecedidos por CEPAL, ALALC, URUPABOL, Tratado de la Cuenca del Plata, Parlamento Latinoamericano y Pacto Andino.

 De las entrañas del MERCOSUR surge la Unión Sudamericana (UNASUR), el 2008, la que tiene aún mayores proyecciones debido a que puede abarcar desde lo militar hasta lo cultural.  En manos de las actuales generaciones de latinoamericanos está el elegir entre MERCOR o muerte. La primera opción implica a mediano plazo la conformación de la Nación Continente de América Latina. La segunda, resignarse a que Sudamérica se convierte en nuevos Puerto Rico…”

 


 

4.- Los grandes triunfos políticos de la Izquierda Nacional

Ramos formó a dos generaciones de luchadores jóvenes y a otros que no lo eran; me incluyo entre los mismos y puedo decir que su influencia me cambió la vida, por lo que le estoy eternamente agradecido. Ramos, junto a Aurelio Narvaja y otros  jóvenes trotskistas de la época, interpretaron exactamente la aparición de las masas obreras y populares el 17 de octubre de 1945, las que junto a los sectores nacionales de las FFAA, dieron vuelta la historia e iniciaron una nueva época en la Argentina. Los méritos fundamentales de Ramos, además de actuar como un genial divulgador, es el de haber aplicado las leyes objetivas del materialismo histórico  a la lucha de clases en el siglo XIX poniendo como protagonista fundamental de los cambios en ese período, al gauchaje del federalismo provinciano y a las masa yrigoyenista y al proletariado peronista ya en el siglo XX.

En base a la Teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky (más vigente hoy que nunca, pese a los filisteos que contemporáneamente se arrodillan frente al imperialismo) y luchando contra el sincretismo inquisitorial del stalinismo y del resto de la pequeño-burguesía cipaya y antinacional de la Ciudad Puerto de las décadas del 40 y 50, con la pluma y con la acción política (PSRN, PSIN y FIP), estableció las condiciones ideológicas  para explicar al Peronismo, su naturaleza bonapartista, el papel de las FFAA en la semicolonia y los dos ejércitos, así como la contradicción fundamental entre el imperialismo y la Patria, esbozando las bases del futuro frente plebeyo revolucionario, entre el proletariado peronista y las capas bajas de las clases medias democrática y no peronistas.  Fue, ideológicamente hablando, el continuador latinoamericano del marxismo no falsificado, luego del asesinato de Trotsky por parte del stalinismo, pero nacionalizándolo, en base a la experiencia propia de nuestras masas y no en una trascripción mecánica.

Además de la gigantesca labor historiográfica de la IN y cuyo mérito, en gran medida, se lo debemos principalmente a JAR, así como a los aportes de hombres como Spilimbergo, como Alfredo Terzaga, como Roberto Ferrero deben tenerse en cuenta los grandes triunfos políticos de la corriente. Creo que los más importantes fueron:

4.1.- El apoyo militante a la candidatura presidencial del Gral. Perón y a su cra. de fórmula, María Estela Martínez, a las elecciones del 23 de septiembre de 1973 y que la misma fuese llevada adelante con la boleta del FIP, Lista 14 (Perón-Perón), con la consigna de “Vote a Perón desde la izquierda”. 900.000 votos del FIP coronaron el aporte  de la IN a los 7,5 millones de aquella histórica elección. La estrategia de que para pudiera materializarse el Principio de la Soberanía del Pueblo, Perón debía tener el derecho a votar y a ser elegido, ya que había sido proscrito por la oligarquía en 1955. Aún las elecciones del 11 de marzo, que llevaron a Héctor J. Cámpora a la Presidencia, mantuvieron la proscripción del Gral. Perón. Ese “detalle”, nunca lo entendió la llamada Tendencia y los Montoneros, que consideraron que la salida de Cámpora, fue un “golpe de estado” de la llamada por ellos, la “derecha peronista”, lo cual obviamente era un sofisma que no resiste el menor análisis. En realidad, la oposición del montonerismo a la candidatura de Perón y de Isabel, estaba dada por su odio contra Perón y la Revolución Nacional. Ramos escribiría luego de que Perón echara a los Montoneros y a sus aliados de la Plaza de Mayo, el 1º de mayo de 1974, : “Esa juventud peronista o lo que quedaba de ella, repetía cíclicamente el odio de sus padres hacia las mujeres de Perón. Los padres habían odiado a Evita y los hijos a Isabel. Ni a los padres gorilas ni a los hijos “peronistas”, les gustaban las mujeres que elegía Perón. En realidad, lo que en verdad rechazaban era a Perón”.

En el artículo “Adios al coronel”, publicado en el diario La Opinión (02/07/74), Ramos dio una semblanza de Perón, y que aún hoy tiene vigencia. Ella decía, “Cabe decir de él como de Yrigoyen, que fue “el más odiado y el más amado de su tiempo” (…) Nadie podrá imputarle a lo largo de su prolongada lucha que haya sido infiel al programa que propuso al país en 1945. No fue un fascista, por supuesto, ni un socialista, naturalmente. Los gorilas del “45”, no comprendieron lo primero, ni muchos de sus hijos lo segundo. Perón siempre aspiró a ser él mismo, su propia izquierda y su propia derecha. Como luchó por desarrollar un capitalismo nacional (estatal y privado), contra la sociedad inmóvil de la hegemonía terrateniente, esta lo declaró indeseable, lo derribó y lo expatrió durante 18 años. El pueblo, sin la ayuda de los sociólogos, comprendió que solo un patriota podía merecer tal castigo. A tal odio, respondió con un amor equivalente”. Pero ya era tarde, Isabel gobernó 20 meses y en su administración se alzó el rasputinismo que se adueñó en gran medida del Estado. El país bajo su gestión, estaba cruzado por el tableteo de las ametralladoras, sin ninguna participación popular: atentados contra las unidades militares, asesinatos a militantes populares y sindicales, secuestros, huelgas y movilizaciones. La Triple A (Alianza Anticomunista Argentina),  organización de corte fascista, secuestraba y asesinaba militantes y dirigentes de izquierda. El correlato de las organizaciones terroristas armadas /Montoneros, ERP, etc) exhibían su envergadura numérica y asesinaban oficiales de las FFAA y dirigentes obreros, además de asaltar cuarteles y desarrollar acciones guerrilleras en la Pcia. de Tucumán. Pese a que estaban convocadas elecciones nacionales para fines de 1976, en la madrugada del 24 de marzo de 1976, el Gobierno Popular encabezado por Isabel Martínez de Perón fue derrocado y se iniciaba la dictadura más sangrienta que recuerda la historia argentina, cuyos efectos aún subsisten. Su nombre era Proceso de Reorganización Nacional.

4.2.- La 1ª recuperación de Malvinas y la Izquierda Nacional

Los dos elementos más importantes que hacen al estancamiento y a la crisis argentina, Malvinas y Deuda Externa, son los que no existen en la agenda política de la partidocracia desde la caída de Puerto Argentino, el 14 de junio de 1982. Obviamente ello no es casual, ya que los políticos del régimen esa misma noche tomaron la decisión de que nunca más la Argentina se iba a levantar contra el imperialismo y el colonialismo, aceptando sin beneficio de inventario, todo lo que viniera atrás: legalización y pago de la ilegítima Deuda Externa, “privatizaciones” de las empresas públicas, entrega de los Recursos Naturales, invasión cultural, etc, etc, en fin de cuentas la recolonización de la Argentina, coronando así los objetivos estratégicos del golpe imperialista del 24 de marzo de 1976. Eso es lo que aplicarán a partir de diciembre de 1983, todos los partidos del régimen (PJ, UCR, PC, socialistas, alzogaraicistas, etc), incluidos los restos de los antiguos terroristas montoneros, que hoy nos desgobiernan. El mérito de Ramos y de la Izquierda Nacional es haber comprendido con exactitud el sentido de la histórica y patriótica decisión de la Junta Militar que gobernaba a la Argentina (Tte. Gral. Leopoldo. F. Galtieri, Alte. Isaac Anaya y Brig. Gral. Arturo Lami Dozo), de recuperar militarmente el archipiélago malvinero el 2 de abril de 1982.Para los militantes de la IN, educados en la Revolución Permanente y habiendo leído el brillante ensayo de Ramos “Historia Política del Ejército Argentino”, era perfectamente explicable la decisión de una conducción militar del Estado y que hasta el día anterior había estado sirviendo al imperialismo y transformado a la Argentina en un gran campo de concentración, ordenó la recuperación militar de la Islas Malvinas, usurpadas por el Imperio Británico desde el 1º de enero de 1833. Solo entendiendo que en una semicolonia, como es la Argentina, las clases sociales no tienen una completa madurez como ocurre en los países imperialistas y por lo tanto las FFAA, pueden ser guardianes del statu quo colonial o debido a la inmadurez y cobardía de las burguesías nacionales, pueden asumir tareas históricas, que les corresponde a estas. Así había ocurrido con el Peronismo, en que el Ejército nacionalista que acompañó a Perón durante 10 años, sustituyó a la burguesía nacional y desarrolló el capitalismo de Estado, sin perjuicio de sus tareas específicas ligadas a la Defensa Nacional. Por otra parte, la decisión política del 2 de abril de 1982, de recuperar el archipiélago malvinero por medio de las armas, terminó con la mentalidad colonizada de los argentinos, dictada por la histórica anglofilia de la oligarquía argentina y la burguesía comercial porteña de la época rivadaviana, continuada por mitristas y cipayos, de reverenciar y temer, al mismo tiempo, el poder financiero y militar de las potencias del Occidente imperialista y colonialista. Las mismas FFAA, que hasta días antes de la recuperación malvinera, fueron carceleras del Pueblo Argentino -en beneficio de los planes del FMI y de sus aliados nativos-, tuvieron que entrar en combate con las fuerzas imperialistas de la OTAN. Así volvieron a reencontrarse con el Pueblo Argentino, como en las Invasiones Inglesas (1806-1807), como en las Guerras de la Independencia (1810-1824), como en la Vuelta de Obligado (1845), en la federalización de la Ciudad de Buenos Aires (1879) y como en 1916 y 1946, cuando como custodios de comicios transparentes, permitieron ungir con el voto popular a dos grandes presidentes argentinos, Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón. Se había roto el proceso desnacionalizador de nuestras instituciones militares, que comenzó el 16 de septiembre de 1955. (De una declaración del Partido Socialista Nacional Latinoamericano (PSNL) del 20/06/03))

Por aquellos días, Ramos escribió en el periódico La Patria Grande, órgano del Frente de Izquierda Popular, “Al producirse la ocupación militar de las islas el 2 de abril, el estupor que causó en los medios políticos, cultos o izquierdistas el acontecimiento no puede menos que calificarse memorable.

(…) El pensamiento colonial consiste en que no puede concebir una decisión importante adoptada por argentinos al margen de la influencia norteamericana, europea o rusa. A este tipo de conducta intelectual le resulta impensable que algún gobierno, sea cual sea su naturaleza, decida a emprender un camino independiente. Esto ya  pasó con Yrigoyen, con el gobierno militar del 4 de junio de 1943, luego con Perón. Resultaba un verdadero escándalo un gobierno capaz de enfrentarse con Europa o con Estados Unidos.

(…) Cuando está en juego el suelo de la Patria, solo un cipayo puede preguntarse si el gobierno que conduce la guerra le gusta o no. Si San Martín hubiese renunciado a luchar contra el Imperio Español al descubrir la catadura de Rivadavia y Pueyrredón, quizá seríamos todavía súbditos del rey de España”.

5.- Jorge Abelardo Ramos, el Plejanov argentino

Regali, en su nota en sus consideraciones finales, pretende justificar la capitulación final de Ramos y sobretodo la responsabilidad política de los renegados de la IN que colaboraron con Menem y/o colaboran con el menemo-kirchnerismo, con la que pretenden cubrir con argumentos falaces, pseudo nacionales y pseudo marxistas, a los gobiernos más corruptos y entreguistas (particularmente del último), que recuerda la historia de la República Argentina.

Para los marxistas, la historia de una sociedad no es nada más –ni nada menos-, que la historia de la lucha de clases. Y para explicar porque llamamos sin eufemismos a Ramos, el Plejanov argentino, debemos analizar el desenvolvimiento de la lucha de clases hacia el interior del Frente Nacional, desde la muerte del Gral. Perón.

Perón dijo en su postrer discurso, días antes  de su muerte, que su único heredero era el Pueblo. Y ello era estrictamente cierto, por cuanto la jefatura burguesa y bonapartista del Frente Nacional, a partir de su desaparición, quedó acéfala. La dirección del PJ, entre el 01/07/74 y el golpe imperialista del 24/03/76, no solo quedó a la deriva, sino que en condiciones mucho más trágicas que en el 55, quedó prisionero de los hechos, entre la provocación asesina de los grupos terroristas de Montoneros y ERP, así como la respuesta también asesina de la fascista Triple A. Ambos grupos, junto a la dirección de la UCR de Ricardo Balbín, fueron perfectamente funcionales al golpe. El FIP denunció la alianza cipaya de la juventud alfonsinista –protostalinista-, la Tendencia pro montonera y el Partido Comunista, que actuaba de hecho, como sustento “de izquierda” del golpe, tal como muchas veces ya había ocurrido en América Latina en golpes oligárquicos-imperialistas contra Gobiernos antiimperialistas y de base popular. A su vez, denunciaba la inminencia del golpe, llamando a la resistencia popular y obrera contra el mismo. La cobardía de la dirección del PJ y de la CGT, impidió cualquier tipo de organización y resistencia ni obrera ni política. Muchos dirigentes del PJ no querían aparecer en 1ª fila defendiendo al Gobierno Popular o directamente colaborando con el golpe, como el Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires, el ex dirigente de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica), Vittorio Calabro. Isabel, en los primeros días de marzo, rechazó el ofrecimiento del entonces mayor del Ejército Argentino, Mohamed Alí Seineldín, de arrestar a los mandos golpistas, dejando el camino alfombrado para los conspiradores liberales del Ejército y librados a su propia suerte a los oficiales nacionalistas y constitucionalistas. Luego del lock out patronal, en febrero del 76, hubo una reunión de los partidos políticos, en la que Ricardo Balbín, en nombre de la UCR y con su paquidérmico estilo, después de decir que nada tenía que ofrecer a la precaria estabilidad institucional por la que pasaba el país, pero que su partido sostendría a las “instituciones” legales. En ese momento, el cro. Spilimbergo le señaló a Balbín que “…las instituciones tienen nombre y apellido, y en este caso se llama María Estela Martínez de Perón; la UCR está dispuesta a sostener a la Presidenta…”. La respuesta del platense fue el silencio, que obviamente, implicaba una tácita aprobación civil al golpe. Ello se vería corroborado por la colaboración “civil” de la UCR, con el Proceso de Reorganización Nacional, que “aportó más 500 intendentes en las provincias de Buenos Aires y de Córdoba, de embajadores como Héctor Hidalgo Sola –ante Venezuela- o Rubén Blanco –ante El Vaticano- o del Sec. Gral. de la Presidencia con el Gral. Videla, el Dr. Ricardo Yofré, años después director de la campaña electoral a la Presidencia (1989) del Dr. Eduardo Angeloz. Ni que hablar de las sucesivas visitas a la Casa Rosada, por parte del dirigente radical, Ricardo Alfonsín, a su amigo y ex condiscípulo del Liceo Militar Gral. San Martín, el todopoderoso Ministro del Interior el Gral. Albano Harguindegui. Luego los radicales se “rasgarían las vestiduras”, haciendo alarde de “su lucha contra la dictadura”.

 

Es en ese ambiente de contrarrevolución, que se desenvolvía el drama y cuyas consecuencias aún padecemos. ¿Qué pasaba internamente por aquellos años en el FIP? En las postrimerías del año 1974, comienza a darse una lucha ideológica que aparecía en la prensa partidaria sobre “Marxismo a la “europea” o marxismo a la “asiática””, que prohijaba Ramos, aunque el “mascaron de proa” de este, era el Profesor Blas Alberti. El claro objetivo de la supuesta “lucha ideológica”, inducida por JAR, era alentar a que la IN fuera alejándose progresivamente al marxismo, considerándolo “europeizante” y ajeno a las tradiciones “criollas” y/o del Tercer Mundo. Ya caído el Peronismo, esa tendencia se fue profundizando y a la dictadura exterior, el enrarecimiento de la actividad interna, se agudizó y la lucha interna entre el grupo ramista –por llamarlo así- y la oposición encabezada por los cros. Osvaldo Calello y Jorge E. Spilimbergo, se agudizó, hasta hacer imposible la convivencia y los últimos mencionados se retiraron Años después estos últimos, fundarían el Partido de Izquierda Nacional (PIN). Lo cierto es que Ramos, a partir de 1980, fue girando ideológicamente a la derecha, señalando que había que dejar en el análisis a los filósofos europeos, particularmente a los “rusos” o sea a Lenín y a Trotsky. Cuanto mayor era el aislamiento, mayor fue el sectarismo y junto a este, las decisiones administrativas, los arbitrarios Tribunales de Disciplina y las aún más arbitrarias expulsiones, entre las que me conté. Después de Malvinas y particularmente ya en época del alfonsinismo, Ramos crea el MPL y este proceso de derechización ideológica se transforma en muestras de grosero oportunismo, como el “cortejo” con la Iglesia Católica, apoyando a esta en su lucha contra el divorcio vincular. Este proceso de derechización y de creciente acercamiento con Menem, culminaría con la integración de Ramos al FREJUPO (Frente Justicialista de Unidad Popular), que prohijó la fórmula presidencial triunfante Menem-Duhalde (1989). Junto a este proceso de “peronización”, Ramos repudiaba sus propios escritos y apoyaría las “privatizaciones” menemistas. Se había convertido en el Plejanov argentino, que había reescrito el marxismo y así como el teórico ruso había introducido el marxismo en Rusia, Ramos lo repudiaba para ponerse al servicio del parvenu riojano y comenzar la nueva recolonización argentina. Sus seguidores del MPL, en su mayor parte, salvo los que se fueron, fueron soldados del menemismo, como hoy lo son del kirchnerismo. Algunos ejemplos ilustrarán lo afirmado; por ejemplo en la Pcia. de Santa Fé, la dirección del PSIN y luego la del FIP que en las décadas del 60 y el 70, habían tenido cierto grado de desarrollo, más allá de sus tendencias derechistas, expresadas en un “federalismo” que negaba la necesidad de una dirección partidaria centralizada. De esa dirección, miembros destacados  de su Comité Zonal (CZ), como Mario Lacava y Perícles Dentesano, se pasaron al menemismo. Lacava, sin haberse desdicho ni una coma de su militancia en la IN, pasó a revistar como Subsecretario de Municipalidades en el Gobierno provincial del ex montonero Jorge Obeid y en la actualidad es diputado provincial por el corrompido PJ de Santa Fe. Dentesano, antes de su prematuro deceso, fue asesor de la Diputada Sara Liponesky por la Pcia. de Entre Ríos, en materia de Derecho Constitucional, en base a sus grandes conocimientos en la materia como abogado constitucionalista. A su vez Liponesky, esposa de Fidel Amavet, y ambos miembros del CZ Entre Ríos, también se pasaron al menemismo con armas y bagaje, siendo conocida aquella, en la Cámara de Diputados de la Nación, como la más ferviente congresal menemista, superando con creces a sus propios pares, provenientes del PJ. En Salta, uno de los fundadores de la IN salteña, Gregorio Caro Figueroa, se pasó primero al alfonsinismo y luego al kirchnerismo; hoy día es Secretario de Cultura de la Gobernación de Juan Manuel Urtubey, que junto con su colega de San Juan, el Ing. José Luis Gioja constituyen los gobernadores más serviles y entreguistas de la minería local, en favor del capital imperialista. Es tal el grado de traición de Caro Figueroa, extraño Secretario de Cultura, que quema libros. Ello no es literario; autor juvenil de una notable obra titulada “Historia de la Gente Decente de Salta”, librería donde se encuentra ejemplares de la misma, los adquiere para luego incinerarlos. Caro Figueroa, como converso supera de lejos a otros “conversos”, pues quiere borrar de su memoria su pasado revolucionario, quemando su propia obra. Otro ex afiliado de la IN salteña, el abogado Nicolás Roberto Juárez Campos, quién colaboró con Alejandro Olmos en la Comisión Investigadora de la Deuda Externa Cámara de Senadores de la Nación (1984-1985), en la investigación. También y como Lacava, a fines de la década del 90, se afilió al PJ y llegó a ser Ministro de Justicia del Gobernador Urtubey, en una corta gestión. Que diría al respecto si reviviera Don Alejandro de la deserción y de los “olvidos” de quién fuera su principal colaborador. En Córdoba, casi toda la dirección del CZ provincial se hizo kirchnerista y muchos que ya venían colaborando con el Estado desde el menemismo. La “Pimpi” Colombo, ex miembro del CZ Tucumán, hoy día es Directora Nacional de la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor, dependiente de la Secretaría de Comercio, cuyo titular es el paquidérmico Guillermo Moreno y cuadro kirchnerista y cristinista de 1er. orden. En Capital Federal y Pcia. de Buenos Aires, los miembros de las agrupaciones kirchneristas de IN (???) Causa Popular y Patria y Pueblo, justifican con falaces argumentos la recolonización imperialista de la Argentina. En otros casos, como el de Jorge Raventos, como funcionarios menemistas del Ministerio de RREE, apoyaron explícitamente el pago de la Deuda y la ocupación colonial inglesa en Malvinas. Ni que hablar del actual Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, y uno de los principales voceros de la Presidenta Cristina Fernández, quién al igual que otros miembros destacados del Gabinete de Gobierno como el Ing. Ricardo Jaime –ex Secretario de Transportes de la Nación-, se encuentra procesado penalmente por incumplimiento de los deberes del funcionario público, enriquecimiento sin causa, defraudación contra el Estado  y de otras causas más, debido a su gestión al frente del Instituto Nacional del Cine y Artes Visuales (INCAA), en el manejo de subsidios dirigidos al financiamiento público de películas. En el “curriculum vitae político” de Coscia, consta haber sido sucesivamente, menemista, dualdista y luego kirchnerista, al igual que el tucumano Pablo Fontdevila, ex miembro de la dirección nacional del FIP y del PSIN y anteriormente del CZ Tucumán y llamarse a sí mismo hoy, kirchnerista de la Izquierda Nacional. Los ejemplos sobran y resulta necesario dar una explicación del por qué, miembros de dirección, con largos años de militancia en la IN, en la lucha por la Unidad Nacional de América Latina y la Revolución Socialista, pasaron del campo del proletariado como ala izquierda del Frente Nacional, al campo del nacionalismo burgués, y cuando este, ya no es más la expresión de un Frente Único Antiimperialista y antioligárquico, como lo fue entre 1945 y 1984.

 

Cabe acotar dos cosas. La primera es que Ramos y el FIP se negaron a entrar al FREJULI (Frente Justicialista de Liberación Nacional) ofrecido por el Gral. Perón, cuando este como jefe del Frente Nacional, le ofrecía generosamente cargos electivos en las listas a diputados, senadores, concejales, etc. y aceptó en su lugar, ingresar al FEJUPO y luego al PJ, ya totalmente corrompido y dirigido por Menem. Toda una capitulación. En pago de esa capitulación, le ofrecieron la Embajada en México, como una suerte de soborno. Qué final triste para el gran pensador y político. La otra observación es una pregunta que nos hacemos desde hace muchos años que consiste en suponer, hipotéticamente hablando, que hubiese ocurrido si Ramos, con su inmenso prestigio –sobretodo, después de Malvinas- y hombre de consulta de muchos sectores del Peronismo político y sindical, así como por hombres de las FFAA, en 1989, al comienzo del menemismo, hubiese denunciado el fraude político de Menem y hubiese llamado a la resistencia contra el programa procesista de aquel y contra la alianza de aquel con Alvaro Alzogaray y con los enemigos históricos del Peronismo. Me inclinaría a creer, sin ser filósofo de la historia, que sectores muy importantes del sindicalismo y del Peronismo histórico, de las FFAA y muchos otros, se hubieran acercado a la IN y se habrían podido dar las condiciones, para la reconstrucción del Frente Nacional. Dicho en otras palabras, se podría haber establecido las condiciones para la lucha contra el Proceso o sea el repudio a la ilegítima y fraudulenta Deuda Externa y una efectiva malvinización del país. Probablemente habríamos tenido muchas bajas, por cuanto el menemismo y sus aliados procesistas, nos habrían puesto en la mira. Pero también es posible que la reconstrucción del Frente Nacional o Frente Unico Antiimperialista, se hubiese forjado en una inmensa alza de masas. Pero como ya dijimos, esto es solo una hipótesis de trabajo.

 

El segundo aspecto sobre el que evita pronunciarse Regali y que es el meollo del asunto: ¿Cual es la naturaleza del poder político y económico, que sustentó al menemismo y el que sustenta al kirchnerismo? Este último, no es nacional ni popular, como afirma gratuitamente Regali, sino muy por el contrario, es antinacional, antipopular y metódico sirviente del imperialismo y del capital financiero internacional, pese a tener –por ahora-, una gran cantidad de seguidores. Además de esas “virtudes”, el kirchnerismo es una organización mafiosa, caracterizada por el enriquecimiento inaudito de la  cúpula, en base a negocios surgidos del asalto de la pequeño-burguesía política al Estado.

León Trotsky, ha explicado hasta el cansancio, basado en el análisis de Marx en el “18 Brumario de Luis Bonaparte”, que el modo “normal” de gobierno burgués en la sociedad capitalista contemporánea es el bonapartismo, en el sentido de un jefe civil o militar, basado en las clases motrices de la sociedad se establece como árbitro entre las mismas, con el objeto de favorecer a una de ellas. Pero hay dos clases de bonapartismo, uno como fueron los casos de Lázaro Cárdenas en México en la década del 30 y de Perón en las décadas del 40 y 50 en la Argentina del siglo XX, o en el presente Hugo Chávez en Venezuela, en que un jefe civil o militar de la sociedad dependiente o semicolonial, establece límites al capital imperialista y a sus aliados nativos, nacionalizando los servicios públicos, los recursos naturales, limitando o repudiando la Deuda Pública, efectuando una política de Capitalismo de Estado. Para ello debe combatir a las clases asociadas al capital imperialista y para ello, recurre a dos elementos fundamentales, una alianza con los sindicatos y con las FFAA y el poder concentrado del Estado. Debe disciplinar a los sindicatos, con poca o ningún atisbo de democracia en los sindicatos, con el objeto de establecer un poder igual o mayor a las clases explotadoras y a la pequeño-burguesía urbana, muchas veces manipulada por a prensa del sistema. Pero existe la posibilidad de otra clase de bonapartismo, en la cual el jefe bonapartista establece una política “populista”, en favor del imperialismo y de sus políticas succionadoras. En este caso, los sindicatos actúan como correa de transmisión del imperialismo en el campo del movimiento obrero, para inmovilizar y desmoralizar al proletariado, e impedir de esa forma que este al democratizarse se constituya en la clase organizadora del Frente Unico Antiimperialista y plantee una resistencia nacional a los planes de saqueo  imperialista. Esta es la característica básica del menemismo y del kirchnerismo. No es por casualidad la alianza entre el Estado y los sindicatos burocratizados, que viene dándose a partir de Menem. Dice Trotsky en “Los sindicatos en la época del imperialismo: “…Cada movimiento de oposición en el ámbito sindical, especialmente entre las cumbres dirigentes, amenaza con provocar una agitación violenta entre las masas y crear dificultades al imperialismo nacional. De aquí surge el viraje de los sindicatos hacia la derecha, y la supresión de la democracia obrera dentro de ellos. El rasgo fundamental, el viraje hacia el régimen totalitario, se manifiesta también en el movimiento sindical del mundo entero…”. No fue una casualidad, en modo alguno, la conversión de muchos dirigentes sindicales de burócratas de línea en “capitalistas”, al asociar a los gremios en el asalto a las empresas del Estado y de esa forma hacerlos cómplices en el proceso privatizador de los años 89 al 92 y “ayudando” a despedir a miles de trabajadores. Podemos recordar entre otros, a Diego Ibañez (fallecido) del SUPE (petroleros), a Oscar “Cacho” Lezcano (electricistas), a José Pedraza de la UF (ferroviaria), hoy detenido por su complicidad con el asesinato del militante del PO, Mariano Ferreira. Sin esa complicidad el menemismo no podría haber efectuado la política acordada por el menemismo con el capital financiero internacional, de recolonizar a la Argentina.

¿En que consiste la recolonización de la Argentina? Básicamente en la reinserción a la Argentina en la división internacional del trabajo, de la que había salido en la década del 30 y que el Peronismo, en su primera gestión, la hizo Política de Estado. Capitalismo de Estado, industrialización autónoma, nacionalización del Comercio Exterior, nacionalización financiera y controles a la actividad bancaria, límites económicos y políticos a la oligarquía terrateniente, desarrollo en base al Consumo y a la Inversión internas, controles eficaces de la inflación y semiautarquía del país respecto del mercado mundial. La sustentación política para esa política, era la alianza histórica entre el proletariado y los sectores nacionales de las FFAA, que fue la base política de masas sobre la cual reposaba esa etapa de la Revolución Nacional. Esa fue una política verdaderamente nacional y popular y no un verso, del tipo de “6, 7, 8” del Canal 7 del kirchnerismo.

6.- Treinta y cinco años de contrarrevolución imperialista.

La estructura económica de nuestro país, a partir del 24 de marzo de 1976 y la pérdida de continuidad, es de una absoluta dependencia, respecto de los países centrales. Una pesada, gravosa, fraudulenta e ilegítima Deuda Externa, impide el proceso de acumulación interna y por lo tanto no tenemos ahorro interno que financie la inversión productiva. Los excedentes de la balanza comercial que se acumulan en el BCRA, financian las importaciones, pero también financian la fuga de capitales y los pagos de la Deuda, así como los servicios comerciales (fletes, seguros, royalties y remesas al extranjero) y financieros. Mientras que a mediados de la década del 70, en nuestras exportaciones comenzaban a tener una mayor proporción, los bienes industriales con mayor valor agregado, en la actualidad, las exportaciones son de granos, petróleo, gas, minerales metalíferos en bruto. Las importaciones son de bienes de consumo y de capital, junto a combustibles líquidos y gas. Hacia mediados de la década del 70, nuestra industria estaba semiintegrada en muchos bienes, pero también en muchos otros. En el caso de la industria automotriz, la integración llegaba al 95%, en la electrónica casi en el 100%. En esta última, por ejemplo, producíamos con la tecnología de la época, el 100% de las radios, de los televisores (Blanco, Negro)del equipamiento médico y porcentajes un poco menores para el abastecimiento de nuestras FFAA de aire, mar y tierra. Pero además, producíamos maquinaria pesada, barcos hasta 70.000 tn, locomotoras, material ferroviario, rieles y la industria trabajaba a pleno. No existía desocupación industrial. El Estado controlaba a la economía y aunque comenzaba a incrementarse la participación extranjera en determinados sectores, la remesa de utilidades y sus inversiones, existía una Ley de Inversiones Extranjeras que regulaba eficazmente a las mismas, así como el uso de la tecnología. Teníamos 35.000 km de vías férreas que transportaban pasajeros y cargas, con rapidez, eficacia y con provisión argentina de su equipamiento. Se efectuaba el mantenimiento correspondiente de vías y obras. Las empresas del Estado contribuían con el 25% del valor agregado del Sector manufacturero y atendían a la generación, transporte y distribución de energía y de combustibles, así como al transporte aéreo, fluvial y marítimo. Existía un reasegurador nacional, el INDER, y nunca hubo quiebras masivas de firmas aseguradoras o corridas masivas y/o cierre de instituciones financieras. No existía la mendicidad y los salarios en términos reales (netos de inflación). En 1973, el 10% más rico del país, tenía un ingreso 12 veces superiores al 10% más pobre.Sobre el análisis de las primeras 500 firmas formadoras de precios, el 80% eran argentinas. Nuestras FFAA, tenían más de 200.000 efectivos para un país de 25.000.000 de habitantes, las cuales eran equipadas y sostenidas en un 100%, por bienes y servicios producidos internamente. No podía haber fuga de capitales, pues existía un sistema múltiple de cambios y el BCRA, ejercía eficazmente sus controles monetarios y cambiarios.

En la actualidad, la Argentina ha retrocedido más de un siglo, primarizando la producción y las exportaciones. La concentración del ingreso, hace que el 10% más rico se lleve un 60% del ingreso nacional y tenga un ingreso 40 veces mayor al 10% más pobre. 20.000.000 de argentinos están por debajo de la línea de pobreza y esto se viene potenciando con el kirchnerismo.

La mayor restricción que tiene la Argentina es que social y económicamente no tiene soberanía sino coloniaje político y económico y el eje de gravedad en la toma de decisiones está situado fuera de nuestras fronteras. Ello ocurre porque la Argentina es una colonia financiera del imperialismo mundial. Por supuesto que existen responsabilidades emergentes, en parte de un sistema político que oportunamente tendrá que ser juzgado. Mientras no se constituya un Frente Unico Antiimperialista, que desde el Estado revierta el coloniaje, no hay solución. Eso es lo que los argentinos debemos resolver.

De las 500 empresas formadoras de precios, el 80% son extranjeras, teniendo posiciones dominantes en las industrias más dinámicas, así como en la producción y en las exportaciones.

La extranjerización del suelo adquiere proporciones alarmantes. La situación privilegiada de la Argentina, con una inmensa dotación de recursos naturales, en las condiciones políticas actuales de absoluto coloniaje respecto del imperialismo, determina el apetito de los extranjeros. Ello establece el peligro cierto de extranjerización de nuestras mejores tierras, montañas, ríos, lagos y costas marítimas, como ya está ocurriendo. Para el año 2002, un total de casi 25.000.000 Ha (250.000 km2), equivalentes al 80% de la superficie de la Pcia. de Buenos Aires, fueron vendidas o estaban en proceso de venta a extranjeros, en todo el país. Por otra parte, los bancos Nación y Provincia de Buenos Aires tenían en su cartera hipotecas de chacareros endeudados por 14.500.000 hectáreas. Si esos bancos fueran privatizados, las carteras de gestión y mora de los mismos pasarían a manos de quienes resultaren compradores de los mismos. O sea que, si a los totales del Cuadro Nº 1 se les sumaran las carteras hipotecarias de los citadas entidades, estaríamos hablando de un proceso de concentración de la tierra en manos extranjeras de más de 39.000.000 Ha (390.000 km2), o si se quiere una superficie mayor que la correspondiente a las Repúblicas de Italia y Francia.

De los asalariados que tienen empleo, el 40% están en negro, sin aportes previsionales y sin aportes a las Obras Sociales. 2.000.000 de desocupados (14,3% de la Población Económicamente Activa (PEA)), pugnan por entrar al mercado de trabajo  y dispuestos a trabajar por un salario menor a los de convenio. El Estado nacional se ha desentendido totalmente de la Salud, de la Educación Pública y de la Defensa Nacional, siguiendo los consejos del Banco Mundial. Los 23 distritos educativos y de Salud Pública, han sido descentralizados en un mal entendido federalismo, que solo favorece a la educación y a la salud para ricos y que los pobres vayan a escuelas y hospitales, que están saboteados presupuestariamente. El Estado nacional reparte subsidios a los menesterosos, efectuado una política clientelar en su reparto y sustituyendo en esos quehaceres a la oligárquica  Sociedad de Beneficencia.

No existe federalismo fiscal y el Estado central, que concentra más del 80% de los recursos ingresados a la Administración, en su mayor parte los destinan al pago de amortización de capital e intereses de la deuda y subsidios a la energía, los transportes y la Seguridad Social y con un criterio absolutamente discrecional y clientelar.

Una crisis de incalculables proporciones se incuba en el Sector de la Energía y los combustibles, directamente ligados a las “privatizaciones” de la década del 90 y a la deliberada desinversión en ambos sectores. En el Sector Eléctrico, no hubo ningún tipo de inversiones en materia de mantenimiento en lo que hace a la distribución, pero tampoco en la generación y transporte. En el caso de los combustibles y también ligado a la “privatización” de YPF y de Gas del Estado, no hubo, deliberadamente, exploración para incrementar las reservas de petróleo y gas y el horizonte de reservas en el caso del 1º, escasamente alcanzan a 8 años y a 14 años en el caso del gas. En ambos casos, antes de las “privatizaciones”, el horizonte de reservas superaba los 15 años para el petróleo y los 30 años para el gas. Las ganancias de REPSOL YPF, aumentan año a año y a escala mundial casi el 35% de las mismas provienen de sus inversiones en la Argentina, lo que da una idea somera del pillaje que efectúa el capital financiero anglo español y los grupos “argentinos” asociados. La “baratura” del servicio residencial, en términos tarifarios, está financiada por el Estado, la que no podrá evitar, de continuar la desinversión del sector, de una fuerte actualización tarifaria, posiblemente después de las elecciones presidenciales de noviembre del 2011. La situación de los malos servicios, por falta de inversiones de los distribuidores, el incremento en los costos operativos de las mismas el Estado se los financia con subsidios; señalaba anteriormente, que la administración kirchnerista viene incrementando año a año el gasto público de subsidios tanto al Sector eléctrico como al Sector Combustibles. En los años 2009 y 2010, el Estado nacional entregó en concepto de subsidios al Sector eléctrico $ 16.000 millones (u$s 4.000 millones) y $ 21.000 millones (u$s 5.250 millones). Solo en un año, los subsidios al Sector eléctrico se incrementaron en un 31,1%, sin que hubiera mejoras en el servicio sino todo lo contrario. Desde el año 2005, los subsidios estatales al Sector eléctrico se multiplicaron por 12, incrementando en la misma proporción el gasto público al sector, mientras se subejecutaron deliberadamente los programas para la Defensa Nacional, la Educación y la Salud Pública. Esta política de subsidios es como “tapar el cielo con las manos”. Desinversión, malos servicios, cortes en el servicio e incremento del gasto público en forma de subsidios, constituyen la consecuencia lógica y de las privatizaciones de las empresas públicas, particularmente de las eléctricas y de los cambios institucionales ocurridas a partir del golpe del 76 y cuyo basamento técnico-económico estuvo originado en la destrucción de la integración vertical de AyEE, expresada en la transferencia a las 24 jurisdicciones de la generación y la comercialización del fluido eléctrico.

La industria ha sido desmantelada y el Sector manufacturero aporta menos del 20% al PBI, lo que implica menos empleo, menores niveles de calificaciones y remuneraciones más bajas. La UOM (Unión Obrera Metalúrgica), que tenía casi 750.000 afiliados en 1975, hoy tiene menos de 150.000. El consumo per cápita de acero que en 1975 estaba en 150 Kg/año-persona en el 2009 (casi treinta y cinco años después), apenas supera los 100 kg/año-persona, con un retroceso de casi el 35%, lo que está midiendo el gravísimo retroceso industrial.El retroceso industrial se mide en el hecho de que la mayor parte de las importaciones del Sector manufacturero son bienes de capital, bienes semiterminados y combustibles y ello impide una efectiva integración industrial y una mejor calidad y entrenamiento de la mano de obra. En el caso de la industria automotriz, totalmente oligopólica y cartelizada, es una armaduría que produce, a lo sumo un 20% de las autopartes, cuando en 1975, la participación nacional superaba el 95%. En la industria electrónica, más del 50% de los auto partes son de origen importado, en el caso de los bienes de consumo. Debe recordarse que para 1975, CITEFA (Consejo Nacional de Investigaciones Ciéntíficas y Técnicas de las FFAA), ya producía a escala de laboratorio, circuitos integrados (chips), base de la futura revolución tecnológica y la Argentina estaba en condiciones similares industriales en ese terreno a los países imperialistas. La dictadura y la democracia colonial destruyeron todas las condiciones económicas y técnicas para su posterior crecimiento.

El pillaje de la actividad minera está caracterizado por los inmensos beneficios impositivos, cambiarios y subsidios que les abaratan las inversiones, que el Estado colonizado, por ley 24.196, les permite a las empresas imperialistas despojarnos a los argentinos, de minerales metalíferos como el oro, la plata, el cobre, el molibdeno, el uranio, el cromo y muchos y que salgen del país sin ningún tipo de controles aduaneros. Es tal el nivel de complicidad del Estado “nacional y popular” de Regali, que las mineras legalmente no tienen obligación alguna de liquidar en el país el 100% de las divisas, provenientes de las exportaciones y facilitar así la fuga de capitales. La Presidenta Cristina Fernández y los Gobernadores José Luis Gioja (San Juan) y Juan Manuel Urtubey (Salta), son socios de las mineras, lo que asocia el poder político con el imperialismo, en un maridaje rayano con la Traición de la Patria.

No existe la Defensa Nacional por una deliberada política desmalvinizadora, descalificando a las FFAA y vejándolas desde el aparato mismo del Poder Ejecutivo y con el apoyo de la misma Prensa que apoyó al Proceso. Esa campaña la inició Alfonsín, la potenció Menem y la rematan los Kirchner. Con el argumento del enjuiciamiento de los militares, involucrados en la violación de los Derechos Humanos, en la etapa de la Dictadura Colonial, comenzó la tarea de demolición de las FFAA. Se redujo el tamaño de las mismas, las que pasaron de 280.000 efectivos en 1975, con una población de 25.000.000 de habitantes a menos de 80.000 hombres y mujeres bajo las armas, cuando tenemos una población de 40.000.000, o sea una reducción del 71,4% con un simultáneo aumento demográfico del 60%. Año a año, se sabotea presupuestariamente a las FFAA; los aviones perdidos en el enfrentamiento con Gran Bretañano se han repuesto; los aviones no pueden volar y los barcos no pueden navegar, por falta de combustibles, repuestos y mantenimiento. Se suprimió el Servicio Militar Obligatorio. El ejército no puede entrenar a sus cuadros, porque no tiene cuadros. Se destruyó el misil Cóndor II, joya de la ingeniería argentina. Se entregó al Área Material Córdoba a la empresa imperialista Lockhed, para efectuar mantenimiento de aviones norteamericanos y se discontinuó la producción del avión Pampa, continuador del caza Pucará que fuera el terror de los colonialistas ingleses. Se cerraron líneas completas de producción de Fabricaciones Militares y sus sectores más rentables, fueron entregados al Sector privado. Todos estos puntos son funcionales al interés anglosajón de dejar inerme en materia defensiva a la Argentina. Qué Defensa se puede dar al país, si solo se dispone de  municiones para no más de una semana. Mientras todos los países de América Latina, en defensa de sus intereses en los últimos años, aumentaron en términos absolutos y relativos sus presupuestos, la Argentina simétricamente los redujo. El colonialismo británico y gracias a la política entreguista de la Argentina, fundamentalmente de Menem y sobretodo de los Kirchner, ha avanzado diplomática y militarmente en su política de despojo de los recursos naturales en Malvinas, pesca y exploración petrolera, además de desplegar fuerzas navales que protejan el despojo.

Del resumen que se ha descrito, resulta muy difícil concluir como hace Regali, que la gestión kirchnerista (2003-2010) es “nacional y popular” y, aunque no lo dice, inferiría que el kirchnerismo sería la continuación del Peronismo, social y políticamente hablando. No solo que nos parece absolutamente un disparate la proposición, sino que no se entiende ni cuál es la base de poder del kirchnerismo, ni que los sectores políticos que lo integran, constituyen una nueva versión de la Unión Democrática. El “poder detrás del trono” del kirchnerismo es un sólido bloque, constituido por las empresas mineras y petroleras imperialistas, las grandes firmas exportadoras de granos y los Fondos de siembra canadienses, europeos y norteamericanos –además de los socios “argentinos”- y un conjunto de firmas industriales fuertemente concentradas en las exportaciones del sector. A ese bloque se le suman los proveedores y contratistas privilegiados y prebendarlos del Estado, como por ejemplo, la Cámara Argentina de la Construcción. Estos sectores, íntimamente ligados al golpe del 76, con la devaluación de febrero de 2002, desplazaron al Sector financiero que hasta entonces había estado ligado al Estado. Con la fuerte devaluación del 300%, que efectuaron Eduardo Duhalde y su Ministro de Economía Remes Lenicov, se abarató el costo salarial y resultaba conveniente efectuar una política de “sustitución de importaciones”, que hasta entonces el rígido corset cambiario del 1 a 1 lo impedía. Los banqueros no fueron “dejados de lado” y Duhalde los “indemnizó” con bonos equivalentes a unos u$s 19.000 millones, lo que no tuvieron el resto de los argentinos. La política de crecimiento o Programa” y continuando al Proceso, fué “crecer” al 8%/año (supuestas tasas chinas), pagar la deuda pública, entregar las rentas de los recursos naturales, con una fortísima redistribución regresiva del ingreso. En el plano internacional, seguir al bloque occidental de Europa y los EEUU y continuar con la desmalvinización. Esa es toda la base económico-social y política del kirchnerismo. Por supuesto que para sostener desde el poder dicha política, se requiere de un sistema de alianzas políticas, en donde entran los restos de la antigua dirección montonerista, la izquierda cipaya, encabezada por el PC, la dirección ultracorrompida del PJ, el liberalismo alzogaraicista y más los renegados de todos los partidos, incluidos los renegados de la IN. Todo “condimentado” con un doble lenguaje, “antimenemista”, para neutralizar cualquier reacción de las clases medias, muy soliviantadas por el terror económico del 2001. Los intentos de democratizar al movimiento obrero, son “controlados” por la CGT, que actuó como correa de transmisión de los dictados de Kirchner y ahora de Cristina Fernández. Por otra parte, los “negocios del Estado”, están teñidos con un altísimo grado de corrupción y de coimas, cuya jefatura tenía Kirchner. Es ingenuo pensar que la “compra” del 15% del paquete accionario de YPF, efectuada por el grupo Esquenazi, haya sido con fondos propios del mismo grupo. Igualmente raro es el papel de “financistas” como Cristóbal López, de  Lázaro Báez o el papel jugado en los contratos del Sector Público y manejo de fondos por parte del Ministro de Infraestructura el Arq. Julio De Vido. El manejo de los medios oficiales y algunos privados, absolutamente totalitario, tiene mucho más que ver con el concepto que tenía Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda de la Alemania nazi, de la información a bajar “…miente, miente que algo quedará. Por otra parte, son ampliamente conocidos los vínculos de la administración kirchnerista con el sionismo, que establecen un punto de partida de los intereses colindantes con el capital financiero yanqui. En rigor de verdad, la administración kirchnerista es la de un gobierno tipo Unión Democrática del siglo XXI al servicio del imperialismo, del sionismo y del capital financiero internacional, en el que conviven alegremente el ultraliberalismo imperialista (el alzogaraicista Ministro de Economía Amado Boudou), muchos ex montoneros (el Diputado Carlos Kunkel, el ex Ministro de RREE Jorge Taiana, la Ministro de Defensa, Nilda Garré, Martín García, etc), ex menemistas (el Jefe del bloque de Senadores del PJ, Juan Pichettto, el Secretario de Hacienda Juan Carlos Pessoa), sionistas (Héctor Timmerman), stalinistas (Senador Daniel Filmus, Sec. de Política Económica Roberto Felletti, el diputado y banquero Carlos Heller, el Diputado y ex Intendente de Morón (PBA), Martín Sabattella, etc),  renegados de la Izquierda Nacional (Jorge Coscia), más una cantidad bastante importante de corruptos y vendepatria, entre intendentes del GBA, diputados y gobernadores socios del capital imperialista (San Juan, José Luis Gioja; Chubut, Mario Das Neves;Salta, Juan Manuel Urtubey, etc).

Concluyendo, a nuestro juicio, no puede convalidarse políticamente a un gobierno que como este, está totalmente de rodillas con el imperialismo, con el sionismo, de un altísimo grado de corrupción, que paga puntualmente la ilegítima y fraudulenta Deuda Externa, que convalida el pillaje imperialista de las rentas de los recursos naturales, que es socio de la cúpula ultracorrompida del PJ y que económicamente está al servicio del capital financiero internacional y llamarlo “nacional y popular”.

La construcción de una dirección socialista revolucionaria del Frente Unico Antiimperialista supone una despiadada crítica a quienes por oportunismo o porque renegaron del Socialismo y del marxismo (sea por intereses personales o por cobardía), pasaron al campo del nacionalismo burgués, cuando este pasó al campo del imperialismo. No se puede construir una dirección que pretenda heredar a la Jefatura Burguesa del Frente Nacional y acaudillar al futuro Frente Nacional, sin ese requisito. Tal como decía Lenín “…La lucha contra el imperialismo está indisolublemente unida a la lucha contra el oportunismo…”

Por lo tanto, quienes se dicen continuadores de la Izquierda Nacional y de la Unidad Socialista de América Latina y apoyan a este gobierno, que nada tiene que ver con el Peronismo histórico del 17 de octubre, obrero y popular, son renegados y han pasado al campo del imperialismo y de sus aliados.

 

 

 

ROBERTO A. FERRERO

 

EL  “ABELARDO  RAMOS”  DE  ENZO ALBERTO REGALI

                                                            

                                                                                                    Por Roberto A. Ferrero

 

   Desde hace un tiempo se encuentra ya disponible en librerías un nuevo libro del Lic. Enzo A. Regali, historiador adscrito a la corriente interpretativa del Revisionismo Científico, cuyo máximo cultor y difusor fuera Jorge Abelardo Ramos. Precisamente sobre éste y sus ideas versa el volumen en cuestión, edición conjunta del Corredor Austral y Ferreira Editor.

   El libro, comenzando por lo adjetivo -pero no tanto, porque se trata de un requisito importante para la inteligibilidad de todo texto- es de un estilo claro, ameno y muchas veces brillante, sin que él sirva, como en autores de verba rutilante y cabeza vacía, para ocultar carencias de contenido. Muy por el contrario: el “Abelardo Ramos: de los astrónomos salvajes a la Nación Latinoamericana” de Regali tiene una extraordinaria densidad, por la diversidad de temas que aborda y la penetración con que lo hace, lo cual lo hace difícil de encasillar en algunos de los géneros determinados en los que prima facie pareciera inscribirse: no es totalmente una “biografía intelectual” de Ramos -aunque contiene sus elementos- ni es completamente una “historia de las ideas” de Ramos y su corriente política. Quizá podríamos decir que es un híbrido de ambas, en cuya mixtura dialéctica el autor va y viene con solvencia destacable. Hay mucha información, muchas horas de trabajo y mucha meditada reflexión detrás de estas 554 páginas, que avanzan en un relato cuyos parámetros se trazan siempre en un marco epocal y político que le da sentido y sustancia.

   En sus primeros capítulos se narra la esforzada historia de un puñado de jóvenes marxistas seguidores de León Trotsky que, en plena Década Infame y en los primeros años del peronismo, se animaron a dejar de lado las frases hechas, los clichés y las categorías de un marxismo pensado en otras circunstancias y para otro espacio geopolítico. Se decidieron –Aurelio Narvaja, Jorge Abelardo Ramos, Enrique Rivera- a abandonar, en otras palabras, el “marxismo euro céntrico” para embarcarse en la aventura ideológica de inventar un marxismo latinoamericano. Conservaron de los maestros apenas algunos conceptos centrales que eran plenamente aplicables, con sólo modificaciones laterales, a nuestra realidad específica, tales como la esencial oposición leninista entre el nacionalismo de los países opresores y el de las naciones oprimidas, y la concepción de la Revolución Permanente en los países coloniales y semicoloniales junto con la consigna estratégica de la Unidad Socialista de América Latina, ambas categorías elaboradas por el gran organizador del Ejercito Rojo. Aparte de esto, lo criticaron y/o abandonaron todo del bagaje teórico inicial, menos la concepción del mundo y el método interpretativo materialista histórico-dialéctico (“el marxismo es más que nada un método de análisis y de acción”, repetía Federico Engels). Así reaprovisionados, aquellos jóvenes teóricos del Grupo “Frente Obrero” (Narvaja, Rivera, Sylvester…) y la revista “Octubre” (Ramos, Moisés M. Prelooker y otros), en constante colaboración/rivalidad, descubrieron que en el tercer Mundo que habitamos  el marxismo podía ser nacional sin traicionar su intrínseca índole (ya que lo nacional es antagónico de lo cosmopolita y no del internacionalismo) y que el nacionalismo podía –mejor dicho, debía- ser socialista si quería llevar hasta el fin su esencia de liberación latinoamericana. A la par, con la ayuda de la información proporcionada por las investigaciones de los publicistas del nacionalismo rosista de los 30 y los 40, reelaboraron la historia argentina  primero y la de Latinoamérica después, dándonos una versión más realista y científica de ellas, superadora de la parcialidad de la historiografía liberal-mitrista. Sus dos textos paradigmáticos, como los describe y desmenuza Regali, fueron escritos por Ramos: “Revolución y Contrarrevolución en la Argentina” e “Historia de la Nación Latinoamericana”, dos trabajos –como apuntaba Methol Ferré- que estaban ya contenidos virtualmente en el primer libro de Ramos: “América Latina. Un País”. Señalemos que si bien este trabajo de Regali se extiende en una consideración nacional de su temática, hace un cierto hincapié en Córdoba, no sólo por la residencia habitual del autor, santafesino aquerenciado, sino porque aquí se elaboró, por esfuerzo y reflexión de Alfredo Terzaga, una parte no menor de la ideología de la Izquierda Nacional y de la crítica histórica en la línea del revisionismo socialista.

   También se muestran en el libro los avatares de las diferentes organizaciones conque se expresó en la vida política de la república esta gran corriente de ideas que fue el Socialismo Nacional: el “Partido Socialista de la Revolución Nacional” en 1954, en que militaban desde el veterano exjustista Enrique Dickmann hasta el joven y talentoso Jorge Eneas Spilimbergo, que sería durante un cuarto de siglo estrecho colaborador de Ramos; el “Partido Socialista de la Izquierda Nacional” (PSIN), fundado en 1962, y su ampliación como Frente en 1972: el FIP o “Frente de Izquierda Nacional”, transmutado años después en el “Movimiento Patriótico de Liberación” (MPL).  Y aunque Regali –como él mismo lo confiesa en la página 12- “firmó la ficha de afiliación al PSIN” en 1971, toma en el libro la suficiente distancia crítica como para ver los errores de Ramos y, a la vez, los injustos señalamientos que los exageran o directamente los inventan.

   En esta línea de reflexión, Regali no vacila en adentrarse en las más espinosas controversias -y fueron muchas- que agitaron las aguas de la Izquierda Nacional. Polemiza con el prestigioso historiador del mismo origen Norberto Galasso, por exagerar el rol fundacional de Narvaja en detrimento de la labor realmente creativa de Ramos, quien no fue sólo talentoso difusor y propagandista; señala el error sectario de Ramos y el FIP de no haber querido incorporarse al FREJULI en las elecciones de 1973, indicando incluso el carácter falaz con que Ramos pretendió justificarse a la vuelta de los años; esclarece la relación entre los dos grupos fundacionales de 1945; y examina las más importantes escisiones sufridas por la corriente: la de 1964, apenas creado el PSIN (la “crisis González Trejo”), y sucesivamente las de quienes serían más adelante intelectuales de prestigio internacional: Jorge Beinstein en 1966 y Ernesto Laclau (h) en 1968, para culminar con el divorcio lamentable de Spilimbergo y Jorge Abelardo Ramos después del “Congreso postal” de 1978, modalidad original impuesta por las persecuciones de la dictadura procesista de entonces. Expone, finalmente, la más cuestionable de la tesis del libro: la exculpación de Ramos por haber acompañado al menemismo y haber dispuesto el ingreso de sus seguidores a las estructuras del peronismo, resolución ésta realmente in artículo mortis –porque falleció al poco tiempo de formularla- y que causó escándalo y escozor en una parte considerable de la militancia del MPL. Los que se negaron a seguirlo en estos pasos, encabezados por Alberto Guerberoff, renunciaron a los cargos públicos que ostentaban en el gobierno menemista y constituyeron el “Movimiento Antiimperialista 2 de Abril” (por Malvinas). No están ausentes tampoco los protagonistas de otra escisión de esos años: la que ligó al santafesino Juan Giobergia y al cordobés Carlos del Campo en el común rechazo a la política poco comprensiva del peronismo y sus direcciones sindicales por parte de la jefatura abelardista.

    De la lectura atenta del libro surge claro el balance favorable de la vida política de Ramos: su legado ideológico y político es inmensamente superior a sus debilidades o capitulaciones finales. Por encima de sus avatares personales y teóricos, mantuvo invariable la consigna histórica mayor conque surgió a la consideración de los argentinos en 1949: la Unidad de América Latina, por cuya concreción luchó incluso siendo embajador en Méjico, lucha que no fue ajena a su enfrentamiento con  Guido Di Tella, el Canciller de las “relaciones carnales”, y a la conclusión abrupta de su misión  en tierras aztecas. Libro polémico sobre un hombre polémico, las controversias que ya están surgiendo a raíz de su edición   servirán sin duda para profundizar en las originales concepciones ideológicas y políticas del célebre “Colorado” Ramos y sus discípulos. La Izquierda Nacional tiene todavía mucho que decir al país y a Latinoamérica.

 

                                                 Córdoba, 11 de febrero de 2011

 

 

 

 

 

 

 

PARTICIPACION DE “SOCIALISMO LATINOAMERICANO”

 

 

GUSTAVO CANGIANO

 

Ramos, Menem y la Izquierda Nacional

 

A propósito de Abelardo Ramos, de los astrónomos salvajes a la nación latinoamericana, de Alberto Regali

 

Es notable lo que uno puede aprender leyendo el libro de un autor de quien se está política e ideológicamente muy alejado. Es lo que me está sucediendo con el libro de Alberto Regali sobre Abelardo Ramos.

En las págs. 482 y ss. Regali transcribe la carta que Ramos envió a Guerberof el 4 de junio de 1990 para instruir al MPL en el apoyo a Menem (creo que la Carta está reproducida en nuestra página web www.izquierdanacional.org). Releyéndola, he notado (además de las flagrantes contradicciones lógicas que contiene) que la estructura argumentativa de Ramos conduce inexorablemente al suicidio político de la Izquierda Nacional (suicidio éste que Regali advierte y celebra, o al menos se resigna a él,  mientras que yo lo lamento y trato de evitarlo). Además, he notado que esa misma estructura lógica subyace tras el oportunismo ante el kirchnerismo de supuestos "izquierdistas nacionales" como los de "patria y pueblo" y "causa popular" (aunque este último grupito ha dejado de existir, tengo entendido).

 

INSOLITO: LOS TROTSKISTAS, Y NO LOS MENEMISTAS, SON EL IMPERIALISMO

Fíjense cómo razona Ramos en la carta de 1990.

1º afirmación: "Formamos parte de un gobierno de origen popular incuestionable (...). Su rasgo característico es que se libra en su seno un combate feroz entre tendencias antagónicas".

2ª afirmación: "Frente al Presidente hay una oposición política encabezada por Alfonsín".

3ª afirmación: "En la Argentina el trotskismo (es) la CIA"

4ª afirmación: Asistimos "al desconcierto producido por la perestroika y el fortalecimiento aparente de EEUU"

5ª afirmación: Ante este panorama, romper con Menem significa "un paso hacia el imperialismo y sus instrumentos locales".

6ª afirmación: "Fuera del menemismo y contra él sólo está la nada. (Romper con Menem significaría) el retorno inapelable a la secta esclarecida (...), digamos 5000 lectores de nuestro periódico y 40.000 votantes en las elecciones. El propio Trotsky decía que si las condiciones objetivas son demasiado hostiles, se debía retroceder hacia las posiciones teóricas y atrincherarse en ellas".

Ahora analicemos.

He dicho que Ramos incurre en contradicciones evidentes. Por ejemplo: para argumentar con una cita de autoridad contra quienes proponían -según él- "retroceder hacia la secta esclarecida", recurre justamente a Trotsky, quien decía, palabras más palabras menos... ¡que a veces hay que "retroceder hacia la secta esclarecida"!

He dicho también que el argumento de Ramos es suicida para la Izquierda Nacional, puesto que no le deja margen para su propia existencia política: o se subsume en el menemismo, o se subsume en la oposición gorila, o se condena al lugar de la secta o le hace el juego al imperialismo. Regali diría (lo dice una y otra vez en su libro) que Ramos está reconociendo que el mundo había cambiado tanto que ya no había lugar para las ideas de un socialismo de Izquierda Nacional y que por eso había que "bajar las persianas" e integrarse al Partido Justicialista.

Pero vayamos a lo que más me interesa puntualizar ahora: el carácter "atemporal" de una estructura de pensamiento que conduce al suicidio político y que sigue vigente en algunos ex compañeros.

Veamos.

 

RAMOS: DE LA REVOLUCIONA PERMANENTE AL APOYO PERMANENTE

Mantengamos la estructura de las 6 afirmaciones modificando sólo los sujetos que ocupan los lugares establecidos por esa estructura.

Tendríamos entonces lo siguiente:

1ª afirmación: "Formamos parte de un gobierno popular -el de los Kirchner- que todavía tiene asignaturas pendientes"

2ª afirmación: "Frente al Gobierno hay una oposición encabezada por Duhalde y Macri"

3ª afirmación: "El PO es el imperialismo"

4ª afirmación: "Asistimos a un período en el que la correlación de fuerzas no permite al gobierno avanzar más allá de donde llega"

5ª afirmación: "Ante este panorama, romper con el Gobierno significa dar un paso hacia el imperialismo y sus instrumentos locales como Duahlde y Macri"

6ª afirmación: "Fuera y contra el Gobierno está la nada. Romper con el gobierno significaría volver a ser una secta ideológica en vez de políticos realistas".

Razonando en cada coyuntura política de esta manera, ¿no es obvio que la Izquierda Nacional no tiene perspectiva alguna de desenvolvimiento? La confirmación empírica de lo que digo sería que en todos los casos, quienes así han razonado, empezaron dando el 1er paso (proponer una línea de apoyo llamado por decoro a veces "crítico") y terminaron dando el 2º paso (autodisolución e integración en una fuerza ajena a los postulados más elementales de la IN, sea Menem, Rodríguez Saa, Kirchner y hasta Rico o Seineldín; incluso, aunque por la envergadura del personaje merece análisis aparte, esto ocurrió también respecto de Perón).

Por supuesto, esta estructura de razonamiento es absolutamente ajena al socialismo de la Izquierda Nacional, como está archiexplicado en los textos fundamentales de nuestra corriente y como pudo verse en la línea política seguida por el PSIN en los 60, el FIP en los 70/80, y por Socialismo Latinoamericano en los 90 y en este comienzo de siglo.

 

LOS SUPUESTOS "POLITICOS REALISTAS" LIQUIDARON A LA IZQUIERDA NACIONAL. LOS "IDEOLOGOS" LA MANTENEMOS VIVA.

Pero, ¿acaso esta línea histórica de la IN es la de los "ideólogos" y "sectarios", que son lo opuesto a los "políticos realistas"?

Es lo que afirma Regali.

Escribe, por ejemplo, refiriéndose al Ramos anterior a su capitulación final: "Hubo un incorregible principismo en el accionar del Colorado. Pero esta misma integridad intelectual lo aislaba de la política concreta". Y profundiza su interpretación, que parece inspirada en el darwinismo social, con el siguiente párrafo: "La realidad material se había transformado y casi ninguno de los protagonistas podía percibir la incompatibilidad de ésta con sus ideales (...). Por cruel que parezca sobrevivirán en la política aquellos que tengan la capacidad de comprender las nuevas culturas de la actividad, para los otros la declinación será indetenible al menos temporalmente".

Es decir: como el mundo se habría modificado en una dirección contraria a los intereses de las masas populares y del socialismo, correspondería actuar con "realismo" y abandonar "los ideales" para hacer "política concreta". Es lo que habrían hecho quienes ayer se fueron con Menem y hoy -siempre con alta dosis de "realismo"- se reciclaron en el kirchnerismo: Pablo Fondevila, Elida Vigo, Pimpi Colombo, Víctor Ramos, etc. Regali dice insólitamente: "si nunca la IN llegó al poder tal cual se lo proponía, tampoco estuvo al margen del mismo". ¿No estuvo al margen del poder? Veamos lo que nos explica Regali: Juan Alberto Geobergia accedió a una banca de diputado nacional, Víctor Ramos fue designado presidente del INADI", etc.

Hay acá un grueso error de Alberto Regali (y de Ramos y demás cultores del "realismo político").

Ciertamente, el más elemental cálculo de probabilidades habría aconsejado a cualquier militante de la Izquierda Nacional romper con la corriente y sumarse al PJ o a la UCR, si su objetivo personal hubiera sido ocupar un espacio de poder. El propio Regali no ocuparía el espacio que ocupa si hubiera seguido militando en la IN, en vez de hacerlo en el PJ cordobés de De la Sota y Schiaretti. Pero quien ocupa ese espacio es Regali, y no la IN. Más aún: lo ocupa Regali a condición de no militar en la IN, sino de hacerlo en el PJ. Lo mismo puede decirse de Elida Vigo, que es senadora justicialista, de Jorge Coscia, o incluso de Luis Verdi, hasta hace poco vocero de Duhalde, o de Jorge Raventos, vocero de Menem, o de tantos otros. Nadie niega que hayan "subido alto" en la escalera que conduce al poder político en la Argentina semicolonial. Pero lo han hecho a título personal, y no personalizando el ascenso del socialismo de la IN. Lo han hecho como portadores de proyectos políticos ajenos al socialismo de la IN, lo cual es más que obvio. ¿Donde está el "realismo", entonces? ¿Qué dato puede mostrarse a fin de poner en evidencia que con la disolución del MPL y el ingreso de sus militantes al menemismo la IN (y no individuos que en el pasado pertenecieron a la IN) ganó protagonismo político? ¡El propio Regali llama "autoengaño" a los delirios de Ramos sobre lo que harían él y sus seguidores dentro del PJ de Menem! ¡El propio Regali cuenta que los funcionarios que el MPL había colocado en el gobierno menemista esperaban desprenderse de una buena vez de ese peso muerto que para ellos significaba el Partido!

Como decía Ramos que decía Trotsky: hay momentos en los que no queda más opción que atrincherarse en las propias posiciones teóricas. Cuando había que hacer esto, debido a la inmensa ola contrarrevolucionaria que azotaba el país y el mundo, Ramos hizo lo contrario. Así le fue, mirando el asunto desde la perspectiva de la IN y no desde su perspectiva personal. Aunque incluso desde esta última perspectiva no parece haberle ido tan bien. Regali cita palabras de Andrea, la mujer de Ramos: "Jorge murió de ilusiones perdidas. Murió porque todo lo que él había pensado, ideado y planificado y soñado, no existía más, no había posibilidad de que existiera", Y Regali acota tal vez con razón: "tal vez fue el artífice de su propia muerte".

Ramos murió físicamente. Aquellos de sus seguidores que acompañaron su triste final mutaron políticamente y hoy siguen sus caminos sin más lazos con la IN que los de un pasado cada día más lejano. Recae en nosotros la tarea de refundar una Izquierda Nacional Revolucionaria en el siglo XXI, y, por esa vía, recuperar lo que haya de recuperable en el Ramos que echó los cimientos de un auténtico Socialismo Latinoamericano

Ojalá podamos hacerlo.

 

 

   

  HONORIO ALBERTO DÍAZ

 

RAMOS Y REGALI ANTE CLÍO

Me habían llegado comentarlos de la próxima aparición de un libro sobre Jorge Abelardo Ramos. Después supe que su autor era Enzo Alberto Regali. Más aún, lo conocí en la embajada uruguaya cuando se dio a conocer la reedición de un ensayo de Alberto Methol Ferré. Casi inmediatamente Roberto A. Ferrero me informó que la obra se había presentado en Córdoba con importante suceso.

Inicié la búsqueda de un ejemplar en las librerías del centro porteño sin obtener resultado positivo. Finalmente llegó a mis manos Abelardo Ramos. De los astrónomos salvajes a la Nación Latinoamericana. La Izquierda Nacional en la Argentina (Ediciones del Corredor Austral y Ferreyra Editor, Córdoba, 2010) gracias a un préstamo que me hiciera Gustavo Cangiano.

Lo primero que me llamó la atención fue el tamaño del libro que supera las quinientas páginas. El tema concreto es la trayectoria de la IN desde su nacimiento hasta finales del siglo pasado y la vida política e intelectual de JAR. Yo que tanto renegaba por la inexistencia de estos abordajes me encontré ante una voluminosa e indubitable presencia, generada por alguien que había militado en la corriente.

El librazo me resultó interesantísimo y pude hacerle una rápida lectura. Pese a su nítida claridad, de entrada tuve la sensación que marece relecturas. Contiene una exhaustiva investigación. Proporciona frondosa y diversa información sin eludir aspectos escabrosos ni urticantes. El autor no oculta nada ni se priva de opinar sin dobleces sobre tema alguno: carece de pelos en la lengua. Me enteré de varias cuestiones que desconocía y estoy convencido que me resultará verdaderamente útil ¡Cuántos renglones para subrayar sin poder hacerlo por tratarse de un libro ya marcado por su dueño!

Se nota que EAR ha trabajada mucho. Las fuentes informativas son abundantes y variadas: libros y publicaciones de la corriente, documentos públicos y privados, bibliografía general de la época, numerosas entrevistas a actores y testigos, etc. La selección de materiales citados es acertada y las glosas incorporadas ubican cada aporte.

En un intento de síntesis, sumamente arriesgada en el caso de ensayo tan extenso, me atrevo a destacar las siguientes aseveraciones básicas del autor:

  la IN tuvo una importante influencia ideológica en la cultura política de una época;

  la personalidad de JAR gravitó decisivamente en la formación y disolución de la lN;

  JAR fue un intelectual-político con predominio de la segunda condición, pero ésta se encontró muchas veces afectada por el rigorismo de la primera;

  su trayectoria presenta una serie de rupturas y de giros en búsqueda de una superior incidencia política;

  tras un adolescente inicio anarquista, militando en el trotskismo produjo un giro al plantear la existencia de una cuestión nacional en la periferia bajo la influencia de Liborio Justo (Quebracho);

  siguiendo a Aurelio Narvaja realizó una comprensión del peronismo como movimiento nacional progresivo, merecedor de un apoyo crítico;

  seguidamente rompió con la organización internacionalista trotskista y se abocó a profundizar el estudio de la realidad nacional;

  en el comienzo de los años sesenta imprimió un nuevo giro a su trayectoria con la fundación del Partido Socialista de la Izquierda Nacional;

  en la década siguiente la creación del Frente de Izquierda Popular configuró otro giro en la búsqueda de una mayor gravitación política;

  a partir de la muerte de Perón, revalorizó al peronismo en general y a la dirigencia sindical en particular desde la articulación de un nacionalismo jacobino y un feminismo liberacionista;

  la recuperación de las Islas Malvinas acentuó el proceso de nacionalización de JAR y su labor contra la desmalvinización alfonsinista le permitió acercarse a sectores militares patrióticos y núcleos eclesiales;

  el apoyo al gobierno de Carlos Menem significó una ruptura respecta a los tiempos primigenios, con un revisionismo de buena parte de lo anteriormente elaborado;

  estaban equivocados aquellos que entendían que había que enfrentar al menemismo: JAR no claudicó ni desertó pues el mundo cambiante le imponía un diferente posicionamiento;

  la disolución del MPL y la determinación (impedida por su muerte) de ingresar al justicialismo para conformar una corriente interna, expresa una ruptura positiva que significaba un alejamiento del inicial propósito de crear un partido revolucionario;

  JAR nunca abandonó su tesis central sobre la necesidad de batallar por la unidad latinoamericana, y su continuidad en pos de este objetivo crucial lo convierte en el pensador político con mayor imbricación en la actualidad continental;
los seguidores de la IN de JAR se fragmentaron en grupos: los spilimberguistas de Patria y Pueblo y los guerberistas de Causa Popular apoyan al kirchnerismo, en cambio Socialismo Latinoamericana conducido por Cangiano y Calello se oponen al oficialismo haciendo recordar al PSIN, lo que para EAR significa mantener un izquierdismo recluido en un pasado perimido, continuar insensatamente riñendo con Clío.

Ahora bien, para poder opinar sobre giros y rupturas ideológico-políticas se torna imprescindible partir de la matriz básica. En este caso corresponde dejar establecido lo más precisamente posible los planteos distintivos de la IN que dirigió JAR, para después pasar a dimensionar los alcances de las continuidades y discontinuidades, ortodoxias y heterodoxias. Apoyándome en Roberto A. Ferrero (Enajenación y nacionalización del socialismo latinoamericano) pueden precisarse las siguientes tesis básicas:

  la Argentina es un país capitalista dependiente semicolonial; en los estados oprimidos se da una cuestión nacional que enfrenta a los sectores populares con el imperialismo y la oligarquía, la balcanización continental fue la causa de la dependencia y la unificación es la clave emancipación;

  es necesario construir el partido revolucionario de la clase trabajadora;

  el peronismo fue un movimiento nacional progresivo al cual había que apoyar sin incorporarse;

  en el país domina una cultura satélite, repetitiva e inauténtica que procura ocultar la efectiva dominación extranjera;

  es imprescindible desplegar una lucha historiográfica en contra de la versión oficial vigente en América Latina y en la Argentina;

  debe ser develado el rol nefasto que en el pasado y en el presente jugó y juega la izquierda cosmopolita (juambejustista, codovillista y raurichista).
Estas tesis integran un conjunto íntimamente relacionado donde se fusionan el socialismo con el nacionalismo. No se elaboraron de un día para otro y algunas de ellas poseen diferente antigüedad. No permanecen momificadas en el tiempo y deben ser permanentemente actualizadas. Pero tampoco son fácilmente escindibles pues el abandono de una lesiona a las restantes afectando seriamente al con junto. Entre todas ellas EAR pone a una por sobre las demás señalando que, pese a sus mutaciones, JAR ha mantenido como objetivo político central: la unidad latinoamericana. Precisamente ello es lo que le permite encabezar el pensamiento continental actual.

Para semejante conclusión deja fuera de consideración la existencia en ese tema de una seria ruptura (para mantener su terminología) pues la consigna originaria, de escuela trotskista, era la lucha por los Estados Unidos Socialistas de América Latina y no por un simple enlace de naturaleza burguesa.

Este aspecto configura un rasgo constante del libro. El ensayo contiene una crítica permanente y explícita de aquello que considera el utopismo socialista revolucionario. Constituye el punto de partida de cada elogio dirigido a la IN en lo que respecta a la nacionalización de su marxismo en procura de un mayor realismo político. Más aún, saluda la sustantivación de los contenidos nacionales y la adjetivación de los postulados izquierdistas como si ambos componentes fuesen escindibles o alternables. Pero EAR no se detiene allí: también elogia en JAR el impulso que le diera a la incorporación al justicialismo en su hora menemista.

Toda esta elaboración del autor la realiza en nombre de un realismo que, en los hechos, implica adaptarse al curso de las influencias dominantes, aunque ellas procedan del imperialismo. Se trata en realidad de un resignado pragmatismo que se expresó en la seca sentencia de JAR afirmando que “no es razonable reñir con Clío”. Para EAR resultaba correcto comprender que el voto mayoritario había preferido la paz de la derrota bélica y la tranquilidad del funcionamiento institucional que ofrecía el alfonsinismo antes que dejar de pagar la deuda externa; mayor prudencia significaba percibir la inconveniencia de atacar a Menem cuando no lo había hecho el peronismo en su conjunto; superior moderación todavía entrañaba abandonar la lucha por la construcción de un partido revolucionario cuando se podía conformar una corriente interna dentro del oficialismo. En síntesis, a JAR lo habría encontrado la muerte cuando se encaminaba desde una juvenil desmesura a la sensatez política poniéndose a tono con los nuevos tiempos del neoliberalismo y de la implosión del bloque soviético. Por fin el “Colorado” reconocía la solidez internacional que mantenía el capitalismo.

Cabe preguntar entonces: ¿es lo mismo un nacionalismo izquierdista que la IN?; ¿qué quedaba de socialismo y de nacionalismo con el ingreso al justicialismo menemista?; ¿se puede realizar una transformación significativa sin reñir con Clío? Por todo eso resultan elocuentes los versos de Amado Nervo con que termina el libro de EAR: “Mas cuando pasa el aluvión inmenso, / yo estoy de pie y tranquilo, porque pienso / que fuera insensatez - oh Dios que fraguas / contra cada opresión un heroísmo- /ponerme como coto en el abismo / para hundirme después bajo sus aguas”. 

 

 

 LUIS VIGNOLO

ABELARDO RAMOS, EL MERCOSUR Y LA UNIDAD LATINOAMERICANA

Wikileaks: "el Mercosur... ha chocado con los intereses de Estados Unidos"



"Toda historia es historia contemporánea"
decía el pensador uruguayo Alberto Methol Ferré. Esta verdad ha adquirido máxima actualidad con la reciente revelación de cables secretos a través de Wikileaks sobre la confrontación entre Estados Unidos por un lado y Brasil y Argentina por otro, en relación a la negociación de un TLC entre Uruguay y el imperio norteamericano. En ellos reconocen los diplomáticos estadounidenses que el MERCOSUR se ha convertido en una unión política que choca con los intereses de Estados Unidos, y a la vez sostienen acertadamente los diplomáticos brasileños y argentinos que el MERCOSUR es incompatible con que uno de sus miembros firme un TLC. Para colmo los cables reconocen que integrantes del gobierno de Vázquez sondearon en ese contexto la posibilidad de un apoyo militar norteamericano, pretextando el conflicto con Argentina por la planta de celulosa Botnia, dejando así en evidencia la extrema importancia geopolítica del bloque sudamericano. 
No hay mejor homenaje al pensamiento de Jorge Abelardo Ramos -y al de su entrañable amigo Alberto Methol Ferré- que esta revelación de documentos confirmatorios de la trascendencia estratégica del MERCOSUR, así como de su significación latinoamericana y del conflicto que entraña con Estados Unidos. En momentos en que en la Argentina se vuelve a polemizar públicamente sobre Ramos y se ha publicado una importante biografía que recrea su trayectoria, es necesario recordar lo esencial. Abelardo Ramos y Methol fueron profetas del MERCOSUR como núcleo real de la unidad de América Latina.

 De la pasión anarquista a la Nación Latinoamericana

El muy interesante y documentado libro de Enzo Alberto Regali "Abelardo Ramos. De los astrónomos salvajes a la Nación Latinoamericana. La Izquierda Nacional en la Argentina" ha contribuido a desencadenar un relevante debate sobre el pensador y político argentino. La obra citada nos incita a través de la reconstrucción del itinerario de Ramos -desde sus inicios anarquistas y trotskistas- a descifrar los desafíos de la actualidad.
El sólido trabajo de Regali aporta los elementos necesarios para la reflexión, aunque a nuestro criterio no desarrolla de manera suficiente el significado decisivo que tuvo para Jorge Abelardo Ramos el nacimiento del MERCOSUR como etapa fundacional concreta de la Nación Latinoamericana. Esa insuficiencia tiene como consecuencia que la verdadera época final de la vida de Abelardo, es decir desde la disolución de la Unión Soviética y la fundación del MERCOSUR en 1991, hasta su muerte en 1994, apenas tres años después, no resulte adecuadamente esclarecida.
De tal manera la polémica en torno al libro de Regali tiende a centrarse erróneamente en la circunstancial relación de Abelardo con Menem, y no en el acontecimiento esencial para la unidad latinoamericana que fue y es el MERCOSUR. Al oscurecer -aunque de manera obviamente involuntariamente- el tramo final de la vida de Abelardo dejamos en la oscuridad nuestro propio presente. Ramos vio en el nacimiento del MERCOSUR el acontecimiento más importante desde las luchas por la primera independencia, y entre otros muchos elementos los cables ahora revelados por Wikileaks lo confirman.

 

Secretaria de Estado Albrigth: el Mercosur fue “una distracción”

 

Como siempre recordaba Methol, tanto la Secretaria de Comercio Charlene Barshefsky como la Secretaria de Estado Madeleine Albrigth, durante el gobierno de Clinton, declararon en el Senado norteamericano que el MERCOSUR fue "una distracción". La borrachera triunfalista que invadió a la elite yanqui tras el derrumbe del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, el hecho objetivo de que quedaron con un dominio mundial sin parangón en la historia, fue la segura causa de esa "distracción" estadounidense respecto del naciente MERCOSUR. Mientras los gobernantes de los Estados Unidos hacían lo que se les antojaba con los restos de la Unión Soviética, ¿qué preocupación podía producirles un acuerdo entre Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay?    

Sin embargo, la distracción no duró demasiado tiempo.

El ex Secretario de Estado Henry Kissinger advirtió claramente el conflicto: "Es difícil ver cómo el Mercosur podría fusionarse en un acuerdo más amplio con el Tratado de Libre Comercio (Estados Unidos, Canadá y México) para promover el crecimiento general en todo el hemisferio. Mas bien es probable que afirme la identidad latinoamericana como separada y, si fuera necesario, opuesta a la de EEUU, y el TLC". 

 

Los intentos de nueva balcanización

 

Al fin y al cabo la iniciativa del ALCA fue una respuesta al desafío del MERCOSUR. Y desde entonces el poder de EEUU se empeñó en quebrar el MERCOSUR, generalmente a través de acuerdos y tratados bilaterales económicos y militares, para volvernos a balcanizar y así liquidar al rival sudamericano nacido de la distracción de la Nueva Roma mundial.

En ese empeño por disgregar y destruir el MERCOSUR la potencia imperial ha contado siempre con aliados criollos. Ejemplos entre muchos otros de tales ataques contra la unidad regional han sido el intento frustrado de dolarización argentina que Menem impulsó infructuosamente en sus últimos años, los fracasados intentos de firmar un TLC entre Uruguay y Estados Unidos durante los gobiernos de Jorge Batlle y Tabaré Vázquez, la presencia militar norteamericana en Paraguay, o el reciente Tratado de Defensa entre Brasil y Estados Unidos.

Desde la época de la “distracción” norteamericana hasta el presente -plagado de TLCs y acuerdos con el Comando Sur, Bases militares norteamericanas en América del Sur y la reactivación de la IV Flota- numerosos políticos criollos se trasformaron de defensores en detractores del MERCOSUR y otros tantos pasaron de la crítica a la apología del bloque regional. Ejemplo máximo de los primeros es Menem convertido de fundador en enemigo del MERCOSUR, y uno de los mayores ejemplos de los segundos es el actual presidente uruguayo José “Pepe” Mujica -a quien yo voté-  quien hasta hace pocos años hablaba del “absurdo MERCOSUR” y hoy dice que “el MERCOSUR es hasta que la muerte nos separe”.

Entre tantos vaivenes la posición de quienes siempre apoyaron al MERCOSUR por considerarlo la etapa fundacional operativa de la unidad sudamericana y latinoamericana, ha sido confundida erróneamente -y quizás a veces maliciosamente- con un alineamiento incondicional con los gobiernos simultáneos y sucesivos de la región.

Alberto Methol Ferré vivió 15 años más que su gran amigo Abelardo Ramos y tuvo así oportunidades más que suficientes de condenar públicamente a Menem por su traición al MERCOSUR. En cambio la temprana muerte de Ramos lo privó de esa obvia aclaración, aunque no por azar en su último libro “La Nación Inconclusa” publicado en el mismo año de su muerte jamás menciona a Menem. Por cierto que eso no fue una distracción.

 

La burguesía globalizada versus la burguesía mercosureña industrializadora

El caso de las felizmente fracasadas negociaciones entre Uruguay y Estados Unidos por un TLC evidencian además de la pugna geopolítica, el protagonismo inesperado entre los opositores al TLC de muchas empresas manufactureras nucleadas en la Cámara de Industrias del Uruguay y la Unión de Exportadores del Uruguay. La razón esencial de la preocupación de estos industriales es que se trata de empresas que fundamentalmente producen y exportan al MERCOSUR y en particular a la Argentina y Brasil, además de pertenecer en muchos casos a capitales argentinos y brasileños. En el año 2005, el 38% de las exportaciones industriales uruguayas se destinó al MERCOSUR (y solamente un 7% a Estados Unidos) y en el mismo año nada menos que el 89% de las exportaciones industriales de plásticos fueron hacia el MERCOSUR.

Si hoy tuviéramos a un Jorge Abelardo Ramos entre nosotros estaría seguramente escribiendo uno o varios libros sobre el ejemplo uruguayo y en general sobre la forma en que la confrontación entre el poder imperial y los esfuerzos por construir la unidad latinoamericana desde el MERCOSUR se manifiestan a través de las tensiones entre la burguesía agro-exportadora o minero-exportadora globalizada e incondicionalmente pro-yanqui y la burguesía mercosureña sudamericanizada y e industrializadora.

 

A la búsqueda de los orígenes mirando el siglo XXI

 

El libro de Regali sobre Abelardo tiene también la virtud de rastrear en sus orígenes libertarios, anarquistas, aunque de manera desordenada y no sistemática. De tal manera el reconocimiento de Ramos a la influencia decisiva de los anarquistas Eliseo Reclus y Rafael Barret en su formación inicial queda diluido. A la vez el libro se ocupa mucho más extensamente de la influencia de Barret sobre Abelardo, y aunque lo menciona una vez luego olvida a Reclus. Sin embargo, fue Eliseo Reclus el pensador anarquista que concibió a mediados del siglo XIX la unidad necesaria de América Latina -y fue uno de los primeros sino el primero en emplear esta expresión en francés- concebida como una Nación continental que llevaba en su geografía inscrita su destino común. También fue Reclus -a diferencia de Marx- un caluroso defensor de las ideas y la acción de Bolívar en pos de la unidad hispanoamericana, y un crítico muy severo de la infame Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay. Estos escritos condenatorios de la Guerra del Paraguay fueron, junto con los muy posteriores escritos de Rafael Barret sobre el mismo tema, los iniciadores del joven anarquista Abelardo Ramos en la visión crítica, revisionista de la historia oficial rioplatense.   

Unos pocos años después en el Uruguay un proceso semejante de iniciación en el revisionismo histórico de la mano de autores anarquistas vivió mi padre, luego Secretario General de las Juventudes Libertarias (Anarquistas), importante organización hoy completamente olvidada, quizás justamente por representar un socialismo libertario o anarquista nacionalizado y latinoamericanizado, otra vertiente de la izquierda nacional de sólida inspiración y precedentes en Reclus.

Vale recordar esos orígenes para reflexionar sobre la heterodoxia creadora de Jorge Abelardo Ramos desde sus comienzos hasta el final de su vida. En este tiempo histórico posterior al fin de la Guerra Fría, en el que aún no ha nacido una nueva síntesis totalizadora a la altura del siglo XXI, necesitamos pensar lo nuevo sin perder de vista las raíces diversas que podrán contribuir a la nueva síntesis: el socialismo marxista y trotskista nacionalizado y latinoamericanizado, el anarqismo o socialismo libertario nacionalizado y latinoamericanizado, el socialismo cristiano y las teologías de la liberación arraigadas en la religiosidad popular, y el nacionalismo popular,  antimperialista y latinoamericano. Esas y otras fuentes podrán ayudarnos a pensar el porvenir, y entre ellas la vida y la obra de Jorge Abelardo Ramos ocuparán seguramente un lugar de privilegio.