INDUSTRIALIZACION DEL GAS: ENTRE LOS HECHOS DE PETROBRAS, LOS DICHOS DE PEQUIVEN Y LOS CONSEJOS DE JAPON


Dos son los proyectos de industrialización que Petrobras ejecutará en territorio brasileño utilizando el gas natural boliviano como principal insumo. La fábrica de amoníaco en Uberaba, proyecto recientemente confirmado y catalogado como prioritario por la presidenta Dilma Rousseff y la fábrica de fertilizantes nitrogenados  en la ciudad de Três Lagoas, proyecto que según informa Petrobras,  acaba de recibir la licencia de instalación por parte del Instituto del Medio Ambiente de Mato Grosso do Sul (Imasul) que ratificó además su viabilidad ambiental.

 Juntos, el proyecto en Uberaba (Minas Gerais) y el Proyecto en Três Lagoas (Mato Grosso do Sul) representan una inversión aproximada de 4.700 millones de dólares y se estima que ambos proyectos de industrialización demandarán entre 8 y 10 millones de metros cúbicos de gas natural boliviano diariamente.

 Ante este panorama, uno no puede hacer otra cosa más que preguntarse el motivo por el cual, después de varios años de anuncios, ofertas y promesas, Bolivia no encuentra aún su norte en lo que a la industrialización del gas natural se refiere.

 Al respecto, la fábrica de fertilizantes nitrogenados de Três Lagoas es un claro ejemplo de lo que se puede hacer cuando existe una verdadera voluntad por concretar grandes emprendimientos, hagamos una muy breve cronología al respecto:

 En abril de 2010 las oficinas centrales de Petrobras ubicadas en Rio de Janeiro fueron el escenario de una reunión entre José Sergio Gabrielli de Azevedo, Presidente de la petrolera, la Directora de Gas y Energía, María das Graças Silva Foster, y el Gobernador de Mato Grosso do Sul, André Puccinelli. En dicha reunión se discutió el cronograma del proyecto industrializador de gas natural pensado para instalarse la ciudad de Três Lagoas.

 En agosto de 2010 Petrobras inició los trámites para la obtención de la licencia ambiental y de instalación para la fábrica de fertilizantes nitrogenados.

 En febrero de 2011  el  Instituto del Medio Ambiente de Mato Grosso do Sul (Imasul) le entrega a Petrobras la licencia ambiental dando vía libre al inicio de las obras del proyecto en cuestión.

 

Tan solo 11 meses fueron necesarios para lograr que en septiembre de 2011 Petrobras inicie la  construcción de esta fábrica que por su capacidad de producción será la más importante de Latinoamérica y un referente a nivel mundial.

 Para el segundo semestre de 2014, cuando la Fábrica de Fertilizantes Nitrogenados  de Três Lagoas inicie sus operaciones, se producirán 1,2 millones de toneladas urea y 761.000 toneladas de amoniaco por año con gas natural boliviano como principal insumo.

 La intensa y exitosa campaña exploratoria emprendida por Petrobras y un conjunto de verdaderos pesos pesados de la industria petrolera que fueron atraídos y convertidos en socios estratégicos de Brasil es una de las razones que le permite a ese país destinar con otro propósito y sin ningún problema hasta un tercio del gas natural que importa desde Bolivia.

 Hasta hace poco, la más mínima reducción en los volúmenes de gas natural boliviano que llegaban al mercado brasileño era motivo de alarma y preocupación. Ahora, gracias al gas del Pre-sal y en menor grado al GNL, Petrobras puede satisfacer la demanda de las regiones que antes dependían íntegramente de las importaciones de gas boliviano, el gas del Pre-sal le permite a Petrobras destinar, sin perjudicar al mercado, los volúmenes de gas natural boliviano que sean necesarios para ser industrializados con fines mucho más beneficiosos y lucrativos para el pueblo y la economía brasileña en su conjunto.

 Esos son los hechos de Petrobras, 4.700 millones de dólares de inversión destinados a industrializar entre 8 y 10 millones de metros cúbicos diarios de gas natural boliviano desde el 2014, logrando así incrementar la producción brasileña de fertilizantes nitrogenados en volúmenes que le permitirán a ese país satisfacer completamente su demanda interna de urea y reducir al mínimo las importaciones de amoniaco. Eso, irónicamente, entierra la industrialización del gas natural en Bolivia en vista de que la factibilidad de los proyectos en el lado boliviano dependía de que el 80% de los fertilizantes nitrogenados producidos se exporten y Brasil era el mercado más conveniente para eso según reflejan los estudios.

 El Gobierno boliviano dejó pasar interesantes propuestas de potenciales socios para industrializar el gas natural (en nuestro territorio) y optó por asociarse con la venezolana Pequiven para sumarse a la denominada “Revolución Petroquímica Socialista”.

 Lastimosamente, a la fecha, poco se sabe de la “Revolución Petroquímica Socialista” en Bolivia, poco se sabe de la planta de fertilizantes nitrogenados del Polo de Desarrollo de Carrasco en el Departamento de Cochabamba que a finales de este año, de haberse invertido 1.000 millones de dólares, ya debería estar produciendo fertilizantes nitrogenados para abastecer la demanda interna y exportando el 80% de su producción al mercado brasileño y poco se sabe del conjunto de proyectos de industrialización gasífera que Venezuela tenía para Bolivia.

Hagamos un poco de memoria sobre los dichos de Pequiven, para eso quiero remitirme su boletín oficial que en la edición correspondiente al trimestre julio/septiembre del año 2008 presenta un artículo titulado “La Revolución Petroquímica Socialista avanza hacia América Latina” y que con relación a la industrialización del gas natural en Bolivia señalaba textualmente lo siguiente:

 

Uno de los proyectos que inició Pequiven a través de Pequialba es el polo petroquímico que se erige en Bolivia, el cual, según afirmó Toro (gerente de Pequiven en ese entonces), “es el más importante desarrollo en perspectiva para Latinoamérica, debido a las grandes reservas de gas que tiene ese país y a la comunidad de intereses que mantienen los gobiernos boliviano y venezolano”.

 Allí, señaló, se desarrollan tres proyectos fundamentales, entre ellos las plantas de Amoníaco y Urea que se construyen en el departamento de Cochabamba, con capacidad de 750 MTMA.

 “También queremos desarrollar en Tarija, al sur de Bolivia, un centro generador de Olefinas y Plásticos, por cuanto en esa zona existe un gas muy rico en Metano y Propano, que se utiliza para producir Etileno y Propileno, por lo tanto Polietileno y Polipropileno, productos fundamentales en la transformación del plástico”, acotó.

 En el departamento de Oruro, oeste boliviano, está previsto desarrollar una planta de Clorosoda para continuar la expansión de la cadena de Monocloruro de Vinilo (MVC), Dicloro Etano (EDC), hasta la obtención del Policloruro de Vinilo (PVC).

 Así mismo, está prevista la construcción de una planta de Petrocasas con capacidad para procesar 45 mil TMA de una mezcla polimérica de alta tecnología a base de Policloruro de Vinilo, que serán utilizadas para producir 14 mil conjuntos de piezas para ensamblar las viviendas, así como madera sintética, tuberías y conexiones, además de puertas y ventanas.

 Sin duda que ahí tenemos una lista de promesas a olvidar. 2008, 2009, 2010, 2011 y los bolivianos no vemos hechos contundentes en cuanto a la industrialización del nuestro gas natural en nuestro territorio y al paso que vamos, de no lograr reponer la cantada reducción en nuestras reservas de gas natural probablemente no veamos nada concreto sobre la industrialización gasífera.

 La pregunta surge;  ¿Es factible la industrialización del gas natural en Bolivia en las condiciones actuales?

 Definitivamente el país ha perdido el tiempo con socios poco serios. Tal vez sería bueno seguir el consejo del Embajador de Japón en nuestro país y aplicarlo no solamente al tema del litio sino a todos los temas estratégicos para el Estado.

 Bolivia debe buscar socios y no "perder el tiempo".

 El Embajador obviamente se refiere a socios serios.

 *Consultor en temas energéticos y editor de HidrocarburosBolivia.com