ENTREVISTA DE GLOBO EN BRASIL AL CAPO “MARCOLA”:

Por:


Publicado el 01/04/2011

Marcos Camacho, más conocido por el sobrenombre de Marcola, es el máximo  dirigente de una organización criminal de Sao Paulo (Brasil) denominada  Primer Comando de la Capital (PCC).


 
  Las respuestas de Marcola nos aproximan a lo que puede ser el futuro de  la delincuencia común en América Latina.


 
  O Globo: ¿Usted es del PRIMER COMANDO DE LA CAPITAL (PCC)?


 
  Marcola: Más que eso, yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e
  invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era
  fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio:
  migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas
  periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno
  Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo
  éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la
  música romántica sobre "la belleza de esas montañas al amanecer", esas
  cosas…
 
  Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están
  muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia
  social.
 
  O Globo: Pero la solución sería…


 
  Marcola: ¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de
  "solución" ya es un error.


  ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en
  helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la
  habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un
  gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento
  económico, revolución en la educación, urbanización general y todo
  tendría que ser bajo la batuta casi de una "tiranía esclarecida" que
  saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima
  del Legislativo cómplice. Y del Judicial que impide puniciones. Tendría
  que haber una reforma radical del proceso penal de país, tendría que
  haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales,
  provinciales y federales (nosotros hacemos hasta "conference calls" entre
  presidiarios…)
 
  Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza
  psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es
  imposible. No hay solución.


 
  O Globo: ¿Usted no tiene miedo de morir?


 
  Marcola: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho,
  aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo
  mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En
  las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de
  lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera
  de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva "especie", ya somos
  otros bichos, diferentes a ustedes.


 
  La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque
  al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una
  fosa común.


 
  ¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser
  héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja…! Yo leo mucho; leí 3.000
  libros y leo a Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del
  desarrollo torcido de este país.


 
  No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa
  creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más
  absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo
  Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo
  lenguaje. Es eso. Es otra lengua.


 
  Está delante de una especie de post miseria.


 
  La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la
  tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda
  con chips, con megabytes.


 
  O Globo: ¿Qué cambió en las periferias?


 
  Marcola: Mangos. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40
  millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares
  la prisión es un hotel, un escritorio… Cuál es la policía que va a quemar
  esa mina de oro, ¿entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si
  el funcionario vacila, es despedido y "colocado en el microondas".


 
  Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes.


 
  Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos,
  burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra
  extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo.
  Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38. Nosotros
  estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del
  humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron
  en "super stars" del crimen.  Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros
  somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por
  amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras
  armas y productos vienen de afuera, somos "globales". Nosotros no nos
  olvidamos de ustedes, son nuestros "clientes". Ustedes nos olvidan cuando
  pasa el susto de la violencia que provocamos. (¡MENUDO COMENTARIO WOW!)
 
  O Globo: ¿Pero, qué debemos hacer?


 
  Marcola: Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a
  "los barones del polvo" (cocaína)! Hay diputados, senadores, empresarios,
  hay ex presidentes en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién
  va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata?


 
  No tienen dinero ni para comida de los reclutas. Estoy leyendo "Sobre la
  guerra", de Klausewitz. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos
  hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles
  anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con
  nosotros… solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya
  pensó? ¿Ipanema radiactiva?


 
   O Globo: Pero… ¿No habrá una solución?


 
  Marcola: Ustedes sólo pueden llegar a algún suceso si desisten de
  defender la "normalidad". No hay más normalidad alguna. Ustedes precisan
  hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en
  serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que
  nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y
  nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay
  solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del
  problema. Como escribió el divino Dante: " Pierdan todas las esperanzas.
  Estamos todos en el infierno".


 
 
 
 
  Lo importante de la utopía no es alcanzarla sino trabajar por construírla