El humalismo se inspira en el
general Andrés Avelino Cáceres. Es un militar que -en la Guerra del Pacífico
[1879-1839]- no capitula. El contexto: un victorioso ataque armado que infiere
Chile -por encargo de Gran Bretaña- a Perú y Bolivia. Este soldado emplea, en
su país ocupado, la guerrilla. Se apoya -igual que el estratega vietnamita
Giap- en el campesinado serrano integrado por quechuas y mestizos. Mientras las
elites blanconas y blancoides de la capital y de las ciudades se acomodan al
nuevo orden impuesto por el gauleiter almirante Patricio Lynch -veterano al
servicio de SMB en la Guerra del Opio y representante de La Moneda en Lima- organiza
pelotones de partisanos.
El emblemático caudillo, por su genialidad bélica
entusiasma a la juventud castrense peruana. Ollanta se inicia siendo teniente
en una logia de cuartel proclamada etnocacerista.
El postulante por segunda oportunidad a la Presidencia del Perú encabeza un
putsch contra Fujimori. Ya en retiro funda el Partido Nacionalista, Hoy
reaglutina sus equipos en la coalición Gana Perú. Su programa manifiesta es
netamente peruanista y se inspira tanto en Haya de la Torre como en Juan Velasco
Alvarado. Manifiesta su interés por
articular un bloque con Bolivia. Suya es la frase: Hemos estado unidos casi 2
mil años y separados 180. Yo pregunto ¿qué pesa más?.
Promueve también la armaduría de un bloque andino de los dos Perúes más Ecuador.
Ha desmentido el revanchismo respecto a Chile e igual que La Paz señala a la
oligarquía de Santiago y no al pueblo chileno como impulsora –en complicidad
con Londres- de aquel fratricidio cuyos
recuerdos y secuelas divorcian tres patrias.
El humalismo su lema: No soy de izquierda ni de derecha. Soy de abajo altera el
esquema a los politólogos. Hace referencias en su discurso a Martín Luther King
y al Mahatma Gandhi. No se equivoca para nada. El líder afroyanqui impulsa los
Derechos Civiles dan dignidad a la población estadounidense de origen africano
y el apóstol hindú es
un nacionalista que descoloniza la India expulsando al Reino Unido.
Tras los afros humillados y los hindues independizados están los millones de
cholos. Estos -igual que los rotos- son extranjeros en su propio terruño. La
campaña en que está comprometido el coronel Humala es la liberación de nuestro
“mundo ancho y ajeno”. Cambian los
símbolos, pero la sustancia es la misma: el popularnacionalismo.
* Prof. Pedro Godoy P.
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BACHELET Y LIBIA
Pedro Godoy 29.3.11
La ex Presidente de Chile es jefe de ONU-Mujeres ¿Sería mucho pedirle que como mujer, madre y abuela -dicen que también socialista- despache nota a Margaret Woordward -responsable de ofensiva aérea sobre Libia- haciendo presente su oposición al bombardeo de aldeas y ciudades de ese país árabe? Antes, según se informa, arrojó misiles sobre Irak y Afganistán. Mejor aun si, desde ese sitial hace presente su protesta también ante Hillary Clinton, Susan Rice y Samantha Power . Son el cuarteto femenino que acompaña a Obama en esta otra "proeza".
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LA DESMALVINIZACION: III FASE BELICA
Pedro Godoy 29.3.11
La primera y la última son de naturaleza psicocultural. Operan en el ámbito de las comunicaciones. La inicial apunta a denigrar al país y su figura representativa. La última -en caso de registrar victoria- lo importante y también mediático es inyectar complejo de inferioridad al derrotado. Ello para evitar la revancha. Entre medio está el choque armado. Es el factor propiamente militar que es precedido y escoltado por los operativos ya indicados cuya implementación es responsabilidad de los aparatos de inteligencia y sus secuaces asalariados y gratuitos.
Argentina padece la última fase. El periodista Nicolás Kasazew opina que ya en el vientre del régimen de Galtier hubo quienes operan como quintacolumna del Reino Unido. Sus reportajes -remitidas desde Malvinas- se omiten, recortan o tergiversan. Hoy se alude a la confrontación como a una locura, se filman películas derrotistas, se encarcela a militares que son héroes de la guerra de 1982. La "desmalvinización" es, como explico, "la estrategia mediática destinada a evitar la contraofensiva inyectando complejo de inferioridad a los transitoriamente vencidos".
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Santiago de Chile
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PROVOCACIONES
Pedro Godoy 22.3.11
Las provocaciones -también se puede aludir a "pretextos"- son errores
perpetrados en el campo nacional y popular. Ante ellos hay dos actitudes: se
enmiendan o se niegan. Lo segundo es lo que quieren los imperialismos. Es
cierto: si no existen se inventan. Siempre hay estrategias para ello.
Engendrarlos es trabajos de los servicios de inteligencia extranjeros. Ello
porque la guerra se da en dos planos. Uno, el primero, es el psicocultural. En
esa esfera las comunicaciones son trascendentes. Una vez envilecido, es decir,
desprestigiado se opera en el ámbito militar. La primera batalla se da en la
mente de millones.
.
Después de la derrota nacional y popular -caídas de Perón, Arbenz,
Goulart, Allende o Zelaya, invasión de Panamá por Noriega, ataque a Argentina
en Malvinas o a Irak acusando de genocida a Saddam hay un tercer frente que
exige mayor prolijidad a los triunfadores: inculcarle a los derrotados que
deben acomodarse a la situación porque son inferiores. Eso extirpa la revancha
que germina en el alma humana después del derrumbe. Esta tarea opera en el
alma de los vencidos. Nuevamente aparecen como claves las comunicaciones.
Recuerdese que el aula también es ámbito comunicacional.
.
Quienes vivimos la experiencia de Allende estamos claros. Hay complot de
Nixon-Kissinger, pero también la Unidad Popular obsequia pretextos al
imperialismo. No es el momento de enumerarlos, pero si dejar en claro que
existieron quienes negaban los errores o argumentaban que "son inevitables
a todo proceso de cambio". Dentro del allendismo los que pugnan por
corregirlos recepcionan sanciones irónicas y políticas. Son los obsecuentes de
siempre quienes hasta los tachan de "infiltrados". Son estos sujetos
castrados de capacidad autocrítica quienes pavimentan el sendero a Pinochet.
.
En Libia ignoro hasta que punto las extravagancia y torpezas del Khadafi son
provocaciones. Nutren la propaganda de la OTAN y de Washington. Resulta curioso
que en 40 años no se moderniza el Estado a fin de establecer alternancia en el
poder. En esa esfera Nelson Mandela es un modelo. Imposible concordar con quien
justifica esos cuatro decenios libios aludiendo al absolutista Luis XV. Locke,
Montesquieu y Rousseau y la revolución francesa de 1789 son patrimonio de la espacie.
Expresarlo no es eurocentrismo así como usar el computador no es convertirse en
cipayo yanqui bajo el látigo de Bill Gates.
Prof. Pedro Godoy P.
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Santiago de Chile
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CENTROAMERICA: REFLEXIONES INTEGRACIONISTAS
Pedro Godoy 14.3.11
Gira efectuada el mes pasado a América Central obliga a evaluar el proceso de
integración en aquel segmento del Nuevo Mundo. Genera recientemente interés por
la deposición del Presidente Zelaya así como en 1954 es noticia por el
derrumbe del régimen del coronel Jacobo Arbenz y, en 1989, por la invasión
estadounidense de Panamá. Su núcleo duro son cinco repúblicas (Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica). Los anexos: Belice y Panamá.
En el siglo XIX es escenario de ensayos de unidad. Se inician -1823- con las
Provincias Unidas de Centroamérica cuyo arquitecto es J. Matías Delgado y el
teórico J. Cecilio del Valle.Tanto la estructura política como el nombre y la
simbología se inspiran en la denominada Revolución de Mayo. Se verifica lo
anotado en el pabellón patrio de aquellos países. Se disuelve muy pronto, no
obstante de 1842 a 1845 surge la República Federal de Centroamérica cuyo
personero es Francisco Morazán. Entre 1856 y 1857 hubo una alianza militar
centroamericana que culmina con el aniquilamiento de Wiliam Walker que, con
base en Managua, intenta edificar un protectorado yanqui. En los 80 del XIX
surge Justo Rufino Barrios -líder insuficientemente estudiado- que, al estilo
de Bismarck, por la fuerza de las armas reintenta el aglutinamiento. Muere en
combate. Se refundará -la Federación- de modo transitorio con el nombre de
República Mayor en 1898. Al año siguiente, un poco como revancha ante los
fracasos, una asamblea estudiantil de la Subregión, presidida por el joven
Salvador Mendieta, funda el Partido Unionista Centroamericano PUCA.
La situación en Suramérica es distinta. La praxis integradora muere en la cuna
y el mismo Bolívar la estrangula al escindir Ecuador y Bolivia respecto a Perú.
Es cierto que el Libertador anhela envolver todas esas repúblicas en lo que
denomina la Gran Colombia, pero confiesa en el ocaso de su existencia que ha
arado en el mar. No se registran esfuerzos reintegradores en el XIX. La
excepción es el experimento de la Confederación Perú-Boliviana que articula el
mariscal Andrés Santa Cruz. Lo destruye Santiago en lo que es la primera guerra
fratricida al interior de nuestra América (1835-1839). También hay guerras entre
Brasil y Argentina y, por cierto, la de la Triple Alianza (1865-1870) y
la Pacífico (1879-1883). En el XX está la Guerra del Chaco 81932-1936) y
la de 1941 entre Perú y Ecuador. Si a eso se añaden las tiranteces por asuntos
limítrofes verificamos que, a diferencia de Centroamérica, el integracionismo
es un anhelo de ciertas elites. No obstante, hay que dejar constancia del
atípico esfuerzo del general Perón con el II ABC. No han existido aquí
personajes como Morazán o Barrios. Mendieta. es equiparable sólo con el Haya de
la Torre de los 30 que redacta "El antimperialismo y el APRA" y funda
-desde Lima- filiales de tal entidad en las diversas repúblicas oponiendo, a la
COMINTERN, una alternativa nacional y popular. Hoy el MERCOSUR y la UNASUR son
las únicas opciones ciertas de cristalizar la tesis bolivariana.
.
Hoy el integracionismo en Istmania -se usa el nombre propuesto por Juan José
Arévalo- expresa en el Sistema de Integración Centroamericana SICA, en
Organización de Estados Centroamericano ODECA, en el Parlamento Centroamericano
PARLACEN y en el Mercado Común Centroamericano MCCA. Incluso existe a nivel
Subregional un canal de TV y un mensuario. Sin embargo, ello no logra excluir
los particularismos disolventes. Incluso la Guerra de las 100 horas -también
conocida como Guerra del Fútbol- supone una reyerta entre El Salvador y
Honduras (1969) que implica 6 mil bajas y 15 mil heridos. Antes (1926) se
produce la Guerra del Coto entre Costa Rica y Panamá. La finalizan dos unidades
de la US Navy. La United Fruit Co. juzga inconveniente a sus intereses
bananeros tal conflicto. Aunque este episodio bélico es anterior vale la pena
reflexionar en orden a que aquellas instituciones no logran generar la
necesaria unidad de repúblicas que han vivido en el XIX experiencias de
tangible unidad. Amén de choques armados aparece el excepcionalismo de Costa
Rica que se proclama "la Suiza de Centroamérica". Panamá -se estima
país "bolivariano"- y no centroamericano. Hoy mismo Managua y San
José riñen por la ribera del río San Juan. Antaño la tirantez entre Guatemala y
México permite que se consolide Honduras Británica que luego Londres convierte
en República de Belice.
.
Aquel excepcionalismo costarricense muy parecido al uruguayo y al chileno en el
contexto suramericano no es el único obstáculo de la integración. Reiterase,
pese a la maraña de organismos oficiales ya enumerados, perduran viejos
prejuicios. Los braceros migrantes nicaragüenses son despreciados en Costa Rica
así como los paraguayos por los porteños y los peruanos por los santiaguinos.
Se les estima perezosos y sucios en el país al cual acuden a la zafra de cafe.
Los prejuicios son ambientales. Se expresan en motes: "chapines" son
los guatemaltecos, "guanacos" los salvadoreños, "pinoleros"
los nicaragüenses, "ticos" los oriundos de Costa Rica así son
"catrachos" los de Honduras y "panas" los de Panamá. Tales
folklorismos se materializan en los aduanas que son los templos del
desmenuzamiento y, por ende, los frenos de la libre circulación de personas,
bienes y capitales. Trámites como el sellado de pasaportes, revisión de
equipajes y valijas, contribuciones de ingreso y egreso a cada Estado
cubren horas. Es una liturgia envuelta en un poncho de desconfianzas
recíprocas. Si ayer el pretexto es la guerrilla hoy es el narcotráfico. Lo
concreto es que perdura y pareciera se acentúa la condición de archipiélago que
exhibe América Central. Tal fenómeno implica que se diluye el legado de
Morazán, Barrios, Mendieta y Sandino.