NOTAS DE PEDRO GODOY DEL CEDECH
PRAT Y EL “21”: OTRA MIRADA

Por:
Pedro Godoy

Publicado el 01/06/2011

 Que en nuestro tiempo existan Prat Echaurren, Prat Alemparte o
 Undurraga Prat es un fenómeno sociológico posterior a 1879. Esa
 “oligarquización” del apellido es una vieja práctica de segmentos de
 la clase alta que, vía matrimonial, se “visten con plumas ajenas”. Se
 da el fenómeno a dos bandas. Unos –como expresa un viejo refrán-
 “ponen la bota y otros, el unto”. Siempre ha sido así. Sin embargo, el
 héroe de Iquique es Prat Chacón y proviene de un estrato tipificable
 como clase media rural, ello aunque se busquen –y sin éxito- nobles
 abolengos en Cataluña. Porque dicho sea de paso, igual que el apellido
 Prat el apellido Grau son catalanes.
 
 CUNA DE MIMBRE


 
 El personaje posee modesta cuna de mimbre y no de oro en la VIII
 Región. Nace el 3 de abril de 1848 en Ninhue, un caserío de 5 cuadras,
 comuna de Quirihue, ubicado entre Chillán, Cauquenes y Parral. Anotan
 las crónicas que en la Hacienda San Agustín de Puñual. Quizás por ese
 motivo su nombre inicial es Agustín y luego se anota Arturo. Se
 trasladará después a Santiago viviendo en Providencia entonces
 periferia rural: De allí “baja” a una escuela pública sostenida por la
 Sociedad de Instrucción Primaria cuyo director es el ilustre educador
 Bernardino Suarez. Está ubicada en una calleja que también asumía el
 nombre de San Diego. Hoy en su honor es conocida no “Prat”, sino
 “Arturo Prat” y se extiende de Alameda al sur hasta el Matadero.
 
 Hijo de planteles que proporcionan educación gratuita Prat apenas
 finalizado el ciclo básico, aun preadolescente, aparece matriculado en
 a Escuela Naval. Su manager es un tío muy “movido”, políticamente
 inquieto y con relaciones sociales. Existe fotografía muy galana. Se
 le vé, con apenas 10 años, e indumentaria de cadete. Como
 guardiamarina interviene en hechos bélicos dotados de simbología. En
 la Guerra contra España 1865-1866 en el combate naval de Papudo que
 implica la captura de la goleta Covadonga. No es todo, la escuadra
 aliada que representa a las repúblicas andinas de Suramérica chocan
 con la hispana en Chiloé librándose el combate naval de Abtao. En tal
 hecho participan tripulaciones chilenas y peruanas y la nota curiosa:
 en el entrevero intervienen Prat y Grau quienes se enfrentan, casi
 tres lustros más tarde en la rada de Iquique.
 
 METAS E INQUIETUDES


 
 Entre lo no castrense de Prat se destaca que rinde exámenes libre en
 el Instituto Nacional Ello le permitirá matricularse en a Facultad de
 Ciencias Jurídicas de la Universidad de Chile. En esa Casa de Estudio
 obtiene la licenciatura en Derecho. A los 28 años la Corte Suprema de
 Justicia presidida por Manuel Montt –a la sazón exjefe de Estado- le
 confiere el título de abogado. Su tesis –“memoria” en la terminología
 impuesta por Andrés Bello y vigente hasta hoy- es Observaciones sobre
 la Ley Electoral Vigente. Al revisarla sorprende el espíritu crítico
 del autor. Allí enjuicia la prácticas espurias de los legisladores de
 la época en orden a aceptar cargos dispensados por el Poder Ejecutivo.
 Prat propondrá incompatibilidades parlamentarias para así garantizar
 la autonomía del Poder Legislativo.
 
 Las inquietudes cívicas de Prat se manifiestan –suponemos de modo
 discreto- apoyando la postulación a la Presidencia de Vicuña Mackenna.
 Se opone así a la oficialista candidatura de Aníbal Pinto. El
 exintendente-alcalde de Santiago emprende una campaña hoy diríase
 “populista”, es decir, ajena a los salones y de cara a la ciudadanía
 que incluyó por vez primera giras a regiones. Convoca a mítines y
 organiza convenciones. Por primera vez –en un anticipo de lo que será
 el Cielito Lindo- la incipiente clase media y el artesanado poseen
 presencia y voz. Por último el delfín de Errázuriz Zañartu se impone
 dado que el populista don Benjamín se margina de la contienda. Lo
 interesante de anotar es el “vicuñismo” del héroe. No es una
 adscripción pública. Tampoco conspirativa, pero conocida por la
 superioridad de la Armada.
 
 ENFOQUES NO TRADICIONALES


 
 Hay otros datos que indican que palpita el ciudadano tras el militar.
 En política económica se contrata a un francés –Juan Gustavo Courcelle
 Seneuil- al cual se le confía la cátedra de Economía Política en a
 Universidad de Chile y designa asesor del Ministerio de Hacienda. Es
 una especie de Milton Friedman de la época y, por ende, entusiasta del
 liberalismo económico ante el cual –como se sabe- reaccionará sin
 éxito medio siglo después Balmaceda. Prat exhibe arista contestataria
 al adherir a las doctrinas proteccionistas del estadounidense Enrique
 Carlos Carey y estudia el “Tratado de Ciencia Social” que, con
 seguridad, antecede al alemán Federico Lizt autor del “Tratado
 nacional de Economía Política” que da fundamento al nacionalismo
 económico.
 
 Su sensibilidad social y preparación académica lo empuja a oficiar de
 docente de artesanos y operarios en la Escuela “Benjamín Franklín”
 presumiblemente sostenida por la masonería porteña, aunque su
 condición de devoto católico nadie la discute. Allí enseña –a nivel
 básico- Etica, Cosmografía y Botánica. Ya se había echado encima del
 uniforme la toga magisterial en la Escuela Naval dado cátedra de
 materias propias de la ciencia náutica. Otro desempeño –también en
 cierto modo atípico, o al menos poco conocido- es una misión que le
 encomienda el Servicio de Inteligencia Naval SIN. Hay fricciones en
 1878 con Buenos Aires derivados de la ausencia de hitos limítrofes en
 la XII región, específicamente, en Tierra del Fuego. Buenos Aires
 prepara su Campaña del Desierto que antecede a nuestra Pacificación de
 la Araucanía y el general Roca se propone alcanzar hasta el extremo
 austral.
 
 ESPIONAJE Y POSTERGACIONES


 
 Así el SIN convierte en espía a Arturo Prat para que informe sobre los
 preparativos trasandinos de empujar las frontera hacia el sur. Se
 domicilia en Montevideo y despacha informes a Valparaíso, con
 regularidad. Son atinente a la flota transadina. La capital uruguaya
 le permite visitar, de modo frecuente, Buenos Aires. Al finalizar su
 tarea –en parte porque lo detectan y también por el plan de La Moneda
 en orden a apropiase de covaderas y salitreras de Bolivia- regresa. En
 la capital uruguaya opera camuflado como periodista o doctor. Eso
 último se deriva de su condición de abogado. Al regresar, con singular
 probidad extiende una minuta de sus gastos y reintegra dineros no
 ocupados. Algo hoy verderamente sorprendente que obliga a exaltar su
 honestidad.
 
 1879… Guerra de Pacífico. Las hostilidades implican movilización de la
 Armada. El traslado de tropas supone barcos. Los oficiales navales
 marchan en campaña. Prat, sin embargo, por meses queda archivado. El
 Alto Mando, como se diría ahora, “no lo pesca ni en bajada”. Aunque ha
 estado “embarcado” e intervenido en la Guerra contra España y viajado
 a la Polinesia e incluso, en 1868, lleva a Perú auxilio para
 damnificados de un sismo e intervenido en la repatriación de los
 restos de O´Higgins, no se le considera. Su retraimiento y su
 distancia respecto a la jarana y el título de jurista, el interés por
 la lectura –hay testimonios de su afición por El Quijote de la Mancha-
 son factores que empañan su imagen como militar. Aun más, la adhesión
 a la iconoclasta candidatura de Vicuña Mackenna podría haber
 constituido factor juzgado negativo. También su transitorio desempeño
 en el SIN lo separa de sus pares y contribuye a su mala fama de
 “marino literato” u “oficinesco”, sin decirlo, lo evalúan un
 “semicucalón”. Esos estigmas lo mantienen “anclado”.
 
 EL DESTINO


 
 Su hora llegará después. Al fin es movilizado y se le confía la
 corbeta “Esperalda” para bloquear el peruanísimo puerto de Iquique. Lo
 acompañará su condiscípulo Carlos Condell de La Haza, a la sazón, hijo
 de peruana y de una familia de Piura, la misma ciudad natal de Grau.
 Ambos barcos, con sus respectivos jefes, deben impedir que se acerque
 la escudra peruana. No obstante, como se sabe, en la madrugada del 21
 de mayo se asoman los barcos blindados de la Marina de Guerra de Perú.
 Tanto Grau como Prat pronuncian arengas. Ambos textos conservados. El
 combate, por cierto es desigual y Prat muere al intentar abordar el
 acorazado. Grau confiesa su amargura en misiva a esposa del héroe “en
 el fragor del combate no pude impedir que fuese acribillado”. Los
 espolonazos del monitor –hoy surto en Talcahuano- hunden a la
 “Mancarrona” como se apodaba con afecto a la corbeta.
 
 Prat acata hasta el fin la orden de bloqueo. No hay marcha atrás.
 Rechaza izar bandera blanca. Pareciera que gritara como exalumno de
 Derecho “¡a lo hecho, pecho!” y su estoicismo lo mantiene aflote por
 sobre la oceánica angustia propia de situaciones como las que vive.
 Hay un nubarrón que opaca su determinación de “morir con las botas
 puestas”. En un instante, en medio de ensordecedor, cañoneo le
 informan que la Covadonga se fuga del teatro de operaciones. La
 amargura inunda su alma. Se imagina que Condell vulnera lo ordenado.
 Nunca se sabrá si sí fue, pero esa evasión traerá consigo un combate
 anexo: Punta Gruesa. Allí la Independencia en su afán de atrapar o
 hundir a la fugitiva nave, encalla. Es una victoria de Chile quizás
 fruto del azar. Eso Prat no lo sabrá jamás. Muere sintiéndose
 traicionado.
 
 LUCES Y SOMBRAS


 
 Hundida la “Mancarrona” Grau ordena rescatar a los náufragos. A borde
 primero los aprovisiona de coñac y galletas amén de zapatos. La
 crónica expresa “calamorros” –término en desuso hoy y suplantado por
 “bototo”- . Condell, en cambio, a vencidos de la Independencia, los
 hace blanco de fusilería. Los esmeraldinos difuntos son sepultados con
 decoro en el cementerio municipal. Particular atención al vencedor
 ameritan los restos de su contendor. Se preocupa –con el apoyo del
 peninsular Eduardo Llanos- darle cristiana sepultura. Con prolijidad
 reúne documentos, fotografías, escapulario y otros enseres y, en un
 gesto que enaltece a la peruanidad, la espada. Todas estas reliquias
 son despachadas a Carmela Carvajal –mujer tan notable como su esposo-
 y ello por su modestia y por jamás usar la figura de su occiso marido
 con propósitos de lucimiento personal o exacciones al Fisco.
 
 
 Su contrincante en Iquique es el primero que le confiere el rango de
 héroe. El 29 de mayo anota “El valiente comandante de la Esmeralda
 muere como héroe al emprender abordaje temerario”. El 2 de julio
 complementa el juicio y deja constancia de la devolución de las
 prendas del personaje convertido muy pronto en el equivalente, en la
 Marina, a lo que es O´Higgins en el Ejército. Incluso a Escuela Naval
 se bautiza con su nombre. La historiografía peruana es respetuosa
 respecto a Prat. Ha sido nuestro Ministerio de Educación Pública,
 específicamente, el FONDART quien vilipendia su genio y figura a
 través de historietas, obra de teatro y referencias hirientes en un
 texto escolar. Vale la pena añadir: quizás por su ceño adusto, la
 calvicie prematura y la barba nuestros alumnos no alcanzan a captar
 que muere apenas a los 31 años. Hoy -a un siglo de distancia- se
 aplaude tanto la grandeza moral del héroe de Iquique así como la del
 héroe de Angamos. No obstante, preferimos contemplarlos en Abtao, como
 aliados, defendiendo la soberanía suramericana que sabemos no es solo
 territorial, sino oceánica, financiera, económica y cultural.
 
 
 Prof. Pedro Godoy P.
 Centro de Estudios Chilenos CEDECH
 [email protected]
 www.premionaciuonaldeeducacion.blogspot.com

 

 

*CHILE Y HUMALA


 
 
 *
 El 12.04. Ollanta Humala manifiesta a los medios que Chile debe pedir
 disculpas a Perú por Guerra del Pacífico, apoyo bélico a Ecuador durante el
 conflicto del Cenepa y espionaje. Sobre el primer tema expresé mi opinión
 ubicable en Internet y en www.premionacionaldeeducacion.blogspot.com. No
 consigue mayor divulgación, según conjeturo, porque la patriotería es
 pandemia en nuestra América y no sólo afecta a mi país. El auxilio
 bélico a Ecuador es
 efectivo y basta para verificarlo las confesiones de La Moneda. Hubo buques
 chilenos en Guayaquil con municiones y aeronaves Hércules de la FAE en
 Pudahuel. Ello implica violación al Tratado de Río suscrito en 1941.
 Interviene en ese negocio también Argentina. Ello con la salvedad que la
 Presidenta Fernández brinda las excusas de rigor.
 
 El apoyo de Santiago a Quito se inserta en una hipótesis de conflicto: Chile
 agredido por los tres vecinos. De allí la centenaria campaña aislacionista y
 chauvinizante. Tal enfoque lubrica nuestro frenético armamentismo. De allí
 que, en el siglo XXI, se conserve el dogma de la "paz armada" que floreciera
 en la Europa de fines del XIX. En aquella eventual conflagración Ecuador,
 Paraguay Brasil serían aliados. Esto lo analizo en
 http://geopoliticaargentina.wordpress.com/2010/07/06/chile-geopolitica/ Ese
 es el trasfondo del abastecimiento de armas enjuiciado por Humala. Ahora
 bien, el espionaje no amerita comentario: es lamentablemente recíproco.
 Conclusión: urgente que -al menos el Cono Sur- se actualice y nacionalice la
 Geopolítica que es el fundamento doctrinal las FFAA de cada
 república.