UN PIRATA INGLES EN BOLIVIA

Por:
Eduardo Paz Rada

Publicado el 01/08/2011

Con las formas mas ofensivas y altaneras e imponiendo un lenguaje intervencionista y agresivo, el Secretario de Relaciones del Reino Unido de Gran Bretaña para América Latina, Jeremy Browne, quien visitó Bolivia la última semana de julio último, puso condiciones al gobierno boliviano para continuar con sus políticas de inversión petrolera y reclamó por la ampliación de los cultivos de coca que contravienen las acciones de represión al consumo de drogas en Europa.

 

Las actitudes y discursos del inglés Browne fueron realizadas en actos públicos en los cuales las autoridades bolivianas se mantuvieron con un perfil de aceptación y, en algún caso, agradecimiento, ante las agresivas palabras del visitante. El Ministro de Energía e Hidrocarburos de Bolivia, José Luis Gutierrez, se mostraba complacido cuando el diplomático defendía las inversiones de la petrolera transnacional British Gas (BG) demandando “seguridad jurídica y preocupación por las inversiones inglesas” y reclamaba por la indemnización de 70 millones de dólares a una empresa de generación de energía eléctrica nacionalizada en mayo de 2010, ante la mirada distraída del Presidente de YPFB, Carlos Villegas.

 

La transnacional BG realiza operaciones en Bolivia en la explotación de gas natural y, en asociación con el consorcio REPSOL de España, opera el campo Margarita, uno de los campos gasíferos más ricos de Bolivia, y Huacaya, teniendo además un contrato por Caipipendi, en la empresa YPFB-Chaco. Por otra parte, Browne reclamó un pago pendiente de 70 millones de dólares por la nacionalización de Guaracachi y RURELEC, empresa de energía eléctrica nacionalizada por el gobierno de Evo Morales.

 

Por otra parte, aprovechando la “donación” inglesa de un laboratorio forense de 700.000 dólares para la lucha contra el narcotráfico, el inglés reclamó por la existencia de leyes muy laxas en Bolivia y que “la coca boliviana no es positiva para su gobierno (el de Londres) que pretende frenar el consumo de drogas en Europa”. El viceministro responsable del área de control del narcotráfico y de la coca, Felipe Cáceres, escuchó en silencio la exhortación.

 

De la misma manera en que la Vicepresidenta de España, Maria Teresa Fernandez de la Vega, defendió, hace tres años en su visita a Bolivia, a la transnacional REPSOL, en momentos en que su país “regalaba” ambulancias a Bolivia, ahora el Secretario inglés reclama por la British Gas cuando realiza la “donación” de un laboratorio. Lo que no se toma en cuenta es que durante más de una década (1994-2005) las transnacionales petroleras (British Gas de Inglaterra, Petrobrás de Brasil, Total de Francia, Repsol de España) saquearon el gas boliviano por una cifra superior a los10.000 millones de dólares y consiguieron, después de la frustrada Nacionalización de los Hidrocarburos del 1 de mayo de 2006, nuevos contratos en los que mantienen importantes ganancias y ventajas.

 

Respecto a las declaraciones de Browne sobre la posible inversión de 500 millones de dólares por parte de BG, el Director del periódico conservador La Prensa, Diego Canelas, en su Editorial del 28 julio, ponderó esas opiniones afirmó que espera una “genuina reconciliación entre capital privado y estado” en Bolivia, valorando la apertura del gobierno y las transnacionales para realizar negocios en el sector. Criterio que permite advertir la nueva perspectiva del gobierno de abrirse aun más a las corporaciones petroleras y abandonar definitivamente el mandato popular de la nacionalización e industrialización.

 

Esta orientación coincide con el papel dirigente y conductor de las políticas petroleras y gasíferas en Bolivia por parte de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH), manejada por las transnacionales y que en el pasado conspiró contra el gobierno de Evo Morales, la misma que ha conseguido que los actuales Ministro de Hidrocarburos y  Presidente de YPFB se conviertan en aliados importantes de sus intereses.

 

Esto se refleja claramente en la ausencia de perspectivas a la industrialización y al uso masivo del gas en las actividades industriales y domésticas internas, ante la priorización de rentas para las transnacionales y el gobierno con gigantescos volúmenes de exportación hacia Brasil y Argentina, en momentos en que la crisis de abastecimiento de gasolina, energía eléctrica, gas licuado y diesel en Bolivia se acrecienta.

 

Los escándalos y delitos del millonario dueño de medios de comunicación en Inglaterra, Rupert Murdoch, aliado al Primer Ministro David Cameron, y las manifestaciones violentas de miles de jóvenes en los barrios de Londres contra la falta de oportunidades, trabajo y futuro no son ningún ejemplo para Bolivia de parte del viejo imperio que aun pretende seguir con su política colonial como la que mantiene con la ocupación de las Islas Malvinas Argentinas, fruto de intervenciones militares piratas en América Latina.