Entrevista con Immanuel Wallerstein, académico e investigador en la Universidad de Yale
El destacado
académico de las ciencias sociales, Immanuel Wallerstein, es uno de los más
connotados exponentes del pensamiento crítico contemporáneo, y durante su reciente
visita a Ecuador ALAI conversó con él sobre la actual crisis de deuda que
golpea duramente a Estados Unidos y sus consecuencias para los países
emergentes y América Latina.
El investigador principal de la
Universidad de Yale considera que el dólar ha entrado en un
proceso grave e irreversible de pérdida de valor como moneda de reserva
mundial, subrayando que era “el último poder serio que mantenía Estados
Unidos”.
Wallerstein piensa que las diferentes medidas de emergencia que se están
implementando en su país simplemente están retrasando la bancarrota mundial.
“Los daños son hechos concretos, la situación de los Estados Unidos es grave y
no es recuperable”, recalca.
Estima que el desenlace ocurrirá dentro de dos o tres años, con resultados
caóticos para el sistema mundial porque “no habrá una moneda de reserva
internacional” y tampoco existen condiciones para que otra moneda pueda ocupar
ese rol. Entonces con el fin del dólar como reserva mundial “van a existir
cinco, seis o siete monedas importantes, una situación caótica porque habrá
fluctuaciones enormes continuas”.
“Ni los gobiernos ni las firmas transnacionales, ni los mega-bancos, ni los
individuos sabrán qué hacer. Una incertidumbre enorme paralizará el mundo,
especialmente a los inversionistas”, advierte el académico estadounidense.
Mientras esto ocurre en un nivel macro de la economía estadounidense,
paralelamente también en un plano más local se vienen produciendo serios
problemas económicos. “Comunidades urbanas pequeñas están entrando a la
bancarrota y por ejemplo no pueden pagar las jubilaciones”, indica el
científico social.
El investigador considera que en su país la clase media es la más afectada
porque de un día a otro las familias pierden posición y los trabajadores que
perdieron su empleo no pueden hallar otro puesto, especialmente las personas
entre 40 y 60 años, llegando incluso a perder sus casas. Es una situación que
actualmente no tiene solución y no se observa posibilidad de encontrar una
válvula de escape.
Además, Wallerstein señala que “la situación en Estados Unidos va a empeorar
porque se va a eliminar la posibilidad que el gobierno sostenga gastos
necesarios en este momento, creándose una situación peor que la actual. La
fantasía del Tea Party está llevando a Estados Unidos y por consecuencia a todo
el mundo en dirección de un crac”.
Teniendo en cuenta estas consideraciones el pronóstico del teórico
estadounidense para los próximos años es bastante pesimista. “Yo veo guerras
civiles en múltiples países del norte, sobre todo en Estados Unidos donde la
situación es mucho peor que en Europa occidental, aunque allá también hay
posibilidades de guerra porque hay un límite hasta el cual la gente ordinaria
acepta la degradación de sus posibilidades”.
China y países emergentes
Ante la crisis de Estados Unidos y Europa los países emergentes por el momento
parecen vivir bien, sin embargo, desde el punto de vista de Wallerstein,
esconden una falsa realidad porque todos estamos en una misma canasta.
Teniendo en cuenta que China es el principal tenedor de bonos estadounidenses,
ese país afronta una disyuntiva muy delicada. Wallerstein considera que si por
un lado “deja de comprar bonos de Estados Unidos va a perder la oportunidad de
colocar productos chinos en ese mercado, un problema muy serio para la China. Al mismo tiempo,
cuando el dólar pierda su posición relativa a las otras monedas sus bonos no
van a valer mucho”.
Entonces, China se está arriesgando a perder enormemente tanto si se retira o
si continúa en el mercado de bonos estadounidenses. Frente a esta situación
considera que “lo más probable es que la China se vaya retirando poco a poco”. Justamente
el problema está en determinar cuándo es el momento perfecto para detener las
inversiones, lo cual es imposible de señalar porque si lo supiéramos seríamos
todos ricos, agrega el investigador.
Además de este serio problema que afronta China, explica que el país asiático
atraviesa por una situación muy frágil desde el punto de vista de su economía
interna, “porque los bancos chinos están en la misma situación que los bancos
estadounidenses hace dos o tres años”. Asimismo, la inflación limita
posibilidades a China y a otros países emergentes como, por ejemplo, a Brasil.
En este contexto considera que los países emergentes, y en el caso de
Suramérica la Unasur,
deberán hallar los mecanismos de un “proteccionismo a corto plazo a fin de
minimizar los daños que serán para todo el mundo. No habrá países que escaparán
de los daños pero serán más grandes para unos que para otros”.
Preguntado sobre la construcción de una nueva arquitectura financiera regional,
con iniciativas como el Banco del Sur o de una moneda regional como el Sucre,
el académico valoró positivamente esas posibilidades para los pueblos de
América del Sur. “La creación eventual de una moneda verdadera común será un
elemento de fuerza económica en esta situación”. En ese sentido citó como
ejemplo que a pesar de las dificultades en Europa con el euro, la decisión de
salvaguardar la moneda común “va a permitirles una posición política
importante”.
Finalmente, como un mensaje para América Latina invitó a continuar con la
reflexión sobre la necesidad de garantizar alimentos suficientes para su
pueblo, agua para su pueblo, energía para su pueblo, como cuestiones mínimas y
esenciales que deben hacer todos los gobiernos del Sur.
Fuente: http://alainet.org/active/48721
¿SE PUEDE COMPRENDER EL CAOS?
Algunos comentarios a la entrevista de Immanuel Walerstein
Theotonio Dos Santos
Alainet
Desde hace muchos años vengo discutiendo con Immanuel (1) y un grupo de compañeros sobre esta situación que preveíamos, basados no solamente en los ciclos largos de Kondratiev. Con todo, tenemos que tener claro algunos puntos que aún resultan polémicos, incluso dentro de nuestro grupo de estudiosos del sistema mundial. Es necesario destacar dos cosas.
Primero, no estamos en una fase desfavorable del ciclo largo, estamos en medio de un periodo de crecimiento. Esto explica que a pesar de las dimensiones colosales de la crisis de la especulación financiera internacional, continúa habiendo crecimiento de la economía mundial. Este ciclo positivo deberá agotarse en aproximadamente 10 años cuando deberemos sustituir el actual patrón tecnológico mundial por un nuevo paradigma cuya introducción exigirá una destrucción masiva de gran parte de la estructura económica mundial y de las varias estructuras nacionales. En ese momento, la crisis actual parecerá un chiste y la idea de caos que maneja Immanuel se aproximará bastante de la realidad de este nuevo periodo.
Segundo, la desproporcionada intervención fiscal del gobierno estadunidense para salvar el sistema financiero actual es similar a la intervención del Japón en el comienzo de la década de 1990 para salvar los absolutamente inútiles bancos japoneses. Ella es peor aún porque los Estados Unidos, además de transferir recursos colosales al sistema financiero casi tan inútil como el japonés, tiene gastos insostenibles como las guerras sucesivas y como las "prevenciones" de guerras megalómanas con las que pretenden someter todo el planeta a su dominio.
Luego, los Estados Unidos no pueden más situarse como la gran "locomotora de la economía mundial", como viene ocurriendo ya en los últimos 10 años. Deberá tener un crecimiento mediocre junto con Europa. A pesar de que ésta podría tener una mejor situación si asumiera su destino euro-asiático y abriera sus economías, sociedades y cultura a una audaz aproximación a Rusia, China e India. Y a la vez apoyara el sur de la Europa para conectarse fuertemente con Turquía, con todo el Oriente Medio, África y América Latina. ¡Abajo el Atlantismo que destruye a Europa!
En cuanto a China, no tiene otro camino que usar sus dólares e incluso sus títulos de la deuda estadounidense para adquirir empresas en toda la economía occidental, utilizando los fondos soberanos que ya tiene y los nuevos que piensa crear. Su destino es convertirse en la principal fuerza económica (y financiera) del capitalismo mundial.
Valga la capacidad de la teoría económica no ortodoxa para comprender estas realidades y actuar sobre ellas. Feliz o infelizmente el capitalismo de estado de China y el de gran parte del llamado Tercer Mundo deberán dirigir la economía mundial a partir de un periodo muy corto. Estamos en plena transición a esta nueva fase.
Luchemos para que ese capitalismo de Estado esté sometido a fuerzas democráticas (es decir, las mayorías sociales y no las "élites" antidemocráticas occidentales, a pesar de sus discursos liberales).
Luchemos para encontrar regímenes políticos que permitan este diálogo constante entre los Estados y los pueblos. Las formas de representación electoral usadas en el Occidente están en plena degradación con un descontento de masas colosal, pues los grandes movimientos de masa del momento no son las rebeliones árabes y sí la ocupación de las calles europeas por las grandes protestas populares.
No extrañen el hecho de que las noticias monitoreadas por la gran prensa internacional no les dejen visualizar esta imagen. Hay toda una nueva agenda a desarrollar en esta nueva situación histórica. América Latina está haciendo un esfuerzo muy positivo en esta dirección. Ella incluye una drástica reforma de los medios de comunicación y una mayor comunicación Sur/Sur. Tenemos que pensar con energía, audacia y creatividad. Inmanuel Wallerstein es uno de los pocos que está en esta trinchera.
Nota:
(1) Wallerstein: Se vienen años de incertidumbre y caos mundial: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=134114
Theotonio Dos Santos es Presidente de la Cátedra y Red sobre Economía Mundial y Desarrollo Sostenible de la UNESCO y la ONU. Profesor emérito de la Universidad Federal Fluminense (UFF) de Río de Janeiro. http://theotoniodossantos.blogspot.com