LA NACION LATINOAMERICANA DE JORGE ABELARDO RAMOS

Por:


Publicado el 01/11/2011

Existe un texto de lectura que podríamos considerar “obligatoria” en estos tiempos de reorganización del planeta, luego de la crisis del hipertrofiado sector  financiero globalizado, que todavía está pasándole factura a varios estados y naciones. Nos referimos a la Historia de la Nación Latinoamericana, de Jorge Abelardo Ramos, que es, según su mismo autor advertía: “no una historia de América Latina, sino tan solo la crónica razonada de las luchas que nuestro pueblo libró para reunirse en una Nación”

Y ese concepto esencial, de Nación, es precisamente el que no acaba de ser bien internalizado en nuestras sociedades americanas, donde campea el “transnacionalismo”, mientras “plurinacionalismos” y otro embelecos distraen y despistan nuestra atención.

Y no es juego de palabras.  Ayer nomás, sin ir más lejos, publicábamos que “las empresas transnacionales que operan en Bolivia tienen el control mayoritario y casi excluyente de las reservas de gas y petróleo en el centro de Sudamérica”.

La afirmación estaba basada en una investigación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, y apunta a una realidad que no necesita mayores investigaciones ni publicaciones para ser irrefutable. La sentimos todos los días. Pero el informe mencionado lo explica y ratifica en forma rotunda:

“Las empresas Petrobras, Repsol y Total E&P controlaban en 2005 el 83,4% de las reservas de gas natural y petróleo, expresadas en términos energéticos; esta participación se incrementó para el año 2009, llegando al 85,2% del total de reservas”.

Frente a esta preeminencia transnacional, la participación estatal era mínima, según la información oficial. “El control de las reservas por parte de YPFB, a través de las subsidiarias Andina y Chaco, era de sólo el 12% en 2005 y disminuyó al 11% en 2009”.  Y nos deja una inquietante pregunta de sólo cuatro palabras: ¿Dónde está la nacionalización?

La respuesta tampoco necesita más de cuatro palabras: Habrá que hacerla nuevamente.

Es que las transnacionales tienen sus defensores, que usan como herramienta conceptual el Consenso de Washington, pero sus críticos demuestran que las empresas transnacionales emplean sólo un 3% de la fuerza de trabajo mundial (y menos de la mitad de estos empleados está en el Sur).

Entretanto, la contienda entre gobiernos para atraer las inversiones de las transnacionales ha provocado una caída espectacular de las condiciones laborales, dando paso a una precariedad que ha perjudicado los derechos de los trabajadores. Y mientras que las grandes corporaciones utilizan su inmenso poder de compra y de acción para tomar las riendas de los mercados locales, las empresas nacionales (estatales o privadas) son literalmente barridas de la escena.

Hay que repensar entonces seriamente lo que entendemos como Nación, porque aquí el concepto de nación todavía no es claro. Mientras a nivel oficial se suele utilizar el concepto como equivalente a Estado territorial muchos defendemos el sentido bolivariano de nación latinoamericana.

La reunión de CELAC (Comunidad de Estados de Américas Latina y el Caribe) pasado mañana en Caracas, será magnífico escenario para eso.