SERGIO ALMARAZ PAZ

Por:
Johnny Lazo Zubieta

Publicado el 01/05/2012

Entre el marxismo metodológico y el nacionalismo político

INTRODUCCIÓN

La investigación que se presenta, basa su análisis en la obra de un
pensador boliviano, cuya reflexión tiene un importancia trascendental
en la interpretación socio – política del país, en la medida en que
centra su atención en el estudio y análisis de uno de los sectores
pivotes de la formación social boliviana, tal el caso de la minería.

El pensamiento y reflexión de Sergio Almaraz Paz (1928 – 1967) tiene
además la característica prospectiva, que nos permite observar
coyunturas sociopolíticas actuales, tal el caso de la “nueva rosca
minera” y su importante papel en la transformación del país en la
década de los ochenta; la misma que se llevó a cabo en la “minería
mediana” como poder económico y en el ejercicio de gobierno como poder
político .

Del pensamiento de Almaraz, se rescata – para la reflexión filosófica
– el Concepto de estructura de poder que si bien es un concepto propio
de las ciencias sociales y políticas, mantiene un nivel de
generalización que permita una reflexión filosófica alrededor de sus
principales determinaciones.

El enfoque de análisis en la investigación busca se novedoso respecto
de otros autores nacionales y extranjeros, que estudian la obra de
Almaraz. El enfoque fue justamente el ir descubriendo el método
filosófico implícito en el discurso sociopolítico del autor.

El trabajo de investigación busca demostrar en la obra de Almaraz Paz,
un elemento filosófico – teórico que le permita proponer un “método
análisis social” y plantear un “proyecto construcción nacional”.
El elemento central de la obra de Almaraz es el de Estructura de
poder, cuyas determinaciones provienen de las vertientes nacionalista,
marxista y de la sociología pragmática de C. Wright Mills. A partir de
ellas, Almaraz propone un método de análisis social en cuanto utiliza,
para su investigación histórico, “categorías filosóficas” provenientes
del marxismo, sin embargo su aplicación no concluye en el
planteamiento de un Estado Socialista; por que el autor propone la
construcción de un proyecto nacional de corte Burgués, a través de la
creación y fortalecimiento de la burguesía nacional.

La metodología aplicada debe diferenciar los métodos teóricos de
análisis de las técnicas o métodos empíricos. En el primer caso se
utilizaron tres acercamientos: el análisis, la síntesis y la
comparación.

El análisis sirvió en el proceso de abstraer del discurso las
determinaciones esenciales y reflexionar con ellas. El proceso de
abstracción supuso trabajar en un nivel lógico , no histórico , puesto
que del discurso narrativo sociológico - político se va a lo esencial
mediante la abstracción que construye un modelo lógico de análisis,
con las principales determinaciones que descubre. Las determinaciones
son las que se consideran esenciales para el análisis; sin embargo no
excluye la posibilidad de ir considerando otras determinaciones, desde
otras ópticas o incluso desde otras disciplinas.

La síntesis sirvió para el proceso interpretativo de las reflexiones
de Sergio Almaraz, en que se conjugo con la comparación del
pensamiento del autor estudiado con otros autores, para observar
similitudes, influencias y diferencias.

Las técnicas implementadas fueron las de el análisis bibliográfico
(fichas) y del análisis del discurso, consideradas apropiadas para
rescatar el contenido de: Petróleo en Bolivia (1958), El poder y la
caída (1967), Réquiem para una republica (1969) y Para abrir el
dialogo (1979).

Los resultados del trabajo se exponen en cinco capítulos:

El primer capitulo, contiene el itinerario de la praxis política –
ideológica de Sergio Almaraz Paz, como una forma de contextualizar el
análisis de la obras que se consideran para el trabajo.

El segundo capitulo, esta referido al análisis “lógico” de la
estructura, el ejercicio y vacío de poder, se trata de la
identificación y análisis de las determinaciones que consisten en los
conceptos mencionados.

El análisis metodológico se expone en el tercer capitulo, utilizando
categorías marxistas: relación entre ser social y conciencia social,
visión de totalidad, procesos y cambios cuantitativos y cualitativos y
la relación entre forma y contenido, en la medida en que el pensador
que nos ocupa es catalogado como marxista.

El cuarto capitulo sintetiza sobre la base del análisis de los dos
anteriores un balance entre el marxismo metodológico y el nacionalismo
político de Sergio almaraz.

El quinto capítulo, muestra la vigencia del pensamiento de Sergio
Almaraz para el estudio e interpretación, en primera instancia, del
período neoliberal centrado fundamentalmente en los gobiernos del MNR
de Gonzalo Sánchez de Losada (1993 – 1997; 2002 – 2003) y en segunda
instancia se analiza el accionar político de la izquierda boliviana en
el gobierno de Evo Morales Ayma.

Finalmente advertir al lector, que a lo largo del documento se repiten
algunas citas textuales. Esto es inevitable dada la densidad
conceptual que imprime Sergio Almaraz a cada párrafo, esto también
muestra a un intelectual que no gasta tinta hasta aburrirnos. Ahí,
también la riqueza de los escritos que nos dejó don Sergio Almaraz.
CAPITULO PRIMERO

Itinerario de la praxis política – ideológica de Sergio Almaraz Paz

1.- El período en el Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR)

Sergio Almaraz Paz nace en Cochabamba el primero de diciembre de 1928,
en un hogar de clase media, comienza su carrera política muy joven. A
los trece años en el partido de izquierda revolucionaria (PIR) formaba
parte de la célula 19, teniendo como jefe a José Quiroga Castro. Ya
desde entonces se conoce su inquietud – que no le abandonara sino
cuando muere – de formar grupos de estudio; entre ellos se destacan:
el Centro de Estudios Libertad, La juventud de estudios del PIR. Fue
fundador, según Zavaleta Mercado, de la “mejor agrupación, la Célula
Lenin, a sus diecisiete años”.

En el ámbito cultural formara parte de la segunda generación “Gesta
Bárbara”. En 1960, mientras desempeñaba el cargo de subsecretario de
trabajo durante el gobierno de Víctor Paz Estensoro, forma parte del
grupo Wiphala, integrado pro artistas plásticos y otros intelectuales.
Este grupo tendrá su propia revista, “Wiphala”, donde Almaraz
escribirá. En condiciones poco ventajosas mostró también sus
inquietudes cinematográficas, en las primeras películas del grupo
“Ukamau”. El ultimo grupo político al que Sergio Almaraz perteneció
(1967) – durante la guerrilla del “Che” en Bolivia – fue la
coordinación de la resistencia Nacionalista que agrupaba a
intelectuales como Félix Rospigliosi, Rene Zavaleta, entre otros.

A principios de 1964:

El PIR lo envió a la Escuela Central de Cuadros del Partido Comunistas
de Chile y a su retorno, Almaraz organizo a su turno una Escuela de
adiestramiento político y fundo el periódico “Orientación”. Con ambos
instrumentos acabo por crear, casi sin quererlo, una corriente
revolucionaria dentro del organismo ya entregado del PIR.

Ingresa a la universidad para seguir la carrera de Derecho, que no
pudo concluir por la agitada vida política que le toco vivir. En la
política universitaria fue miembro de la Federación Universitaria
Local de La Paz en 1948, y posteriormente de la confederación
Universitaria Boliviana (CUB) hasta 1953. En esta año participara como
miembro de la CUB en la comisión que preparo el Decreto de Reforma
Agraria.

Siguiendo a Zavaleta Mercado, que recoge el testimonio de Oscar
Lister, miembro del partido en aquella época, encontramos las primeras
discrepancias de Almaraz con el PIR a propósito de un documento
escrito por Alfredo Mendizábal, alto dirigente pirista, quien
afirmaba, “como haría después Haya de la Torre”, fundador del APRA
peruano, que los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial
“había dejado de ser un país imperialista”. Almaraz había invitado a
Ricardo Anaya, uno de los jefes del PIR, a concurrir a la Célula
Lenin, embrión del futuro Partido Comunista, del cual Almaraz “había
hecho su fuerte. Sin atreverse aun a una ruptura con la dirección”;
escribirá Zavaleta: “Sergio hizo entonces una encarnizada disección de
un articulo de Alfredo Mendizábal un alto dirigente del PIR” .

El PIR que seguía una línea estalinista de unidad nacional, en la
práctica se convierte en oposición al MNR (acusándole de nazifacista)
y apoya a la oligarquía. El PIR es responsable, entre otras cosas, de
la masacre de obreros en las minas de Catavi, a raíz de una huelga por
demandas laborales de este sector. Esta participación en la masacre le
costaría al PIR la perdida de su hegemonía en las filas del movimiento
obrero. Ya anteriormente había participado en la carnicería del 21 de
julio de 1946 y en el colgamiento del presidente Gualberto Villarroel
.

En las elecciones de 1947 llega al poder, representando a la
oligarquía, Enrique Hertzog con el amplio apoyo del PIR, partido que,
a cambio del favor brindado, recibirá la presidencia de la Honorable
cámara de Diputados para José Antonio Arze y algunas otras senadurías
y alcaldías.

Todo esto revelará el desgaste y la franca descomposición del partido,
sobre todo en su alta dirección. El PIR, que había nacido como un
partido opuesto a la derecha y al imperialismo, devino en un partido
“marxista” de una oligarquía antinacional al servicio de las grandes
compañías mineras y del imperialismo .

Almaraz, señala Hirsuta, que se había formado dentro del Partido de la
Izquierda Revolucionaria, “evoluciona sin dejar esa premisa de ser
revolucionario” para luego junto con un grupo de jóvenes reducir al
PIR a la nada, mediante su abandono, por la corrupción de este partido
en el ejercicio del poder . Esta política de entrega provocara una
fuerte resistencia en al militancia joven, dando nacimiento a una
posición contraria en las filas mismas del partido, acaudillada por
Almaraz, José Pereira, Jorge Ovando, Inti Peredo que no era sino un
niño, y otros jóvenes militantes asqueados por la política de entrega.

2.- La transición: PIR – PCB – MNR

Vino el rompimiento en una reunió ampliada de critica y autocrítica,
convocada por el comité de Miraflores, donde participaron los tres
jefes del PIR (Arze, Anaya y Arratia). Taboada Terán recuerda: “Y en
una reunión ampliada planeamos desenmascarar al PIR y a su alta
dirección por su política al servicio de la rosca y del Imperialismo”
. Fue el acta de defunción del Partido de la Izquierda Revolucionaria;
Los hábiles parlamentarios cochabambinos – Arze, Anaya y Arratia – no
pudieron contestar a las acusaciones de los radicales jóvenes
revolucionarios. Así cayeron los “harapos que cubrían la desnudez
cadavérica del PIR” .

Si bien ambos partidos (PIR y PCB) responden a la línea de la II
internacional , en la práctica había diferencias importantes que están
en relación a la política que seguía cada partido. Un ejemplo de ello
es la actitud de estos partidos respecto a la industrialización
nacional. El PIR señala:

La producción fabril en Bolivia es pequeña, casi insignificante. Es
contraproducente para los consumidores y para la economía del país por
su mayor costo y calidad inferior a la importada. La mayor parte de
las llamadas fábricas nacionales tienen una existencia irreal,
ficticia, que en vez de beneficiar perjudica al país .

Este tipo de posiciones, mas que corresponder a un partido de
izquierda, o en el mejor de los casos a un partido nacionalista, que
busca el fortalecimiento de la industria nacional, como
“supuestamente” fue el PIR, parecen venir de los partido
tradicionalistas de la época – el partido liberal y el republicano –
que respondían a los intereses del imperialismo.

Sobre el mismo problema el Partido Comunista señalaba:

Nuestra lucha contra el imperialismo, por mejores condiciones de vida
y de trabajo se apoya en la defensa más patriótica de las industrias
nacionales y persigue como fin alcanzar los más altos límites de
industrialización posibles y el aprovechamiento intensivo de las
riquezas naturales de nuestro país con capitales y técnicos
nacionales. Aspiramos al florecimiento de la economía nacional sobre
bases modernas y en todos sus aspectos, queremos una economía nacional
independiente y prospera .

Este documento del Partido Comunista, que fue presentado en la Central
Obrera Departamental de La Paz en 1953, difiere radicalmente del
planteamiento del PIR (cf. cita anterior): es más consecuente con su
nacionalismo en la propuesta de crear una burguesía nacional vía
fortalecimiento de la industria propia.

Uno de los puntos más polémicos y que, como consecuencia, produjo el
rompimiento de los jóvenes del PIR, en las sesiones de crítica y
autocrítica que mencionamos, fue el tema acerca de la cuestión
indígena. Según escribe Zavaleta Mercado  Almaraz se había burlado del
“planteamiento de la reforma agraria”, del cual era autor Anaya y que
se encontraba en el programa de principios del PIR. En el sostenía
Anaya, que el “problema del indio es el problema de la tierra”.
Almaraz respondía:

Si allí se define que el problema del indio es el problema de la
tierra, verdad que esta inscripta igualmente en los libros de lectura
para escolares. Pero, ¿es que para un partido revolucionario y
marxista esa ingenua definición es una bandera de la reforma agraria,
camarada Anaya?


Si para el PIR el problema del “indio” es el problema de tenencia de
la tierra, veamos cual fue la posición del Partido Comunista respecto
al mismo tema:

El problema del “indio” No es, ante todo, el problema de la tierra. El
llamado “problema del indio” es el problema nacional de Bolivia, el
problema de la opresión nacional de los pueblos indígenas por las
clases dominantes de la nación boliviana, (…) nuestra tesis es que la
autodeterminación de los pueblos indígenas de Bolivia significa
también la autodeterminación de la nación boliviana .
Si bien el PCB estaba presente, a través de sus miembros, en la
comisión que redacto el documento de la reforma agraria, no se tocó el
problema de las nacionalidades oprimidas. Ovando Sanz afirma al
respecto: “(…) prácticamente la política independiente del Partido
Comunista en el problema nacional y en el problema agrario aparecía
derrotada dentro del mismo partido comunista” . Cabe aclarar que
Almaraz no desarrollo estos temas en sus obras; para el uno de los
objetivos de la revolución nacional era la expulsión del imperialismo
de Bolivia; en los que respecta a la cuestión agraria, había que
liquidar el feudalismo en todas sus manifestaciones.

Así, de una fracción de jóvenes piristas, que no estaban de acuerdo
con la política de colaboración del PIR con la rosca minero feudal,
nació a comienzos de 1950, el Partido Comunista Boliviano. Entre los
jóvenes disidentes del PIR que fundaron el nuevo grupo político, se
encontraba Sergio Almaraz, Jorge Ovando Sanz, Jorge Kolle, Víctor Hugo
Libera, Luis Luksis, y otros. Según Zavaleta, la tesis que sostenía
Almaraz en aquella época “pedía la sustitución de la Alianza del PIR
con la rosca, por una alianza con el MNR, la que en efecto se pacto en
Chile en el exilio” .

El PCB comenzó la campaña de ganar espacios militantes en todo el país
en una época de gran convulsión social. El gobierno de Urriolagoitia,
por instrucciones del Fondo Monetario Internacional – a petición de la
gran minería – había devaluado la moneda boliviana, lo cual provoco
fuertes reacciones populares. La Central Obrera Boliviana decreto la
huelga general, pidiendo la reposición de sus salarios; el 18 de mayo
de 1950, como respuesta a dicha petición, “el gobierno recurrió a la
fuerza aérea para bombardear no solo los objetivos rebeldes sino la
misma zona de villa victoria”.

El joven Partido Comunista tuvo participación activa en esta
movilización obrera; una consecuencia de esta participación fue la
detención de su Comité Central a la cabeza de Sergio Almaraz. Este
Comité, junto con otros dirigentes sindicales y políticos fue
confinado a la Isla de Coati en el lago Titicaca. Luego, Almaraz
saldría exiliado a Chile y ese mismo año viajaría a Alemania al II
Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de Berlín.

Mientras tanto, el MNR había ganado las elecciones; pero Urriolagoitia
sin respetar los comicios, transmitió el mando al jefe del Estado
Mayor, que a su vez nombro Presidente al General Hugo Ballivián. Una
de las primeras medidas del nuevo gobierno fue anular las elecciones y
vetar al MNR, bajo acusación de organización comunista . Todo esto
produjo fuertes movilizaciones populares que culminaron en la
insurrección del 9 de abril de 1952.

Como ya señalamos, el PCB apoyo al MNR durante y en los primeros años
de la revolución; posteriormente el PCB toma una postura crítica en
relación con dicho partido por su política cada vez más
condescendiente al imperialismo .

Con una delegación de la Central Obrera Boliviana, Almaraz realizara
un viaje a la URSS en 1953, por espacio de varios meses. Para
entonces, el PCB había ingresado en una etapa crítica. Taboada Terán
escribe: “En 1955, encontré un Partido Comunista transformado, esta
vez capitaneado por Ricardo Bonell, ex empleado de la embajada
Norteamericana” . A la cabeza de Alfredo Arratia, uno de los jefes del
PIR, se había formado el partido comunista número 2, con todas las
viejas practicas piristas. Al partido comunista numero 1 le quedaba
dos opciones o unirse al nuevo o perecer. Opto por lo primero, y con
los dos PCBs unidos, Arratia llego al Comité Central.

Entre enjuagues y traiciones – según Taboada Terán – “cayo Sergio
Almaraz”, situándose como primer secretario del Partido Mario Monje
Molina, Famoso luego por su traición al “Che”. Zavaleta escribirá: “No
tardaría Almaraz en tropezar con la pesado estructura de un aparato
ligado a las burocracias internacionales y acabo por ser expulsado del
PC bajo la acusación de desviaciones pequeño burguesas” .

Se sabe que Almaraz fue alejado del PCB por su constante crítica al
dogmatismo y al centralismo partidario, el cual no le permitía ampliar
y desarrollar su marco teórico. El partido, según Doña Elena Vda. De
Almaraz, le molestaba como “un chaleco de fuerza” . Pero también es
cierto que Almaraz no estaba de acuerdo con el alejamiento del PCB de
la Revolución Nacional, que en términos concretos se traducía en el
alejamiento del PCB del MNR. Mas tarde Almaraz dirá: “estoy cansado de
ver que para los militantes del partido el tiempo no transcurre” .

En el Documento del 5º Congreso del PCB se encuentran las siguientes
acusaciones a Sergio Almaraz:

Finalmente Almaraz, cuya podredumbre ideológica busco hacer extensiva
a las filas partidarias, encubriendo de modo cobarde sus pretensiones
con el mote de discrepancia política, táctica ideológica, de su
neohumanismo, en el fondo revisionista .

Almaraz a pesar de haber fundado el partido comunista no se encontraba
a gusto, aparentemente por su posición más nacionalista que
“marxista”.

El PCB argumentaba su crítica afirmando que la Revolución nacional no
era ni “revolución”, ni “nacional”, pues – según los “comunistas”- era
parte del proceso de aplicación de la estrategia belicista y
anticomunista del imperialismo yanqui, para asegurar la cantera de
minerales estratégicos y la fácil explotación de nuestro país . Por
ello Ovando Sanz afirma que la nacionalización, en vez de
industrializar el país, solo sirvió para repartir fabulosas ganancias
a las grandes empresas y a los norteamericanos, debido a los precios
bajos de la venta y a los costos altos de la producción:

Bolivia es la fuente mas “segura” de estaño para los Estados Unidos, y
una de las medidas tomadas para garantizar esta seguridad fue la
“nacionalización” decretada en 31 de octubre de 1952, que permitió
eliminar las influencia inglesa, disponer del estaño a un precio
inferior a su costo de producción y redoblar las ganancias de las
empresas mediante el pago de “indemnizaciones” fabulosas y la
condonación de obligaciones pendientes con el Estado .

Esta era la posición del PCB frente a la revolución, que se
diferenciaba radicalmente de la postura de Almaraz.

Si bien nuestro autor critico al MNR por la política condescendiente
frente al imperialismo, a su vez sentía como suya la Revolución y
criticaba a la izquierda de ver pasar la revolución “por la vereda del
frente”. Ello tal vez explica que Almaraz, no obstante su critica
permanente a la política entreguita del MNR, colaboro con este
partido.

En un articulo publicado en la revista Praxis Nro 5, dirá acerca de la
izquierda “las revoluciones de todos los tiempos han sufrido duros
golpes a manos de estos”.

En Réquiem para una Republica escribe:

La experiencia boliviana desemboca en el punto más ardiente del debate
sobre la revolución en nuestro tiempo. Los bolivianos hicieron la suya
y su instrumento fue el MNR. La observación de que habría sido
preferible otro tipo de revolución es pueril, por que la historia no
es un escaparate. La revolución fue esa y no otra, sin márgenes de
elección .

En el ultimo reportaje que le hizo Alfredo Medrano a Sergio Almaraz,
este reclamaba como suya la revolución del 52, afirmando que los
izquierdistas no se adscribieron a la revolución por considerarla como
una revolución de pequeño – burgueses. Finalmente, parafraseando las
palabras del poeta cubano Nicolás Guillen dirá: “paso la revolución
bajo un arco de machetes”. (Medrano Alfredo “Ultimo reportaje a Sergio
Almaraz”, en Praxis Nro 5 1968: 19) Palabras claras que no dejan dudas
sobre la discrepancia de Sergio Almaraz con los partidos de izquierda.

3.- Legado teórico

El inicio de su carrera como escritor coincide con su salida del PCB
(1957 – 1967). En 1958 sale la primera edición de petróleo en Bolivia,
que en 1962 ganara el premio nacional de literatura en Ensayos. En una
entrevista concedida a Marcelo Quiroga para la revista “Guión” le dirá
acerca de su libro, que ha sido recibido por la prensa y los
intelectuales, con un “frió silencio” .

Petróleo en Bolivia, libro de carácter exegético y sistemático con un
lenguaje mas apegado al marxismo tanto metodológico como
políticamente. Almaraz describe en una primera parte el panorama
general del cartel  mundial del petróleo, formado por siete Trusts
petroleros que controlaban entonces el 92% de la producción mundial. A
continuación esta obra expone la entrega y defensa de los
hidrocarburos en Latinoamérica, para posteriormente mostrar el gran
drama del petróleo en Bolivia. Es aquí donde Almaraz aclara
definitivamente y con abundancia de datos que la guerra del Chaco fue
impulsada por dos empresas petroleras: la Standard Oil y la Royal
Dutch Schel.

Se sabe que Almaraz, una vez fuera del partido comunista de Bolivia,
volvió a Cochabamba (1959) y empezó a preparar el material para su
segundo libro El poder y la Caída, preparación que será interrumpida
cuando ingreso a trabajar en el gobierno del MNR (1959 – 1964).
Ingresa al MNR porque creía que esta partido era la única fuerza
nacional cuyo poder nacía de los obreros, campesinos y clase media,
asumiendo la consigna de Albert Camus: “lo difícil es asistir a los
extravíos de una revolución sin perder la fe en la necesidad de esta”.

En Réquiem Para una Republica escribirá:

Los gobiernos del Movimiento Nacionalista Revolucionario constituyen
la tentativa nacional mas seria para la organización de un poder
popular por el activo rol de renovación social y ejercicio del
gobierno que tuvieron los obreros y campesinos. El llamado
“co-gobierno” es una de las expresiones de este fenómeno .

Su primer trabajo en el gobierno del MNR es como Subsecretario del
Ministerio de Trabajo y Previsión Social, a invitación de su ex
compañero y amigo de la universidad, Alfredo Franco Guachilla. En 1963
pasa a colaborar como Subsecretario de Minas, por invitación de Rene
Zavaleta Mercado, Ministro en ese entonces.

Como funcionario de ese ministerio, en mayo de 1963 Almaraz fue
invitado a Inglaterra por la Foreing Office Ingles. La invitación
incluía la visita a la fundición William Harvey en Liverpool, a la que
hace mención después en Réquiem para una Republica.

A su retorno realizo varias visitas a las minas de COMIBOL, donde
seguramente le causaría profunda impresión la vida en los campamentos
mineros, que se traducirá en un capitulo, “Los cementerios mineros”,
haciendo referencia obviamente a los campamentos, que esta incluido en
el libro arriba mencionado.

Poco antes del golpe de Barrientos, Almaraz se aleja de su trabajo
para terminar El Poder y la Caída. Hablando del paso de Almaraz por el
MNR Zavaleta escribirá:

Es un tiempo en el que Sergio, saliendo de la rígida experiencia del
PC y el stalinismo, resuelve hacer una doble apertura; extiende su
posición hacia el nacionalismo, por un lado, es decir, amplifica su
base ideológica en perjuicio de aquel falso rigor y por el otro,
encara el análisis de los grandes temas premiosos (el petróleo, el
estaño) en una exposición de tipo inductivo, en la que la abstracción
solo juega como un breve remate de la investigación .

En 1966 termino de escribir El Poder y la Caída, pero no será
publicado si no en 1967, cuando la Alcaldía de Cochabamba convoca a un
concurso literario múltiple. Entre los premios estaba además la
publicación del libro, que sale a circulación a condición de no
incluir el ultimo capitulo, “El sistema de Mayo”, donde Almaraz
denuncia las matanzas que tienen comienzo en mayo de 65 y todas sus
implicaciones políticas y económicas. Este capitulo dará origen al
libro póstumo Réquiem Para una Republica.

El Poder y la Caída, que es un ensayo sobre la estructura económica
del país, se analiza el verdadero poder en Bolivia, el poder del
“superestado minero”, de la “rosca minero feudal”, del imperialismo;
como señala Zavaleta, los golpes de Estado, los parlamentos, los
presidentes, no son sino “epifenómenos de un núcleo desconocido y
apenas señalado” . Núcleo al que Almaraz denominara estructura de
poder.

En Réquiem para una Republica Almaraz analiza con agudeza los
“tejemanejes” de la realidad política, ideológica y económica del
proceso revolucionario, que tuvo sus momentos álgidos con la
participación de las masas en los años inmediatos al 52. Luego,
denuncia la penetración norteamericana y su participación en el golpe
del 4 de noviembre de 1964, utilizando como esbirro al general
Barrientos y convirtiendo a Bolivia en un país ocupado por los
yanquis.

Las entrevistas, artículos, ensayos y homenajes de recordación que le
hicieron diferentes personalidades, fueron publicados en 1979 con el
nombre de uno de sus artículos, Para Abrir el Dialogo. Textos que nos
permiten rastrear las huellas del pensamiento político ideológico de
Almaraz. Sabemos que tenía pensado escribir un ensayo sobre la
problemática ideológica de Bolivia y el pensamiento nacional desde la
segunda mitad del siglo pasado. Pero, su muerte temprana no le
permitió cumplir este objetivo.

En los últimos meses del gobierno de Víctor Paz Estensoro, Almaraz
tuvo contactos con los generales Ovando Candia, Juan José Torres y
otros militares que posteriormente participaron de la nacionalización
de la Gulf, nacionalización que se haría extensiva a la mina Matilde y
a la instalación del Complejo Metalúrgico de Vinto.

Los últimos años de su vida, Almaraz fundará y dirigirá – hasta su
muerte en mayo de 1968 – las revistas Praxis y Clarín, de contenido
fundamentalmente político, abiertas a todo aquel “que tuviera algo
nuevo que decir en la construcción del País”. Revistas que invitaban
al dialogo, pues, según Almaraz, “El pueblo esta cansado, los
intelectuales se mantienen en silencio porque tiene las cabezas secas
o porque tienen miedo o porque encuentran mas cómoda una taimada
indiferencia” .









CAPÍTULO SEGUNDO

Análisis “lógico” de la estructura, el ejercicio y vacío de poder

En este capítulo, se desarrollará el análisis lógico de los conceptos
considerados principales en las obras analizadas. El recurso es el
establecimiento de determinaciones esenciales, que permiten el
análisis lógico.

1.- La Estructura de Poder y sus determinaciones lógicas.-

En la obra de Almaraz no es posible encontrar una separación entre su
análisis teórico y los acontecimientos históricos, pues sus
reflexiones se centran en los hechos históricos concretos; por este
motivo, al intentar un análisis de los componentes teóricos que
sustentas la reflexión de Almaraz, se hace necesario extraerlos de las
referencias históricas. Este es el tipo de trabajo que intentaremos
llevar adelante en los acápites siguientes, buscando establecer las
determinaciones básicas en la formación de la categoría de estructura
de poder.

1.1.    Las determinaciones económicas.-

La génesis de las elites de poder en el país, en los distintos
periodos históricos considerados por Almaraz, está relacionada
necesariamente con la base económica. El Poder minero, desde mediados
del siglo XIX hasta la organización de Huanchaca y la formación de la
gran minería del estaño, se asienta en una base económica sustentada
ya sea por la plata, en una época, o por el estaño, en otra. La
primera parte del Poder y la Caída está dedicada a una explicación
minuciosa de la formación de los condicionantes económicos que
constituyen el pivote alrededor del cual está estructurado un aparato
que, trascendiendo lo económico, tiene sin embargo como finalidad la
apropiación de riqueza. La relación entre los factores económicos y la
estructuración del poder se encuentra a lo largo de la obra de
Almaraz. Citaremos algunos paisajes elocuentes al respeto:

La aparición del poder minero podría situarse entre mediados del siglo
pasado y la organización de Huanchaca. Desde Huanchaca hasta la
formación de la gran minería del estaño (…) con la minería del estaño
y a partir de principios de siglo, se integra definitivamente la
economía nacional en el mercado mundial bajo la hegemonía británica:
en el circuito financiero, Catavi estará más cerca de Londres que de
La Paz. Y como producto de todo ello, el nuevo poder se habrá
instalado definitivamente en el país. Más concretamente: La estructura
del poder minero, tal como fue conocida hasta 1952, acabó de formarse
con el auge del estaño durante la Primera Guerra Mundial

Una parte significativa de la obra mencionada está dedicada a exponer,
con un manejo admirable de la información, las etapas por las que pasó
la formación del aparato económico en que se fundamentó el poder de
Simón Patiño, el que, superando las fronteras nacionales, estructuró
un aparato de acumulación de riqueza con alcances internacionales.

Refiriéndose a Patiño, Almaraz Comenta:

Sus empresas nacieron poco después que en Europa y América se
organizaran las grandes corporaciones industriales; fue hijo de la
gran expansión capitalista cuya frenética marcha culminó en la Primera
Guerra Mundial. El estaño junto al hierro y al carbón, a principios de
siglo ya tenía asiento propio en lo más conspicuo de las finanzas
europeas. Patiño era su representante y, como tal miembro de la dorada
y cosmopolita cofradía. El Káiser Guillermo II lo sentó a su mesa y
prendió en su pecho el Águila Roja de Prusia, por méritos no muy
definibles pero suficientes para el juego de las finanzas dentro del
cual la minería boliviana era un bocado apetecible para los
industriales del Primer Reich .

El inmenso poder que tuvo Patiño, se sustento en el alcance del
aparato económico que se estructuro mediante la fusión de la industria
metalúrgica, la formación de Trust y Holding ; el manejo de acciones y
de valores, le permitió acumular ventajas y estructurar un aparato de
apropiación y acumulación de excedentes. “La Consolidated (…). Es un
el grupo fundidor más grande del mundo (…). La formidable fuerza del
minero boliviano es el resultado de haber integrado la industria en
nivel internacional. Ese fue su secreto” .

Este basamento económico, conformado por la participación accionaría
debido a la propiedad personal de un conjunto de empresas, convierte a
Simón I. Patiño en árbitro de la vida económica de Bolivia, en la
medida en que gran parte de la economía del país se sustenta en la
producción y comercialización del estaño. “Convertido en árbitro de la
vida económica nacional, le abría bastado demorar el pago de impuestos
para derribar a un gobierno, empleando métodos menos drásticos, hacer
valer su opinión personal para impedir el nombramiento de un ministro”
.

Incluso en la explicación del rol que jugaron las cualidades
individuales de los magnates de la minería en la constitución de su
poder, Almaraz da prioridad a las consideraciones históricas
favorables y entre ellas a las condiciones económicas reinantes.
Manifiesta, por ejemplo, que fueron más importantes para Patiño las
necesidades de estaño del mercado mundial a principios del siglo, que
su tenacidad y capacidad de trabajar, y que “cuenta más en la
formación de la fortuna de los Aramayo un sistema legal que permita el
acaparamiento de concesiones mineras y competencia débil, que el
espíritu de ahorro de la familia y la habilidad para los negocios
mineros” .

En Réquiem para una República encontramos también, como eje
explicativo de la conformación de un nuevo poder, ligado directamente
al imperialismo norteamericano, las condicionantes económicas que, por
una parte, atraen la colonización, y por otra la perpetúan. Pasajes de
Réquiem para una República reflejan claramente como la posición
económica del país se constituye en factor determinante para que
funcionen las tácticas de penetración del poder imperial.

El impulso constructor de la revolución estaba muerto. La revolución
fue achicándose hasta encontrar las medidas señaladas por los
americanos, cuyas proporciones las descubrieron a su vez en la propia
miseria del país. Se consideraba posible hacer la revolución
sirviéndose de su dinero. “Alianza para el progreso” armonizando con
esta filosofía mostraba sus abolorios: una letrina, una posta
sanitaria o motocicletas para la policía. Era el tiempo de la menor
resistencia. El tiempo de las cosas chicas, “sensatas y realizables” .

La condición económica del país es fundamental para Almaraz en
relación a las posibilidades de soberanía e independencia.

La historia de los créditos requeridos por el Estado boliviano para el
funcionamiento de instituciones como COMIBOL y el Banco Minero entre
1952 – 1964, muestran hasta que punto la manipulación asentada en la
entrega o no de recursos económicos por parte de los americanos se
convierte en arma de poder y dominación del imperialismo, en
contubernio con la rosca minera.

En relación al crédito ofrecido al Banco Minero luego de neutralizado
el poder de la minería, Almaraz se refiere a la intromisión
norteamericana en los mecanismos de concesión crediticia.

El primer paso fue dado cuando USAID/BID ofrecieron un crédito de 5
millones de dólares para el Banco. Desde entonces lo ocurrido es el
mejor testimonio de lo que sucede en las relaciones de países como
Bolivia con los Estados Unidos. Hace cerca de cinco años se propuso el
crédito. Al principio las condiciones planteadas parecieron razonables
(…). Pero al poco tiempo, se vio que los americanos no habían hecho
más que lanzar el anzuelo, detrás de una exigencia, lanzaban otra (…).
Luego propusieron la modificación de la escala de regalías para
beneficiar al sector de productores medianos que están casi todos
vinculados con el capital americano .

Respecto a la COMIBOL, los créditos otorgados bajo el programa
denominado “Operación triangular”, es otra muestra de que las
condiciones y posibilidades económicas son fundamentales en la
estructuración del poder. Mas que créditos para fortalecer la
nacionalización de la minería, lo ofrecido por el programa de la
“Operación Triangular” era una imposición, no solo mezquina, por la
cantidad ofrecida, sino además tardía e inoportuna, como diría
Almaraz. Al respecto señala:

Los financiadores impusieron un grupo de asistencia técnica negativo
que intento el menor esfuerzo que tendiera a la solución de los
problemas técnicos. Es claro que los americanos ejecutaron una
política calculada para desprestigiar la nacionalización siguiendo una
línea de protección a sus intereses en Chile y Perú. Más bien que
técnicos, los del grupo asesor, se desempeñaban como policías y
represores del movimiento obrero. Ellos y la embajada americana
impusieron como exigencias para continuar la operación triangular, la
represión de los sindicatos .

Cuando Almaraz en Réquiem para una República analiza las limitaciones
de la clase dominante del país (post – revolución del 52), en relación
a la defensa de su espacio como clase frente al imperialismo,
identifica las serias limitaciones que encuentra aquella en factores
económico – materiales, y en una endeble ideología confusa .  La
derecha fue en verdad miserable, un simple engranaje de las
transnacionales, y por ello mismo era vulnerable al imperialismo.
Este, además, solventaba materialmente el movimiento de la derecha
boliviana.

Continuando su análisis, Almaraz dice que “la burguesía no llega a
tener una imagen precisa del país” . Si miramos desde otro ángulo, fue
al contrario: tiene una imagen precisamente de acuerdo a sus
intereses, que por supuesto son chatos. La fuerza de sus ideas existía
en la misma proporción que su fuerza económica, y cuando se tornaba
fuerte era por el apoyo de los norteamericanos. En esa medida,
representaba no ya sus intereses, sino los del imperialismo yanqui.
“Ni la fuerza de clase de sus ideas es lo suficientemente vigorosa
para que los beneficios de la libre empresa las reivindiquen para sí”
. Viendo de esta forma las cosas, no se trata de que la debilidad de
sus ideas no permita que los beneficios de la libre empresa los
favorezcan, sino que por ser instrumento del imperialismo, sus ideas
no solo respondían a este sino que le favorecían económicamente.

Una clase social burguesa de una nación oprimida estará siempre
subordinada a los intereses de la burguesía internacional. La
burguesía minera boliviana, sabe, que como instrumento del monopolio
internacional, sus esfuerzos en materia económica – administrativa
beneficiaran primero a los norteamericanos y luego a ellos. Por ello
Almaraz señala sobre la burguesía boliviana:

Se conforman con las migajas que dejan los norteamericanos
reconociendo que el petróleo, la construcción de caminos o la
metalurgia son negocios grandes norteamericanos cuya política de
acaparamiento de los recursos nacionales mata la débil raíz de la
burguesía boliviana .

Así, las posibilidades de estructurar un poder con base nacional se
encuentran limitadas por condicionantes económicas materiales.

La estructura de poder es comprendida por Almaraz como un conjunto de
determinaciones sociales, económicas, políticas e ideológicas,
constituyendo un grupo de procesos simultáneos que en conjunto
reproducen el poder del estrato social o estratos dominantes. Se trata
además de una categoría histórica; es decir, que cambia y se
reestructura a lo largo del proceso histórico en relación a
condiciones también históricamente determinadas. La reproducción del
poder, función esencial de la estructura de poder, supone la continua
capacidad de imponer al conjunto de la sociedad los puntos de vista
que favorecen los intereses de los estratos dominantes. Almaraz
comparte esta idea con otros escritores nacionales actuales, como Luís
Tapia, cuando este señala:

La dominación y el ejercicio del poder político en una sociedad están
organizados por uno o más grupos de hombres organizados que gestionan,
reproducen estructuras, pero que también las modifican y en principio
las crean, no por plasmación directa de sus voluntades en
objetividades sociales, si no como resultado de la sobredeterminación
de todas las prácticas sociales y políticas en las que, sin embargo,
un grupo (que puede ser plural) impone sus direcciones valores y su
fuerza física y cultural

Sin duda, mediante la lectura y el análisis de la obra de Almaraz, se
constata que un elemento fundamental de la estructura de poder es la
base económica; esta apreciación es compartida por Raúl Prada, quien,
analizando el pensamiento de Almaraz menciona:

El poder del que se habla, (en la obra de Almaraz), se identifica con
los dueños del estaño; los barones del estaño eran los amos del país
al ser también los propietarios de las minas más ricas de este mineral
de múltiples usos en la industria de la post – guerra. En otras
palabras, el hecho de disponer de minas generaba una disponibilidad de
fuerzas que convertía al propietario minero en poderoso; el ámbito de
la dominación tenía un epicentro: la extracción minera .

Si bien el componente económico en la estructura de poder es
fundamental, otras determinaciones son también importantes en la
medida en que, sin ellas, no es posible reproducir el excedente
económico que sustenta la estructura de poder. A estas determinaciones
nos referiremos a continuación: el Estado, el aparato jurídico –
legal, el aparato represivo y el sustento ideológico del poder.

1.2. Las determinaciones superestructurales: el Estado

La mediación  esencial para la estructuración y ejercicio de poder, en
la sociedad capitalista, es sin duda el “Estado”. La estructuración de
un poder relativamente centralizado con capacidad para legitimar o
finalmente imponer su interese al resto de la sociedad civil, pasa por
la conformación de esta instancia, cuya creación ha sido
históricamente tarea de la burguesía.

En el país, de acuerdo a los argumentos de Sergio Almaraz, la
formación del Estado moderno surge en un proceso dentro del cual, la
aparición de las primeras empresas mineras y la incesante y feroz
expropiación de las comunidades campesinas son los hechos paralelos
sobre los que corre la nación boliviana hacia el capitalismo moderno.
Hasta esta época – se toma como referencia la guerra del Pacifico 1879
– se da el predominio de una economía rural dispersa, formada por
núcleos de terratenientes. En este contexto el Estado se muestra débil
y sin cohesión; el comercio exterior más bien ejerce una influencia
negativa, en relación a la integración nacional. El país se vinculaba
comercialmente con la Argentina al sur y con el Perú hacia el norte.
Ninguna de las actividades tendía a la integración y el reforzamiento
del aparato estatal .

La conformación de un Estado moderno centralizado se sustento en la
ideología liberal, expresión de los intereses de una oligarquía
comercial y minera formada al norte del país. El triunfo del partido
liberal en la denominada “revolución federal”  y la derrota de las
masas indígenas, consolidaron las bases para la estructuración del
aparato de Estado que servirá a los intereses de la oligarquía minera
del estaño.

Si bien, como se analizara más adelante, las formas y medios a que se
recurre para valerse del aparato estatal varían de periodo a periodo,
se manifiestan a través de diversas formas de ejercicio de poder, es
claro que el Estado, como aparato político, jurídico e ideológico,
sustenta el poder de la oligarquía; este hecho adquiere más claridad a
medida que se consolida un núcleo oligárquico, sobre todo a partir del
auge de la minería del estaño. Para Almaraz, la formación de un Estado
capitalista moderno, está directamente sustentada por la existencia de
una clase social cohesionada por intereses económicos concretos.

En Bolivia posiblemente lo que falto a su tiempo fue una oligarquía
capaz de construir una estructura nacional subordinada a sus
intereses. La cohesión orgánica del Estado solamente podía ser lograda
en función del dominio directo de un fuerte núcleo de intereses
económicos y en esa misma medida se habría operado los procesos de
integración de los que resulta la formación del Estado Moderno. En el
siglo pasado tuvimos mineros muy ricos, pero no fueron más que eso:
hombres enormemente ricos, no la expresión de una oligarquía, no el
centro de un estrato dominante .

Si bien no es fácil realizar una digresión del ejercicio de poder al
margen del Estado, como determinación aglutinadora de un conjunto de
aparatos mediante los cuales se ejercita el poder, a continuación se
realiza ese intento, siempre con la finalidad de identificar los
elementos teóricos implícitos en el tratamiento histórico de los
acontecimientos que efectúa Almaraz.

1.2.1. El Estado como aparato jurídico legal

La posibilidad de ejercer el poder está ligada a la capacidad para
legitimar acciones, que permitan en el marco de la legalidad burguesa
la apropiación fácil del excedente económico y la extracción de la
plusvalía al obrero. La oligarquía minera a pesar de su inmenso poder,
necesito contar, con leyes que respondan a sus intereses y legitimen
las medidas asumidas. Las practicas de ejercicio del poder estuvieron
dirigidas a garantizar que el aparato jurídico legal responda a sus
requerimientos.

Las concesiones mineras, las leyes impositivas sobre exportaciones
mineras, los códigos de minería, los contratos, etc. Que establecía el
Estado con transnacionales mineras, son medidas ejercidas por el
aparato jurídico del Estado que necesariamente afectaban los intereses
del poder minero y que requerían ser controladas por este.

Pasajes de la obra de Almaraz muestran claramente el importante papel
que juega el aparato jurídico del Estado en la estructuración del
poder minero.

Por ejemplo, frente a la amenaza del bloque de los puertos de
Antofagasta y Arica, los mineros del estaño requerían una “solución
práctica” que les permitiera continuar la exportación de minerales;
por ello Almaraz señala:

En efecto, la minería no podía sentirse tranquila bajo la amenaza de
represalias, sometida al albur del juego diplomático. Necesitaba vías
de comunicación expeditas, un tratado que le asegurase el libre
tránsito y sobre todo, la certidumbre de que no sería Oruro el próximo
objetivo del ejército chileno. Con el tratado de 1904 se coloco la
última pieza en la estructura del poder minero. Nació la segunda
república anclada sobre el Pacifico, apoyándose en la minería y sobre
los despojos de las masas campesinas .

Los mecanismos institucionales que producen y reproducen leyes,
convenios, tratados, códigos, etc., deben viabilizar la legitimación
de las medidas requeridas para los fines y objetivos de los estratos
dominantes; solo así es posible la reproducción de una estructura de
poder.

Otra muestra de que este es un factor esencial en la estructuración y
reproducción del poder es la lucha que se libro respecto al Código de
Minería entre los intereses norteamericanos, los de la minería mediana
y los mineros pequeños. Entre la viabilidad de instituciones que
resguarden el interés nacional como el Banco Minero y los
requerimientos del capital transnacional, mediante una serie de
presiones económicas y políticas: “Los norteamericanos sirviéndose de
la operación triangular y de los créditos del Banco Minero estrechaban
el cerco” . para la modificación del artículo 201 del proyecto
original, que dice que los mineros “podrán comercializar libremente
sus minerales dentro y fuera del país, vendiéndolos al comprador de su
preferencia, exceptuándose los mineros pequeños que comercializaran
sus minerales a través del Banco Minero de Bolivia” .

El cambio que introduce la presión norteamericana es:

Los productores mineros podrán comercializar libremente sus minerales
dentro y fuera del país vendiéndolos al comprador de su preferencia,
exceptuándose a los mineros pequeños deudores del Banco Minero, que
deberán vender su producción a este, hasta cubrir su deuda. Los
mineros pequeños no deudores podrán exportar libremente por intermedio
del Banco con autorización de esta entidad”. (…) Mas llanamente: todos
pueden vender libremente al rescatador, aun los deudores, si alguien
los desliga del Banco Minero cubriendo la obligación .

Para Almaraz, el interés extranjero tuvo su “hors d´oevre”  en el
código de minería y el primer plato fuerte con la libre
comercialización. La ambición extranjera no se detuvo allí; se
presionó para conseguir la aprobación de una nueva escala de regalías
en 1964, así los norteamericanos logran boicotear el desarrollo de la
metalurgia, que se refleja también en las distintas visiones que
respecto a la metalurgia se buscaba hacer aprobar en el Código de
Minería, entre los mineros chicos y los medianos:

En lo referente a la metalurgia, (los mineros chicos) enfatizaron que
era “obligación del Estado integrar la fundición” y que para este fin
debía promoverse “la creación de fundiciones estatales mixtas y
privadas”. Los medianos aceptaron el texto pero introduciendo una
cuña: “respetando siempre el régimen de comercialización establecido
en el código”. Así resultaría que como ese régimen es el de la
exportación indiscriminada que adquiere el carácter de un derecho
prioritario sobre las necesidades metalúrgicas del Estado, una planta
nacional no podría exigir al productor local el abastecimiento de
concentrados si prefiriera este venderlos al rescatador .

La pugna por aprobar un marco legal a través de los aparatos
jurídico-legales del Estado, que favorezca los intereses
norteamericanos y de la minería mediana, principal canal de
penetración del capital extranjero, es una muestra más de que el poder
para estructurarse y reproducirse requiere de los aparatos
jurídico-legales del Estado y de su legitimación.

1.2.2. El Estado como aparato represivo

El poder, asentado en una sociedad de clases antagónicas, no puede
solo persistir mediante la legitimación y/o legalidad, existen
circunstancias en las cuales el recurrir al ejercito es condición
ineludible. En Almaraz encontramos también esta noción del Estado como
aparato represivo al servicio de las clases dominantes.

En el caso de la oligarquía minera, Sergio Almaraz afirma que la
administración del Estado se enmarco en la concepción del
“manchesteriano mas ortodoxo” , (…) regimientos de línea próximos a
las minas, autoridades adictas y gobiernos dóciles” .

Sergio Almaraz, ironizando, señala que la empresa minera trascendente
y limpia no debía entrar en contacto con el Estado envilecido por los
vicios de la pasión política. Solo si los obreros se declarasen en
huelga, el Estado debe mostrar su razón de ser y de existir, con los
destacamentos punitivos cercanos a los campamentos mineros. El Estado
“deberá limitarse a sus funciones policíacas” .

Dado que el poder se apoya en el aparato represivo del Estado, en los
gobiernos de Busch y Villarroel se muestra claramente el manejo
represivo de aquel, aun contra aquellos militares en función de
gobierno, si estos no responden a los intereses del poder minero:

La fugacidad de los gobiernos de Busch y Villarroel, la  muerte
trágica de ambos militares, traicionados por sus propios camaradas,
las contradicciones internas que los desgarraron, demuestran la
realidad de otra faceta del poder minero: el ejercito no obedecía la
voluntad del jefe de gobierno. Era una fuerza prestada, puesta
ocasionalmente al servicio del gobierno, tenía menos que ver con las
fronteras y más con las minas. Era el poder desnudo de la oligarquía
minera. Los militares fracasaron en el Chaco, pero mostraron su
eficiencia en los campamentos mineros (…). Busch y Villarroel pagaron
con la vida no haber sabido aceptar la realidad: creían que mandaban
sobre el ejercito, se equivocaron, el ejército tenía otro amo: el
estaño .

Los numerosos golpes de Estado promovidos por la propia oligarquía
minera para derrocar y colocar gobiernos que respondían a sus fines es
otra muestra del manejo de los aparatos represivos del Estado al
servicio de los intereses de estratos dominantes.

En Réquiem para una Republica, en referencia al periodo post-52,
Almaraz dedica una parte a analizar la penetración del nuevo poder,
que se sustenta justamente en la americanizaron del ejército, como
base que garantiza por la fuerza la imposición de sus intereses; esta
se corrobora con la intromisión de los norteamericanos en todas las
esferas del ejército:

(…) el proceso de americanización de las Fuerzas Armadas de Bolivia lo
abarca todo. Hay instructores y profesores prácticamente en todos los
organismos. Esta nueva influencia se hace notar aun en cosas más
sutiles que el abandono del uniforme tradicional o la forma de hacer
el saludo. (…) un año y medio en Panamá para muchachos de clase media
sin otra formación que un vago sentido de casta y un patriotismo
abstracto, es suficiente para hacer de ellos miembros aptos de una
fuerza supranacional, mercenaria, donde la frontera real haya sido
substituida por la ideología y el mando propio por el pentágono .

La necesidad de “allanar” el camino para el cumplimiento del “Plan
Triangular” en su tercera fase (1965), muestra también el manejo de
las instancias represivas del Estado por el nuevo poder. Refiriéndose
a las masacres obreras de mayo y septiembre de 1965 – condición
impuesta por los americanos para el desembolso de dineros destinados
al cumplimento del a tercera fase del “Plan Triangular” – Almaraz nos
dice:

En 1942 nadie se atrevió a justificar la matanza (de obreros)
afirmando que las medidas represivas “eran la segunda acta de la
independencia económica de Bolivia” ni la imbecilidad fue tan grande
para adelantar el objetivo del plan mencionado en la misma declaración
que la masacre permitiría “aplicar correctamente la tercera fase de la
operación triangular (…) logrando que los diez millones de dólares que
se invirtiera con ese fin sean reproductivos .

Los pasajes expuestos reflejan la necesidad de las clases dominantes
de asentar su dominio también en el manejo de los apartaos represivos
del Estado. En realidad, y dependiendo de la correlación de fuerzas,
etc., este recurso se presenta como posibilidad y como realidad en el
ejercicio de poder. Almaraz no se refiere de manera explicita a esta
otra determinación de la estructura de poder; sin embargo, las
referencias históricas al respecto, son numerosas.

1.2.3. El sustento ideológico del poder

Si bien el análisis ideológico implícito en la estructura de poder, en
la obra de Almaraz no ocupa sino espacios pequeños, las referencias (a
la ideología) son lo suficientemente profundas como para concluir que
en su concepción de estructura de poder la ideología, juega un
importante rol de afirmación de la “elite”.

La ideología liberal, plasmada en medidas políticas y económicas, es
el sustento ideológico de la estructura de poder de la oligarquía
minera. La libertad de comercio y de inversión, defendida por la
ideología liberal, era la expresión de los principios generales que
unieron a los hombres de empresa desde los inicios del capitalismo
boliviano.

Los partidarios de la minería se unían sobre ciertos principios (…).
Podían ser ultramontanos o enemigos de la Iglesia, conservadores o
liberales, pero su condición de representativos de una nueva fuerza
les dio cierta unidad ideológica dentro de la cual conceptos como
minería, inversión, cominos, ferrocarriles, constituían la línea
maestra de su pensamiento .

El hecho de que las posibilidades de realización de los proyectos de
la oligarquía estuvieran ligadas a la inversión extranjera, afianzo su
posición ideológica. Así lo señala Almaraz al hablar sobre los
principios de la ideológica liberal: “Bajo el signo de la libertad de
comercio y otros principios de la ideología liberal puesta en boga, se
echaron las ultimas paletadas sobre la tradición colonial. El interés
extranjero demandaba vías expeditas para iniciar la explotación de los
recursos bolivianos” .

La consolidación de las condiciones favorables al desarrollo de la
oligarquía minera esta vinculada al triunfo del partido liberal en la
Revolución Federal; esta abrió el paso a la realización de las ideas
que la inspiraron, como la realización burguesa del Estado moderno, la
libertad de comercio, etc..

La comunión ideológica de la oligarquía minera con el liberalismo se
refleja mas claramente en las funciones que atribuyen al Estado;
Almaraz menciona al respecto:

Doctrinalmente su abolengo liberal provenía del siglo XIX e hizo suyo
el grito de combate de los que lucharon contra Melgarejo: “!más
libertad, menos gobierno!” (…). El Estado debía limitarse a sus
funciones policiarias; lo demás, el control de los cambios, la venta
de divisas, era fascismo o socialismo. Hasta en las negociaciones
sobre el precio de los minerales con organismos oficiales extranjeros,
su presencia estaba vedada .

Socialmente los hombres que constituyeron la oligarquía minera eran de
origen modesto. Dice Almaraz que no fueron herederos de títulos ni
abolengo; así, tuvieron que improvisar una ideología de elite. Almaraz
reconoce a la ideología como necesidad de legitimación, identidad y
cohesión en el proceso de estructuración y reproducción del poder.
Almaraz cita como muestra de esta “improvisación ideológica” el
“memorándum” de Carlos Víctor Aramayo .

Las frases de Aramayo reflejan el individualismo que sustente la
ideología liberal: “El éxito del individuo significa el éxito de la
nación”, (PC: 10) mientras que la lucha de clases aparecía como la
oposición de los resentidos (pobres) a los triunfadores (dichosos). La
miseria para el pensamiento de esta elite, se debía a la pereza e
ignorancia de los individuos. La fortuna acumulada era fruto del
espíritu emprendedor y del ahorro.

Debido al atraso y la ignorancia, al obrero boliviano no se le debía
pagar salarios altos, pues este no tiene el número de necesidades que
tienen los obreros de países avanzados y, cuando obtienen algún
excedente, no saben qué hacer con él, se emborrachan y así minan sus
posibilidades de rendimiento productivo .

Esta ideología de “sentido común”, es decir, con poca elaboración
teórica, hace aparecer la fortuna de la “oligarquía minera” como
producto de su propio esfuerzo: capacidades individuales y grupales.
No le deben nada al país ni a su gente; los que no salen adelante,
señalaba Carlos V. Aramayo, “se debía a la pereza e ignorancia del
pueblo o a la corrupción de los gobiernos. Por lo demás, los hombres
que trabajan en las minas debían aceptar su destino como hambres
fuertes” .

En relación al Estado, Aramayo manifiesta también su oposición al
intervencionismo estatal. “Que se eviten las intromisiones y todo
tendrá arreglo: hay que confiar en la sabiduría de la libre empresa.
Sobre todo ¡cuidado con asustar al capital extranjero¡”

La ideología de la oligarquía buscaba legitimar y justificar su
posición de dueños del país, al que al mismo tiempo despreciaban. Su
divorcio del ser nacional se manifiesta en el hecho de que,
despreciando al país, valoraban lo extranjero, lo europeo, asumiendo
formas de vida y símbolos acordes a esa escala de valores:

Así el criollaje se encontró viviendo en un país de indios, pequeño y
pobre, al que, sin la competencia española, dominaban totalmente, pero
esta no significa aceptarlo. La oligarquía, después de 1850, inicio su
divorcio psicológico alentado por el contacto con Europa que introdujo
elementos ideológicos y culturales que acentuaron la separación. En el
fondo se sentían ofendidos por el país (…). Ellos querían un medio a
la europea, moderno, limpio, con indios vestido con overol y zapatos
(…). Esta oligarquía causante de tanta miseria y atraso, fue creando
un mecanismo psicológico auto justificativo a través del cual se
adaptaba sin aceptar y se daba a si misma los elementos de
diferenciación entre la elite y el pueblo .

El símbolo de alcurnia que asumió esta elite fue su ligazón con la
tierra en una época en la que el prestigio, estaba ligado a la
propiedad de la tierra. Almaraz señala que, pese a que los mineros
despreciaban el rutinarismo social del terrateniente, “para consagrar
su prestigio social adopta algunos de los símbolos de este y, entre
ellos, el principal, la propiedad de la tierra” .

La explotación de la fuerza de trabajo en que basan sus posibilidades
de acumulación, la justifican con un ideario despectivo respecto del
obrero boliviano.

Lo que busca esta ideología es reafirmar la práctica del saqueo y la
explotación, haciéndola aparecer como una actitud totalmente
“racional” ante la situación existente:

La gran empresa nacida del esfuerzo, honradez e iniciativa de los
mineros, poseía todos los meritos y la salvación de Bolivia dependía
de su humildad y buena voluntad para con ella (…) una gran empresa
“crea mucho más riqueza para Bolivia, por el solo hecho de trabajar
dentro del territorio nacional, que la que puede extraer de ella” .

La ideología que sustento la estructura de poder de los “barones del
estaño” muestra ese sentido de superioridad, que alimentara a esta
estrato dominante y lo hará sentir “dueño” del país. Esta situación
cambia, de acuerdo a las apreciaciones de Almaraz, en el periodo
post-52. La ausencia de una clase social económicamente fuerte,
aspecto que analizaremos más adelante, se refleja en la inconsistencia
ideológica que, a pesar de ello trata de abrirse paso apara legitimar
su presencia con la mentalidad oligárquica:

Como la Troika minera no exista más en la condición de señora
exclusiva de este país, lo que queda de ella y los burgueses de poca
monta facturados en los últimos años del gobierno Movimiento
Nacionalista Revolucionario (…), se ven con que el país les queda
grande (…). La vulnerabilidad de esta derecha está en su miseria
material y su reflejo ideológico inconsistente y ambiguo. Como
mentalidad que sobrevivió a duras penas a 1952, ahora en amasijo con
el refuerzo norteamericano, ha engendrado un repertorio de ideas que
puede caber en la cáscara de una nuez: iniciativa privada y libre
impresa, desnacionalización de las minas, integración y desarrollo. No
llegan a tener una imagen precisa del país, ni la fuerza de clase de
sus ideas es lo suficientemente vigorosa para que los beneficios de la
libre empresa los reivindiquen para si

La incapacidad de la burguesía boliviana de estructurar un poder
independiente de la intromisión norteamericana, se refleja en la
ineptitud de elaborar un proyecto político e ideológico de clase:

Un burgués boliviano operando un banco minúsculo y debiendo dinero a
los norteamericanos, o un industrial semiquebrado, no tiene la
ambición ni la perspectiva de clase burguesa más fuertes. Ni en sueños
se proponen a defenderse de los norteamericanos cuya política de
acaparamiento de los recursos nacionales mata la débil raíz de la
burguesía boliviana .

Vemos que fue la pobreza ideológica y económica de la “burguesía
boliviana” la que imposibilito la estructuración de un poder
independiente sin intromisión extranjera y el acaparamiento, casi sin
oposición, de todo el aparato estatal por los norteamericanos.

El análisis histórico de Almaraz permite deducir los elementos que
este autor considera como determinaciones substanciales de la
estructura de poder, cualquiera sea la forma que esta asuma
históricamente. La estructura de poder supone una base económica
generadora de riqueza, la estructuración del Estado y sus diferentes
instancias jurídico-legales y represivas que viabilizan, legitiman y
defiendan la estructura económica que sustentan los estratos
dominantes, y un bagaje ideológico que al mismo tiempo constituya un
ideario de “cohesión” de la elite, que justifique y legitime su
accionar.

En la relación que establece el autor entre todas estas
determinaciones, otorga primacía a la estructura económica.

El estado solo asume la forma centralizada cuando surge una clase
social con intereses económicos lo suficientemente fuertes: “La
cohesión orgánica del Estado solamente podía se copada en función del
dominio directo de un fuerte núcleo de intereses económicos” .

El manejo del aparato jurídico-legal del Estado, tiene la finalidad de
aprobar o revocar medidas legales tendientes a defender intereses
económicos. De igual forma, los aparatos represivos del Estado están
al servicio de los intereses económicos de la oligarquía. Por ello
Almaraz, haciendo referencia a la masacre de Catavi de 1942, dirá:
“que el rendimiento minero, debe elevarse aun al precio de la vida de
los trabajadores (…) para mantener la rentabilidad de un determinado
nivel” .

Este manejo jurídico-legal y represivo del aparato del Estado es
paralelo a la claridad y coherencia ideológica como manifestación del
poder económico:

Si señalamos la pobreza del arsenal ideológico de noviembre es en
razón de las insuficiencias de la oligarquía, pero en el fondo del
problema no es de mentalidad, puesto que ni el más habilidoso
manipuleo de la ideas podrá imponerse cuando la realidad sigue otra
dirección. En otras palabras: ¿los agresivos empresarios del Banco
Industrial podrían disputarle su poder a la Gulf?, o (…) tomar par si
la explotación del Zinc de “Matilde” .

Se trata de una oligarquía dependiente del poder extranjero, que es
utilizada como mecanismo de penetración al país. Almaraz cuando habla
de la nueva oligarquía producto del 52, dice que su impotencia frente
a los hechos descubre un nuevo matiz en los planos de la ideología: no
entienden el país ni tienen idea de lo que hacen, “se sienten dueños
del país, pero no pueden compararse con Patiño. (…) se fingen dueños
pero dudan de serlo. Entre el impuso y la realidad se interponen los
norteamericanos” .

Las determinaciones aparecen interactuando en el plano histórico –
concreto, con la finalidad de hacer funcionar “el aparato de
acumulación y apropiación de riqueza”. La forma, medios y mecanismos
de los que se sirve el poder para subsumir dichas determinaciones a
sus intereses, tienen que ver con otro nivel de análisis, el del
ejercicio del poder, aspecto que en la obra del autor que analizamos
contiene bastantes.

A manera de conclusión se puede afirmar que Almaraz concibe la
estructura de poder como un conjunto de determinaciones sociales,
económicas, políticas e ideológicas, constituyendo un grupo de
procesos simultáneos que en conjunto reproducen el poder del estrato
social o estratos dominantes. Se trata además de una categoría
histórica; es decir, que cambia y se reestructura a lo largo del
proceso histórico en relación a condiciones también históricamente
determinadas.

La reproducción del Poder, función esencial de la estructura de poder,
supone la continua capacidad de imponer al conjunto de la sociedad los
puntos de vista que favorecen los intereses de los estratos
dominantes.

2. El ejercicio del poder

Este nivel de análisis puede ser distinguido del anterior, porque aquí
Almaraz considera las formas en el proceso concreto de hacer
prevalecer los criterios e intereses de la elite: los medios y
mecanismos a que recurre este grupo privilegiado para poner a su
servicio las determinaciones substanciales en que se asienta el poder.

Para Almaraz el ejercicio de poder no se encuentra centralizado en los
aparatos estatales, sino que se desplaza por un conjunto de
instancias, las que, partiendo de los niveles estatales más altos,
abarcan instituciones, empresas, bufetes, grupos e individuos,
constituyendo una verdadera red por la que circula el ejercicio del
poder, sin embargo, en el análisis del autor es posible distinguir dos
momentos diferenciados que tiene la oligarquía minera en su forma de
ejercer el poder.

Para poder ordenar el análisis, a continuación se realiza una
diferenciación del ejercicio del poder a nivel del gobierno,
instituciones y medios de comunicación, grupos e individuos.

2.1. El gobierno y el ejercicio del poder

El análisis de esta instancia hace posible diferenciar con mayor
claridad dos momentos diferentes en la forma de ejercer el poder de la
oligarquía minera.

El acceder al gobierno, ya sea directa o indirectamente, significa la
posibilidad de manipular los aparatos estatales en función de los
intereses de la oligarquía. Almaraz hace notar que, los mineros de
fines del siglo pasado (1870), con Aniceto Arce y Pacheco
personalmente, y sin mediación alguna, pasan directamente al gobierno:

El factor personal es preponderante: Arce y Pacheco llegan al poder
como derecho natural. Son caudillos paternalistas. Nadie puede
competir con ellos (…). El poder se lo ejercita directamente, de
minero a gobernante, de oligarca a presidente, (…) son tres o cuatro
empresas cuyos propietarios gobiernan personalmente el país. (…) El
país no ve inconveniente en que el dueño de Huanchaca sea el
presidente de la República. (…) Es minero y caudillo al mismo tiempo .

Es el periodo en el que se ejerce el poder en alianza con los
terratenientes; es más, muchos mineros son también terratenientes.
Manifiesta Almaraz que eran los únicos que pudieron oponerse al poder
minero; decidieron se sus aliados troncando “su orgullosa condición de
señores de la tierra por la de proveedores de las minas” . Almaraz
señala que; “fue la alianza mas importante en la vida de la minería y
el punto de encuentro de la dos fuerzas que dominaron el país hasta
1952 ”.

A principios de siglo, con el crecimiento de la minería (1915), según
Almaraz, los intereses de los mineros del estaño – Aramayo, Simón
Patiño, Hochschild entre otros – se tornan numerosos y variados: la
actividad minera no está representada solo por fortunas personales,
hay mas mineros y vinculaciones mas fuertes con el mercado mundial; es
la época de surgimiento de “equipos políticos de la minería”.

A este período histórico le corresponde otra forma de ejercicio de
poder: el gobierno ya no es ejercido por los mineros, dueños de las
empresas mineras estañiferas, sino mas bien a través de formaciones
políticas; es aquí donde se va formando, comenta Almaraz, una
estructura de poder que se encuentra cada vez menos asentada en
factores personales, y más sustentada en una red de circulación del
ejercicio del poder. Es la época del surgimiento de “equipos políticos
de la minería”.

Hacia esa misma época surgen los equipos políticos de la minería y se
insinúan las primeras esferas de influencia entre las grandes
empresas. El poder político ya no es ejercido personalmente por los
mineros, característica que se mantendrá hasta el fin, sino a través
de formaciones políticas. (…) Esta estructura que afirma el poder
minero, poder que depende cada vez menos de factores personales, tiene
también el efecto de disimular la influencia personal de los magnates,
dos de los cuales = Patiño y F. A. Aramayo – viven fuera de Bolivia.
Debe insistirse en que el poder personal de estos hombres no ha
disminuido pues, por el contrario, al apoyarse en mecanismos
especiales, es permanente y mayor .

Este es el “andamiaje” por el que recorre el ejercicio del poder y el
que media entre el magnate y las decisiones gubernamentales o de otra
índole. Dicho andamiaje permite la permanencia y extensión del poder y
al mismo tiempo “protege” el secreto de las decisiones tomadas.

El manejo del gobierno de turno, mediante imposiciones, amenazas o
persecución fue- según Almaraz – parte de la relación que los barones
del estaño establecieron con los gobernantes:

El gobierno no podía ni debía disentir. (…) Un representante de la
minería tenia, en consecuencia, tanto poder que podía decirle a un
ministro en la cara que prefería ignorar el cumplimiento de una ley
determinada (…). Debían evitarse cambios en materia impositiva,
proceder con mesura en los impuestos y asegurar que las utilidades
serian altas .

En realidad, la posibilidad de poner a su servicio los aparatos del
Estado, descansaban en la influencia que atreves de distintos métodos
se podía lograr sobre el gobierno y, con este fin, la oligarquía
minera no escatimo recursos. Financiaba campañas presidenciales,
proponía e imponía candidatos , promovía golpes de Estado y,
finalmente, hasta ordenaba asesinatos o provocaba suicidios de
presidentes que constituían una amenaza para sus intereses. Al
respecto, el poder y la Caída contiene profusamente pasajes sobre el
manipuleo al gobierno hecho por los mineros en el ejercicio del poder:

La intervención de los mineros con el tiempo tendió a hacerse menos
notoria; personalmente no parecían demostrar gran interés por la
política. Esa cierta indiferencia estaba más que compensada con la
actividad de sus abogados y agentes políticos (…). La distancia que
los mineros colocaban entre sus personas y el manipuleo político,
además de medida protectora que los ponía a cubierto (…) expresaba
cierto cambio en los métodos de poder. Pero este cambio no impidió que
siguieran influyendo en la formación o caída de los gobiernos. En el
derrocamiento de Siles la intervención de Patiño se puso en evidencia.
Uno de los patiñistas más influyentes, Arturo Loayza, fue requerido
varias veces para que diera dinero destinado a un golpe contra Siles;
al principio vacilo, pero después de decido cuando el gobierno dio
muestras de querer fiscalizar la actividad de las empresas .

En el caso de la muerte de Busch, Almaraz atribuye la misma, a la
continua presión y cerco que la acción de la minería ejerció sobre su
gobierno, haciendo sentir de manera permanente su poder. De forma
clara manifiesta el autor que no se podrá decir que la minería fuera
un “gobierno invisible” ya desde la época de la ilustre oligarquía,
ese gobierno fue todo lo visible que se quisiera; haciendo justicia
“durante ochenta años, a la formula norteamericana, según la cual
quienes poseen el país deben gobernarlo” .

En el periodo post-52, la continua presión que el nuevo poder (de los
norteamericanos con mediación de la minería mediana) imprimió sobre
los gobiernos do MNR. para lograr sus fines, es otra muestra de que el
ejercicio del poder pasa fundamentalmente por la posibilidad de
manipular el gobierno. El desenlace del golpe de Estado de 1964, que
puso en la presidencia a Barrientos, es la manifestación de la
necesidad que tiene el poder extranjero de romper toda resistencia
para consolidarse mediante la imposición de un gobierno incondicional:

Los norteamericanos utilizaron a los militares sin que por ello
hubieran resuelto el problema del poder. Tuvieron que recurrir a la
masacre. Una vez, dos, tres veces. En mayo se los ve intervenir
claramente; en San Juan no participan: el gobierno de Barrientos es el
único responsable (…). Es evidente que los norteamericanos impusieron
a Barrientos. No lo hicieron mediante ukase ni golpeando la mesa: fue
un proceso largo (…). Pero fue eficaz porque hizo del presidente un
Boina Verde y de un Boina Verde hizo un presidente .

2.2. El aparato institucional y el ejercicio del poder

El manejo del aparato institucional al servicio de los estratos
dominantes, está expuesto en El Poder y la Caída en las pugnas
relativas a la instauración de una fundición en el país. La obra de
Almaraz muestra las múltiples experiencias de laboratorio,
controversias técnicas, tanteos comerciales que se produjeron entre la
Corporación Minera de Bolivia (CMB) y los profesionales y equipos que
esta contrato, para realizar estudios de factibilidad, con la
finalidad de construir una planta de fundición de estaño en el país.
En la CMB., los técnicos más prominentes se constituyeron en
opositores a la fundición, discrepando con las propuestas las técnicas
y económicamente factibles que presentaba Zalesky .

Lo que Zalesky hacia con su informe era invitar al gobierno y a los
técnicos a definirse. Se pronunciaba por un método y demostraba la
justificación económica (…). El Ing. Federico Sotz, superintendente
General de ingenieros de CMB (…) recurría a un subterfugio para
invalidar la idea de la fundición .

El manejo institucional de la CMB. se ponía al servicio del boicot
permanente a la construcción de la fundición. La dilación, por muchas
causas, supuso una pérdida de diez años y de unos 60 millones de
dólares, sin ningún resultado positivo. Bolivia, señala Almaraz, vive
una larga etapa de ambigüedad y de hechos confusos, y si, durante
medio siglo, las empresas privadas se encargaban de impedir que el
país pase de la barrilla al lingote, desde la nacionalización esta
tarea la cumplen las instituciones estatales.

El enquistamiento institucional de individuos que, colocados en
niveles estratégicos, defienden el interés privado y extranjero,
aparece como un mecanismo común en el ejercicio del poder, Almaraz
dice en este sentido:

(…) desde una gerencia o un despacho ministerial, pueden tomar o dejar
de tomar decisiones que tendrán efectos espantosos para los demás. No
arriesgan nada (…). Los que han visto las decisiones tomadas con
relación a la fundición, las circunstancias que los motivaron, las
pusilanimidades y dudas, podrán testimoniar cuan fácilmente puede
decidir la suerte de un país cuando los únicos que puede hacer algo no
saben cómo hacerlo y los pocos que saben sirven otros intereses .

Otra manifestación clara del manejo institucional en el ejercicio del
poder, es el referido al Banco Minero, el cual se constituye en centro
de pugnas entre los intereses de los estratos dominantes y los
nacionales. En el período pre-52, la resistencia de la oligarquía
minera a las intenciones de los mineros que, como Mariano Peró ,
intentaban construir plantas de fundición, muestra el manejo
institucional puesto al servicio de la gran minería. Demora de los
permisos de importación para la maquinaria requerida, sustracción de
planos del proyecto, negación del suministro de energía eléctrica,
remate de maquinarias, son algunos de los medios “poco ortodoxos” de
los que se valió la “rosca minera” para frenar el proyecto de Peró:

La gran minería en esta oportunidad se valió del Banco Minero para
causar uno de los peores daños a Peró. Aprovechándose de las deudas de
la fundición hizo embargar el grupo electrógeno y lo remató. El
beneficiario fue Aramayo en una de cuyas minas sigue funcionando hasta
el presente. Peró, sin suministro eléctrico, con planta parada y sin
dinero, estaba al borde de la ruina. Tuvo que retirarse nuevamente a
sus minas de Chojña Cota y trabajar intensamente para conseguir los
recursos que le permitieran proseguir la desigual batalla .

Posteriormente, y a pesar de contar Peró con el apoyo del presidente
Villarroel, con claras posiciones nacionalistas, pudo evitar que la
fundición cayera esta vez “entre las tenazas del préstamo del Banco
Minero y el sabotaje en la entrega de concentrados para la fundición”.

En el retroceso que siguió a 1946, la fundición estuvo atascada porque
los suministros de concentrados del Banco Minero eran insuficientes.
Entre 1942/1952, Peró dedico sus esfuerzos a la comercialización del
metal (…) a la Argentina (…) Las dificultades mayores provenían del
Banco Central que como el Banco Minero y otros organismos fiscales,
seguían la orientación de la gran minería. Se retardaba en meses el
pago de exportaciones a la Argentina o bien se entregaba solamente el
60% manteniendo el saldo en cuenta especial “por órdenes superiores”.
Todo ello comprometía la estabilidad financiera de la empresa .

El entroncamiento del “nuevo poder”, en el periodo post-52, también
está relacionado con el aspecto institucional. Los residuos de la
vieja oligarquía y los retoños de la nueva, la gran minería mediana,
los abogados y los funcionarios bolivianos de USAID, los comerciantes
importadores de La Paz, fueron creando mecanismos para el accionar
económico político, como la creación del Banco Industrial, financiado
con dinero norteamericano.

El Banco Minero se constituye también en la institución puesta al
servicio del “nuevo poder”, como mecanismo a través del cual se
boicotea a la minería pequeña y poniéndola al servicio de la minería
mediana y de los norteamericanos.

Sin embargo y a pesar de las presiones el Banco Minero se constituyo
en instancia de fomento a los mineros pequeños, sirviendo así – de
acuerdo a criterio de Sergio Almaraz – para proteger la existencia de
la Minería Nacional, puesto que, la creación del Banco Minero
determino la supresión de los comercializadores privados, que
rescataban la materia prima de los productores chicos a los que
explotaban de diversas formas.

El asedio se inicio con la oferta de un crédito de cinco millones de
dólares; la posibilidad del desembolso del crédito, sirvió de medio de
manipulación para exigir una serie de condiciones: aprobación de un
código de minería, conveniente a sus intereses, facilidades para los
inversores grandes, la libre exportación; paralelamente se busco
penetrar a los mecanismos institucionales del Banco Minero de Bolivia
mediante diversos medios:

Mientras se liberaba el silencioso combate entre los americanos y el
Banco Minero, el grupo asesor de aquellos logro penetrar profundamente
en las defensas del Banco (…). Intentaron organizar Kardex especiales
para controlar la situación de los clientes del Banco; buscaron de
toda forma interferir el trabajo en las gerencias en el directorio. En
una palabra, lo que deseaban era controlar la institución (…).
Apoyados por abogados bolivianos y periodistas sobornados, realizaron
campañas de desprestigio contra el Banco. Incitaron al embajador
norteamericano para que presionara en la presidencia de la república
buscando la forma de desplazar a las autoridades de la institución
(…). La primera victoria que lograron fue el retiro del señor Haus de
la presidencia de la institución. Luego, con el 4 de noviembre
alcanzaron sus demás objetivos .

La penetración ideológica y económica en las Fuerzas Armadas es la
muestra más clara del manejo institucional, puesto al servicio de los
intereses del imperialismo.

El pentágono trabajo con increíble simplicidad. Ningún plan
complicado, ninguna habilidad política. Se partía de una base
ideológica homogénea que se traducía en la línea simple de un plan
certero. Hacia 1960 el presupuesto del ejército no alcanzaba a cubrir
los gastos de alimentación y vestuario de la tropa. Los oficiales
estaban mal pagados (…) Sangines Goitia propuso a los jefes del
ejercito un programa de obras públicas que podía ser financiado por
los norteamericanos. Se trataba de construir escuelas rurales a un
costo mínimo con los soldados de las guarniciones. La misión militar
americana proporcionaría víveres y algunos recursos en dinero (…). Más
adelante las escuelitas de “acción cívica” empezaron a rendir réditos
políticos y fue necesario encontrar un beneficiario. Eligieron al
General Barrientos .

El manejo institucional en el ejercicio del poder, aparece como
elemento substancial en la obra de Almaraz; gran parte de ella está
dedicada a mostrar como la elite y el imperialismo ejerce la
manipulación institucional a través de diversos mecanismos.

2.3. Los medios de comunicación y el ejercicio del poder

La manipulación de la opinión pública por parte de los estratos
dominantes, es otro elemento, que en el análisis de la obra de Almaraz
se hace presente.

La influencia de la “rosca minera” en los periódicos más importantes
de la época, como “El Diario” y “La Razón”, fue directa, ya sea
mediante la compra de acciones o mediante el soborno.

Con “El Diario”, Patiño procedió a la compra de acciones para poder
controlar la opinión publica y desprestigiar a quienes se
interpusieran en su camino: “Para los de “El Diario”, en Efecto, son
más importantes la publicidad pagada y la envidiable condición de ser
la única voz autorizada de los grandes intereses, que ciertos
principios sobre los cuales gustan escribir editoriales” .

“El Diario” siguió, después de 1952, siendo el órgano de prensa de los
intereses dominantes de la minería; “las veleidades” a favor de la
revolución duraron poco:

“El Diario” fuera de la publicidad comercial siguió beneficiándose con
ingresos extraordinarios después de 1952 y a pesar de la desaparición
de sus financiadores tradicionales. Sus vinculaciones con la Embajada
Norteamericana son visibles. Los mineros medianos disponen de recursos
para la publicidad “indirecta” (…). Uno de los representantes de los
medianos es el encargado de escribir editoriales y artículos sobre
temas mineros. A su pluma se deben las campañas (…), el levantamiento
de la reserva fiscal en Lípez, la entrega de Turqui a intereses
privados, la aprobación del Código de Minería .

La pugna por el control del Banco Minero, entre la gran minería y
Núñez Rosales  como Gerente de la institución, que buscaba favorecer
al desarrollo de un proyecto nacional, muestra claramente el uso de
los medios de comunicación como mecanismo de manipuleo de la opinión
pública y como espacio de desprestigio. Núñez Rosales, denunciando el
asedio del que fue objeto, mencionaba, refiriéndose a los intereses
norteamericanos y de la gran minería, lo siguiente:

Rafael Ordica, el dictador de la prensa a vuestro servicio, ha
declarado en una comida que silenciar al pachacutismo les costó a
ustedes varios millones de bolivianos para adquirir el control de las
acciones de “El Diario”. (…) ¿En que se invirtieron 400.000 Bs? ¿En
retribuir a los periodistas que hicieron campaña contra el banco
minero?

El “soborno” y la compra de la opinión a través de los medios de
comunicación, es otro método del ejercicio del poder, del que no se
excusaron los norteamericanos en el periodo post-52. Almaraz, en un
pasaje de Réquiem para una república , cuenta que el Dr. Mario Rolon
Anaya, cuando se hizo cargo de la dirección de “El Diario”, encontró
junto al cheque pagado por la empresa, otro por mil dólares que
provenían de la embajada norteamericana: Rolon Anaya rechazó el cheque
de la embajada, provocando el comentario de Carrasco referido a que
por primera vez el “Diario” tenía un Director honesto. Además de esta
modesta asignación, manifiesta Almaraz, “la embajada paga 1.500
dólares mensuales a la empresa” .

La legitimación del poder de los estratos dominantes, en consecuencia,
pasa por el manejo de la información con el fin de desinformar o de
moldear las corrientes de opinión a favor de los objetivos fijados.
Los mecanismos a que recurre el poder para el manejo de los medios de
comunicación son variados y puede ser desde la amenaza hasta la compra
simple y llana de los encargados de cubrir los espacios de prensa;
finalmente la compra de acciones como en el caso de “El Diario”
constituyen un medio extremo pero posible.

2.4. Las relaciones personales y de grupo en el ejercicio del poder

La obra de Almaraz ilustra por doquier el manejo que efectúa el poder
de grupos y de individuos que, puestos en lugares estratégicos del
Estado: instituciones, prensa, etc. sirven a sus intereses. En
realidad, el manejo de las instancias estatales y de sus distintos
espacios institucionales, solo es comprensible a partir de las
relaciones interpersonales que se establecen y se eslabonan, formando
un entramado con el fin de garantizar que los objetivos se cumplan
sobre todo en el periodo en que el ejercicio del poder deja de
efectuarse de manera directa y surgen las mediaciones. El andamiaje de
relaciones personales y grupales es fundamental para comprender como
el poder logro manejar el aparato estatal e institucional (Banco
Minero de Bolivia, Corporación Minera de Bolivia) para ponerlo al
servicio de su voluntad. Refiriéndose a este aspecto Almaraz señalaba:

Lo cierto es que el “aparato” de la minería fue haciéndose más
complejo. Sus diferentes niveles y equipos “especializados” podían
encontrárselos en la redacción de un diario o en el Club de la Unión.
Abajo formaban filas empleados públicos a quienes se manejaba con
propinas. En un extenso nivel medio ingresaban periodistas, militares,
funcionarios de importancia, diputados, jueces, escritores, una
muchedumbre de arribistas, seres de moral ambigua generalmente mal
pagados. (…),la pirámide se estrechaba hasta que en un último nivel,
la camarilla quedaba integrada por los íntimos: abogados (…) algún
ministro y el gerente o director de empresa que vinculaba al magnate
con la camarilla .

La oligarquía minera, eligió para la conformación de sus equipos a lo
mas selecto de los intelectuales de su época; Almaraz refiriéndose a
ello, dice que Patiño “tomo a sus servicio a los intelectuales jóvenes
mas prometedores y con ellos formo el patiñismo, vasto ensamble de
empleados, amigos, favorecidos y aliados en cuya cumbre una cerrada
cofradía decidía el destino del país” .

En otro pasaje señala:

La desnatadora de la minería logro reunir a un equipo bastante bueno.
Para Patiño trabajaban Arturo Loayza, Manuel Carrasco, José Maria
Rivera, Alberto Mariaca Pando, José Antonio Quiroga, (…) el equipo de
Hochsild estaba integrado por Pedro Silveti Arce, Javier Paz Campero,
Enrique Finot (…) con Aramayo estaban los mas jóvenes Fernando Campero
Álvarez, Guillermo Gutiérrez Vea Murguía, Gastón Arduz y otros que
todavía influyen en la vida nacional. Además de estos colaboradores
que formaban los núcleos íntimos de la minería, estaban los aliados ad
– honores, personas que prestaban algún servicio por temor o que
esperaban conseguir alguna ventaja .


El grupo de abogados que logro constituir a su servicio la oligarquía
minera, es la manifestación mas evidente de la conformación de grupos
de parciales, como parte substancial del ejercicio del poder. Para
Almaraz, el conocimiento y análisis de este grupo de abogados es
indispensable para definir la mentalidad, psicología, hábitos y rasgos
ideológicos de la oligarquía minera. Entre los componentes del grupo
de abogados sobresalen Carlos Calvo, Manuel Carrasco, Néstor V.
Galindo. Estos pro - hombres de la minería, se movían sin
inconvenientes de abogados a embajadores, diputados, senadores o
gerentes de bancos. Si se presentaba alguna dificultad “cuando
perseguían una embajada, se debía a competencia de otro candidato, mas
que diferencias propiamente políticas. (…) en cualquier momento
llegaban a acuerdos de caballeros con los oponentes de los partidos
tradicionales” .

Los individuos y grupos que conformaban la “rosca minera” cumplían una
serie de funciones:

(…) como estudio jurídico vigilando la conducta del gobierno y con un
ojo puesto sobre el Ministerio de Hacienda, como comité político para
recomendar y promover candidaturas y hasta como agencia de relaciones
públicas (…). Cada uno de estos bufetes era el punto central de un
circuito formado por vinculaciones sociales o de familia, en el que
ingresaban ministros, directores de prensa, diplomáticos y una amplia
gama de individuos que desde el puesto donde estuvieran eran útiles a
la elite minera .

Sin duda el manejo de los aparatos estatales e institucionales, pasaba
por la conformación de grupos de individuos dispuestos a materializar
el mandato del poder minero.

El manejo de los medios de comunicación esta también ligado, de
acuerdo al análisis de Almaraz, a la actividad de individuos y a sus
características particulares; cumplen el papel de esbirros y
sirvientes de la gran minería. Es el caso de Ordorica, encargado de
todo el manejo de los medios de comunicación con el fin de desinformar
a la opinión publica y hundir a los enemigos de la gran minería.

El proceso de penetración del poder norteamericano al país, en el
periodo 1952 a 1964, tiene también como puntos de apoyo, la existencia
de individuos que, debido a sus características personales, sirvieron
a los fines del “nuevo poder”, que se estructuraba en circunstancias
especificas. Este es el caso de Sanjines Gotilla:

“hijo de los propietarios de Pillapi y estudiante de West Point. En
los primeros años de la revolución vivió fuera del país (…)  en una
institución norteamericana, con demasiada influencia para las
funciones de un modesto ingeniero, como que un técnico norteamericano
fue retirado del servicio porque tuvo dificultades con el” .

A través de este personaje, se inició la penetración norteamericana al
ejército nacional, que concluyo con el golpe militar de 1964: actuaba
cautelosamente, salvando del hambre a sus camaradas del ejército; los
aconsejaba, ordenándoles; luego del golpe de Barrientos en noviembre
de 1964, fue posesionado como Ministro de Economía, y luego nombrado
embajador en Washington.

La diligencia del Presidente de CMB. con los intereses extranjeros no
solamente se manifiesta en la adhesión sin reservas a una línea
general de acción, sino en pequeñas cosas de las que se sirve como
hombre “sencillo e inteligente” para recomendarse. Para facilitar la
devolución de Chajrahuasi a Aramayo, se tomo la molestia de buscar los
antecedentes y encargar a un abogado de la entidad la preparación
inmediata de un informe favorable. Ahora Aramayo también es de los que
piensan que Lechin es el ministro más competente. (…) y el Banco
Industrial, ha difundido su veredicto: “es el ministro mas capaz” (…).
El objeto de esta campaña es crear ambiente para Lechín en el gobierno
y contrarrestar los efectos de los contratos entreguistas .

De lo expuesto, se concluye que la forma en que se estructura y
ejercita el poder, supone la construcción de un complejo aparato que
opera como una red de circulación del poder, la que es posible
recorrer desde las instancias estatales mas altas, pasando por los
mecanismos intermedios, hasta el ultimo individuo.

En conclusión la estructura de poder, para Almaraz, tiene su
manifestación fenoménica en el ejercicio del poder, al que describe y
analiza como una red por la que circulan acciones tendientes a la
reproducción de la estructura del poder. Esta red esta conformada por
el aparato del Estado, sus diversas instituciones, grupos de
individuos (ministros, abogados), medios de comunicación y hasta
individuos particulares; se forma así una especie de pirámide de
acciones sin las cuales es inviable la reproducción de las relaciones
de propiedad existentes y la estructura del poder vigente.

3.- El vació de poder

Para Almaraz el vació de poder es la ausencia de las determinaciones
que defienden y consolidan una determinada estructura de poder.

En el periodo que va de1825 hasta la organizaron de la minería de la
plata. Es clara la ausencia de una estructura del poder centralizada.
El poder esta disperso, regionalizado y responde alas relaciones
sociales de producción predominantes: la explotación feudal y
semifeudal de la tierra.

Políticamente, esta forma de poder no alcanza a estructurar un Estado
centralizado, es el periodo de los motines y caudillos:

Hasta entonces predominaba una economía rural disperso, coronada por
núcleos locales de terratenientes influyentes. El Estado, débil y sin
cohesión, recogió hasta donde fue posible, la herencia colonial
asimilando la tradición administrativa y política de la audiencia de
Charcas. El pequeño comercio exterior de tipo regional, ejercía
influencia negativa: el sur del país dependía tanto de la Argentina
como el norte buscaba asimilarse comercialmente con el Perú. Ninguna
actividad tendía a la integración y al reforzamiento del aparato
estatal. En este quietismo feudal, solo interrumpido por los que
jugaban a la política, con motines militares, la sociedad local
apoyaba su seguridad económica sobre una masa explotada de campesinos
quechuas y aymaras .

Es evidente que, si bien no existe un vacío de poder en estricto sensu
en este periodo, tampoco hay una estructura centralizada de poder que
se refleje en la formación de un Estado Integrador del país.

El período que va de la revolución de 1952 al 4 de noviembre de 1964
(golpe de René Barrientos Ortuño) es otro al que Almaraz caracteriza
con el concepto de vacío de poder. Los magnates del estaño dejan un
espacio económico, político e ideológico, que no alcanza a ser
efectivamente copado a pesar del proyecto nacional revolucionario que
sustenta la revolución del 52:

Entre las más extrañas consecuencias de la revolución hubo una
verdaderamente inquietante: los norteamericanos se sirvieron de ella.
Este concepto podría formulárselo en términos más groseros: los amos
tradicionales, grandes mineros latifundistas liquidados en 1952,
dejaron un vacío de poder que los líderes políticos y la elite
boliviana no liberados aún mental y espiritualmente de medio sigo de
servidumbre, trataron de llenar ingresando al servicio de un nuevo
poder

El vacío de poder, en Almaraz, tiene como causa sustancial la ausencia
de una clase social suficientemente fuerte, desde el punto de vista
económico, para afianzar un proyecto propio; éste es el espacio a
través del cual los norteamericanos inician su proceso de penetración
al país:

Los tres grandes mineros, otrora celosos de la competencia, hoy con el
rostro agrio, alientan la expansión de intereses privados con los que
forman un frente interno (…) No ignoran que con la liquidación de la
gran minería en 1952 se produjo un vacío de poder porque el lugar del
sector desplazado no pudo ser cubierto por una clase dirigente con
firmes asideros económicos y encarrilados en una perspectiva propia

Del texto citado se denota la ausencia de la determinación económica
como causa del vacío de poder

Si bien el MNR como gobierno, tuvo la posibilidad de llenar el vacío
de poder con una perspectiva popular, ésta se frustró, y se mantuvo un
espacio que posteriormente fue llenado por el proyecto de la “nueva
rosca” ligada a los intereses de los norteamericanos:

Los gobiernos del Movimiento Nacionalista Revolucionario constituyen
la tentativa nacional más seria para la organización de un poder
popular por el activo rol de renovación social y ejercicio del
gobierno que tuvieron los obreros y campesinos. El llamado co-gobierno
es una de las expresiones de este fenómeno. Pero el vacío de poder
empezó a notarse en la medida en que el gobierno perdía su carácter
popular y por compensación creaba una burocracia bajo las pautas
ideológicas de la eficiencia desarrollista .


Este es el contexto que recrea las condiciones para el proceso
contrarrevolucionario, que en noviembre de 1964 abre totalmente las
posibilidades para que ese vacío de poder se llenado por el poder
extranjerizante de la nueva rosca minera:

La rosca minera ha sigo, naturalmente, sensible a las posibilidades
abiertas en noviembre y la respuesta que la une y organiza con una
conciencia más lúcida que la que puede oponer el movimiento popular,
es la formación acelerada de una “nueva rosca”, es decir, la promoción
de una oligarquía en el ejercicio del poder. Todos los desplazamientos
de poder - el golpe de Barrientos, contra el gobierno de Paz
Estenssoro – de noviembre delante no tienen otro significado .



El periodo en que se produce el vacío de poder no puede sino ser
transitorio, y ante la entrada de la reacción, Almaraz propone
apuntalar la formación de una burguesía nacional a partir de pequeños
y medianos propietarios. “Desarrollar los sectores privados de la
economía de acuerdo a las características de la empresa privada
tradicional, dentro de un plan de conjunto, de modo que amplíe la base
económica e sustentación del Estado” .

Estas clases sociales fortalecidas (clase media, burguesía nacional)
económicamente, contando con la determinación económica del poder,
serian capaces de desarrollar las otras determinaciones – ausentes en
el periodo de vacío de poder -, los espacios políticos e ideológicos,
que reivindiquen los beneficios de la libre empresa para si.

El proceso histórico, sin embargo, toma otros derroteros y el vacío de
poder no se llena con una burguesía nacional; la oligarquía también
fracasa en este sentido, y solo puede mantener posiciones de elite
subordinada al poder extranjero (norteamericano) en desmedro de los
intereses de la nación.

Así otra vez se confirma que en las grandes caídas de los pueblos el
saqueo colonial eleva a los niveles de poder a los segmentos de la
sociedad más débiles y atarazados ideológicamente. En la misma
instancia se han dado el desquiciamiento material del país y un
tenebroso empobrecimiento cultural, una especie de imbecilización
colectiva. Sin una oligarquía, ausente una sólida burguesía nacional,
con capas medias confusas y desmoralizadas, los norteamericanos tratan
de resolver el problema del poder imponiendo una dinámica a partir del
“ejercicio partido” (…). El fracaso del General Barrientos y lo que
representa como gobierno, orientación política y estructura de poder,
es ante todo el fracaso de la oligarquía (…). Su pensamiento, su
política, aunque sus hombres mas representativos se instalaron en el
gobierno en noviembre de 1964 .

Es manifiesto, en los textos expuestos, que el vacío de poder, según
Almaraz, esta definido por la ausencia de una clase social, capaz de
establecer una estructura de poder de clase que, contando con la
determinación económica (las condiciones materiales de acumulación
propia) genere las otras determinaciones de poder, para reproducir una
estructura favorable a sus intereses que en el caso de la burguesía
nacional, según Almarraja, coincidirían con los intereses de la
nación.

La determinación económica es fundamental, de acuerdo al pensamiento
de Almaraz, en el proceso de constitución de la Estructura de Poder.
Su mediación política esencial resulta ser el Estado oligárquico, del
cual se vale la clase dominante para hacer prevalecer sus intereses
económicos. Es a través del aparato jurídico que legitima el accionar
de la clase dominante, y también a través del aparato represivo, que
en determinadas coyunturas es utilizado para frenar el descontento de
la población.

Pero la legitimación en la estructura de poder, de acuerdo al autor,
no solo se sustenta en el aparato jurídico, sino también en la
ideología de clase, que es canalizada a través de los medios de
comunicación, y sirve no solo como recurso de dominación, sino también
como ideario de “cohesión”, justificando y legitimando sus actos.

En cuanto al ejercicio de poder, este no se centraliza solo en el
Estado, sino que se encuentra disperso en una red de instituciones e
individuos, constituyendo un andamiaje, que en conjunto sirve a la
clase dominante.

El vacío de poder supone la ausencia de una clase social capaz de
establecer y ejercer ejercicio de poder, haciendo valer sus intereses.

Luego de haber realizado el análisis de las principales
determinaciones de la estructura de poder, pasamos a exponer la
metodología ...