
Cuando se trata de expresar la amenaza que supone para la seguridad alimentaria el recalentamiento planetario y los eventos climáticos extremos, el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) no anda con rodeos.
"La mayor
amenaza a la seguridad alimentaria es el cambio climático", señaló la
institución en su informe de 45 páginas: "Seguridad alimentaria y pobreza
en Asia y el Pacífico: principales desafíos y políticas", divulgado a
fines de mayo.
Las conclusiones del informe son especialmente aplicables a Sri Lanka, donde
expertos están cada vez más preocupados por la conexión entre la crisis
alimentaria y el recalentamiento de la Tierra.
El estudio del BAsD abordó todas las áreas que podrían afectar la seguridad
alimentaria, como las políticas comerciales, de desarrollo, la demanda de
comida y la administración de recursos.
La investigación reconoce al cambio climático como un factor fundamental para
determinar el nivel de seguridad alimentaria, y señala que las intervenciones
necesarias para frenar el recalentamiento planetario van más allá de las
fronteras y sobrepasan la autoridad de cualquier gobierno.
"Los problemas causados por el cambio climático son mucho más difíciles de
resolver en el corto plazo y requieren soluciones a largo plazo coordinadas a
nivel internacional", sostiene.
El experto en cambio climático y consejero en sostenibilidad Riza Yehiya
coincidió con el BAsD.
"Los problemas del cambio climático y la seguridad alimentaria en Sri
Lanka se están volviendo alarmantes", dijo a IPS.
El recalentamiento planetario y la falta de políticas adecuadas para mitigar
sus efectos han puesto a este país insular en una situación precaria.
Aunque Sri Lanka aún no ha sufrido prolongados periodos de escasez de alimentos
a causa de las transformaciones en el clima, las últimas experiencias indican
que las cosechas de arroz están fluctuando al son de las irregularidades de las
temporadas de lluvias.
En 2011, cerca de 20 por ciento de las cosechas fueron arruinadas cuando una
serie de inundaciones devastadoras entre enero y febrero fueron seguidas de una
fuerte sequía en las mismas zonas.
Las poblaciones más afectadas tienen dificultades para satisfacer sus
necesidades básicas.
Información de la
Organización de las Naciones Unidas indica que niños y niñas
en la costa este srilankesa se ven obligados a abandonar la escuela para ayudar
a mantener a sus familias, como consecuencia de la pérdida de cosechas, su
única fuente de ingresos.
"Demasiada lluvia o muy poca arruina cualquier cultivo, no solo el de
arroz. La fluctuación de las precipitaciones, especialmente en 2011, dejó
vulnerables a las plantaciones", explicó a IPS la directora de la unidad
de cambio climático en el Departamento Meteorológico de Sri Lanka, Malika
Wimalasuriya.
Este país, "al estar cerca del ecuador, es más vulnerable a los impactos
del cambio climático", dijo.
En efecto, el informe del BAsD predijo más pérdidas de cultivos en Asia debido
a los cambiantes patrones del clima en los próximos 100 años, principalmente
debido a su cercanía con la línea del ecuador.
"Se espera que la pérdida de cultivos sea aun mayor en las regiones
tropicales como Asia meridional y sudoriental, y la pérdida continuará hacia
2100. En el sudeste asiático, los campos de arroz se reducirán hasta 50 por
ciento en 2100, respecto de 1990", según el estudio.
Funcionarios de la unidad de cambio climático del Departamento de Meteorología
además alertaron una posible escasez de agua para el sector agrícola,
especialmente porque el aumento de las temperaturas contribuirá a la
disminución de lluvias.
Por otra parte Yehiya señaló que el uso excesivo de fertilizantes ha hecho a la
tierra srilankesa menos productiva, en tanto que es probable que aumente la
demanda de alimentos, ejerciendo una mayor presión sobre los productores.
"Uno de los mayores problemas con la agricultura de Sri Lanka es la falta
de administración del agua", indicó el jefe del Departamento de Geografía
en la Universidad
Ruhunu, Mudalihamige Rathnayake.
El experto dijo a IPS que los agricultores srilankeses todavía dependen
fuertemente de las reservas de agua existentes, en vez de tomar la iniciativa
de administrar ellos mismos el recurso en forma sostenible.
"Todavía no tenemos una cultura en la que los agricultores entiendan que
deben administrar sus propios recursos hídricos", se lamentó.
"Sri Lanka ha sido identificado como uno de los países que tendrá déficit
de agua en el futuro", remarcó Yehiya.
"Este déficit no se deberá solo a los inadecuados recursos, sino a la
falta de una administración eficiente, con políticas y programas", apuntó.
Mientras, la salinidad emerge también como otra amenaza para la producción
agrícola y la seguridad alimentaria.
Algunas de las zonas arroceras más productivas, en los distritos de Digamadulla,
Batticaloa y Trincomale, se hallan cerca de la costa, lo que aumenta el riesgo
de intrusión de agua salada debido al aumento del nivel del mar.
Funcionarios en el Departamento de Conservación de la Costa dijeron a IPS que las
regiones occidental y oriental eran susceptibles a la erosión.
"Incluso un pequeño aumento en el nivel del mar puede incrementar la
salinidad en el agua subterránea. Quizás no se vea la intrusión del agua marina
en la superficie, pero los niveles de salinidad cambian bajo tierra", dijo
a IPS el director del Departamento, Anil Premarathne.