
La Nueva Constitución Política del Estado (NCPE), promulgada
el
07-02-09, tiene el respaldo del censo de 2001,
según el cual el 62.2 %
de la población boliviana se declaró indígena.
Sobre esta base,
Bolivia se constituyó en Estado Plurinacional
Comunitario, fundado en
la pluralidad y el pluralismo cultural y
lingüístico, para citar las
características más relevantes de su artículo
primero. En el segundo,
destaca la existencia precolonial de las
naciones y pueblos indígena,
originario campesinos (IOC), a los que se
garantiza su libre
determinación, “que consiste en su derecho a la
autonomía, al
autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de
sus instituciones y a
la constitución de sus entidades territoriales”.
Lo anterior, facilitó
el reconocimiento constitucional de 36 naciones
indígenas, de sus
territorios ancestrales y justicias comunitarias
(de igual nivel
jerárquico que el de la justicia ordinaria), del
manejo exclusivo de
los recursos naturales renovables y del derecho
a consulta de los no
renovables.
Varios de estos enunciados fueron precedidos por
el documento titulado
“Emancipación y Contra hegemonía en Bolivia:
Estrategias para destruir
la dominación k’hara”, resumido por el periódico
“Los Tiempos”, de
Cochabamba (12-03-08), el que, luego de
calificarlo de apócrifo y de
precisar que circula en Internet “desde hace más
de un año”, fue
atribuido al Vicepresidente Álvaro García Linera
(AGL), lo que fue
desmentido. Sin embargo, existen similitudes
entre sus argumentos y
los de quienes, al igual que en el censo del
2001, han eliminado la
opción “mestizo”, del nuevo censo, programado
para noviembre próximo.
El documento “Emancipación…” explica que el
término “k’hara” abarca a
mestizos, clases medias, medias altas y
empresariales.
La primera similitud se refiere a que los
“mestizos” se han sentido
“ninguneados”.La palabra fue usada por el
sacerdote de origen catalán,
Xavier Albó, considerado el principal ideólogo
del indigenismo
boliviano, quien dijo que “los mestizos no deben
sentirse ninguneados,
por tener que responder “ninguno” a la pregunta
relativa a su
pertenencia a alguna de las 36 “naciones”
indígenas. El texto de
Internet postula “derrumbar los soportes y
símbolos de la cultura
k’hara (mestizos incluidos), a fin de volverlos
“insignificantes”. No
parece exagerado afirmar que entre “ninguno” o
“insignificante” no
existe demasiada distancia. El mismo documento
adelanta que lo que se
busca es que los excluidos y dominados (por el
Estado colonial
republicano) pasen a ser los dominadores, y los
dominados pasen a ser
los excluidos y dominados del presente.
Si se considera que lo mestizo une a los
diversos conglomerados en el
ideal de una patria común, no cabe duda que lo
más importante del
proyecto indigenista reside en eliminar lo
mestizo, en ningunearlo o
tornarlo insignificante. La no consecución de
este objetivo implicará
el fracaso del proyecto indigenista, lo que
implicará, en palabras de
AGL, “otra vez 500 años en silencio y en
oscuridad” (Periódico Página
7 del 30-12-11). Los ataques al mestizaje han
recrudecido en los
últimos meses, ante el reclamo de modificar la
boleta del censo. La
Presidenta de la
Cámara de Senadores, Gabriela Montaño, ha manifestado
que la expresión “mestizo es una categoría
biológica, somática,
racista y discriminadora”. No se entiende el por
qué la categoría
indígena no es biológica, somática, racista o
discriminadora, ya que
ambas, junto a los blancos, fueron usadas en los
censos de la colonia,
lo que demuestra el carácter político del debate
que se pretende
sumergir.
Albó ha respaldado a la Senadora oficialista
aduciendo que hay gente
que quiere usar la categoría mestizo para
expresar su desacuerdo con
el gobierno y que incluir esa figura “sería
retroceder” (“La Razón”,
24-06-12). Anteriormente, anotó que el término
mestizo es anticuado.
Otro diputado de la misma tendencia, Luís
Alfaro; puntualizó que “la
raza mestiza, presente en el país, disminuye día
a día” (“Página 7”,
05-07-12). AGL, Albó, Montaño y Alfaro son
concientes que la vigencia
del proyecto indigenista estará vigente hasta que
el mestizaje recobre
la característica de principal referente social
que tuvo, por ejemplo,
en la
Guerra del Chaco (1933-1936) y en la Revolución Nacional
de
1952. Esta la razón por la que están dispuestos
a impedir que la
opción mestizo esté presente en la boleta censal
del próximo censo y
de los censos del futuro.
Pese a lo anterior, es imposible que el 62.2 %
de la población vuelva
a ser manipulada en el censo para respaldar el
proyecto indigenista,
sobre todo después que la población tomó
conciencia de la manipulación
de que objeto el 2001 y de que “el nuevo modelo
civilizatorio del
indigenismo” es, en realidad, el viejo modelo
civilizatorio de los
banqueros de EEUU, el Reino Unido, Alemania y
Francia, que financian a
laas principales ONG y que están empeñados en
destruir a Estados
nacionales in constituidos y postergar al máximo
los proyectos de
integración de América Latina. Conviene no
olvidar que la atomización
de “muestra América”, como decía Martí, permitió
que Europa se
mantuviera como único protagonista, a tiempo de
impedirnos consolidar
nuestra identidad.
En dirección exactamente opuesta a quienes dicen
que el mestizaje se
debilita día a día, en realidad se expande día a
día a través de
múltiples mestizajes y de encuentros
interculturales que generan
nuevos pluri mestizajes, propiciadores de
renovadas formaciones indo
mestizas que surgen en el 70 % de la población
boliviana que ya vive
en ciudades grandes e intermedias. Estas nuevas
formaciones reconocen
los aportes de la NCPE, como la eliminación de
retrógradas trabas
oligárquicas al ingreso de indígenas al Colegio
Militar o la Academia
de Policías, así como el carácter positivo de la Reforma Educativa
y
de la
Ley contra el Racismo, promulgada por el Presidente Evo
Morales,
que tiene la virtud de sancionar resabios
racistas aún vigentes en
varios medios de comunicación privados y en
sectores de la sociedad
boliviana.
No obstante, no resulta inútil recordar que el
principal racista de la
literatura boliviana, Alcides Arguedas, afirmó,
durante el nazismo,
que “nadie con más vigor que Hitler ha puesto de
relieve el peligro de
la mestización de los pueblos”. El francés
Gustavo Le Bon sostuvo que
peor que la degeneración de las razas inferiores
es la mezcla de
razas, es decir el mestizaje. El régimen
sudafricano del apartheid
impuso no sólo el desarrollo separado
entre parcialidades de
colonizados, sino que llegó, inclusive, a
prohibir relaciones sexuales
entre etnias diferentes. El mestizaje está
acostumbrado a vencer los
odios que lo acosan y Bolivia no será la
excepción.