ELOGIO DEL MULATO

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Publicado el 01/10/2012

La controversia originada en la inclusión o no de la definición “mestizo” en el censo que se avecina para Bolivia, parece haberse atenuado un poco. Pero de ninguna manera ha desaparecido. Al contrario, hemos conocido opiniones tan brillantes como la del
profesor Pedro Godoy, quien escribía: “La expresión mestizo es pletórica de contenido. Su significado define a “la mayoría étnica” -cabecitas negras, guachafos, cholos, flaites, pelaos...- son aquel “género humano mixto”. Reitérese: “mixto” es mixturado y no sólo
designa un plantel escolar en el cual estudian damas y varones. El pueblo iberoamericano -de Tierra del Fuego a Río Grande- es mestizo”. En esta especie de debate (no siempre incruento) por la identidad latinoamericana también ha estado presente, aunque con menor intensidad, lo mulato.


Revisando fuentes formales, encontramos que para algunas personas mulato es un término anticuado que implica que habría personas puramente blancas o puramente negras y mulato es el resultado de la mezcla de ambos. Los genetistas e historiadores modernos no aceptan el concepto de raza y niegan que existan las llamadas razas puras, siendo la totalidad de la población mundial el producto de diversas mezclas. Esas mismas fuentes seudo-académicas recomiendan que se utilice más bien el término “Pardo”, pero eso a muchos nos suena más bien como apellido y lo dejaremos así.


Hace unos días, un columnista de éste periódico recordaba a Martin Luther King y es frecuente encontrar referencias elogiosas a origen africano, como Luis Amstrong en la música, Joe Luis  en el boxeo, Sammy Davis Junior en el cine y la lista sería infinita.
A lo mulato se alude con menos frecuencia y por eso deseamos rescatar una de las siempre geniales alusiones populares, en este caso del pueblo cubano, el cual suele decir: “La explotación de siglos que sufrimos en  nuestra tierra, tiene como
compensación las únicas tres cosas que nos trajeron y nos dejaron los españoles: “Las alpargatas, la piedra de afilar…¡Y las mulatas!”. Esto último dicho con sincera admiración. Así, sin poses academicistas, sin pretensiones artísticas en la rima
ni nada por el estilo, el pueblo, el raso y maravilloso pueblo (pueblo cubano, en este caso) rinde su homenaje fresco, auténtico e inmejorable a su cuota de mestizaje, de la cual está justificadamente orgulloso.


Para concluir, apelemos una vez más l profesor Godoy, quien nos cuenta que “como lo sostiene Rubén Blades “somos  hijos de la mezcla” tema cuyo ideólogo fuera a horcajadas del México insurgente de los 20 José Vasconcelos con la obra “Raza cósmica”. Nuestros mediocres docentes aluden al mestizaje, pero a título episódico al disertar sobre la mal llamada Colonia. De allí para adelante el vocablo con toda su carga
axiológica y política no vuelve a usarse”. Sin embargo, con esto del censo en Bolivia estamos seguros que el tema volverá a ocuparnos. Tanto a nosotros, que siempre hemos estados orgullosos de nuestro mestizaje, como a los otros, aquellos que lo esconden y hasta lo estigmatizan. Quien sabe por qué recónditas motivaciones.