HIPOCRESIA DE OCCIDENTE” Julian Assange habla de internet, de comercio, censura y política, y explica
su situación legal

Por primera vez desde que se refugió en la Embajada de Ecuador en
Londres, el fundador de Wikileaks aceptó hablar
con un medio. Sus
duras críticas a Obama, su repudio a Facebook y
sus ideas sobre las
estructuras de poder mundial.
Julian Assange es muy blanco. Pelo blanco, piel
blanca, ojos
chiquitos, manos suaves, dedos de pianista.
Tiene muchos blancos que
persigue a través de su sitio Wikileaks:
gobiernos, bancos, ejércitos,
agencias de espionaje. A su vez, es blanco de
procesos judiciales en
Suecia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Lleva
casi cien días encerrado
en la Embajada de Ecuador en esta ciudad [Londres] y
desde entonces se
ha asomado al balcón para ver la luz del sol una
sola vez, el 19 de
agosto, cuando pronunció un discurso para
agradecerle a Ecuador por
darle asilo y a América latina por defender a
Ecuador. No volvió a
asomarse, dice que porque no quiere ser blanco
de los paparazzi.
Saluda con la mano izquierda porque se lastimó
la derecha practicando
boxeo. Hace poco empezó a tomar lecciones de
castellano una vez por
semana, pero todavía no se anima a pronunciar
palabras en ese idioma
delante de las visitas. Recibe a Página/12, con
su laptop HP cerrada,
en un cuarto de tres por cuatro metros que
funciona como su oficina.
Afuera la policía británica vigila y un grupito
de manifestantes
despliega algunos carteles pidiendo su libertad.
Acepta preguntas
durante poco más de tres horas sin mirar su
computadora y sin que su
celular suene ni una sola vez.
–Usted ha visitado todo el mundo, con excepción
de América latina. La
última vez que hablamos, le dije que en Europa
lo amaban, en Estados
Unidos lo odiaban y en América latina no lo
conocían. Cada vez que
hablo de Wikileaks me preguntan quién es Julian
Assange y qué es
Wikileaks. Sé que suena estúpido, pero me
gustaría trasladarle esas
dos preguntas.
–No estoy seguro de que acepte completamente la
premisa. Estados
Unidos es muy interesante porque allí mucha
gente me apoya a pesar de
los ataques despiadados en los medios de EE.UU.
Siento un afecto
especial por la habilidad de la gente de ver más
allá de la mierda.
Así que aún en un medio ambiente como EE.UU.
donde hay ataques de
Obama, Biden y todos los demás, apoyados por los
medios –la cadena Fox
de un lado, el New York Times del otro–, todavía
hay 30-40 por ciento
de la gente, según la encuesta que elijas, que
apoya a Wikileaks o me
apoya a mí, y también apoya la publicación de
documentos clasificados
del gobierno de Estados Unidos sobre Afganistán
y otras guerras, aun
cuando en los medios de EE.UU., estas
publicaciones son consideradas
un acto de traición. Eso me hace bastante
optimista, porque muestra
que dentro de un mar de mentiras hay un
reservorio de gente que, aun
cuando no pueden ver a través de la mentira,
sienten que hay una
agenda para influenciarlos y la resisten.
–Teniendo eso en cuenta, ¿cómo se definiría,
cómo definiría a
Wikileaks y cómo le explicaría a un no iniciado
lo que está haciendo?
–No creo que sea interesante definirme, pero
fundé y dirijo Wikileaks.
–Entonces hablemos de Wikileaks.
–Wikileaks es una organización y una
publicación. La organización
tiene una tarea, que consiste en ser una serie
de cosas. Una es ser la
publicación de última instancia, así que en vez
de protestar contra la
censura, la deshacemos. La atacamos y
publicamos. Otra función es
alentar a gente que tiene conocimientos de
planes o actos injustos que
hayan ocurrido en el pasado a que nos den la
información, así la
publicamos. Luchamos por esos derechos en
general porque creemos en
ellos y como organización son necesarios para
nuestra existencia. Y
hacemos todo esto no solo porque alguna gente lo
aprueba, no solo
porque es divertido, y lo es, sino porque vemos
que lleva a actos
individuales de justicia a partir de las
publicaciones que producimos,
y también marca una tendencia general que altera
el ambiente político
en la dirección correcta.
–¿Cómo evalúa el impacto que ha tenido
Wikileaks?
–Hay tres áreas de impacto. Primero están los
casos individuales.
Publicamos en promedio un millón de documentos
por año de todo el
mundo que han afectado elecciones, han afectado
revoluciones, han sido
usados en casos judiciales importantes, con
respecto a la guerra de
Irak, a los vuelos secretos de prisioneros de la CIA, corrupción,
asesinatos. (En segundo lugar) hemos empujado
las fronteras de lo que
es aceptable publicar en Internet. Eso es muy
importante porque ahora
se acepta a cualquier organización que publique
documentos de
gobiernos que son menos controvertidos que lo
que hace Wikileaks. De
esa manera hemos agrandado el abanico, lo que
sirve para proteger a
todos los demás que vienen detrás nuestro. Por
último, en la reacción
hacia Wikileaks, hemos revelado algo importante
acerca de la
hipocresía de Occidente, de cómo la censura
moderna ocurre en
Occidente y también en sus países aliados; hemos
revelado la
corrupción en los medios y, quizás nuestro mayor
éxito, hemos
radicalizado y educado políticamente a la
juventud de Internet y la
juventud de Internet es ahora la mayoría de la
juventud. La mayoría de
la juventud hoy recibe su educación política de Internet.
Cuestión de valores
–Quisiera preguntarle por una anécdota de su
niñez, usted me dirá si
es cierta, que me llamó la atención porque habla
de sus valores
éticos. La historia se refiere a que, siendo
niño usted se robó unos
tomates de la huerta de una familia adinerada. Y
que después se enojó
mucho cuando esa familia le reclamó. ¿Cree que
en algunas situaciones
está bien robar?
–No sé de dónde salió eso. Me suena que de esa
biografía no autorizada
que se publicó....
–Sí, de la biografía no autorizada. Sé que usted
dice que ese libro
contiene muchas falsedades, por eso pregunto,
para entender si usted
cree que bajo algunas circunstancias...
–La mitad de los problemas que Wikileaks
enfrenta como organización,
así como muchas otras organizaciones de
activistas y periodistas en
general, es la deformación del lenguaje. El
intento de hacer trampa
con el lenguaje para sacar de contexto un
tema...
–Por eso quiero ser claro. Estoy hablando de
robar.
–Entonces es un abuso del lenguaje usar la
palabra “robar” en lugar de
la palabra “copiar”. Porque “robar” es quitarle
un ítem a su dueño
original. Wikileaks, cuando recoge información
de gobiernos y grandes
corporaciones, está copiando esa información.
Cuando le pasás un dato
a un amigo, por ejemplo, ¿sabías que Suecia es
el principal fabricante
de armas per cápita en el mundo? Yo no perdí ese
dato por pasárselo a
alguien. Entonces, si la pregunta es si creo que
copiar información y
diseminar información está mal...
–No, ya conozco esa respuesta. Por eso le pregunto
si robar tomates
siempre está mal o a veces se justifica. Ya sé
que usted era solo un
niño y ya sé que usted le da mucha importancia a
la ética. Lo que
quiero entender es si, dentro de sus parámetros
éticos, en ciertas
circunstancias se puede justificar el robo.
–Me está preguntando por mis parámetros éticos
de cuando tenía cinco años.
–No, quiero saber lo que piensa ahora.
–Tendría que ver... en general está mal, pero
habría que ver la
circunstancia específica. Cobrar impuestos es
robar, por ejemplo.
–¿Entonces en un punto está bien robar, si le
robás a una persona muy
mala, por ejemplo?
–Creo que nunca está bien, pero puede ser el mal
menor entre dos
males. Cobrar impuestos es un ejemplo en el que
puede o no ser el mal
menor, pero parece que los países que no
recaudan no sobreviven mucho
tiempo.
El papel de América latina
–¿Cuál es su opinión sobre la importancia de
Wikileaks en América latina?
–Mi conocimiento sobre la interacción de
cualquier país
latinoamericano con Wikileaks es limitado, pero
tengo una perspectiva
sobre la región en general porque establecimos
acuerdos de publicación
en casi todos los países de la región. Así que
es posible establecer
algunas conclusiones. La más obvia, y no es
sorpresa para los
latinoamericanos, es el rol de Estados Unidos en
América latina. Las
acusaciones históricas de las interferencias de
Estados Unidos aún se
sostienen, aunque por suerte la mayoría de los
países en Latinoamérica
no están en una situación de poder tener
dictaduras agresivas. Esa
influencia ahora se expresa en la financiación
de ciertas ONG y grupos
por parte de Usaid (la agencia de asistencia del
Departamento de
Estado estadounidense) y en mantener a otros
grupos dentro de la
órbita de Estados Unidos, ya sea a través de la OEA (Organización de
Estados Americanos), la SIP (Sociedad Interamericana
de Prensa) o por
medio de otros arreglos. La progresión en
América latina en relación
con Estados Unidos es muy positiva, pero hay un
aspecto que me
preocupa y que América latina debe resolver, y
es que todas la
comunicaciones de América latina a Europa, a
Asia, se hacen a través
de Estados Unidos, donde son interceptadas por
la agencia de seguridad
nacional. Aun un porcentaje importante de las
comunicaciones entre
países latinoamericanos rebotan en Estados
Unidos y vuelven a la
región. Esto abarca a las grandes empresas
telefónicas, a los grandes
proveedores de Internet, a las transferencias en
dólares. Es un tema
serio de soberanía para América latina. También
vemos problemas serios
con los medios en América latina. Esa caricatura
de los medios
latinoamericanos que son muy cercanos a una
familia, o a un partido
político, en general es correcta. La
interferencia en la última
elección en Perú fue muy seria (Ollanta Humala
ganó a pesar de una
fuerte campaña negativa del diario El Comercio).
Como región, América
latina fue la más exitosa en la difusión de los
cable diplomáticos,
con la posible excepción de Medio Oriente, que
vivía una situación
especial. Mejor que Europa, y mucho mejor que Africa,
Asia y también
Estados Unidos. Creo que eso habla bien de
América latina. Europa se
vio afectada por sus relaciones con la OTAN, obviamente Estados
Unidos
también. En Africa la infraestructura era
demasiado pobre y quizás
estos países también se preocupaban por su
relación con Estados
Unidos, no porque fueran fuertes aliados como
los países de la OTAN,
sino porque eran países pequeños y no tenían
organismos regionales
fuertes que los protegieran, mientras que en
América latina, si bien
los países pueden ser pequeños, están insertos
en organismos
regionales que los protegen. China suprimió los
cables completamente y
en las ex repúblicas soviéticas la reacción fue
mixta.
–Volviendo a la región...
–Ecuador fue especial. El gobierno ecuatoriano
nos pidió que
publiquemos todos los cables sobre Ecuador. Nos
pidieron, querían que
publiquemos todo. Hubo otro país caribeño, creo
que Jamaica, que
también nos pidió que publiquemos todos los
cables.
–¿Y Argentina? ¿Qué sabe de Argentina?
–La embajadora argentina (Alicia Castro) vino
acá para apoyarme.
–Alguna gente en la Argentina se puso
contenta cuando usted, en el
discurso que dio en el balcón, mencionó al país
dos veces.
–Sí, la repetí por un error en el cortado y
pegado de ese párrafo de
mi discurso, así que dejé afuera a otros países
que pensaba mencionar,
pero obviamente Argentina estaba cerca de mi
corazón en ese momento,
por eso la mencioné dos veces, lo cual no es
sorprendente porque en
este tema del asilo, Argentina me ha apoyado
mucho y la embajadora
argentina en Londres, que es una mujer muy
carismática, vino a
demostrarme su apoyo. Quiero decir, estoy al
tanto de algunas cosas
que han pasado con Cristina y el gobierno de
Argentina, pero no tengo
opiniones particulares sobre el país. Pero sí
aprecio su independencia
en el tema del asilo. Hay una cosa (de la) que
nosotros, en Wikileaks,
hemos recibido varias quejas, y tiene que ver
con el programa
biométrico (de impresión de documentos) en
Argentina.
–¿Tiene que ver con que hay que aportar demasiados
datos? Sé que una
parte de la comunidad de hackers argentinos se
opone.
–Es una transferencia de datos desde los
individuos a una organización
que es mucho más poderosa que ellos. Entiendo la
seriedad de los
carteles narco en América latina. Es un tema
serio y no lo subestimo.
–Nosotros lo vemos como una solución que permite
atravesar los
aeropuertos más rápido, haciendo menos trámites.
¿Es una mirada
demasiado ingenua?
–Sí. La tecnología casi nunca es neutral. Y cada
individuo es conocido
por el Estado, y todos sus amigos también, y
puede ser rastreado con
exactitud, como resultado de las comunicaciones.
Entonces, cuando el
Estado se vuelve malo, los individuos no tienen
dónde esconderse. En
una filtración que hicimos a principios de año
mostramos que hay 175
agencias de Inteligencia que les proveen equipos
espía a diferentes
gobiernos para intercepciones masivas en
Internet. Entonces, por
ejemplo, con solo diez millones de dólares por
año se puede comprar un
equipo de Dastec en Sudáfrica para grabar todas
las llamadas
telefónicas de un país mediano. Todas las
llamadas telefónicas. Ese es
el nuevo patrón tecnológico. Ya no se trata de
elegir a un activista
en particular para seguir sus llamadas. Ahora se
interceptan correos
electrónicos y llamadas de poblaciones enteras y
se almacenan de forma
permanente porque es mucho más barato tener
archivos permanentes de
poblaciones enteras que seguir a ciertos
individuos. Mejor que todos
sean el blanco y no tener que gastar en
discriminar. Más adelante,
cuando te interesás por una persona, podés ir al
archivo permanente y
rastrear los datos de esa persona y encontrarlo
fácilmente y seguir su
rastro. Hay programas que pueden ser buenos para
combatir la
criminalidad, pero hay que recordar que son los
gobiernos los que
definen los crímenes. Tenemos presuntas fuentes
en prisión. Jeremy
Hammond está preso en Nueva York. Ellos dicen
que su crimen es haber
copiado datos de la agencia privada Stratford y
habernos pasado esa
información. Es un prisionero político. Doscientos
días encarcelado
sin ser juzgado. No hay dudas de que él copió
información. Se lo acusa
del acto político de copiar información de una
agencia de
inteligencia, pero no lo acusan de hacer pasar
vergüenza a una
compañía poderosa e influyente. Se lo acusa de
hackear computadoras.
Del mismo modo a Bradley Manning (presunto
filtrador de los cables
diplomáticos, preso en Virginia) no se lo acusa
de poner al
descubierto crímenes de guerra, se lo acusa de
comunicar al enemigo al
hacer que la información sea pública. Entonces
los Estados y las
personas influyentes dentro de ellos definen
como criminal una
actividad que todos realizamos, que es copiar
información, y aplican
esa interpretación criminal a la gente que les
hace pasar vergüenza.
(Un asistente insiste en terminar la entrevista,
que lleva hora y
media por encima del tiempo pautado.)
–¿Algo más?
–Solo que el consejo y el apoyo de Argentina es
muy importante para
mí, porque Argentina tiene experiencia
confrontando con el Reino
Unido.