La noticia de la agencia dice que “banqueros y empresarios bolivianos elogiaron con efusividad la “inédita operación”, pero esa efusividad no es contagiosa, porque se trata de una operación que interesa a los banqueros. Hablamos de la noticia que señala que “El gobierno de Evo oferta bonos soberanos en Wall Street y contrata a Goldman Sachs y Merrill Lynch como asesores”. Expliquemos por qué no nos pone emocionados ni “efusivos”.
Primero, porque no es realmente la primera vez
que Bolivia emite bonos soberanos. Bolivia ofertó bonos soberanos por primera
vez hace casi un siglo para captar recursos destinados a la construcción de ferrocarriles.
En ese primer negocio con el capitalismo financiero, el gobierno “liberal”
boliviano captó cuatro millones de libras
esterlinas. En 1988, el gobierno “neoliberal” de
Víctor Paz Estensoro colocó por segunda vez bonos estatales, en el marco del
plan de estabilización macroeconómico dictado por el Fondo Monetario Internacional
y el Banco Mundial.
Descartado, entonces lo de “inédita operación”.
Sigamos: No vamos a ensañarnos con el oco
prestigio y la injustificable solemnidad de los grandes bancos y grandes
corporaciones financiera, porque hace años que están dando tumbos. Pero
concretémonos a los mencionados en la “inédita operación”:
En medio de la crisis financiera de Estados
Unidos del 2008 y ante la posibilidad de afrontar la bancarrota, el 21 de
septiembre de 2008, Goldman Sachs recibió autorización de la Reserva Federal
para dejar de ser un banco de inversión y convertirse en un banco comercial. Al
día siguiente junto con el otro más grande banco de inversión, Morgan
Stanley, Goldman Sachs confirmó que había
llegado a su fin la era de los grandes bancos de inversión de Wall Street. Poco
después, el 16 de abril de 2010 la
Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (U.S.
Securities and Exchange
Commission-SEC) acusó a Goldman Sachs de fraude
por las hipotecas subprime. La SEC
consideró que está en el centro del fraude Fabrice Tourre, vicepresidente de
Goldman
En noticias aún más recientes, se considera a
Goldman Sachs uno de los actores principales en la ocultación del déficit de la
deuda griega. Y no creemos que los problemas griegos tengan ninguna razón para
poner “efusivos” a banqueros bolivianos.
De Merrill Lynch su prontuario es menos
abultado. Pero existe: es una compañía estadounidense, que a través de sus
subsidiarias y afiliadas, ofrece servicios en el mercado de capitales,
inversiones bancarias, asesoría consultiva, gestión de capital, gestión de
activos, seguros y servicios de banca. Fue fundada en el año 1914 por Charles
E. Merrill y Edmund C. Lynch y adquirida por el Banco de América por 44.000
millones de dólares en septiembre de 2008 para
salvarla de la crisis de las hipotecas subprime.
Ahora Merrill Lynch opera en más de 40 países
alrededor del mundo y para efusividad de algunos bolivianos (pocos, felizmente)
desde hace unos días también maneja los “Bonos Soberanos” del Estado Plurinacional
de Bolivia. En conclusión: no se trata de nada “inédito” ni mucho menos de algo
que despierte “efusividad”. Por lo menos en
nosotros no.