DE JUAN DOMINGO PERÓN EN 1946”
Entrevista radial de Mariano Gil a Marcelo Gullo

En nuestro programa de radio dialogamos
con Marcelo Gullo, quién en
1981, comenzó su militancia política contra la
dictadura militar que,
desde 1976 había usurpado el poder.
Licenciado en Ciencia Política
por la Universidad Nacional
de Rosario, graduado en Estudios
Internacionales por la Escuela Diplomática
de Madrid, Máster en
Relaciones Internacionales por el Institut
Universitaire de Hautes
Études Internationales de la Universidad de Ginebra
y Doctor en
Ciencia Política por la Universidad del
Salvador Es además integrante
del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico
Argentino e
Iberoamericano Manuel Dorrego. Marcelo Gullo es
el creador de la
Teoría de la Insubordinación
Fundante.
¿Cuál es el significado para América latina de esta nueva y
contundente victoria de Hugo Chávez el 7 de
octubre?
Este triunfo de Chávez es, sin ningún lugar a
dudas, para los pueblos
de Nuestra América, el triunfo más importante
jamás obtenido, en una
elección democrática, desde febrero de 1946, por
lo que se jugaba en
Venezuela y por lo que implicaba para toda la América del Sur. Este
triunfo es solo comparable a la elección de Juan
Domingo Perón en 1946
porque, en ambas ocasiones, como nunca antes en
la historia, se puso
en marcha una coalición imperialista tendiente a
impedir la victoria
popular. En aquel glorioso año de 1946 en
Argentina, el embajador
Spruille Braden de los Estados Unidos de
Norteamérica había organizado
una poderosísima coalición internacional en
contra del Coronel Juan
Domingo Perón, porque intuía que, con el triunfo
del Coronel del
Pueblo se iniciaba, en la Argentina, una
Insubordinación Fundante que
podía expandirse como reguero de pólvora a toda la América Latina.
Y
, Braden, entonces, consciente del peligro,
organizó y financió a toda
la oposición al Coronel del Pueblo. Y ahora, los
Estados Unidos,
reeditando la intervención de Braden en la Argentina en la década
de
1940, organizó una coalición internacional, con
un aparato
propagandístico enorme, para derrotar a Hugo
Chávez, que representa y
encarna el proyecto revolucionario más
importante que tiene hoy la
América latina. Chávez es el último gran caudillo
popular de la
América española. Estados Unidos jugó todas sus fichas para
la derrota
de Chávez y, de ahí, la trascendencia de la
victoria de Chávez.
Hasta es similar el nombre bajo el cual se ha
unido la oposición: la
Unión Democrática en la Argentina de 1946 y la Mesa de la Unidad
Democrática en la Venezuela de hoy.
Son básicamente lo mismo. Y es, prácticamente lo
mismo Perón que
Chávez por eso Chávez le dedica este triunfo a
Perón. Cada vez que
Chávez se refiere a Perón dice: “mi General”. Y
, Chávez, minutos
después de la victoria grito fuerte -para que se
escuchara desde el
Río Grande hasta la Tierra del Fuego-“ este
triunfo se lo dedico a mi
General Perón”. El gobierno de Chávez, como lo
fue el gobierno de
Perón, es un gobierno revolucionario es decir un
gobierno nacional
sin concesiones al imperialismos. En Venezuela
no hay medias tintas,
ahí no hay “esto no se puede porque no tenemos
correlación de
fuerzas”. Ahí hay una Revolución Nacional en
marcha sin concesión
alguna al imperialismo.
Usted en uno de sus libros plantea el concepto o
la idea de
“Insubordinación Fundante”, queríamos saber de
qué se trata ese
concepto y en qué etapa estamos en América
latina.
Cuando nosotros hablamos de “Insubordinación
Fundante”, lo que estamos
diciendo es que el análisis objetivo de la
historia nos hace ver que
todos los procesos emancipatorios exitosos son
el resultado de una
adecuada combinación de una insubordinación
ideológica contra el orden
ideológico establecido por las potencias
hegemónicas, más un adecuado
impulso estatal que lleva a los recursos del
Estado que están en
potencia al acto. Es la única manera que tienen
los pueblos y naciones
periféricas de pasar de ser objetos pasivos de
la historia a sujetos
constructores de la historia. Siempre una
Insubordinación Fundante es
precedida de una insubordinación ideológica, es
decir de un rechazo
total al orden ideológico establecido que, en
los tiempos que nos toca
vivir es el orden económico e ideológico del
neoliberalismo.
¿Cree que se está dando en su opinión este
proceso de Insubordinación
Fundante en América latina?
El proceso no se está dando pero, estamos
asistiendo, por primera vez
desde 1945, a la posibilidad de que se dé.
Decir que se está dando
esto sería mentir porque el aparato financiero
internacional no ha
sido, ni siquiera, tocado con el pétalo de un
rosa, ni siquiera se lo
ha acariciado. Sería mentir pues nuestros Andes
están siendo saqueados
por compañías inglesas disfrazadas de
canadienses o sudafricanas.
Sería mentir porque los puertos de la Argentina son
absolutamente
privados. Puertos por donde se fuga la mitad de
la producción de soja
del país porque nadie los controla, porque
pertenecen a las cinco
grandes cerealeras del mundo, las famosas y
poderosas “Cinco Grandes
Hermanas”. Es decir, estamos a las puertas de la
posibilidad de
iniciar un proceso de Insubordinación Fundante.
Esto implica un estar
atentos del pueblo argentino para impulsar la
historia hacia ese
sendero, hacia el sendero de nuestra definitiva
independencia. Los
tiempos por venir dirán si nosotros empujamos la
historia hacia ese
lugar, que es el lugar que nos corresponde,
porque una Insubordinación
Fundante implica la justicia social, la
independencia económica y la
soberanía política, o si finalmente
retrocederemos. Esto está por
verse, es una historia por escribir, no está
decidida todavía.
En ese sentido, en estos próximos seis años de
gobierno de Hugo
Chávez, ¿cuáles son las medidas a tomar en pos
de construir este
proceso de Insubordinación Fundante?
Ahora Chávez tiene que acertar en la segunda
fórmula de lo que es una
Insubordinación Fundante, es decir un adecuado
impulso estatal. Es
decir, si no se elimina la corrupción
generalizada, si no hay una
conducción eficiente del Estado, si no se
concibe una estrategia
exitosa y realista, de industrialización y
puesta en valor de todos
los enormes recursos que Venezuela posea desde
la agricultura a la
minería, el proceso fracasa. Quiero decir con
esto que Venezuela, por
ejemplo, es hoy un importador neto de alimentos,
cuando Venezuela
tiene una llanura extraordinaria que podría
producir una enorme
cantidad de alimentos para su pueblo y el mundo.
Venezuela es un país
que comete hoy el error de tener petróleo y
destilarlo fuera de su
territorio, tiene seis destilerías en Estados
Unidos. Exporta petróleo
crudo, no exporta plástico, no exporta
fertilizantes. Venezuela tiene
que pasar a la etapa de industrialización del
petróleo. Hay que dejar
atrás la etapa de simple exportador de
materias primas sin
industrializar. Hay que pasar a la etapa de la
industrialización de
Venezuela. Yo creo que el comandante Chávez se
va a decidir por este
camino definitivamente, y que está en este
camino, pero, dependerá,
también, de que todos lo acompañen, porque un
proceso de
Insubordinación Fundante no lo hace un hombre,
lo hace un hombre
acompañado de su pueblo con una enorme cantidad
de cuadros
incorruptibles que deben ser eficientes en la
tarea de organizar esa
insubordinación, eficientes para poder levantar
una fábrica,
eficientes para controlar las empresas del
Estado y para poder
producir un verdadero proceso de cambio
estructural.
¿Considera que las elecciones en Estados Unidos
podrían influir de
alguna manera en este proceso, o los dos
candidatos representan más o
menos la misma metodología con respecto a
América latina?
Los sectores académicos en Argentina siempre
tienden a tratar de
decirnos “nos convienen más los republicanos,
nos convienen más los
demócratas”, depende de las orientaciones
ideológicas de quien lo
diga. La verdad es que para nuestros destinos
como nación
Indohispánica son simplemente sutilezas quién
gane. Porque cualquiera
de los dos partidos que gane se opone realmente
a nuestra
independencia económica y a nuestra soberanía
política. Claro, si el
que está gobernando acá no hace nada realmente
para la liberación de
su pueblo entonces puede apoyarse más en uno o
en otro, pero, cuando
un dirigente se encamina a un proceso de
liberación nacional es
satanizado por cualquiera de los dos partidos
que gobierne los Estados
Unidos.
Por último, con respecto a nuestro país, ¿cómo evalúa
el proceso
político actual?
Nosotros estamos, como dije antes, a las
puertas. Hay que decidir qué
camino se quiere tomar definitivamente. Acá no
caben más medias
tintas, hay que definir qué camino se toma, y
eso no está decidido
todavía en Argentina. Depende del camino que se
quiera tomar. Entonces
cuando nos decidamos por el camino de la
Insubordinación Fundante
habrá que atacar, por ejemplo, el problema de
las leyes que rigen al
sistema financiero. Realizar una nueva ley
financiera. No puede ser
que la Argentina se rija por una ley financiera creada
por el monstruo
de Alfredo Martínez de Hoz durante la dictadura
militar. Hay que pasar
del discurso a los hechos. Acá está la historia
por escribirse, para
decidir si nosotros profundizamos el proceso y
vamos a un proceso
auténtico de liberación nacional, nos
conformamos con el status quo, o
retrocedemos. Esas serían las tres variables.
Eso lo tiene que decidir
el pueblo argentino.