HUGO CHAVEZ:
“FIGURA MAGISTRAL” PARA AMERICA LATINA

Por:
Eduardo Paz Rada

Publicado el 01/12/2012

La dimensión histórica que ha adquirido el presidente de Venezuela Coronel Hugo Chavez es calificada como de “figura magistral” por el sociólogo estadounidense James Petras, tomando en cuenta el rol político que ha tenido en la última década con su liderazgo en el proceso de transformaciones en Venezuela, sus iniciativas de impulsar la unidad de América Latina y el Caribe y su esfuerzo por reflexionar los alcances de una propuesta socialista propia desde la propia realidad indoamericana.

 

El haber conseguido que emerja el espíritu de integración de los pueblos de Nuestra América, la apertura al diálogo abierto entre nuestros gobernantes, incluida la transmisión en directo por televisión de los debates en las cumbres presidenciales, y la implementación de acciones para despertar una conciencia de dignidad frente a la dominación imperialista no son poco sustanciales si se toma en cuenta el impacto de la intervención ejercitada sobre Latinoamérica y el Caribe durante las últimas décadas del pasado siglo.

 

El neoliberalismo, hijo del capitalismo salvaje, se impuso en nuestros países de manera brutal con la aplicación de políticas económicas diseñadas y ejecutadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), por el fomento de una democracia controlada desde las metrópolis a través de las “internacionales” católicas, demócratas, socialdemócratas, las fundaciones norteamericanas y ONGs de diversa índole y unas Fuerzas Armadas marcadas por el sello del sometimiento al poder imperial.

 

Como señala el economista egipcio Samir Amin, los círculos de la explotación y dominación en el Tercer Mundo tuvieron en las grandes corporaciones transnacionales industriales y financieras del capitalismo monopólico, los gobiernos de las potencias capitalistas de Estados Unidos, Europa y Japón, los poderosos medios de comunicación controlados desde las metrópolis, las ONGs, Fundaciones y organismos de cooperación y los gobiernos de los países oprimidos, la cadena de control efectivo en función de sus intereses.

 

La praxis de Hugo Chavez enfrentó directamente esta estructura de poder y aprovechó la dimensión e importancia estratégica del petróleo venezolano para ejercer un papel activo y descollante en el panorama mundial induciendo a los gobiernos de América Latina y el Caribe y a los del Tercer Mundo a tomar posiciones de defensa nacionalista de la soberanía y la autodeterminación.

 

La formación del Movimiento Bolivariano Revolucionario en 1982, del cual el militar Chavez forma parte, es el anuncio de la perspectiva que tomará más adelante, para luego tener protagonismo en el golpe de 1992, después del Caracazo de 1989, contra el bipartidismo tradicional venezolano. En varias oportunidades, Chavez manifestó que parte de su formación y compromiso surgieron de la experiencia de los militares nacionalistas peruanos encabezados por Edgardo Mercado Jarrin y Juan Velasco Alvarado y del panameño Omar Torrijos en los años setenta y también de los ideales unificadores del argentino Juan Domingo Perón.

 

Sin embargo su mayor fuente de inspiración y acción es la vida, el pensamiento y los ideales de Simón Bolivar, el Libertador, no solamente por haber conseguido la emancipación de los pueblos americanos, junto a San Martin, Sucre, Artigas, OHiggins y Morazan, del colonialismo español en el siglo XIX, sino por haber dejado la semilla de la integración y unidad de América Latina y el Caribe.

 

Una vez elegido presidente de Venezuela en 1999, impulsó la Asamblea Constituyente que parió la Republica Bolivariana de Venezuela y determinó avanzar en el proyecto de la unidad de América Latina y el Caribe con la formación de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), junto a Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, luego en coordinación con otros jefes de Estado, con la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), formada por todos los países del subcontinente, y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

 

En el marco de la hegemonía norteamericana y europea, su política internacional de independencia y soberanía se manifestó en la ampliación de relaciones con otros países y pueblos del Tercer Mundo, como Irán y Libia o con las emergentes potencias mundiales como China, Rusia e India, rompiendo el cerco construido por Estados Unidos y Europa.

 

Su insistencia y tenacidad no solamente provocó el malestar en sus enemigos políticos e ideológicos a nivel internacional, sino y fundamentalmente movió la conciencia latinoamericana en lideres como Lula Da Silva, Ernesto Kirschner, Evo Morales, Daniel Ortega y Rafael Correa y de los pueblos de Nuestra América para impulsar el acercamiento continental y difundir los principios bolivarianos de la Patria Grande.

 

La crisis capitalista que se fue ahondando en los últimos años permitió reafirmar sus posiciones y en varios círculos se avanzó en la discusión de las perspectivas de un Socialismo del Siglo Veintiuno como proyecto a ser construido con la acción directa de los pueblos y las experiencias de los mismos en Nuestra América se convirtieron en referencia mundial.

 

Volviendo a Samir Amin, se puede afirmar que en este contexto se presentan indicios de la “desconexión” de las poderosas redes del capitalismo monopólico o imperialismo para poder avanzar en la reconstrucción de nuevos paradigmas y proyectos de construcción de sociedad humana y, en el caso de América Latina, de importantes avances en la autodeterminación e emancipación con el horizonte de la formación de la Patria Grande.

 

La figura magistral de Hugo Chavez, hoy enfrentando un desafío de salud, marca un nuevo hito en la historia libertaria de nuestros pueblos.