INDUSTRIALIZADOR DE BOLIVIA

El investigador Pablo Villegas, del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), considera que la implementación de planta de urea y amoniaco de Bulo Bulo se da demasiado tarde, y que su ubicación (entre otras cosas) tornará menos competitiva a su producción, más aun considerando que ahora hay una oleada de plantas de fertilizantes, urea incluida, en países vecinos.
El año pasado, el Vicepresidente Nacional de Operaciones de YPFB, Jorge Márquez, afirmó que el crecimiento del agro-negocio en Brasil seguirá dependiendo en un 70% de fertilizantes nitrogenados, lo que significa “un alto potencial de consumo” de los fertilizantes que se producirán en la planta de Bulo Bulo, el primer emprendimiento industrializador del gas en Bolivia.
Asimismo,
Márquez señaló que en 2012 Petrobras solamente pudo proveer 1,2 millones de
Toneladas de urea, de las 4,5 millones que Brasil necesitó en total. La
autoridad enfatizó que incluso si la Planta Tres Lagoas lograse incrementar su
“costosa producción, no podrá cubrir la demanda por la ampliación de nuevas
áreas de cultivos y requerimientos de fertilizantes” del creciente agro-negocio
brasilero.
Sin embargo, según datos oficiales de Petrobras, 5.900 millones de dólares
serán destinados al proceso de conversión del gas natural en urea, amoníaco,
metanol y otros productos necesarios para la producción de fertilizantes,
precisamente en las petroquímicas de Uberaba y Tres Lagoas.
Según informa Pablo Villegas, la empresa VALE S.A. también participará, junto a Petrobras en proyectos de fertilizantes fosfatados, lo que tornarán a Brasil en autosuficiente.
Asimismo, “la empresa VALE invertirá también en fertilizantes en Argentina, Perú, Mozambique y Canadá. Esto es parte de una ola de proyectos de plantas de fertilizantes, urea incluida, en países vecinos y es improbable que la urea que importa Sudamérica se retire sin pelear por su mercado”, advierte Villegas.
Por
su parte, un reporte del banco multinacional holandés Rabobank, señala que el
2015 habrá una sobreoferta de urea, en parte debido a que los países
importadores más grandes se están volviendo autosuficientes, entre ellos
Brasil.
El investigador del CEDIB considera que “Esto llevará naturalmente a la baja de
precios y a la lucha por mercados y serán decisivos los costos más bajos de
producción y dudamos que sean los de Bulo Bulo”.
Esta preocupación se debe a que, si la explotación de gas esquisto se consolida y extiende a nivel mundial y regional, los precios del gas (la materia prima para estos fertilizantes) podría bajar considerablemente, afectando “también a Bolivia, a su proyecto de urea y a toda su economía excluyente de la industrialización y basada en la exportación de gas y en general de materias primas”, señala Villegas.
¿Muy tarde y mal hecho?
Para el investigador del CEDIB, “la razón que llevó al gobierno a lanzar Bulo Bulo ahora, muchos años después de tener los proyectos listos, no puede ser sino electoral, pero el daño a la industrialización ya ha sido causado y la problemática de la petroquímica para el país se ha vuelto más compleja”.
Saúl
Escalera, exgerente de la
Gerencia Nacional de Industrialización (GNI) de YPFB, fue
también el principal proyectista del complejo petroquímico de urea y amoniaco.
La exautoridad reveló que originalmente, la planta de Bulo Bulo era sólo uno de
tres proyectos. Los otros dos, también de urea y amoniaco, debían instalarse
cerca de las fronteras con Argentina y Brasil, en Villa Montes y Puerto Suárez,
lo que iba a facilitar su exportación.
Sin embargo, según Escalera, estos proyectos fueron ignorados por el gobierno entre 2007 y 2009, época en que ya estaban listos los estudios. Ello permitió que Brasil construya sus plantas de urea-amoniaco de Tres Lagoas y Uberaba, con una inversión de 5.900 millones de dólares, las que funcionarán exclusivamente con el gas boliviano rico en licuables que se sigue enviando al vecino país.
Según la Fundación Milenio, esas inversiones le permitirían a Brasil prescindir de las importaciones de amoniaco desde el año 2015 o 2016 (actualmente Brasil importa el 53 por ciento del amoníaco que consume) “y para el año 2020 tiene planeado reducir su dependencia de urea importada al 22 por ciento”.
En
cambio, Escalera considera que en realidad Brasil está en capacidad de comprar
toda la producción boliviana de 10 plantas de urea, incluyendo la producción de
urea en Bulo-Bulo.
El experto respalda esta afirmación citando una nota de Business News Américas
del 24 de enero de 2013 y reproducida por Plataforma Energética, en la que se
informa que “Brasil consumió un volumen récord de 29,5 millones de toneladas
(TM) de fertilizantes el 2012, según un informe de RC Consultores citado en
Valor Económico, mientras los agricultores brasileños invierten en nuevas
tierras y buscan elevar la producción, especialmente de soya”.
Por lo tanto, Escalera advierte que “perder el mercado de urea brasilero sería el mayor error cometido por los ejecutivos del Ministerio de Energía e Hidrocarburos, YPFB y la EBIH, y que puede calificarse como miopía extrema que no aceptará excusas de ninguna naturaleza”.
Por
su parte, en repetidas ocasiones, el ex ministro de Hidrocarburos de Evo
Morales, Andrés Soliz Rada, planteó que Bolivia exija ser socia de las
petroquímicas de Uberaba y Trés Lagoas, así como de la termoeléctrica de Cuiabá
(que ya funciona con gas boliviano a través del célebre contrato
interrumpible), como parte de las condiciones para extender el contrato de
venta de gas a Brasil después de 2019.
Pese a ubicación el 80% de la producción se exportará
Según
información oficial de YPFB, el primer emprendimiento industrializador del gas
en Bolivia, permitirá generar aproximadamente 340 millones de dólares
anuales como ingreso bruto durante los 20 años de vida útil que se estima
tendrá este proyecto.
El presidente de YPFB Corporación, Carlos Villegas, informó el año pasado que
el mercado interno consumirá hasta un 20 por ciento de la producción. El
restante 80 por ciento se exportará a los mercados de Brasil y Argentina, que
según Villegas, equivaldrá a 604.800 Toneladas métricas anuales (TMA) de urea y
345.600 TMA de amoniaco respectivamente.
El otro Villegas, Pablo (Cedib), se muestra preocupado por el hecho de que se
haya decidido ubicar ésta planta en el medio de Bolivia, cuando el principal
destino de su producción será la exportación, puesto que el transporte podría
incrementar el precio final de los productos haciéndolos menos competitivos
ante la oleada de plantas de fertilizantes en la región.
De todas formas, el efecto que podría tener el 20 por ciento que se consumirá dentro de Bolivia puede ser importante. Según datos de la Fundación Milenio, permitiría al sector agropecuario y agroindustrial boliviano ampliar el área de cultivo de 2.9 a 105 millones de hectáreas, incrementando así la rentabilidad de los cultivos hasta en un 40 por ciento por hectárea.
Este
aspecto es resaltado por YPFB, cuyo presidente afirma que “la producción de
urea ayudará a mejorar la productividad del sector agrícola en Bolivia,
promoverá el desarrollo de las regiones y contribuirá a la seguridad
alimentaria. Además, el uso de fertilizantes permitirá ampliar la frontera
agrícola del país”.
Asimismo, Escalera considera que la planta de Bulo Bulo “no estará en jaque”
porque además del mercado interno se puede exportar también “a Peru y/o Chile”.
La construcción y puesta en marcha de esta obra fue adjudicada a la empresa
coreana Samsung Engineering, en un contrato por 843.9 millones de dólares,
calificado como el monto de inversión más importante en la historia económica
de Bolivia, tanto pública como privada.
Según YPFB, con tecnología norteamericana (KBR) y japonesa (Toyo), a partir del año 2015 se producirán en el país 432,000 toneladas métricas año (TMA) de amoniaco y 756,000 TMA de urea Se estima que la planta tendrá una capacidad de producción de 2.100 toneladas métricas por día o 700 mil toneladas métricas por año de urea granulada.