CUESTIONAN VIABILIDAD DEL PRIMER PROYECTO
INDUSTRIALIZADOR DE BOLIVIA

Por:
Alejandro Zegada

Publicado el 01/03/2014

El investigador Pablo Villegas, del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), considera que la implementación de planta de urea y amoniaco de Bulo Bulo se da demasiado tarde, y que su ubicación (entre otras cosas) tornará menos competitiva a su producción, más aun considerando que ahora hay una oleada de plantas de fertilizantes, urea incluida, en países vecinos.

El año pasado, el Vicepresidente Nacional de Operaciones de YPFB, Jorge Márquez, afirmó que el crecimiento del agro-negocio en Brasil seguirá dependiendo en un 70% de fertilizantes nitrogenados, lo que significa “un alto potencial de consumo” de los fertilizantes que se producirán en la planta de Bulo Bulo, el primer emprendimiento industrializador del gas en Bolivia.

Asimismo, Márquez señaló que en 2012 Petrobras solamente pudo proveer 1,2 millones de Toneladas de urea, de las 4,5 millones que Brasil necesitó en total. La autoridad enfatizó que incluso si la Planta Tres Lagoas lograse incrementar su “costosa producción, no podrá cubrir la demanda por la ampliación de nuevas áreas de cultivos y requerimientos de fertilizantes” del creciente agro-negocio brasilero.
Sin embargo, según datos oficiales de Petrobras, 5.900 millones de dólares serán destinados al proceso de conversión del gas natural en urea, amoníaco, metanol y otros productos necesarios para la producción de fertilizantes, precisamente en las petroquímicas de Uberaba y Tres Lagoas.

Según informa Pablo Villegas, la empresa VALE S.A. también participará, junto a Petrobras en proyectos de fertilizantes fosfatados, lo que tornarán a Brasil en autosuficiente.

Asimismo, “la empresa VALE  invertirá también en fertilizantes en Argentina, Perú, Mozambique y Canadá. Esto es parte de una ola de proyectos de plantas de fertilizantes, urea incluida, en países vecinos y es improbable que la urea que importa Sudamérica se retire sin pelear por su mercado”, advierte Villegas.

Por su parte, un reporte del banco multinacional holandés Rabobank, señala que el 2015 habrá una sobreoferta de urea, en parte debido a que los países importadores más grandes se están volviendo autosuficientes, entre ellos Brasil.
El investigador del CEDIB considera que “Esto llevará naturalmente a la baja de precios y a la lucha por mercados y serán decisivos los costos más bajos de producción y dudamos que sean los de Bulo Bulo”.

Esta preocupación se debe a que, si la explotación de gas esquisto se consolida y extiende a nivel mundial y regional, los precios del gas (la materia prima para estos fertilizantes) podría bajar considerablemente, afectando “también a Bolivia, a su proyecto de urea y a toda su economía excluyente de la industrialización y basada en la  exportación de gas y en general de materias primas”, señala Villegas.

¿Muy tarde y mal hecho?

Para el investigador del CEDIB, “la razón que llevó al gobierno a lanzar Bulo Bulo ahora, muchos años después de tener los proyectos listos, no puede ser sino electoral, pero el daño a la industrialización ya ha sido causado y la problemática de la petroquímica para el país se ha vuelto más compleja”.

Saúl Escalera, exgerente de la Gerencia Nacional de Industrialización (GNI) de YPFB, fue también el principal proyectista del complejo petroquímico de urea y amoniaco.
La exautoridad reveló que originalmente, la planta de Bulo Bulo era sólo uno de tres proyectos. Los otros dos, también de urea y amoniaco, debían instalarse cerca de las fronteras con Argentina y Brasil, en Villa Montes y Puerto Suárez, lo que iba a facilitar su exportación.

Sin embargo, según Escalera, estos proyectos fueron ignorados por el gobierno entre 2007 y 2009, época en que ya estaban listos los estudios. Ello permitió que Brasil construya sus plantas de urea-amoniaco de Tres Lagoas y Uberaba, con una inversión de 5.900 millones de dólares, las que funcionarán exclusivamente con el gas boliviano rico en licuables que se sigue enviando al vecino país.

Según la Fundación Milenio, esas inversiones le permitirían a Brasil prescindir de las importaciones de amoniaco desde el año 2015 o 2016 (actualmente Brasil importa el 53 por ciento del amoníaco que consume) “y para el año 2020 tiene planeado reducir su dependencia de urea importada al 22 por ciento”.

En cambio, Escalera considera que en realidad Brasil está en capacidad de comprar toda la producción boliviana de 10 plantas de urea, incluyendo la producción de urea en Bulo-Bulo.
El experto respalda esta afirmación citando una nota de Business News Américas del 24 de enero de 2013 y reproducida por Plataforma Energética, en la que se informa que “Brasil consumió un volumen récord de 29,5 millones de toneladas (TM) de fertilizantes el 2012, según un informe de RC Consultores citado en Valor Económico, mientras los agricultores brasileños invierten en nuevas tierras y buscan elevar la producción, especialmente de soya”.

Por lo tanto, Escalera advierte que “perder el mercado de urea brasilero sería el mayor error cometido por los ejecutivos del Ministerio de Energía e Hidrocarburos, YPFB y la EBIH, y que puede calificarse como miopía extrema que no aceptará excusas de ninguna naturaleza”.

Por su parte, en repetidas ocasiones, el ex ministro de Hidrocarburos de Evo Morales, Andrés Soliz Rada, planteó que Bolivia exija ser socia de las petroquímicas de Uberaba y Trés Lagoas, así como de la termoeléctrica de Cuiabá (que ya funciona con gas  boliviano a través del célebre contrato interrumpible), como parte de las condiciones para extender el contrato de venta de gas a Brasil después de 2019.

Pese a ubicación el 80% de la producción se exportará

Según información oficial de YPFB, el primer emprendimiento industrializador del gas en Bolivia,  permitirá generar aproximadamente 340 millones de dólares anuales como ingreso bruto durante los 20 años de vida útil que se estima tendrá este proyecto.
El presidente de YPFB Corporación, Carlos Villegas, informó el año pasado que el mercado interno consumirá hasta un 20 por ciento de la producción. El restante 80 por ciento se exportará a los mercados de Brasil y Argentina, que según Villegas, equivaldrá a 604.800 Toneladas métricas anuales (TMA) de urea y 345.600 TMA de amoniaco respectivamente.
El otro Villegas, Pablo (Cedib), se muestra preocupado por el hecho de que se haya decidido ubicar ésta planta en el medio de Bolivia, cuando el principal destino de su producción será la exportación, puesto que el transporte podría incrementar el precio final de los productos haciéndolos menos competitivos ante la oleada de plantas de fertilizantes en la región.

De todas formas, el efecto que podría tener el 20 por ciento que se consumirá dentro de Bolivia puede ser importante. Según datos de la Fundación Milenio, permitiría al sector agropecuario y agroindustrial boliviano ampliar el área de cultivo de 2.9 a 105 millones de hectáreas, incrementando así la rentabilidad de los cultivos hasta en un 40 por ciento por hectárea.

Este aspecto es resaltado por YPFB, cuyo presidente afirma que “la producción de urea ayudará a mejorar la productividad del sector agrícola en Bolivia, promoverá el desarrollo de las regiones y contribuirá a la seguridad alimentaria. Además, el uso de fertilizantes permitirá ampliar la frontera agrícola del país”.
Asimismo, Escalera considera que la planta de Bulo Bulo “no estará en jaque” porque además del mercado interno se puede exportar también “a Peru y/o Chile”.
La construcción y puesta en marcha de esta obra fue adjudicada a la empresa coreana Samsung Engineering, en un contrato por 843.9 millones de dólares, calificado como el monto de inversión más importante en la historia económica de Bolivia, tanto pública como privada.

Según YPFB, con tecnología norteamericana (KBR) y japonesa (Toyo), a partir del año 2015 se producirán en el país 432,000 toneladas métricas año (TMA) de amoniaco y 756,000 TMA de urea Se estima que la planta tendrá una capacidad de producción de 2.100 toneladas métricas por día o 700 mil toneladas métricas por año de urea granulada.