Comentábamos el sábado pasado algunos eventos que marcan la historia del mes de abril, tanto aquí como en otros países y, al hablar de historia, por asociación de ideas recordamos a quien fuera docente de “Historia Crítica de Bolivia” en la Universidad Mayor de San Andrés, el doctor Andrés Soliz Rada.
Soliz
es también recordado como periodista y como dirigente de organizaciones
sindicales de periodistas, no solamente en nuestro país, sino a nivel
latinoamericano y, por supuesto, por su labor política y legislativa, que es
extensa y de contenidos trascendentales.
Su estrecha amistad con Sergio Almaraz Paz marcó muchos de los actos de Andrés
Soliz que tienen que ver con los recursos naturales, principalmente con la
metalurgia así como con la más reciente nacionalización del petróleo, en la
cual fue actor principal como ministro del gobierno de Evo Morales.
En el perfil de Soliz Rada son indelebles, además de las influencias de Almaraz, la Conciencia de Patria, que para él no es un rótulo político, sino una permanente y consecuente actitud de vida, y el sentimiento de Patria Grande con el cual está íntimamente identificado.
Entre
sus aportes a la política boliviana está el tenaz trabajo de décadas para
convertir en ley la investigación de fortunas, que ahora está vigente con el
nombre de Marcelo Quiroga Santa Cruz, otro de los bolivianos con profunda
conciencia de Patria.
La producción ideológica intelectual de este connotado periodista, abogado y
legislador no ha menguado y mantiene el vigor de sus tiempos de docente universitario
y de dirigente sindical y de congresista, además de su invalorable aporte, como
ministro, a la historia de este país.
Este
virtuoso caudal de aportes fue posible gracias al pensamiento crítico. Éste
consiste en “analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en
especial aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el
contexto de la vida cotidiana”.
Precisamente con ese pensamiento crítico, Andrés Soliz Rada nos entregó hace
unos días un análisis político que debe ser leído y estudiado con especial
cuidado, y que rebasa los límites estrechos de un espacio dedicado a los
editoriales periodísticos.
Quienes hemos conocido la trayectoria patriótica de Andrés Soliz Rada y hemos
sido testigos de su lucidez intelectual, tenemos en este reciente trabajo que
comentamos ahora una nueva muestra de lo que con voluntad y entereza se puede
lograr, también en la política, para recuperar su buen nombre y su respeto.
Por eso les invitamos a estudiar ese trabajo a través del link “EVO, ENTRE SANCHEZ DE LOZADA, MARINKOVIC Y FELIPE QUISPE” en la versión web de esta nota editorial.
Encontrarán allí esa visión crítica de la historia boliviana que tiene en Andrés Soliz Rada, uno de los mejores, sino el mejor de sus exponentes.
Es historia actual, que no podemos, no debemos dejar pasar sin conocerla a fondo, utilizando también nuestro propio pensamiento crítico.