Hay contradicciones en el Gobierno que son totalmente inexplicables, porque casi siempre se hace lo contrario a lo que se afirma y declara; estos son los casos, por ejemplo, de nuevos contratos -así sean temporalmente- de ventas de gas a la Argentina y al Brasil. Y es que, al margen de igual compromiso con la Argentina, se decidió firmar un acuerdo con Petrobras para la venta de 2,4 millones de metros cúbicos por día.

Mucho se habla sobre la urgencia de conocer, con la mayor exactitud, cuánto de reservas tenemos de carburante tan importante como es el gas y seguimos con simples cálculos de lo que podría ser y así se obra desde que se anunció la fallida cifra de más de 52 trillones de pies cúbicos y llegamos, muy difícilmente, a saber que no pasamos de los 9 trillones. Sin embargo de todo ello, y contra las previsiones de la misma Constitución, seguimos con el prurito de vender más gas a la Argentina y al Brasil y, en cambio, descuidamos la provisión a nuestra industria que precisa con urgencia de dicho energético para funcionar conforme a su capacidad instalada.

Una importante fábrica de cemento tiene paralizados hornos modernos por carencia de gas; está pendiente de simples promesas de que se le proveerá de gas y, sin embargo, no hay asomo de que se cumpla lo que debería ser prioritario para YPFB; proveer a la industria nacional y a todo lo que significa el desarrollo del país de tan importante combustible. ¿Qué es lo que pasa?

Empezando por el Presidente de la República, se sostiene a todo nivel la urgencia, la prioridad que debe tener la industria nacional, la necesidad de abastecer al transporte automotor del energético y, sin embargo, no hay gas para uso interno y hay para vender a otros países tan sólo por recaudar más divisas y se desestima la propia moneda en la que se hacen las transacciones internas.

Tanto a YPFB como a las empresas que explotan los yacimientos gasíferos del país, les conviene conocer qué reservas existen y no se da pasos para establecer realidades que son importantes no sólo para el Estado sino para el propio Gobierno que en la práctica no cumple con sus ofertas y compromisos de proveer de gas al país antes de priorizar las exportaciones.

Todos los países del mundo siempre han dado prioridad a lo interno, a lo propio, al crecimiento y desarrollo de sus industrias; esto es tabú en nuestro país porque así parece que conviene a las políticas económicas del Gobierno; vender a otros países lo que precisamos con urgencia internamente.

Es urgente que el Gobierno actúe conforme a las urgencias nacionales, especialmente cuando se trata de proveer de energéticos a la industria nacional para que pueda producir lo que precisamos nosotros y que, en casos, puede ser exportado con valor agregado, como es el caso del cemento; no debe haber complicaciones o complejos político-partidistas para no cumplir lo que la Carta Magna señala.