“LOS KIRCHNER CONCENTRAN EL PODER ECONOMICO"

Por:
DIARIO UNO

Publicado el 01/11/2008

Así lo manifestó el diputado nacional Claudio Lozano, asimismo dijo que el Gobierno puede repetir errores del pasado si aplica recetas que vienen de los ortodoxos. El diputado nacional porteño, Claudio Lozano, visitó la ciudad de Santa Fe para disertar sobre la concentración económica en el país. El dirigente de centro izquierda dijo que el gobierno de Cristina Fernández aún no encontró el camino para acortar la brecha de la “profunda desigualdad” que existe entre los argentinos. Además, se quejó del modelo económico implementado por el kirchnerismo y remarcó que los problemas del campo no están resueltos.

Pese al crecimiento de los últimos años seguimos teniendo casi 14 millones de personas en situación de pobreza y eso se explica con la creciente concentración.”

“Pese al crecimiento de los últimos años seguimos teniendo casi 14 millones de personas en situación de pobreza y eso se explica también con la creciente concentración. Si uno toma la cúpula empresarial de las primeras 500 firmas de la Argentina, el total de ventas en su conjunto allá por 1997 representaba no más del 30 por ciento del total del producto. Hoy, esa misma cúpula de empresas representa, aproximadamente, entre el 57 y el 60 por ciento del total del producto”, explicó el legislador de Buenos Aires Para Todos.

En tal sentido, agregó: “Los Kirchner profundizaron una lógica donde la Argentina termina siendo un país en el que muy pocas empresas, de muy pocos sectores, realizan ganancias extraordinarias a expensas del resto de las empresas y de la sociedad. Y eso define dos cuestiones: por un lado, la profunda desigualdad vigente, más allá de que se crezca; y por el otro lado, el debilitamiento del proceso de inversión”.

—Si se agotaron las condiciones que hicieron posible el crecimiento del país entre 2002 y 2007, ahora ¿cómo se sigue para continuar en esa senda?

—Así, vamos a volver a prácticas estratégicas de política económica más cercanas a la ortodoxia, en lugar de resolverlo por la vía de los cambios que la Argentina practica. De hecho, objetivamente, las últimas definiciones del Gobierno en esta materia: Club de París y volver a discutir con los holdouts (tenedores de bonos en default), no son más que una expresión de lo que es un deslizamiento peligroso hacia volver a transitar recetas que ya vivimos y que no dieron buenos resultados.

Cambiar los diagnosticadores
Así lo manifestó el diputado nacional Claudio Lozano, asimismo dijo que el Gobierno puede repetir errores del pasado si aplica recetas que vienen de los ortodoxos. El diputado nacional porteño, Claudio Lozano, visitó la ciudad de Santa Fe para disertar sobre la concentración económica en el país. El dirigente de centro izquierda dijo que el gobierno de Cristina Fernández aún no encontró el camino para acortar la brecha de la “profunda desigualdad” que existe entre los argentinos. Además, se quejó del modelo económico implementado por el kirchnerismo y remarcó que los problemas del campo no están resueltos.

Pese al crecimiento de los últimos años seguimos teniendo casi 14 millones de personas en situación de pobreza y eso se explica con la creciente concentración.”

“Pese al crecimiento de los últimos años seguimos teniendo casi 14 millones de personas en situación de pobreza y eso se explica también con la creciente concentración. Si uno toma la cúpula empresarial de las primeras 500 firmas de la Argentina, el total de ventas en su conjunto allá por 1997 representaba no más del 30 por ciento del total del producto. Hoy, esa misma cúpula de empresas representa, aproximadamente, entre el 57 y el 60 por ciento del total del producto”, explicó el legislador de Buenos Aires Para Todos.

En tal sentido, agregó: “Los Kirchner profundizaron una lógica donde la Argentina termina siendo un país en el que muy pocas empresas, de muy pocos sectores, realizan ganancias extraordinarias a expensas del resto de las empresas y de la sociedad. Y eso define dos cuestiones: por un lado, la profunda desigualdad vigente, más allá de que se crezca; y por el otro lado, el debilitamiento del proceso de inversión”.

—Si se agotaron las condiciones que hicieron posible el crecimiento del país entre 2002 y 2007, ahora ¿cómo se sigue para continuar en esa senda?

—Así, vamos a volver a prácticas estratégicas de política económica más cercanas a la ortodoxia, en lugar de resolverlo por la vía de los cambios que la Argentina practica. De hecho, objetivamente, las últimas definiciones del Gobierno en esta materia: Club de París y volver a discutir con los holdouts (tenedores de bonos en default), no son más que una expresión de lo que es un deslizamiento peligroso hacia volver a transitar recetas que ya vivimos y que no dieron buenos resultados.

Cambiar los diagnosticadores

—¿Usted cree que cada vez se tienen más en cuenta las recetas de economistas ortodoxos?

—Hay que recordar que se barajó la posibilidad de que Melconián fuera ministro de Economía, estuvo conversando con Kirchner para discutir ese tema y seguramente no sólo porque ambos son de Racing. Las definiciones que el Gobierno está tomando parten de un supuesto muy viejo que interpreta que si las relaciones con el sistema financiero internacional están bien, eso va a permitirle a la Argentina una lluvia de inversiones, financiamiento externo y demás, cuando en realidad eso en general es falso.

—¿Por qué descree de esa posibilidad que el Estado potencia?

—Porque no alcanza sólo con buenas relaciones con el exterior para que haya inversiones. En este caso particular, en el marco de una coyuntura mundial de recesión, con el grado de crisis financiera existente, la restricción de financiamiento con otros países es un dato de la realidad. Por lo tanto, el Gobierno en vez de preocuparse tanto por este tipo de cuestiones debiera aprovechar la crisis para encarar una estrategia que nos haga crecer en autonomía y capacidad para el desarrollo.

Para Lozano “hubiera sido mucho más importante o más interesante utilizar los 7.000 millones de dólares, con los que se va a pagar al Club De París, ponerlos como plataforma de lanzamiento de un proyecto productivo para la Argentina”.

—Entonces queda evidenciado que lo que falta es un proyecto.

—El proyecto que hay es mantener lo que está y en este sentido como la Argentina es un país productivamente deteriorado, que vivió un proceso de desindustrialización, de destrucción de sus eslabones de mayor valor agregado, lo que termina siendo es un modelo que coloca sus recursos primarios en el exterior o algunos commodities (cereales) de muy poca elaboración.

Como contrasentido, el legislador dijo que en la etapa de crecimiento económico surgieron “muchas pyme que concentraron los saltos de innovación y, sin embargo, el Gobierno en lugar de ayudarlas y fortalecerlas, sigue sosteniendo una orgía de subsidios del presupuesto público que favorecen a los sectores privados más concentrados”.

“Es decir, a las empresas que ya están en los lugares donde se realizan las ganancias los subsidios van para mantener lo que ya existe, no van para construir el patrón productivo que nosotros necesitaríamos para tener una Argentina capaz de integrar al país, capaz de generar empleo serio de mayor calidad, capaz de hacer posible una distribución del ingreso más justa”, manifestó Claudio Lozano.

En ese sentido, consideró que el kirchnerismo “no puso en marcha” esas transformaciones sino que se subió “a las mieles del crecimiento que surge como resultado de las condiciones que se abren a mediados de 2002, devaluación mediante, con crecimiento de la economía internacional, con ausencia de actividad económica y, por lo tanto, con capacidad ociosa disponible, estructura de transporte y de energía disponible”; elementos que hoy ya “no están más”.

—¿El crecimiento se estancó?, ¿no crece más el país?

—La fase de crecimiento fácil sin inversión no existe más en la Argentina y por lo tanto, los cañones deberían estar puestos allí en lugar de volver a la lógica de acordar sí o sí con el exterior para ver si llegan las inversiones. La verdad es que nunca fue la inversión externa la que resolvió el problema del país, en todo caso, como parte de un proceso de desarrollo, las inversiones en el exterior pueden ser el complemento de una estrategia que se basa en utilizar los recursos que nosotros generamos.

Favorecer a las cerealeras

Más allá de la necesidad inobjetable de proyectar un proceso de desarrollo a nivel nacional, no escapa a la realidad económica de la Argentina y a su capacidad productiva la dependencia que existe de los agronegocios. La intención de aplicar la resolución 125 de retenciones móviles fue presentada por el Ejecutivo nacional como un modelo redistributivo, pero Lozano tiene otra mirada.

El Gobierno nacional sigue sosteniendo una orgía de subsidios del presupuesto público que favorecen a los sectores privados más concentrados.”

“La resolución 125 fue parte de un proceso que se vivió desde octubre de 2007 en adelante, donde los sistemáticos incrementos de retenciones que realizaba el Estado se transformaron en un jugoso negocio para las cerealeras, que cobraban a los productores con la 125 por encima del 40 por ciento y les liquidaban al Estado entre el 20 y el 24 por ciento, entonces se quedaban con 20 puntos de diferencia”, manifestó el legislador y añadió: “En el caso de la soja eso implicó, aproximadamente, quedarse con dos mil millones de dólares”.

—¿Dice que nadie hizo nada en el Gobierno para revertir esa situación?

—Esto fue así porque el Estado argentino, a través de sus funcionarios y de su gobierno lo permitió. Se permitió que las empresas cerealeras declararan las exportaciones con antelación a que se cierre el registro de exportadores, esto lo permitió el secretario de Agricultura y Ganadería a pesar de que nosotros hicimos una denuncia en noviembre de 2007.

“El resultado fue que la ley que sacamos fue mutilada en el Senado de la mano de Roberto Urquía (legislador del PJ, dueño de un pool de soja que se distanció del Gobierno por el conflicto agropecuario) para que no pudiera tener el efecto que correspondía y lo poco que quedó de esa ley demoraron cinco meses en reglamentarla, para que las cerealeras pudieran hacer todo lo que quisieran”, dijo el diputado porteño.

Por último, expresó: “La 125 fue el mecanismo por el cual aquellas cerealeras que habían vendido a futuro la soja sin haberla comprado, necesitaban tener fijado el precio interno a los valores del año pasado y el único mecanismo que se los permitía era la resolución del Gobierno”.

Contra la 125

El legislador nacional Claudio Lozano justificó su voto negativo de la Resolución 125 en que la norma beneficiaba “no a la redistribución de los excedentes extraordinarios sino a los pooles de siembra y las multinacionales”.

“Este tema de que en un lugar estaban los sectores dominantes y los interesas antinacionales (el campo en general) y del otro lado estaba el pueblo, es una mentira absoluta porque los pequeños y medianos productores no son los sectores concentrados”, dijo.

Pocas inversiones internas y sólo dirigidas al consumo

El dato se desprende de estadísticas oficiales del Gobierno Nacional. En total, en el extranjero hay 120 mil millones de dólares de ciudadanos argentinos

“Los argentinos tienen depósitos por 120 mil millones de dólares en el exterior y eso es excedente generado en el país que está afuera. En el último año se fugaron 16 mil millones de dólares, hemos vuelto otra vez al proceso de fuga de capitales que había desaparecido en los últimos años”, dijo Claudio Lozano para graficar la falta de incentivos a la inversión de la actual administración nacional y casi como un correlato histórico que lleva a la práctica el Estado.

El legislador nacional estuvo en Santa Fe invitado por Apyme y brindó una conferencia sobre cómo resolver algunos de los inconvenientes que deben afrontar los pequeños y medianos productores para obtener créditos. Según el economista, la única forma de solucionar el problema de la falta de inversión es a través de “un Estado que regule de otra manera y que entienda que la concentración existe”.

“La regulación debe adaptarse a las condiciones que la concentración presenta, que no es solamente que algunas empresas controlen un mercado, sino que son grupos empresariales dominantemente extranjeros con inserción en varios mercados al mismo tiempo y fuertemente trasnacionalizados”, argumentó el diputado de Buenos Aires Para Todos en Proyecto Sur.

Asimismo, el dirigente indicó: “Si uno no regula eso, lo que termina pasando es que no se tiene control sobre adónde va la inversión y lo que pasa hoy es que después de cinco años de crecimiento, la inversión que nosotros tenemos es más baja de la que hubiéramos podido tener y de mala calidad”.

—¿Eso dónde se evidencia para que se pueda advertir en la práctica?

—La inversión se concentró casi en el 60 por ciento en ladrillos; ahora, la parte que tiene que ver con la ampliación de la capacidad productiva, con inversión en maquinarias y equipos, es absolutamente exigua. Entonces, a pesar de que crecimos económicamente, a la Argentina buena parte de los insumos de las maquinarias que necesita para producir las traen de afuera y lo poco que se produce acá, lo producen, dominantemente, empresas de capitales extranjeros; por lo tanto, la capacidad de decidir sobre nuestro futuro productivo, en ese tema de fondo, no creció nada.

Compras de alta gama

“Una de las características que tiene la sociedad argentina, y se habló en estos últimos tiempos, es la expansión del consumo y por lo tanto eso producía un calentamiento de la economía. Lo que no se dice es que la mitad del consumo de la sociedad argentina está sosteniendo a los sectores de ingresos medios altos y de altos ingresos”, manifestó el diputado porteño para remarcar la necesidad de hacer una reforma impositiva nacional.

“El aumento del consumo, en lo dominante, no depende del ingreso salarial. ¿Esto por qué es? Porque nosotros no tenemos una estrategia impositiva que capture los altos ingresos como corresponde. Nosotros tenemos en el Estado un esquema impositivo que favorece que las ganancias extraordinarias las capturen pocos y un sistema financiero que lo que financia es sólo créditos hipotecarios o prendas de autos para sectores de altos ingresos, entonces estamos orientando mal el destino de ese excedente para favorecer el desarrollo de la inversión”.

—¿Qué se necesitaría para revertir ese proceso que está desfinanciando al sistema productivo?

—Necesitaríamos un sistema financiero que pudiera captar rentas para ponerlas en función de financiar la capacidad productiva. Ahora, lo que hoy existe acá es que como los que consumen son los sectores de altos ingresos, se evidencian dos actores protagónicos del proceso de recuperación económica: el boom automotor y el boom inmobiliario.

Por último, Claudio Lozano indicó que el Gobierno debiera tener como horizontes imprescindible “poner en el centro del tablero la resolución de la desigualdad, y esto implica replantear el sistema de políticas públicas en el plano social, para que el Estado pueda transferir ingresos de manera universal y recuperar recursos naturales que hoy están privatizados”.

Una tercera fuerza a nivel nacional

Después del prolongado conflicto que se suscitó con las retenciones móviles, Claudio Lozano dijo que desde el punto de vista político “el país volvió a demostrar que carece de una herramienta que permita trabajar de manera conjunta” en la aparición de un tercer sector. Es decir, condensar las expresiones sociales y populares en “una fuerza política que no sea ni el Partido Justicialista ni la Unión Cívica Radical”.

—¿En qué fallaron nuevos partidos políticos como el ARI o el Frepaso para garantizar una tercera opción de centro izquierda en el país?

—Yo creo que hay que innovar en la construcción política, me parece que la idea de tener una cara o algún referente que concentre todas las decisiones y al cual todos tengan que adscribir y adherir no va más. Ésa es una experiencia que ya fracasó, porque la idea del marketing mediático que construye el referente y que disuelve lo que es la práctica de democracia y de discusión en la construcción política, eso ya fracasó con la experiencia del Frepaso y volvió a fracasar con la experiencia del ARI.

“Me parece que, al mismo tiempo, uno necesita una convocatoria mucho más abierta y en eso venimos trabajando desde hace más de un año y medio. Se trata de un espacio que está en todo el país, que nos vamos a reunir el 24 y 25 de octubre en Jujuy y que lleva el nombre de Constituyente Social”, manifestó el dirigente.

—¿Quiénes participan?

—Venimos convocando al conjunto de las experiencias populares, tanto de organizaciones de trabajadores, de pequeños y medianos productores, de pequeños y medianos empresarios, a las diferentes experiencias políticas de signo popular, a reunirnos para discutir una estrategia propia. A nosotros nos parece que no tiene sentido seguir delegando nuestro futuro en las estructuras partidarias tradicionales, que ya demostraron lo que pueden hacer y creemos que es indispensable tener en claro qué país es el que hay que construir de aquí en más.

Entre los sectores que participan hay dirigentes de Apyme, de Federación Agraria, del Mocase y de algunos partidos como Proyecto Sur.

Un Estado permisivo

“La reforma impositiva del país es un tema, pero el ordenamiento del sistema financiero es otro, por eso no se avanzó en un papel mucho más activo, más regionalizado y de mayor protagonismo en la banca pública”, explicó Lozano y se preguntó: “¿Por qué se sigue permitiendo que la banca extranjera capture ahorro interno sin traer aportes de capital propio?, ¿por qué toman ahorros nuestros y los asignan como quieren sin hacer un aporte de capital equivalente al que dejamos tomar en el mercado?”.

Además, el legislador nacional agregó: “¿Por qué nosotros no transformamos a los dólares en un bien esencial?, ¿por qué hay dólares de los argentinos que quedan afuera?, ¿por qué las petroleras pueden dejar el 70 por ciento de las divisas afuera?, ¿por qué las mineras pueden dejar un ciento por ciento de lo que exportan en el exterior?, ¿por qué no centralizamos las operaciones en divisas en el Banco Central y hacemos que las divisas tengan como uso principal el financiamiento de las importaciones, que nosotros necesitamos, y el financiamiento del desarrollo o el pago de la deuda que corresponda pagar?”.

En definitiva, el dirigente dijo que todo ello ocurre porque la administración kirchnerista y sus antecesores fueron permisivos y “siempre dejaron perder divisas que serían interesantes para fortalecer los emprendimientos productivos”.