CRITICAS A CRISTINA KIRCHNER POR DESIGNACION DE
RICARDO FORSTER EN LA SECRETARIA DEL PENSAMIENTO
NACIONAL

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Publicado el 01/06/2014

Destacadas personalidades de la intelectualidad argentina, como Roberto Ferrero, Gustavo Cangiano y Marcelo Gullo han criticado la designación de Ricardo Forster como encargado de la dirección estratégica del Pensamiento Nacional, dependiente del Ministerio de Cultura.

Los fundamentos de tales críticas son los siguientes:

FORSTER Y EL PENSAMIENTO NACIONAL

Roberto Ferrero

 

 

 

 

La designación del sionista-rivadaviano Forster como encargado de la dirección estratégica del Pensamiento Nacional, aparte de ser una burla (a menos que se trate del "pensamiento nacional"...israelí) es una nueva expresión del retroceso del gobierno de Cristina Kirchner ante la ideología del progresismo antinacional, ese mismo que se negó a recibir la estatua del General Juan B. Bustos en los predios de la Universidad de Córdoba, que admitió al frente del Instituto "revisionista" Dorrego a un connotado mitro-alfonsinista, que motorizó la expulsión de Coscia y que actualmente se encuentra atacando al General Milani a través de las manifestaciones de otro connotado sionista: el plumífero Verbitsky.  Si no se correlacionan entre si estos cinco asuntos, no se entenderá la verdadera dimensión del asunto.

De todas maneras, es bueno que este sector del progresismo esté -con todos sus prejuicios y banalidades "democráticas"- de este lado de la trinchera y no al lado de Cobos, Macri, Mazza, Solanas e tutti quanti. Pero no nos descuidemos ni le otorguemos nuestra confianza: el progresismo y el sionismo son traicioneros y cuando lo crean conveniente cruzarán de vereda. Vervitsky les está mostrando el camino. Por ahora, están viendo si el barco kirchnerista se hunde. Saludos cordiales. RAF

 

FORSTER, ROMERO Y EL PENSAMIENTO NACIONAL

 

                                              Gustavo Cangiano

 

Lo único rescatable del artículo de Romero que transcribo abajo, es el último párrafo:"el pensamiento nacional hizo sus aportes desde la trinchera, no desde el Estado". Esa es una de las razones para desconfiar de la designación de Forster, quien ya ha anunciado que va a trabajar con "los intelectuales y profesores de todas las universidades". Pero las universidades no existen para producir un pensamiento que vehiculice los intereses de los más pobres y explotados, sino para construir ideología legitimatoria de esa pobreza y esa explotación. Por eso los Jauretche, losRamos, los Puiggros o los Hernandez Arregui  no actuaron en las universidades sino fuera de ellas.
La otra razón para desconfiar de Forster es que como él mismo lo reconoce,proviene de una tradición ajena al Pensamiento Nacional. Se ha formado en "el marxismo crítico de la Escuela de Francfort" y en la lectura de Walter Benjamín. No le gustan ni Rosas ni Perón. Y en cambio le gustan Sarmiento y Rivadavia. Además, aunque esto no lo dice abiertamente, es sionista, es decir, defensor de la existencia del Estado Genocida de Israel.
Pero de todo lo anterior no debe inferirse que haya que hacer causa común con quienes han salido a protestar por la designación de Forster. Algunos, como la patética diputada Laura Alonso, del PRO, confunden el concepto Pensamiento Nacional, que hace referencia a una perspectiva teórico-política desde la cual se aborda el estudio de la realidad argentina y latinoamericana (tal como podría hablarse de Pensamiento Liberal, o Pensamiento Socialista, o Pensamiento Nacionalista, o Pensamiento Conservador, etc.), con algo asì como "el pensamiento de los argentinos". Romero, que esNuna persona más instruída que Alonso, aunque es tan repulsivamente reaccionario como ella, juega con los dos sentidos del término. Por un lado, advierte que Pensamiento Nacional es una construcción teórico-política, es decir una entidad conceptual, y para criticarlo recurre al argumento de que "el pensamiento no tiene nacionalidad", lo cual es tan falso como lo son la mayor parte de las evidencias. Todo pensamiento está contextualizado espacial, temporal y socialmente. El pensamiento de Freud, por ejemplo, no podría haber surgido en la China de hace mil años, del mismo modo que el pensamiento de la familia Romero jamás podrìa haber expresado las aspiraciones emancipatorias de las clases populares. Por otro lado, el columnista de "La Nación" reprocha al Pensamiento Nacional ambiciones de "unanimidad" y tendencias "homogeneizadoras". La prueba de que esto es falso la proporciona el propio Romero, así como sus amigos académicos que ocupan cátedras universitarias, sin importarles el repudio de los estudiantes, desde que se las obsequió el alfonsinismo hace  más de treinta años. En cualquier caso, las supuestas ambiciones "totalizadoras" del Pensamiento Nacional también podrìan encontrarse en el Pensamiento Democràtico, suponiendo que éste exista, puesto que para los democratistas todo está permitido, excepto lo que pueda cuestionar esa "democracia" a la que le rinden culto con el auxilio de las instituciones estatales coercitivas.
En fin, si se tratara de optar entre Forster y Romero, yo optaría sin dudarlo por Forster. Sin embargo,opino que Forster tiene tan poco que ver con el Pensamiento Nacional como Víctor Ramos y Pacho ODonell con el Revisionismo Històrico de los años sesenta y setenta.
GC.
www.izquierdanacional.org

 

Las ideas ignoran las fronteras

nacionales

Por Luis Alberto Romero |  Para LA NACION

    

Desde principios del siglo XX, la "cultura nacional" es una obsesión, generalmente malsana y a veces patológica. Sus cultores la contraponen con otra cultura, extranjerizante, cosmopolita, corruptora, que nos impide entender rectamente nuestra realidad. Pero el pensamiento no tiene nacionalidad; circula libremente por la república universal de los intelectuales, ignorando las fronteras estatales, y sólo se diferencia por la calidad o la originalidad. Los "intelectuales nacionales" también se han nutrido de autores extranjeros, como los alemanes Fichte o List, los franceses Maurras o Péguy, o el español Ramiro de Maeztu.

Estos intelectuales postulan que todos los habitantes de la Nación tienen y deben tener una cultura homogénea, unánime, arraigada en una tradición y portadora de un destino colectivo trascendente. La nación es esencialmente una, y su cultura emana de su gente, su territorio, su lengua, su religión. La diversidad, la variedad o la confrontación indican una debilidad, una falla de origen, algo que no llegó a cuajar, y deben ser combatidas y erradicadas.
Como la realidad es reacia a esa unificación, la cultura nacional debe ser impuesta. En tiempos anteriores, las fuerzas armadas y la Iglesia solían participar de esta cruzada por la unidad de las creencias y del pensamiento. Hoy todo reposa en lo que puedan hacer el Estado y los intelectuales nacionales. El actual gobierno comenzó con el Instituto Dorrego, destinado a promover el revisionismo histórico, y hoy avanza con una secretaría dedicada a unificar y nacionalizar la cultura.
Previendo que no será tarea fácil ni breve, se le encomienda al secretario la "coordinación estratégica". Una denominación de impronta castrense que les habría gustado a Perón y a Onganía.
Pero a este gobierno sólo le queda algo más de un año. Muy poco para engendrar una cultura nacional, aunque
 suficiente para que algunos trabajadores del intelecto se prendan a la teta del presupuesto estatal, como ya lo vienen haciendo sus colegas del revisionismo histórico. Es una pena, porque el "pensamiento nacional" hizo sus aportes originales, como el revisionismo histórico, pero fue desde la trinchera y no desde el Estado

 

 

 

 

Si todavía nos queda un poco de respeto y cariño

 

                                                                                             MARCELO GULLO

 

 “No vengo de la línea San Martín, Rosas, Perón, y de esos tres hubiera elegido a San Martín"

 

". A mí me interesan (Jorge Luis) Borges, (Domingo Faustino) Sarmiento, e incluso (Bernardino) Rivadavia. "

 

Declaraciones recientes de Ricardo Foster

 

 

 

Si a los hombres del pensamiento nacional nos quedara un poco de respeto y cariño por nuestros Maestros -como don Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, José María Rosa, Fermín Chávez, José Hernández Arregui, Manuel Ugarte, José Enea Spilimbergo, Abelardo Ramos, Alberto Methol Ferré, Arturo Sampay, Enrique Oliva, González Arzac y tantos otros que dieron sus vidas para terminar con la colonización cultural y pedagógica-, estaríamos pidiendo la renuncia inmediata de un seudo Secretario del Pensamiento Nacional que despreció, siempre, el pensamiento de nuestros Maestros, que se burló siempre de ellos llamándolos acientíficos folkloristas.  Si a  los hombres del pensamiento nacional, no nos faltara el coraje que tuvieron nuestros Maestros estaríamos, entonces, pidiendo la renuncia inmediata de un seudo Secretario del Pensamiento Nacional que reivindica a Bernardino Rivadavia y Domingo Faustino Sarmiento, ese gran político que gritaba en el Senado de la provincia de Buenos Aires: “si los huérfanos se han de morir que se mueran, los huérfanos son útiles a la sociedad porque recogen los desperdicios”.  Si a los hombres del pensamiento nacional, nos quedara un poco de dignidad, estaríamos pidiendo, entonces, la renuncia inmediata de Ricardo Foster. Dios quiera que reaccionemos pronto.