RICARDO FORSTER EN LA SECRETARIA DEL PENSAMIENTO
NACIONAL
Destacadas personalidades de la intelectualidad argentina, como Roberto Ferrero, Gustavo Cangiano y Marcelo Gullo han criticado la designación de Ricardo Forster como encargado de la dirección estratégica del Pensamiento Nacional, dependiente del Ministerio de Cultura.
Los fundamentos de tales críticas son los siguientes:
FORSTER Y EL PENSAMIENTO NACIONAL
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La designación del sionista-rivadaviano Forster como encargado de la dirección estratégica del Pensamiento Nacional, aparte de ser una burla (a menos que se trate del "pensamiento nacional"...israelí) es una nueva expresión del retroceso del gobierno de Cristina Kirchner ante la ideología del progresismo antinacional, ese mismo que se negó a recibir la estatua del General Juan B. Bustos en los predios de la Universidad de Córdoba, que admitió al frente del Instituto "revisionista" Dorrego a un connotado mitro-alfonsinista, que motorizó la expulsión de Coscia y que actualmente se encuentra atacando al General Milani a través de las manifestaciones de otro connotado sionista: el plumífero Verbitsky. Si no se correlacionan entre si estos cinco asuntos, no se entenderá la verdadera dimensión del asunto.
De todas maneras, es bueno que este sector del progresismo esté -con todos sus prejuicios y banalidades "democráticas"- de este lado de la trinchera y no al lado de Cobos, Macri, Mazza, Solanas e tutti quanti. Pero no nos descuidemos ni le otorguemos nuestra confianza: el progresismo y el sionismo son traicioneros y cuando lo crean conveniente cruzarán de vereda. Vervitsky les está mostrando el camino. Por ahora, están viendo si el barco kirchnerista se hunde. Saludos cordiales. RAF
FORSTER, ROMERO Y EL PENSAMIENTO NACIONAL
Gustavo Cangiano
Lo único rescatable del artículo de Romero que
transcribo abajo, es el último párrafo:"el pensamiento nacional hizo
sus aportes desde la trinchera, no desde el Estado". Esa es una de las
razones para desconfiar de la designación de Forster, quien ya ha anunciado que
va a trabajar con "los intelectuales y profesores de todas las
universidades". Pero las universidades no existen para producir un
pensamiento que vehiculice los intereses de los más pobres y explotados, sino
para construir ideología legitimatoria de esa pobreza y esa explotación. Por
eso los Jauretche, losRamos, los Puiggros o
los Hernandez Arregui no actuaron en las universidades sino
fuera de ellas.
La otra razón para desconfiar de Forster es que como él mismo lo reconoce,proviene
de una tradición ajena al Pensamiento Nacional. Se ha formado en "el
marxismo crítico de la Escuela de Francfort" y en la lectura de Walter
Benjamín. No le gustan ni Rosas ni Perón. Y en cambio le gustan Sarmiento y
Rivadavia. Además, aunque esto no lo dice abiertamente, es sionista, es
decir, defensor de la existencia del Estado Genocida de Israel.
Pero de todo lo anterior no debe inferirse que haya que hacer causa común con
quienes han salido a protestar por la designación de Forster. Algunos, como la
patética diputada Laura Alonso, del PRO, confunden el concepto Pensamiento
Nacional, que hace referencia a una perspectiva teórico-política desde
la cual se aborda el estudio de la realidad argentina y latinoamericana (tal
como podría hablarse de Pensamiento Liberal, o Pensamiento Socialista, o
Pensamiento Nacionalista, o Pensamiento Conservador, etc.), con algo asì como
"el pensamiento de los argentinos". Romero, que esNuna persona más
instruída que Alonso, aunque es tan repulsivamente reaccionario como ella,
juega con los dos sentidos del término. Por un lado, advierte que Pensamiento
Nacional es una construcción teórico-política, es decir una entidad
conceptual, y para criticarlo recurre al argumento de que "el pensamiento
no tiene nacionalidad", lo cual es tan falso como lo son la mayor parte de
las evidencias. Todo pensamiento está contextualizado espacial, temporal y
socialmente. El pensamiento de Freud, por ejemplo, no podría haber surgido en
la China de hace mil años, del mismo modo que el pensamiento de la familia
Romero jamás podrìa haber expresado las aspiraciones emancipatorias de las
clases populares. Por otro lado, el columnista de "La Nación"
reprocha al Pensamiento Nacional ambiciones de "unanimidad" y
tendencias "homogeneizadoras". La prueba de que esto es falso la
proporciona el propio Romero, así como sus amigos académicos que ocupan
cátedras universitarias, sin importarles el repudio de los estudiantes, desde
que se las obsequió el alfonsinismo hace más de treinta años. En
cualquier caso, las supuestas ambiciones "totalizadoras" del
Pensamiento Nacional también podrìan encontrarse en el Pensamiento Democràtico,
suponiendo que éste exista, puesto que para los democratistas todo está
permitido, excepto lo que pueda cuestionar esa "democracia" a la que
le rinden culto con el auxilio de las instituciones estatales coercitivas.
En fin, si se tratara de optar entre Forster y Romero, yo optaría sin
dudarlo por Forster. Sin embargo,opino que Forster tiene tan poco que ver
con el Pensamiento Nacional como Víctor Ramos y Pacho ODonell con el
Revisionismo Històrico de los años sesenta y setenta.
GC.
www.izquierdanacional.org
Las ideas ignoran las fronteras
nacionales
Por Luis Alberto Romero | Para LA NACION
Desde principios del siglo XX, la "cultura nacional" es una obsesión, generalmente malsana y a veces patológica. Sus cultores la contraponen con otra cultura, extranjerizante, cosmopolita, corruptora, que nos impide entender rectamente nuestra realidad. Pero el pensamiento no tiene nacionalidad; circula libremente por la república universal de los intelectuales, ignorando las fronteras estatales, y sólo se diferencia por la calidad o la originalidad. Los "intelectuales nacionales" también se han nutrido de autores extranjeros, como los alemanes Fichte o List, los franceses Maurras o Péguy, o el español Ramiro de Maeztu.
Estos intelectuales postulan
que todos los habitantes de la Nación tienen y deben tener una cultura
homogénea, unánime, arraigada en una tradición y portadora de un destino
colectivo trascendente. La nación es esencialmente una, y su cultura
emana de su gente, su territorio, su lengua, su religión. La diversidad, la
variedad o la confrontación indican una debilidad, una falla de origen, algo
que no llegó a cuajar, y deben ser combatidas y erradicadas.
Como la realidad es reacia a esa unificación, la
cultura nacional debe ser impuesta. En tiempos anteriores, las fuerzas
armadas y la Iglesia solían participar de esta cruzada por la unidad de las
creencias y del pensamiento. Hoy todo reposa en lo que puedan hacer el Estado y
los intelectuales nacionales. El actual gobierno comenzó con el Instituto
Dorrego, destinado a promover el revisionismo histórico, y hoy avanza con una
secretaría dedicada a unificar y nacionalizar la cultura.
Previendo que no será tarea fácil ni breve, se le encomienda al secretario la
"coordinación estratégica". Una denominación de impronta castrense
que les habría gustado a Perón y a Onganía.
Pero a este gobierno sólo le queda algo más de un año. Muy poco para engendrar
una cultura nacional, aunque suficiente
para que algunos trabajadores del intelecto se prendan a la teta del
presupuesto estatal, como ya lo vienen haciendo sus colegas del revisionismo
histórico. Es una pena, porque el "pensamiento nacional" hizo sus
aportes originales, como el revisionismo histórico, pero fue desde la trinchera
y no desde el Estado
Si todavía nos queda un poco de respeto y cariño
MARCELO GULLO
“No vengo de la línea San Martín, Rosas, Perón, y de esos tres hubiera elegido a San Martín"
". A mí me interesan (Jorge Luis) Borges, (Domingo Faustino) Sarmiento, e incluso (Bernardino) Rivadavia. "
Declaraciones recientes de Ricardo Foster
Si a los hombres del pensamiento nacional nos quedara un poco de respeto y cariño por nuestros Maestros -como don Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, José María Rosa, Fermín Chávez, José Hernández Arregui, Manuel Ugarte, José Enea Spilimbergo, Abelardo Ramos, Alberto Methol Ferré, Arturo Sampay, Enrique Oliva, González Arzac y tantos otros que dieron sus vidas para terminar con la colonización cultural y pedagógica-, estaríamos pidiendo la renuncia inmediata de un seudo Secretario del Pensamiento Nacional que despreció, siempre, el pensamiento de nuestros Maestros, que se burló siempre de ellos llamándolos acientíficos folkloristas. Si a los hombres del pensamiento nacional, no nos faltara el coraje que tuvieron nuestros Maestros estaríamos, entonces, pidiendo la renuncia inmediata de un seudo Secretario del Pensamiento Nacional que reivindica a Bernardino Rivadavia y Domingo Faustino Sarmiento, ese gran político que gritaba en el Senado de la provincia de Buenos Aires: “si los huérfanos se han de morir que se mueran, los huérfanos son útiles a la sociedad porque recogen los desperdicios”. Si a los hombres del pensamiento nacional, nos quedara un poco de dignidad, estaríamos pidiendo, entonces, la renuncia inmediata de Ricardo Foster. Dios quiera que reaccionemos pronto.