2014: AMERICA LATINA EN UNA ENCRUCIJADA HISTORICA

Por:
Eduardo Paz Rada

Publicado el 01/12/2014

Las tendencias ideológicas y políticas contradictorias entre los principales gobiernos de los países de América Latina se han acentuado en el último año, 2014, con la asunción de varios presidentes y la realización de procesos electorales que han marcado algunas preocupaciones en la perspectiva de la integración y unidad emancipadoras, en tanto las fuerzas neoliberales vinculadas a la estrategia imperialista en la región han conseguido equilibrar posiciones, las que durante los primeros años del siglo fueron muy desfavorables a las políticas de Washington y generaron una importante conciencia y discurso antiimperialista y de liberación nacional.

 

Algunas de las manifestaciones más notorias se han presentado en los procesos de los organismos regionales recientemente creados, como la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que han frenado las iniciativas más importantes en la complementación política y económica, el impulso a una estrategia de defensa más activa, la creación de un sistema financiero que se desligue del poder de las metrópolis capitalistas  y la integración energética. A su vez la Alianza del Pacífico (A. del P.) ha conseguido acercar al libre comercio con Estados Unidos a varios países con regímenes conservadores de Centro y Sud América.

 

Los países con mayor presencia económica y política en la región, como son Brasil y  México, han tenido, durante los últimos doce meses, performances muy sensibles y clivajes que marcan tendencias antagónicas, las mismas que influyen y repercuten en los demás países cercanos a su influencia.

 

Las dificultades económicas y electorales de la presidenta y candidata del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil, Dilma Rousseff, junto a las graves denuncias de corrupción de funcionarios de PETROBRAS, han generado una fuerte incertidumbre, entretanto el tremendo conflicto generado por la masacre de 43 estudiantes en Ayotzinapa Guerrero, México, ha puesto al descubierto la gravedad de la presencia del crimen organizado en el país más cercano a Estados Unidos y marcado una crisis en su sistema político la que, junto a las denuncias de corrupción en contratos millonarios del Estado, evidencian la fragilidad del gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

ANTIIMPERIALISTAS, CONSERVADORES Y PROGRESISTAS

 

Diversos signos políticos se han manifestado en varios países de América Latina donde se han producido recientemente procesos electorales y han asumido nuevos Jefes de Estado, en unos casos, o han sido ratificados, en otros, redefiniendo y complejizando el cuadro de fuerzas regional.

En Bolivia Evo Morales recibió un gran respaldo electoral y tendrá otros cinco años de gestión levantando un discurso y una posición antiimperialista, a la cual se ha adherido el nuevo Presidente de El Salvador, Salvador Sanchez del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), mientras que en Colombia fue ratificado el conservador y liberal Juan Manuel Santos y en Chile retornó la Presidenta Michelle Bachelet, también de posiciones neoliberales.  Con posiciones progresistas en Panamá ganó las elecciones Juan Carlos Varela, con igual signo ganó la presidencia Luis Guillermo Soliz en Costa Rica, en distinta posición se encuentra el conservador Juan Hernandez que asumió el gobierno en Honduras.

 

En la segunda vuelta electoral, el pasado domingo 30 de noviembre, se impuso el candidato del Frente Amplio (FA) Tabaré Vazquez, acompañado de Raúl Sendic (hijo), se considera que mantendrá la línea central del gobierno de José Mujica, sin embargo el virtual Ministro de Economía, Danilo Astori, tiene posiciones neoliberales y ha coqueteado con las posiciones librecambistas de la Alianza del Pacífico. Las pugnas internas parecen evidentes puesto que el presidente Vazquez orienta sus posiciones a que el Estado tenga un papel central y de mayor importancia en la economía.

 

Por su parte, el proceso electoral brasileño estuvo marcado por una cerrada votación entre Aecio Neves del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) y Dilma Rousseff, equilibrio  que se zanjó en la segunda vuelta con la reelección de la candidata del PT de Lula Da Silva y dejó una secuela de interrogantes.

 

BRASIL INFLUYE EN LAS ORIENTACIONES REGIONALES

 

La situación económica de Brasil no es de las mejores en el momento actual puesto que el crecimiento del PIB en 2014 será de alrededor de 1%, cuando el pasado año fue del 2.5%, afectando indirectamente a los países de la región, sobretodo tomando en cuenta su alta importancia en relación a los vecinos y su peso como octava potencia económica mundial. En el ámbito político la situación, a pesar del triunfo electoral, es compleja, tanto por la composición diversa del Congreso con veinte fuerzas partidarias, como por las alianzas que condicionan al PT, así como por la acción desestabilizadora que lleva adelante la oposición política, empresarial, financiera y de los grandes medios de comunicación.

 

El panorama se torna más difícil, desde la perspectiva social-reformista de Brasil y defensiva e integradora de América Latina, si se toma en cuenta que la presidenta Rousseff ha determinado nombrar como futuro Ministro de Economía al neoliberal Joaquim Levy, quien ya anunció, coincidiendo con el ex presidente opositor Fernando H. Cardoso y el poder financiero, que las políticas económicas estarán orientadas a la reducción del gasto público, el control de la inflación, la prescindencia del Estado y a cumplir millonarias obligaciones de la deuda externa.

 

Si se toma en cuenta la importancia de Brasil en el contexto latinoamericano, tanto por las inversiones de varias de sus grandes empresas en los países de la región y su mercado de demanda de productos, como por el peso e influencia de su diplomacia y política en las decisiones estratégicas, corresponde advertir que se están presentando  vacilaciones que afectan el proceso de complementación con los países vecinos, sobretodo porque sus prioridades se orientarán hacia su acuerdo con el grupo BRICS que conforma con Rusia, India, China y Sudáfrica.

 

Las posibilidades de equilibrar el peso brasileño se han visto reducidas en el último periodo debido a la crisis económica y a la conspiración contra el gobierno de Venezuela, especialmente después de la muerte de Hugo Chavez, a las dificultades económicas que atraviesa Argentina que, además, tendrá elecciones generales el próximo año, y a la jugada del imperialismo estadounidense de avanzar con México, Colombia, Perú y Chile en la Alianza del Pacífico.

 

BOLIVIA EN ESTE CONTEXTO

 

Bolivia tiene en Brasil a su principal comprador de gas natural, por un valor aproximado de 4.000 millones de dólares en 2014, con un contrato vigente hasta 2019,   con posibilidades de ampliarlo por un periodo de veinte años más, a condición de contar con las reservas necesarias tanto para el consumo interno de largo plazo, como para los fines de venta a los países vecinos sobre la base de impulsar programas de  exploración y producción.

 

Las buenas relaciones comerciales, sin embargo, estuvieron precedidas de un enfrentamiento diplomático y político debido a la nacionalización de los hidrocarburos que impuso el gobierno de Evo Morales en mayo de 2006 a las transnacionales PETROBRAS, TOTAL, REPSOL Y BG, lo que provocó una reacción desmesurada del gobierno de Brasilia por la ocupación militar en los campos gasíferos. Asuntos menores, como la acción de diplomáticos brasileños en La Paz que dieron refugio a un opositor acusado de delitos comunes, mantienen pendiente el nombramiento de un embajador de Brasil en Bolivia.

 

El presidente Morales ha conseguido una importante vigencia internacional por sus posiciones contestatarias al injusto orden mundial, por su defensa de los pueblos indígenas, por la presidencia asumida en el G-77 más China y por su entrevista con el Papa Francisco junto a los movimientos sociales del mundo, a pesar de que el contexto latinoamericano muestra fisuras y dificultades que hacia el futuro se presentan con resultados inciertos.