DE LO ESPERADO
Estados Unidos se ha equivocado poniendo el futuro del mundo en manos de las relaciones entre Washington y Pekín, opina un grupo de expertos geopolíticos sobre la cumbre de los presidentes estadounidense y chino.
En un artículo para el
portal The National Interest,
politólogos estadounidenses señalan el error del enfoque tomado por los
arquitectos de la geopolítica de EE.UU. en las últimas décadas, que supone que China asimilará el
modelo liberal de Occidente o le desafiará.
En vez de eso, sostienen, el concepto de un mundo sin Occidente ha aparecido de
pleno en el horizonte.
Lo que está pasando en su lugar es un esfuerzo concertado de los poderes emergentes para construir paralelamente arquitecturas multilaterales en desvío al orden liberal que transformará la política y economía internacional de manera fundamental
"La principal cuestión en la política
internacional actualmente no es si Pekín será seducido, incentivado o incluso
obligado a unirse al existente sistema internacional de liberalismo",
escriben los expertos.
Tampoco es si EE.UU. y China se dirigen a una Tercera Guerra Mundial, algo que pronostican algunos académicos
tradicionales como la única alternativa ante la creciente competencia
entre ambos.
"Lo que está pasando en lugar de esto es un
esfuerzo concertado de los poderes emergentes para construir paralelamente
arquitecturas multilaterales desviándose del orden liberal, lo que transformará
la política y economía internacional de manera fundamental", señalan los
analistas.
El último y más claro ejemplo de esta dinámica es el nuevo Banco Asiático de
Inversiones en Infraestructura (BAII), fundado en China, que debe convertirse en una
alternativa al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional.
Otros ejemplos incluyen alianzas políticas internacionales como la Organización de Cooperación de Shanghái, los BRICS, y varias iniciativas de desarrollo económico como la Nueva Ruta de la Seda.
Aunque estas estructuras todavía no son tan grandes e influyentes como sus
pares occidentales, se están desarrollando a tal velocidad, en tales
direcciones y con tales fines que supondrán alternativas significativas en los
próximos diez años.
"El mundo sin Occidente ha llegado mucho antes de lo esperado, acelerado
por una embriagadora mezcla de realidad y percepción de que la crisis
financiera mundial aceleró el ascenso de los demás", resaltaron Naazneen
Barma, Ely Ratner y Steven Weber en su ensayo.