LAS MULTINACIONALES SENTADAS DE LOS DOS LADOS DEL
MOSTRADOR

Por:
Darío Aranda

Publicado el 01/01/2015

Transgénicos, un negocio atendido por sus dueños

 

Un organismo clave en la autorización de transgénicos está dominado por las empresas del agro y por científicos vinculados al sector privado. Monsanto, Syngenta, Ledesma y Dow AgroSciences, entre otras corporaciones, se ubican a ambos lados del mostrador. Los conflictos de intereses y el Estado cómplice.

 

2014 plantas de soja más aptas para resistir la sequía. “Un gran resultado de este proyecto es el haber sido capaces de construir un robot o plataforma automática para la

evaluación masiva de genotipos de soja, respecto de su capacidad de tolerar el déficit hídrico o sequía”, dijo Castagnaro.

 

En el grupo de trabajo (y patentamiento) participaron dos empresas:

 

Nidera (una de las grandesmultinacionales del agro) e Indear (Instituto de Agrobiotecnología de Rosario), espacio de referencia en cuanto al impulso de los transgénicos. Indear, a su vez, pertenece a la empresa Bioceres, donde están presentes

Gustavo Grobocopatel (unos de los mayores pooles de siembra del continente) y Víctor Trucco (presidentehonorariodeAapresid). Castagnaro es un férreo impulsor de la caña de azúcar transgénica para agrocombustibles (iniciativa muy cuestionada por movimientos campesinos y organizaciones sociales por sus efectos sociales y ambientales). “El objetivo con las cañas transgénicas fue hacer más eficiente y sostenible la producción.

 

Dar sustentabilidad económica, social y ambiental y dar un impulso a un cultivo que es clave para producir biocombustibles”, resumió Atilio Castagnaro en una charla en el Congreso de Aapresid en 2013, en Rosario, y propuso que el 50 por ciento de la matriz energética de Argentina sea en base a agrocombustibles. Precisó que existen las tradicionalesregiones azucareras de Tucumán, Salta y Jujuy, con 550 mil hectáreas de producción. “Hay un potencial de crecimiento de área cercano a los 4,4millones de hectáreas”, aseguró y detalló la expansión de la frontera agrícola de la caña de azúcar transgénica sobre Misiones y norte de Santa Fe.

 

Junto a Castagnaro trabaja Bjorn Welin, también parte de la Conabia. Ingenio Ledesma

Ricardo Fernández de Ullivarri figura como participante de la Conabia porla Chacra Experimental Agrícola SantaRosa (Salta). La Chacra es el “instituto de investigación” del Ingenio Ledesma e integra también la ASA (Asociación Semilleros Argentinos, donde están todas las grandes empresas internacionales).

 

“El objetivo principal (de la Chacra) es crear variedades que mejoren la productividad, competitividad y rentabilidad de los ingenios del norte argentino”, remarca la presentación de la empresa. Fernández de Ullivarri es un impulsor de los organismos genéticamente modificados. “Ya tenemos nuestras propias cañas transgénicas, pero aún no las sacamos comercialmente. En todo el mundo se está trabajando sobre eso, pero

nadie aún se animó a cultivarlas comercialmente por los prejuicios que hay. Lo más lento es toda la burocracia relacionada a las normas de bioseguridad y legales, no la investigación en sí”, se quejó Ullivarri en 20073. Y tomó postura sobre los que critican

a los OGM: “Hay que trabajar con empresas y consumidores en lo que es imagen, porque hay muchos prejuicios sobre los transgénicos entre la gente”.

 

Cuadro de Monsanto

Hugo Permingeat figura en Conabia como “Investigador Científico de la Facultad de Ciencias Agrarias de Rosario”. Hugo Permingeat, como secretario general de la Facultad y junto a la decana Liliana Ramírez, justificó abiertamente la incidencia privada en la universidad pública: “Monsanto forma sus cuadros aquí. Son ingenieros agrónomos a los que les brinda la capacitación de posgrado y Monsanto valora esa capacitación que brindamos”4. Fue la forma de justificar que Monsanto, Pioneer y Syngenta hayan “donado” un laboratorio de biotecnología a la Facultad y equipamiento

por 300 mil dólares. “Antes no teníamos nada, así que en verdad es nuestro orgullo. Cuando golpeamos la puerta (deMonsanto) para que nos ayuden, no tienen miramientos y nos ayudan a hacer cosas como el laboratorio”. Permingeat, como parte de Conabia, debe autorizar o rechazar pedidos de Monsanto.

 

¿Ecologista?

 

Diego Ferraro es ingeniero agró- nomo e integra la Conabia como representante de la Asociación Argentina de Ecología (AAE). Curioso es que nadie dentro del mundo socioambiental, asambleas, ONGy académicos conozca a la AAE. La dirección postal de la Asociación de Ecología es Av. San Martín 4453, de la ciudad de Buenos Aires.

Es la misma dirección de la Facultad de Agronomía de la UBA y, también, la dirección del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas (IFEVA), un espacio de estudio con explícita vinculación a las empresas del agro y ferviente defensor del modelo de agronegocios. El director del IFEVA es Claudio Ghersa, un reconocido impulsor de los transgénicos y con publicaciones científicas junto a Monsanto. Diego Ferraro trabaja en el Ifeva junto a Ghersa, y tienen media decena de publicaciones científicas en coautoría. Ante el avance de las malezas resistentes a agroquímicos(uno de los grandes problemas irresueltos del agronegocios), en febrero de 2014 se relanzó la Asociación Argentina de la Ciencia de las Malezas (ASACIM). Entre otros, la integran

Ghersa y Ferraro. Y también participan las empresas. Entre otras: Aacrea y Aapresid.

 

ILSI, Monsanto, Bayer...

 

María Fernanda Foresto figura como integrante de la Conabia como referente por la Chacra Experimental Agrícola Santa Rosa (del Ingenio Ledesma). Pero hay otro conflicto de intereses. Foresto integra el Comité de Biotecnología de ILSI (Instituto Internacional de Ciencias de la Vida), uno de los grandes centros internacionales de lobby científico en favor de los transgénicos. El ILSI está auspiciado y financiado por Monsanto, Dow Agrosciences, Bayer y Syngenta.

 

INTA

 

Dalia Marcela Lewi es parte del Instituto de Genética del INTA y forma parte de la Conabia. En el libro “Biotecnología y mejoramiento vegetal II”, Capítulo X, escribe un texto académico titulado “Aplicaciones de la biotecnología en el control de insectos”. Remarca los beneficios de los transgénicos en el control biológico, reducción de plaguicidas, aumento del rendimiento y, como si fuera poco, también remarca el menor uso de agua. Lewi firma el artículo en coautoría con Clara Rubinstein, de Monsanto Argentina.

 

También investigó, junto a la empresa Bioceres (otras de las referentes del agronegocios), la resistencia del maíz transgénico al frío y a la salinidad. Lewi también forma parte del Comité de Biotecnología de ILSI, junto a investigadores de Monsanto,

Syngenta, Bayer y Dow Agrosciences.

 

Popurrí

 

Teresita Martín figura como parte de Conabia en representación del Foro Argentino de Bioteconología. No específica que es referente de la empresa DuPont Pioneer. En Conabia también participan (y deciden) Luis Negruchi (Aapresid) y Alejandro Petek (Aapresid). Guillermo Mentruyt firma como integrante de ASA (Semilleros), no aclara que es gerente de Asuntos Regulatorios de Dow AgroSciences La bióloga Magdalena Sosa Beláustegui aparece como parte de Casafe. También es, desde 2004, parte de la multinacional Bayer. En su CV resalta que en 2013 recibió el “Premio Bayer a la Innovación en Asuntos Regulatorios”. Fernando Bravo Almonacid (Conicet) es investigador “independiente del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería

Genética y Biología Molecular (Ingebi-UBA) y trabaja en la mejora genética de la papa.

Luego de seis años de trabajo, en 2013 logró una nueva variedad, que sería más resistente a los virus del campo. Todo lo referido a la aprobación en Conabia quedó a cargo dela empresa Tecnoplant (del Grupo Sidus). Almonacid también forma parte de Conabia. Cómo “observadores” de la Conabia figuran dos integrantes de la Cámara Argentina de Biotecnología). Gerónimo Watson (desde hace nueve años con el cargo de

“líder en desarrollo” de la empresa Indear) y Mirta Antongiovanni (gerente de Asuntos Regulatorios de la semillera Don Mario).

 

UBA S.A.

 

Eduardo Pagano es agrónomo, doctor en ciencias biológicas y fue, hasta marzo pasado, vicedecano de la Facultad de Agronomía de la UBA. También integra la Conabia y es profesor a cargo de la Cátedra de Bioquímica de Agronomía de la UBA. Desde esa cátedra, trabaja junto a la semillera Don Mario (una de las grandes empresas argentinas del sector) en cultivos de trigo y soja. “Elegimos vincularnos con Don Mario porque es una empresa nacional que apuesta a la formación de recursos humanos y porque esta relación nos ofrece una posibilidad concreta de trasferir el conocimiento que generamos

y de llegar con nuestras investigaciones al medio productivo”, afirmó Eduardo Pagano5.

Paga no fue más allá y celebró que estudiantes de la UBA hagan sus tesis en la empresa Don Mario: “En nuestra cátedra participan estudiantes que recién comienzan a cursar, así como otros que están haciendo su trabajo de intensificación para finalizarla carrera, o realizan maestrías, doctorados y posdoctorados. El hecho de que haya investigadores instalados en una empresa haciendo su posgrado es novedoso en el sistema científico argentino”. Pagano nunca expresó conflictos de intereses para aprobar transgénicos en Conabi