DOSSIER CASO NISMAN
Tres corrientes que reclaman su adhesión a la Izquierda Nación argentina se han pronunciado sobre el caso de la muerte (¿suicidio o asesinato?) del fiscal Alberto Nisman. Estos sus documentos:
I
A nuestra Presidenta Dra. Cristina Fernández de Kirchner (carta enviada el 03-02-2015)
Partido PATRIA y PUEBLO - Izquierda Nacional <[email protected]>
Buenos Aires, 3 de Febrero de 2015
Señora Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
De nuestra mayor consideración:
El partido Patria y Pueblo – Socialistas de la Izquierda Nacional, desea hacerle llegar, en su nombre, en el de sus militantes y en el de sus partidarios y simpatizantes, el más claro y firme apoyo ante el embate desestabilizador que sufre actualmente su gobierno y, a través del mismo, el conjunto del pueblo argentino.
La muerte del Dr. Nisman, en circunstancias poco claras que, al momento de redactarse estas líneas, no parecen estar en vías de ser iluminadas por el desempeño de los funcionarios judiciales sobre quienes recayó su esclarecimiento, marca interrogantes de la máxima gravedad sobre tres puntos fundamentales de nuestra vida política e institucional.
En primer lugar, se reitera la contumaz rebelión de una fracción poderosa y militante de los integrantes de la administración de justicia, sobre la que nuestro partido viene alertando desde hace largos meses.
Esa fracción supérstite del peor pasado argentino, enquistada en un poder que conserva prerrogativas previas a la emancipación, está intentando reemplazar en el rol de agente activo de desestabilización a los sectores agroexportadores pampeanos (“125”), a la mafia financiera enquistada ante todo en los grandes bancos fugadores de divisas (“evasión, dólar blue, ataques especulativos, etc.), a las fuerzas de seguridad, a los propagandistas interesados del Apocalipsis económico, y a los fondos buitre con sus empresas de relaciones públicas y organizaciones no gubernamentales que “operan sobre la sociedad civil”.
En segundo lugar, su gobierno enfrenta (y responde con la dureza necesaria) la independencia antiargentina de que disfrutaron, desde muchas décadas antes del 10 de diciembre de 1983, los servicios de inteligencia formulados en el canon antipopular del régimen de facto y fusilador instalado en setiembre de 1955. Nuestro partido recibe con positivo fervor sus disposiciones disolutivas y reorganizadoras de los “servicios”, y espera que a partir de ellas surja un nuevo sistema de inteligencia, orientado a defender la soberanía nacional y el derecho de los argentinos a decidir autónomamente nuestro destino.
Esto, señora Presidenta, nos lleva al tercer punto: Patria y Pueblo está seguro de no estar solo en ver la mano rectora y definitoria de una potencia extranjera detrás de todos estos acontecimientos destituyentes que el país entero enfrenta a través de su accionar decidido y enérgico. Vemos, y sabemos que no somos los únicos, que en la orquestación de todos estos acontecimientos, desde la presentación de la informe denuncia del Dr. Nisman hasta su aún turbio deceso, asoman la mano y el cerebro de la Embajada de los Estados Unidos de América.
Son múltiples, y usted los conoce mejor que nadie, los motivos de ese país para intentar debilitar su gobierno y, de ser posible, instigar su caída anticipada o prepararle, en su defecto, un final inglorioso. Pero el hecho mismo de que el embajador finalmente designado haya elegido iniciar sus actividades con un mensaje dirigido por las redes sociales al pueblo argentino, en vez de limitarse a la función diplomática que le compete, es en sí una luz roja que, a nuestro juicio, ameritaría como mínimo un reclamo de nuestro gobierno para que rinda las explicaciones del caso.
La alocución intencionada del Embajador Mamet durante el sepelio del fiscal Nisman deja cada vez menos lugar a las dudas. Estamos, señora Presidenta, ante las primeras luces de un intento de implantar en la Argentina otra más de las “revoluciones de color” que tanta muerte y desolación vienen dejando en el mundo entero desde hace ya un cuarto de siglo.
A las (in) conductas del embajador Mamet deben añadirse, como Ud. sabe, el pedido de “sancionar y aislar a la Argentina, por el asesinato de Nisman”, del New York Times y la embestida de algunos legisladores demócratas y republicanos, pidiendo que se “exija” "una investigación seria", o se la encomiende a instancias internacionales. Todo lo cual, que implica tratarnos como a un país enemigo, responde, sin duda, a la voluntad de atacar la política soberana que lleva su gobierno, de la que no se soporta, en el norte, el manejo del conflicto con los buitres y la justicia norteamericana, los acuerdos con Rusia y China, la línea nacional en América Latina y el hecho, para ellos escandaloso, de que las fuerzas que rechazan las imposiciones imperialistas en Grecia, España y otros países nos tomen como ejemplo al buscar la renegociación de la deuda externa y promover salidas del caos neoliberal basadas en criterios que privilegien la producción y el derecho al consumo de sus pueblos respectivos.
Señora Presidenta, tenemos la certeza de que el pueblo argentino se alineará detrás suyo sin el menor reparo en el caso de que usted y su gobierno decidan dar una batalla “preventiva” contra este nuevo Spruille Braden, que vino a la Argentina para hacer terminar del peor modo al mejor gobierno que tuvimos los argentinos desde la muerte del General Perón. Y con él, los socialistas de la Izquierda Nacional organizados en Patria y Pueblo sabremos hacer honor al compromiso que nuestro mismo nombre expresa.
Si Usted considerase conveniente mantener un encuentro político con integrantes de la dirección de nuestro partido, o establecer una reunión con un funcionario de su confianza, allí estaremos. Ante todo, está la Patria.
Nestor Gorojovsky
Secretario General
Mesa Ejecutiva Nacional: Bailón Jerez, Juan María Escobar, Rubén Rosmarino, Lorena Vazquez, Hugo Santos, Aurelio Argañaraz, Pablo López, Silvio Zuzulich, Edgardo Sánchez, Jacinto Paz.
II
Somos una Argentina colonial,
queremos ser una Argentina Libre.
FORJA, 1935
Con la verdad, no temo ni ofendo.
José Gervasio Artigas
Caudillo federal argentino
El caso del fiscal Nisman o el comienzo del final del Proceso
El PSIN 2ª época, se pronuncia contra la hipocresía y el cinismo del régimen democolonial
El PSIN 2ª época repudia el asesinato o suicidio del fiscal Antonio Nisman, ocurrido el domingo 18 de enero de 2015 y exige el inmediato esclarecimiento del mismo, aunque duda de que ello ocurra. Los crímenes políticos sin resolver en la Argentina, ya son historia. En el siglo XX, comenzó con el asesinato del Dr. Isidro Satanowsky (13/06/57), abogado del Director del diario La Razón, Ricardo Peralta Ramos (por orden del jefe del SIDE (Servicio de Informaciones del Estado de la Revolución Libertadora), Gral. Juan Carlos Quaranta y desde aquel entonces, muchos crímenes han quedado sin ser aclarar. Otro crimen político sonado, nunca resuelto, fué el del Gral. Pedro Eugenio Aramburu (29/05/1970), autoadjudicado dos años después por la banda terrorista Montoneros, en la revista El Descamisado. Sin embargo, muchísimos documentos probarían que la autoría del hecho fué de un grupo nacionalista católico, del Ejército Argentino, que tuvo gran influencia en el Gobierno del Gral. Juan Carlos Ongania (1966-1971). Fué precisamente el Servicio de Informaciones del Ejército (SIE), quién creó al grupo subversivo, que luego pasaría a la historia como Movimiento Revolucionario Montoneros. Hubo otros crímenes políticos en la década del 70, efectuados por las bandas terroristas de Montoneros y ERP, que nunca fueron aclarados. Por ejemplo, los ocurridos con los líderes sindicales Augusto Timoteo Vandor, (Sec. Gral. UOM) (30/06/69), José Alonso (Sec. Gral. CGT) (27/8/70), Dirk Kloosterman (Sec. Gral. SMATA) (22/05/70) y el más significativo fué el de José Ignacio Rucci (25/09/1973), Sec. Gral de la CGT, dos días después de la elección que ungió por tercera vez al Gral. Perón, como Presidente de la Nación. Algunos de los inspiradores del crimen de Rucci, como Dante Gullo, hoy integran la conducción del PJ y son legisladores en la Ciudad de Buenos Aires. Otro ex terrorista Montonero que integra esa conducción y es Diputado Nacional, es Carlos Kunkel, quién fue planificador del asalto al Regimiento 29 de Infantería de Monte (05/10/1975), Formosa, que le costó la vida a 12 soldados que efectuaban el Servicio Militar Obligatorio, así como a oficiales y suboficiales del EA,. Hubo otros cientos de crímenes políticos, inmediatamente después del asesinato de Rucci, adjudicables a organizaciones de corte fascista, como la Triple A y el Comando Libertadores (Pcia. de Córdoba), entre 1973 y 1976, y a las que se supone, que estaban integrados, en muchos casos, por efectivos de la Policía Federal Argentina. Tanto los crímenes efectuados por Montoneros y ERP, por un lado, como los efectuados por la Triple A y el Cdo. Libertadores, quedaron impunes. Otro sonado atentado criminal, fué la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero, (03/11/1995), donde sus responsables políticos y operativos han sido individualizados, pero no condenados debido la complicidad de la Justicia cordobesa. El atentado, causó la muerte de siete personas y de otros diecisiete heridos no terminó con el casco urbano de la ciudad cordobesa de 45.000 habitantes, por cuestiones del azar. La voladura intencional, fué consecuencia directa de una maniobra orquestada por el Presidente Carlos Menem, la complicidad del Cdte. en Jefe del Ejército, Gral. Martín Balza y de la cúpula de los directores de la fábrica. El atentado pretendió ocultar las pruebas del contrabando de armas efectuado por el Estado argentino (miles de fusiles FAL y cañones de 150 mm, elaborados por Fabricaciones Militares (FM)), con destino final a los beligerantes croatas, en la guerra civil yugoeslava (1991-2001. El material bélico provenía, en parte, de cuarteles del Ejército Argentino y el material nuevo, fué fabricado por FM. El armamento fue embarcado en el Puerto de Rosario (Pcia. de Santa Fé) en barcos croatas, que cruzaron el Océano Atlántico y entraron al Mar Mediterráneo, hasta llegar a Yugoeslavia. Menem, fué cómplice del imperialismo yanqui, con la intención de este, de disolver la República Socialista Federativa Yugoeslava. EEUU como país “integrante” de la ONU y responsable del control del embargo de armas a los contendientes, no podía intervenir directamente a favor de Croacia. Sin embargo, su flota surta en el Puerto de Nápoles, hizo la “vista gorda”, al papel “argentino” de abastecedor de armamento a los fascistas croatas. En el caso de Río Tercero, la responsabilidad de Menem, está perfectamente probada, por cuanto, como presidente de la Argentina, firmó los decretos secretos que autorizaban la exportación de armamento, supuestamente destinados a Ecuador y a Panamá, pero que en realidad, fueron a Yugoeslavia. En el caso de Balza, su responsabilidad abarca su autorización a retirar cañones de regimientos del EA, la falsificación de documentación con el objeto de hacerlos pasar como material recién fabricados por FM y la autorización para su exportación. Lo que la Prensa cipaya y antinacional nunca dijo, es que, además del delito del contrabando de armas, Menem, actuó como sirviente del imperialismo yanqui, para destruir a Yugoeslavia. La culpabilidad de Menem como la de Balza (inadmisible en un Cdte. del Ejército Argentino), están probadas. Sin embargo, ninguno de ellos, fueron condenados, lo mismo que los Directores de la fábrica.
Si no existe voluntad política, por investigar la ilegítima y fraudulenta Deuda Externa, -desde 1983 en adelante-, como el poder político –íntimamente ligado a lo beneficiarios imperialistas de la deuda-, mal puede creerse que se vayan a investigar, crímenes políticos como el de Nisman, ya que ello, es equivalente a pensar que el poder se investigue a sí mismo. En un país colonizado y la República Argentina desde 1976, es una colonia del imperialismo y del sionismo, solo se investigan los crímenes de la crónica policial y hasta por ahí nomás, habida cuenta de los problemas existentes por la inseguridad ciudadana, lo que, como es de público conocimiento, aunque el kirchnerismo pretenda negarla. Lo cierto es que, el crimen de Nisman, ha acelerado el proceso de descomposición del kirchnerismo, pero también, la descomposición del régimen imperialista iniciado con el golpe del 24 de marzo de 1976. La exposición pública de la íntima unidad, entre los más negros instrumentos represivos del poder: los servicios de inteligencia nacionales, el espionaje imperialista y sionista de la CIA y el MOSSAD y el poder mismo, ha llevado a una crisis sin precedentes en el conjunto de las clases dominantes y del bloque de poder emergente del golpe del 76.
Si a Nisman lo asesinaron o sí, en un rapto de romanticismo devenido del hecho de llegar a tener que protagonizar un papelón en la Cámara de Diputados, por no tener “pruebas” que incriminaran a Irán en el atentado de la AMIA, se suicidara, o si sus mandantes (la CIA y el MOSSAD), lo obligaron a suicidarse, ello en sí mismo, no tiene importancia. En cualquiera de los casos, el caso Nisman, plantea una situación de un estado de resonancia en los diferentes organismos del Estado y de la Justicia.
Lo grave de todo esto, no es solo el accionar de los “servicios” y la impunidad del kirchnerismo, sino también el papel de los partidos políticos del régimen y de los medios de comunicación, totalmente arrodillados frente al imperialismo y el sionismo. En el caso de la Dª Elisa Carrio, es una decidida agente propagandística del Estado sionista y de la banda nazi-sionista de Tel Aviv. A su vez, el candidato a Presidente, Sergio Masa, ex afiliado a la liberal UCEDE (o sea hombre de Alvaro Alsograray, Ministro de la Revolución Libertadora, gorila, oligarca y antiperonista), ex Jefe de Gabinete del Gobierno de Cristina Fernández, señaló la semana anterior al crimen de Nisman y en referencia al atentado terrorista de París de la revista Charlie Herbo (07/01/2015) que “…La Presidenta debe saber que los argentinos “pertenecemos” al Occidente…”, a lo que le agregaríamos colonialista e imperialista. Además de esa vergonzosa declaración de sumisión hacia el imperialismo, Masa, continuamente bate el parche de que hay que tirar abajo el acuerdo con la República Islámica de Irán, lo que está en línea con la, hasta hace poco, política del Departamento de Estado y del estado sionista. Ni que hablar con los periodistas del Grupo Clarín, Jorge Lanata y Marcelo Longobardi, que parecen simpatizantes goi del sionismo y del imperialismo. Además, tachan de espía de la “estrategia” iraní, al cadete y miembro de la Corte de los Milagros kirchnerista, Luis D´Elía, mientras ocultan la desembozada actividad de servicios extranjeros como el MOSSAD, la CIA y probablemente de otros, ingleses y franceses, con la inaceptable colaboración de ciudadanos argentinos. En la lógica de Longobardi y Lanata, D´Elía es un espía y antisemita. En cambio, para los escribas del Grupo Clarín, Nisman era un caballero, solo que al servicio del sionismo y del imperialismo y por lo tanto, no juzgable.
1.- Qué hacen los Servicios de Inteligencia, que deberían hacer y que controles tienen.
Los Servicios de Inteligencia, en la Argentina, y sobretodo después del golpe del 16 de septiembre de 1955, constituyeron un Estado dentro del Estado. Se dedican a espiar a sindicatos, partidos políticos y toda clase de opositores. Nunca hicieron verdadera inteligencia, o sea proteger al Estado argentino y a la República de acciones enemigas o potencialmente enemigas. Generalmente los “servicios”, buscaban “información”, debajo de la cama o participando en el narcotráfico y la prostitución. La única célula de espionaje argentina, que se realizó profesionalmente y al servicio de los intereses nacionales, fué organizada en 1975, por el Alte. Jorge Isaac Anaya, cuando revistaba como Agregado Naval, a la Embajada Argentina en Gran Bretaña. Ese es un mérito que la República, cuando se la recupere, deberá reconocer al Alte. Anaya, además de su papel protagónico en la decisión de la Junta Militar del 82, de recuperar nuestras Islas Malvinas.
Durante el Proceso de Reorganización Nacional, muchos de los integrantes del SIDE, junto a efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA), participaron en secuestros, torturas y asesinatos, los que nunca fueron esclarecidos ni procesados y continuaron en funciones en la democracia colonial, para pasar al servicio de los gobiernos democoloniales. Los servicios de inteligencia actuales tienen presupuestos, sobre los que no existen ningún tipo de controles contables, económicos o parlamentarios. La falta de controles parlamentarios, es la complicidad del sistema partidocrático con el Poder Ejecutivo y es funcional a la colonización extranjera de los servicios.
Así las cosas, a partir del menemismo, el SIDE, hoy SI (Servicio de Inteligencia), fue colonizado por los EEUU y por Israel, por medio de sus servicios de espionaje, la CIA y el MOSSAD. Sus políticas, nunca fueron dictadas por el Estado argentino (si es que en algún momento las tuvo), sino por la CIA y el MOSSAD, brazos ejecutores de la burguesía imperialista yanqui y del sionismo. Ello es coherente con un país colonizado por la usura imperialista y de la cual, el menemismo y el kirchnerismo, fueron y son sirvientes.
2.- El fiscal Nisman y la voladura de la AMIA,
Nisman, después de diez años de haber sido designado por el Presidente Néstor Kirchner como Fiscal Especial, a cargo de la investigación de la voladura de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), ocurrida el 18 de julio de 1994, debía informar el día lunes 19 de enero ante la Cámara de Diputados de la Nación, quién o quienes, fueron sus responsables y los motivos del crimen, que le costaron la vida a 85 ciudadanos argentinos. Su muerte –por suicidio o por homicidio-, impidió el conocimiento público a que conclusiones había arribado. La designación de Nisman, fué un acuerdo político entre Kirchner y la Embajada norteamericana, lo cual desmiente la supuesta independencia del ex presidente y su “antiimperialismo”, que en realidad, forma parte del folklore para consumo interno de militantes juveniles muy ingenuos de la Cámpora.
La voladura en sí misma, es fácil de explicar, al igual que la voladura de la Embajada de Israel (17/03/1992). La voladura de la AMIA, fué una venganza del traficante de armas sirio, Mozer al Kazar, amigo de Carlos Menem –a la sazón, Presidente Carlos Menem, ante una “mejicaneada” de un grupo judío norteamericano –con sede en California, EEUU- que se quedó con dinero de Mozer, originado en el lavado de dinero por tráfico de armas. Como no podía efectuar algún tipo de venganza en los EEUU, Mozer decidió efectuarla en Buenos Aires, concretamente en la AMIA. La ejecución del acto terrorista, estuvo a cargo de oficiales de la Federal, de carácter fascista y antisemita. Al igual que en la Embajada, los artefactos explosivos fueron introducidos adentro del edificio, de modo de producir una implosión. Hay numerosas pericias que prueban la implosión. Nunca hubo coches bomba, ni células iraníes, que fueron inventos yanquis y sionistas, en ambos casos. La cercanía de Mozer con Menem, determinó la complicidad de este y de la Policía Federal, para que no se investigara seriamente el atentado y es la razón que explica los veinte años de ninguna conclusión verosímil.
En el caso de la Embajada, la noche misma de la voladura, una periodista de Canal 9 que cubría la noticia, Silvia Fernández Barrio, comentó en cámara, que la voladura –de acuerdo a declaraciones de diferentes testigos que estaban en el lugar al momento de la explosión-, había ocurrido dentro del edificio de la embajada o sea, que había sido una implosión, lo que desmentía taxativamente la existencia del coche bomba. Una pericia ordenada por la Corte Suprema de Justicia, confirmaría posteriormente esos dichos. Esa pericia fue descalificada por otras dos, que efectuaron la Policía Federal y Gendarmería Nacional, que “hablan” de un “coche bomba”, que nunca apareció. A la periodista, luego de su comentario, le tocaron el trasero, que la indignó y sacó al aire una procacidad, que era el efecto deseado. El resultado fué que Silvia Fernández Barrio fué despedida y por muchos años, tuvo las puertas cerradas de los canales de televisión. La “tocada de culo”, no fue obra de un bromista ardiente, sino obra de una deliberada provocación, efectuada por agentes del MOSSAD, destinado a sacar del lugar a un testigo inconveniente, y “fabricar” la escena del crimen más conveniente para los terroristas.
Las razones políticas del sector sionista de ultraderecha, fascista religioso, en inventar la pista iraní, radicaban, en que querían impedir que el Presidente de Israel, Isaac Rabin, pudiera alcanzar la paz con los palestinos. Dos años más tarde, Rabin fue asesinado por los mismos grupos fascistas. Hoy, esos grupos fascistas, están en el poder de Israel (Partido Likud), con el Presidente Benjamín Netanyahu a la cabeza y ejecutan cínicamente una política genocida de limpieza étnica, con el Pueblo árabe Palestino de Gaza. Esta política genocida, llevada a cabo por la pandilla nazi-sionista de Tel Aviv, en nada difiere a la que ejecutaron durante la 2ª guerra imperialista, los nazis contra los judíos europeos y cuenta con el cínico apoyo del Pentágono, de los Partidos Republicano y Demócrata, así como de la prensa norteamericana, inglesa, francesa y de algunos medios argentinos.
3.- El papel de Nisman, sus relaciones con la embajada de los EEUU- y las estrategias sionistas-imperialistas en relación a Irán
En los diez años de su gestión judicial, Nisman nunca tuvo por vocación, investigar la verdad de lo ocurrido con la voladura de la AMIA, básicamente por dos razones: su decidida militancia sionista, que lo llevaba a tener una visión sesgada de lo ocurrido y, sus continuas visitas a la Embajada de los EEUU, a fin de recibir instrucciones y llevar información. El era simplemente un peón en una estrategia política, que superaba ampliamente a su persona.
El Fiscal Antonio Nisman, llevaba y traía información a la Embajada norteamericana y además, brindó información sobre su “investigación” del caso AMIA, en dos reuniones al menos, del autotitulado Congreso Judío Latinoamericano, sucursal del sionismo y del Pentágono norteamericano. Nisman como fiscal especial del caso AMIA, estaba obligado a guardar secreto sobre sus investigaciones y no “informar y recibir instrucciones de la embajada del imperialismo, ni por supuesto, ir a informar sobre las mismas al Congreso Judío Latinoamericano.
El “acuerdo” político entre Kirchner y la “Embajada”, para designarlo a Nisman, tenía razón de ser, en la estrategia imperialista en imponer como culpable de la voladura de la AMIA, al Estado Islámico Iraní. Dentro de esa “estrategia” yanqui, había que impedir el enriquecimiento de uranio de la futura central nuclear iraní, en construcción. El cínico argumento de las administraciones de Bush padre e hijo, luego continuada por Bill Clinton, era que el régimen de los ayatola, era un estado terrorista y que pretendía construir bombas atómicas, lo que por supuesto era un soberano disparate. Las verdaderas razones de los ataques imperialistas contra Irán, era que pretendían el derrocamiento del Gobierno iraní y apoderarse del petróleo e impedir el desarrollo pacífico iraní.
En esa afiebrada estrategia de la CIA, con el apoyo del sionismo, entra la “idea” de que la voladura de la AMIA, fué “promovida” por el estado iraní. Obviamente, para probar esa “culpabilidad”, había que “demostrar” que funcionarios de la embajada iraní en Buenos Aires, como Moshé Rabbani, “entrenaron” a la parte argentina, había que buscar el coche bomba, etc, etc, etc. Obviamente, Menem comprometido con Mozer Al Kazar, daba crédito a esa versión en virtual complicidad con la Embajada yanqui y cubriendo a los verdaderos culpables. Lo mismo hicieron, el Gobierno de la Alianza y el kirchnerismo, hasta hace muy poco.
Nisman, participó de esas mentiras, aportando “pruebas” y “argumentos”, que le daban los imperialistas norteamericanos. Las “pruebas”, eran recortes periodísticos y cientos de cintas magnetofónicas, con alcahueterías de diversa índole y alumbrar la peregrina idea de que ese material, recabado durante diez años, tenía validez en sede judicial. Es obvio que no y, lo más probable, que si después de diez años .disponía de esas “pruebas”, sus días como fiscal estaban contados.
Por otra parte, las circunstancias políticas fueron cambiando con el tiempo. La llegada a Obama a la Presidencia de los EEUU, planteó para el imperialismo, la necesidad de llegar a un acuerdo con el Gobierno de Irán, ya que los intentos de toda índole por derrocarlo, fracasaron. Por otra parte, al convertirse los EEUU en un fuerte productor de gas y petróleo y disminuir sus importaciones, el precio de los hidrocarburos cayó estrepitosamente. En forma independiente a esas circunstancias, la criminal política energética argentina –a partir de 1989-, llevada adelante por menemismo con las privatizaciones, continuada luego por el kirchnerismo, llevó al desabastecimiento energético. Además de ello, un continuo aumento en las importaciones energéticas, provenientes de Golfo Arábigo Pérsico y a un costo insostenible en el tiempo. Solo en el 2012, las importaciones de hidrocarburos, le costaron al país u$s 13.000 millones. De allí que el cristinismo, empíricamente y sin modificar la política de las privatizaciones menemistas, que erosionaron mortalmente los ingresos fiscales, tuvo que llegar a un arreglo con Irán, que luego se plasmaría en el Memorandum de Entendimiento del 27/01/2013, firmado en Etiopía, por los Ministros de RREE, argentino e iraní, Héctor Timerman y Ali Akbar Salehi, para llegar a un acuerdo que cerrara el caso AMIA. Ello permitiría, posteriores arreglos comerciales entre ambas repúblicas. El Parlamento iraní, hasta ahora ese acuerdo, debido a la lógica desconfianza que tuvieron los cambios de criterio del kirchnerismo.
La “pista” perseguida durante diez años, por Nisman, de la supuesta responsabilidad iraní en la voladura de la AMIA, nunca podía llegar a conclusión alguna, ni cerrar, debido a que la República de Irán, no tuvo nada que ver con el acto criminal. Nunca la justicia argentina en estos diez años, investigó a Mozer Al Kazar, no porque la CIA ni el MOSSAD, no lo supieran, sino por la complicidad del menemismo con Mozer y, segundo, porque hubiese salido a la luz, la existencia de una mafia judeo-yanqui, que le “mejicaneó” al traficante sirio, un lavado de dinero, proveniente del tráfico de armas. Cuestión de mafias. Y de allí también, la complicidad de las entidades sionistas como la AMIA y la DAIA. Ese es el moralismo y la hipocresía del sionismo y que, por otro lado, exige “justicia en el caso Nisman.
La insistencia de las entidades sionistas por denunciar la supuesta responsabilidad iraní en la voladura de la AMIA, era funcional con la estrategia imperialista, en tirar abajo el Memorandum de entendimiento entre Argentina y la República Islámica de Irán. Otros papagayos locales, son los partidos políticos “democráticos” de oposición, la UCR, el PRO, los Sergio Masa (ex Jefe de Gabinete de la administración de Cristina Fernández), Elisa Carrio, los intelectuales demoliberales como Santiago Kodvaloff (hombre del sionismo), Luis Alberto Romero, Magdalena Ruiz Guiñazú, y principalmente, los medios de comunicación, encabezados por el Grupo Clarín y LA NACION, en síntesis, el Servicio Civil de la Colonia. El Memorandum en sí mismo, no es lo mejor y menos viniendo del kirchnerismo, que lo hace, después de haber tenido una alianza estrecha con el imperialismo y el sionismo, por la necesidad de dólares, debido a la crisis de Sector Externo que le impusieran los pagos de la Deuda y el continuo drenaje de divisas. Pero el Memorandum, es lo que hay y por ello hay que apoyarlo, frente a los intentos sionistas, que son canalizados por la partidocracia demoliberal. Esto, en modo alguno es concederle crédito al kirchnerismo, sino fijar una posición acorde con los intereses nacionales en un desfiladero plagado de peligros, a izquierda y derecha. Como decía el Presidente Hipólito Yrigoyen –tan olvidado como Perón y que los renegados se llenan la boca, para negarlo en los hechos-, “…Los Pueblos son sagrados para los Pueblos…”.
4.-Conclusiones
La desaparición del Dr. Antonio Nisman (sea suicidio u homicidio), es un hecho en sí mismo grave, que manifiesta claramente el avance de la descomposición del régimen emergente del golpe del 24 de marzo de 1976, en su segunda etapa: la democracia colonial y de los vendepatria como el gobierno de Cristina Fernández.
Razones económicas y políticas, que el gobierno kirchnerista niega en forma autista (caso inflación) y lo llevan a un creciente aislamiento con la sociedad. Manifestaciones de ello, en lo económico, fueron: el atraso cambiario –pese a la devaluación de enero del 2014-, el aumento de las tasas de interés, la caída de las exportaciones tanto en volumen como en precio lo que determinó la recesión industrial y la quiebra de las economías regionales, así como el aumento monumental del déficit fiscal, la profundización de la crisis energética y su correlato, en el cuello de botella del Sector Externo. Todos esos efectos, fueron básicamente inducidos por la restricción cambiaria (cepo). En medio de estas restricciones, el kirchnerismo profundizó su entrega a la usura imperialista, para poder obtener un financiamiento externo, que le permita alcanzar las elecciones de octubre sin sobresaltos, que lo llevara a una devolución impensada. Por ello, en el 2014, por una parte utilizó el atraso cambiario como ancla antiinflacionaria, profundizando la recesión y el saqueo de los fondos del ANSES y de las reservas del BCRA y por la otra, llegó a “acuerdos” vergonzosos con la usura imperialista, como el pago en bonos a los “gallegos” de REPSOL, abonándoles u$s 10.000 millones (incluídos los intereses), como premio por haber vaciado a YPF; en la misma línea también le pagó en bonos otros u$s 10.000 millones al llamado Club de París de una deuda inexistente. También firmó con la petrolera imperialista CHEVRON (subsidiaria de EXXON), un contrato leonino con claúsulas secretas, por u$s 1.400 millones. Obviamente estos aspectos económicos, se tocan de suyo con la creciente inseguridad social y el enfrentamientos con el movimientos obrero.
Es en este contexto, y en forma simultánea e independiente de lo que ocurría en la colonia argentina, el imperialismo norteamericano por razones de interés político y económico, –sobretodo la Administración Obama y el Pentágono-, en los dos últimos años fué tomando distancia de los desatinos políticos y militares del sector más fascista de la pandilla nazi-sionista de Tel Aviv, encabezado por el Presidente del estado sionista, Benjamín Netanyahu. En todo el mundo, ese hecho era clarísimo, salvo en la Argentina, donde la oposición cipaya (los partidos pseudo democráticos) y las organizaciones sionistas (DAIA y AMIA) al Gobierno, continuaron “batiendo el parche” acerca de la “responsabilidad” iraní, en la voladura de la AMIA, sin ninguna prueba. Montado en la campaña aludida, Nisman incrementó el nivel de sus “denuncias”, con pedidos de investigación a la Presidente Cristina Fernández y a algunos de sus patéticos seguidores, como el Canciller Héctor Timerman (hombre del sionismo, con triple ciudadanía (argentina, israelí y norteamericana) y propagandista del golpe del 76), el maestro Luis D´Elía, payaso de la Corte de los Milagros cristinista y otros que es mejor no nombrar, los que, de acuerdo a los papeles del fiscal, formaban parte de una supuesta “diplomacia paralela”, que trataba con los gobiernos venezolano e iraní. El Grupo Clarín y LA NACION, propagandizaron esas mentiras disparatadas y candidatos como Sergio Masa (Frente Renovador), encabezaba la exigencia de “tirar abajo”, el acuerdo con Irán. Cristina Fernández, en su omnipotencia y su tendencia a mentir una y otra vez, continuó con las ya reiteradas consignas de “…Clarín miente…”, pero como el pastorcito que siempre amenazaba con la llegada del lobo, el día que finalmente este llegó, nadie le creyó.
Nisman, nada tenía que ofrecer, el lunes 19 de enero de 2015, en la interpelación parlamentaria de la Cámara de Diputados, después de diez años de investigación. La posibilidad de su exoneración, era más que una posibilidad, por cuanto nada tenía para informar, salvo alcahueterías de bajísimo nivel, recortes periodísticos y escuchas telefónicas de menor cuantía. La muerte, por suicidio u homicidio. Impediría que dicha reunión tuviera lugar. En cualquiera de los dos casos, el notorio perjudicado es el propio gobierno kirchnerista, que en lo inmediato, es como un boxeador en la lona, cuando el arbitro le está contando los puntos del knock out. El suicidio es la posibilidad más factible en este contexto, por la situación cierta de Nisman de tener que pasar un papelón en la interpelación del lunes 19 de enero. Pero, suponiendo un asesinato, los posibles instigadores serían: la CIA, el MOSSAD y grupos desplazados de la SI, por el reciente descabezamiento de la cúpula efectuada por la Presidente Fernández, ligados a aquellas. Para la agencia norteamericana, Nisman había dejado de prestar utilidad, pasando de ser idiota útil a idiota inútil. La CIA, cínicamente se “lavó las manos”, diciendo extraoficialmente que la muerte de Nisman, fué un asesinato efectuado por una célula del gobierno, pero deslindó toda responsabilidad de que el hecho lo hubiesen ejecutado grupos iraníes. El MOSSAD, por obvias razones “metió violín en bosa, nada ha dicho, ni oficial no extraoficialmente. Que grupos colonizados de la ex SIDE, encabezados por el Ing. Stiuso lo efectuara, no resulta creíble. Solo queda el suicidio. De cualquier forma, la muerte del fiscal Antonio Nisman, seguirá impune. Este crimen, como muchos otros crímenes y atentados políticos, ocurridos desde 1955, quedarán impunes, mientras no vuelva a regir en la Argentina, el principio de Soberanía del Pueblo.
Lo importante de esta muerte, es que inicia el principio de descomposición político del sistema instaurado con el golpe del 76, aunque los circunstanciales protagonistas de la democracia colonial, no sean conscientes de ello.
En noviembre de 1916, un grupo de aristócratas zaristas asesinaron al cura siberiano Grigori Rasputín, hombre disoluto, pero de gran influencia sobre la zarina Alicia y sobre la corte imperial, pensando ingenuamente que con su muerte, iban a resolver los problemas de la Vieja Rusia instaurando un sistema parlamentario a la europea. Pero la historia, discurriría por otros canales impensados por las clases dominantes y el imperialismo. Un año después, en octubre de 1917, en el Palacio de Invierno, ondearían las banderas rojas del proletariado que realizaría la primera Revolución Socialista del mundo y terminarían con 1.000 años de zarismo e iniciarían una nueva etapa para la humanidad, triunfando en la Guerra Civil, por medio del Ejército Rojo, sobre las fuerzas coaligadas del imperialismo mundial.
En la Argentina, todo es extranjero: la tierra, el agua, los hidrocarburos, la minería, el mar argentino y la riqueza, lo mismo que las empresas del Estado que fueron construidas con el esfuerzo de todos los argentinos, están usurpados por la usura imperialista y sus aliados nativos de los Grandes Grupos Económicos. El colonialismo inglés, ha establecido en las Islas Malvinas, la Fortaleza Falkland –con el apoyo de las burguesías imperialistas europea y norteamericana-, para poder saquear nuestras riquezas marinas pesqueras y petroleras. La usura imperialista, succiona la plusvalía generada por el trabajo de los argentinos, por la cobardía de una partidocracia respetuosa de aquella, condenando a la Argentina al estancamiento económico y a los argentinos a la miseria y a la exclusión social. El Estado ha sido extranjerizado y servicios extranjeros imperialistas y sionistas, tienen una inaceptable intromisión en los asuntos internos de la Argentina y en la fijación de políticas. No tenemos FFAA, pués su disolución fué una de las principales tareas de la desmalvinización, comenzada con la caída de Puerto Argentino el 14 de junio de 1982 y bendecida por los partidos del régimen.
El esclarecimiento de la muerte del fiscal Nisman, como muchos de otros crímenes y atentados que están impunes desde 1955, no será factible sin recuperar la Patria y esa es la primera tarea de la Revolución Nacional. Y para recuperar la Patria, el Pueblo argentino, tiene que colocarse en posición de combate contra el imperialismo, contra el sionismo y sus aliados nativos. Con las banderas del 17 de octubre de 1945, del Cordobazo del 29 de mayo de 1969 y de la gloriosa Recuperación de las Islas Malvinas del 2 de abril de 1982. Por la recuperación del patrimonio usurpado de tierras, recursos, empresas del Estado y de las Islas Malvinas. Basta de corrupción y de robo por parte de las mafias enquistadas en el Estado. Basta de extranjerización de la economía y de la cultura. Basta de narcotráfico. No al pago de la ilegítima y fraudulenta deuda Externa. Por la Recuperación del Estado Nación y en marcha hacia el Socialismo. Por la solidaridad activa con los Pueblos del Tercer Mundo y ahora de la Europa en lucha contra la usura imperialista. Basta de sumisión y viva la lucha del Pueblo argentino.
Leopoldo Markus
Sec. Prensa y Propaganda
Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN 2ª época)
leopoldo.markus.gmail.com
5411-15-5118-7367
Buenos Aires, 2 de febrero de 2015
III
LA MUERTE DEL AGENTE NORTEAMERICANO-ISRAELI ALBERTO NISMAN
SOCIALISMO LATINOAMERICANO – IZQUIERDA NACIONAL
León Chávez
21.1.15
Tras las denuncias infundadas ¿podrá el gobierno remontar la crisis política desatada por la ofensiva del imperialismo y sus agentes vernáculos con su coro de caceroleros reaccionarios?
Tanto las absurdas denuncias contra Cristina Kirchner formuladas por el fiscal Alberto Nisman como su posterior muerte por aparente suicidio, horas antes de tener que mostrar las pruebas de esas denuncias ante un cuerpo legislativo, han desatado una formidable crisis política cuyo desenlace resulta incierto.
Para la corporación mediática comandada por el Grupo Clarín, y para el conjunto de la oposición partidocrática, se trata de una nueva oportunidad de acorralar al gobierno y desprestigiarlo ante una “opinión pública” que ellos manipulan a su antojo. El objetivo de máxima sería provocar la caída de la Presidenta interrumpiendo su mandato; el objetivo de mínima, derrotarla en las elecciones de octubre, ya sea a manos de alguno de los candidatos francamente opositores (Macri, Massa, Cobos, Binner, De la Sota, etc.) o, de no ser ello posible, a manos del candidato que han conseguido instalar en el seno mismo del oficialismo (Daniel Scioli).
La verosimilitud contra la verdad
¿Por qué razón las denuncias de Nisman adquieren tanta importancia no obstante su falta de entidad y sustento? Porque su propósito es colocar a la Presidenta, y por extensión al país entero, en el campo de fuerzas al que Estados Unidos, Israel y el imperialismo europeo califican como “terrorismo internacional”. Esto significa convertirse en el blanco potencial de alguna acción militar de parte de estos “defensores de la libertad y la democracia”, que no andan conmiramientos a la hora de masacrar con toneladas de bombas a poblaciones indefensas. El fallecido fiscal Nisman, un hombre que se reportaba diariamente a Estados Unidos e Israel (como testimonian los cables de WikiLeaks), estaba encargado de instalar la “pista iraní” sobre el atentado a la AMIA (en realidad a la DAIA) de 1994. Esta “pista” consistía y consiste en culpar a la República Islámica de Irán por el atentado y en fabricar las pruebas necesarias a fin de tornar si no veraz, al menos verosímil la acusación. Poco importa a los mandantes de Nisman que los acusados sean en realidad los responsables del atentado (hasta es probable que sepan con absoluta certeza que no lo son). Lo que importa es que culpabilizar a Irán favorece sus objetivos político-estratégicos. Al firmar un “memorándum de entendimiento” con Irán a fin de avanzar en el esclarecimiento del atentado, Cristina Kirchner desafió esos objetivos político-estratégicos. De ahí que el fallecido fiscal, cumpliendo órdenes de sus mandantes, haya decidido “tirar una bomba” (como él mismo le expresó a otro agente de la embajada norteamericana, el periodista Joaquín Morales Solá) y denunciar a Cristina por algo así como “encubrimiento de los terroristas”.
Aunque Nisman no aportó pruebas fehacientes sobre su denuncia, de entrada ésta se tornó “verosímil”. La verosimilitud, como escribe el periodista opositor Jorge Fernández Díaz, “tiene más peso que lo veraz”. Con una enorme dosis de cinismo, otro columnista estrella de La Nación, Carlos Pagni, lo explica así: “Como enseñó Platón, la política se mueve en el reino de la opinión, que está basada en apariencias. Por eso el gobierno paga un costo enorme. La lectura de la desaparición de Nisman está condicionada por un formato inapelable. Esto es: un fiscal denunció a la Presidenta por encubrir a los autores de un ataque terrorista y, horas antes de exponer sus pruebas ante un grupo de legisladores, aparece muerto en su departamento”. Y remata sarcásticamente: “Lo señaló la licenciada Saintout: el contexto modela los significados”.
Los escribas de la derecha proimperialista no tienen pruritos a la hora de decir a viva voz que la verdad de los hechos no tiene importancia, y que estamos asistiendo a una operación política construida mediáticamente a partir de “verosimilitudes” y “apariencias”.
Los caceroleros de Belgrano y Barrio Norte que salieron a la calle llevando carteles con la consigna “Yo soy Nisman”, copiada del circo que los racistas franceses armaron tras el atentado a Charlie Hebdo, son la consecuencia natural de esta operación política, pero también de largos años de “tinellización” de la cultura, que han profundizado la lobotomización ciudadana practicada por la dictadura contrarrevolucionaria de 1976. Los miembros de la comunidad judía que acompañaron la convocatoria de DAIA y AMIA son, por su parte, víctimas del control que el sionismo ejerce sobre el judaísmo mundial, poniéndolo a remolque de los intereses imperialistas que más tarde o más temprano le mostrarán su verdadero rostro a sus presuntos protegidos.
¿Suicidio o asesinato?
Las evidencias de que Nisman se suicidó son tan abrumadoras que quienes desean estar en presencia de un asesinato han debido retroceder hacia el calificativo de “suicidio inducido”. ¿Qué significa esto? Que si bien Nisman se quitó la vida por sí mismo, pudo haber sido presionado para hacerlo por “terceros”. En este punto la pregunta es: ¿quiénes serían esos “terceros”? Confiando en el “formato inapelable” del relato, como diría mister Pagni, la oposición mediático-partidocrática descuenta que las miradas se dirigirán hacia el gobierno: el fiscal denunció a Cristina, y horas antes de tener que probar su denuncia, aparece muerto en su lujosa vivienda. Si hubo presiones, o algo más que presiones, ¿deberían haber procedido de los denunciados por Nisman? Es lo que uno pensaría si le contaran que en un país como Italia, Ucrania o Venezuela, por ejemplo, apareció con un tiro en la cabeza un funcionario judicial que denunció al jefe de Estado. Ahora bien, ¿las cosas son como parecen?
Es sabido que para resolver un crimen los investigadores empiezan por preguntarse a quién ha beneficiado. En este caso: ¿beneficia algobierno la muerte de Nisman? La pregunta se contesta sola: ¡en modo alguno! Nisman había formulado importantes denuncias que todavía tenía que probar. El propio Pagni, además de otros voceros de la oposición, reconocía en su columna del lunes en La Nación, escrita antes de conocerse la muerte del fiscal, que la denuncia estaba atravesada por “graves falencias”. Es decir, que muy probablemente las pruebas flaquearan. O sea que Nisman andaba “flojo de papeles”, como suele decirse. Se hablaba de “escuchas” en las que militantes populares como Larroque, DElía o Esteche aparecen supuestamente diciendo lo que todo el mundo sabe que ellos piensan. Pero aunque las pruebas existieran y fueran sólidas, lo que no es el caso, la desaparición de Nisman no las afectaría, puesto que se encuentran asentadas en cientos de discos. ¿Por qué razón entonces el Gobierno iba a inducir a Nisman al suicidio? Decididamente: al gobierno Nisman le servía más vivo que muerto.
Por el contrario, podría especularse más razonablemente con que los interesados en la desaparición de Nisman hayan sido aquellos mismos oscuros factores de poder entre los que el fiscal se venía moviendo desde hace años. Primero, estos factores de poder se beneficiaban con sus denuncias, debidamente amplificadas a travésde los medios adictos, y en un contexto signado por el circo parisino que “sensibilizaba” a la “opinión pública” tinellizada. Poco importaba que las denuncias de Nisman, en el momento de ser presentadas, fueran verdaderas. Sólo importaba que fueran verosímiles. Pero una vez presentadas las denuncias, había que impedir que el gobierno tuviera la oportunidad de desbaratarlas. ¿Cómo conseguirlo, si se sabía que estaban atravesadas por “graves falencias”? El modo políticamente más efectivo de conseguirlo era generar otro hecho resonante que desplazarla la atención desde el contenido de las denuncias hacia la persona del denunciante. Este hecho, por añadidura, tornaría todavía más verosímiles las denuncias, aun cuando su veracidad fuera nula. Y es en este “contexto” en el que Nisman aparece con un balazo en la cabeza.
Alcanza con echar una ojeada a la historia más reciente para advertir que las organizaciones criminales a las que estaba vuinculado Nisman —la CIA y el Mossad— no tienen reparos en sacrificar a sus propios agentes si ello resulta necesario para los intereses que defienden. Al fin y al cabo, aunque Nisman haya obtenido a cambio de su colaboración un alto estándar de vida y otros beneficios, no dejó nunca de ser un simple perejil en medio de una trama política que seguramente excedía sus capacidades.
Lo que se viene
En el gobierno “no saben lo que les espera”, escribió amenazante en La Nación el columnista invitado Alvaro Abós. Pero no resulta un misterio saber a qué se refiere.Se ha abierto una profunda crisis en la que las fuerzas políticas y sociales más regresivas de la Argentina semicolonial intentarán asestar al gobierno de Cristina Kirchner un golpe letal. El sistema de fuerzas hostiles al gobierno y al pueblo argentino es poderoso: la partidocracia demoliberal de izquierda a derecha, la “familia” judicial y la corporación mediática, las grandes entidades patronales del campo, las finanzas y la industria, y hasta un sector de la burocracia sindical. También una parte del movimiento estudiantil, conducida por corrientes ultraizquierdistas “neofubistas”. Por encima de ellos, el imperialismo “occidental” encabezado por Estados Unidos y los más poderosos países europeos, acompañados, como siempre, del implacable perro guardián nazi-sionista. Es un bloque de fuerzas decidido a abortar la menor perspectiva de mantener abierto o reabrir un curso nacional, democrático y antiimperialista en América Latina. Son los mismos, aunque aggiornados, que derrocaron a los gobiernos populares en 1955 y 1976.
Nosotros, los socialistas de la Izquierda Nacional, no somos kirchneristas (¡puesto que somos socialistas de la Izquierda Nacional!). Sin embargo, lejos estamos de mantenernos al margen de la pelea cuando quienes se enfrentan son el propio país semicolonial, con todas sus contradicciones a cuestas, y los intereses foráneos apoyados por los cipayos de adentro. Por esta razón, exigimos al gobierno de Cristina Kirchner que ponga en marcha ya mismo la movilización de los trabajadores y el pueblo argentino para desbaratar la ofensiva oligárquico-imperialista. En el camino de la emancipación nacional y social, aún pendientes, no se avanza retrocediendo.