CUATRO NOTAS DEL PROF. PEDRO GODOY DEL CEDECH

Por:
Pedro Godoy

Publicado el 01/03/2015

1.-

CARRERA, PORTALES Y RREE

 En Santiago de Chile el exHotel Carrera ahora alberga a la Cancillería. Se mantiene el nombre del prócer quien, durante, su mandato funda el Ministerio de RREE. Todo un símbolo: el húsar trágico, inaugura, aunque en posturas antagónicas, junto con el coronel Tomás de Figueroa,  la intervención de las FFAA en política. Mediante tres cuartelazos primero interviene y luego disuelve nuestro I Congreso Nacional. Termina imponiendo fugaz autocracia.

Algo más acotado a diplomacia: con su gobierno comienza la intromisión, en Chile, de EEUU. Eso explica el influjo del cónsul Joel Roberto Poinsset. Este  inspira el Reglamento Constitucional de 1812 que establece formulaciones lesivas a la Iglesia. Es un agente ligado a los servicios de espionaje de Washington. Después aparece impulsando la guerra de EEUU a México que significa, a esa república, la usurpación de la mitad de su territorio.

Carrera es enemigo del Ejército Libertador de los Andes. En oposición a O´Higgins promueve el aislacionismo. Acusa a San Martín del intento de convertir a Chile en “una obscura provincia del Río de la Plata”. Incluso es autor de una caricatura –quizás la primera con propósito político- en la cual  el generalísimo trasandino monta al chillanejo representado como un borrico y látigo en mano maneja a rebaño ovejas que es el pueblo chileno.

 También se opone al despacho de diputados chilenos al Congreso del Cono Sur efectuado en Tucumán. Ese Carrera -proyanqui y fragmentador del Cono Sur- con su matrícula de “golpista”, a 200 años de distancia, arriba, simbólicamente, a secundar ayer a Soledad Alvear y a Ignacio Walker Prieto...y ahora a Heraldo Muñoz cuya patriotería lo empuja a obstaculizar el dialogo con Bolivia e incluso a criticar post factum el fallo de La Haya respecto a Perú.

 Así el nuevo hogar de nuestra diplomacia se denomina Carrera con toda esa carga negativa. Eso es poco... en la muralla del titular de la Cartera está el retrato de Diego Portales Palazuelos. Se trata del belicista  personaje impulsor de la guerra de Chile contra la Confederación Perú- Boliviana (1835-1839) culminada, después de dos expediciones, en Yungay, Ello cuatro decenios antes de la Guerra del Guano y el Salitre (1879-1883).

2.-

LA  LEYENDA  NEGRA ANTIESPAÑOLA

 

La erosión de nuestra identidad comienza temprano con la leyenda negra. La plasma el P. Las Casas. La usan los emancipadores para legitimar la ruptura con Madrid. En el XX la estimula Hollywood, la escuela y el   texto. Hoy la TV estimula la gringomanía cuyo reverso es la hispanofobia. El efecto: autodenigrarse por no ser longilineos, blodos y de ojos azules. El vigor económico de EEUU y Europa que se muestra en la pantalla y que fluye de lo  enseñado en aula y del imaginario colectivo refuerza ese desdén por lo propio. Resulta frecuente que la pereza se atribuya a los ancestros propios. Estos no podían generar progenie dinámica y aseada. La piel olivácea y el pelo azabache  se identifican con la siesta y con la mugre.

 

El repiqueteo continúa con ucronías que legitima el docente al lamentar que no nos colonizaran británicos, holandeses –por último- franceses o italianos. Se redondea el enfoque con la lapida en que se anota: “pero tocarnos los españoles”… Es lo que Rodó denomina la “nordomanía” que se mixtura con la hispanofobia. Se enseñará Historia Universal –ampuloso adjetivo que apenas si se refiere a Europa- y en esa materia jamás habrá un  módulo sobre Historia de España. Los textos presentarán a Galvarino a punto de perder las manos y a Caupolicán empujado sobre un tabladillo para el empalamiento. De allí se deriva el remoquete de crueles y abusivos adosado a los conquistadores.

 

El mestizaje es ignorado. Da la impresión que Chile nace por generación espontáneo como hongo tras una lluvia el 18 de septiembre de 1810. Hacia atrás, oscurantismo y perversidad. Los mapuches son los héroes. Sin embargo, por otro camino .quizás algo soterrado- se usa la expresión “indio” como agravio y nadie quiere serlo. Investigación efectuada en comuna capitalina de ínfimos ingresos las familias opinan que los mapuches residentes son individuos “borrachos”, “amargados”, “flojos” y “porfiados”. En suma, detestables. Como conscriptos son vejados  y es común atribuir el supuesto atraso económico y turbulencia política de Bolivia al alto porcentaje de población amerindia.

 

El inmisericorde bombardeo sobre nuestros antepasados “no deja títere con cabeza” en el alma de millones. Los enfoques anotados que se incorporan con la leche materna empujan al automenoscabo. Están tan incorporados que constituyen axiomas, es decir, ecuaciones que no ameritan examen. Se asumen como la Cordillera y el océano, dicho de otro modo, integra el paisaje. La matriz originaria está en la leyenda negra que –aprovechando el fervor justicialista de Bartolomé de las Casas- usan los Países Bajos -en aquella época insurreccionado contra Madrid- como argumento para legitimar su alzamiento. De allí aquello de “es más difícil que clavar una pica en Flandes”.

 

Los rebeldes flamencos transfieren al Reino Unido y éste a  EEUU la leyenda negra. Se tiñe con luteranismo. Corrientes ideológicas de la vertiente laica la gasolinean como el propósito de enjuiciar a la Iglesia como la depositaria de disvalores que bloquean el “progreso”:  contemplación, incuria,  resignación, laxitud… La hispanidad se presenta en connivencia con lo católico. De perilla viene entonces otra comparación fácil, pero igualmente erosionante: EEUU se desarrolla  porque está libre de la rémora que significa nuestra fe ¿Quienes la introducen?, pues los sacerdotes… españoles. Así los círculos se fatalidad se multiplican y el complejo de inferioridad se hace colosal.

 

Se empalma “el efecto deslumbramiento” –ese  fetichismo por lo euroyanqui- con “el quiebre de motivación de pertenencia”. Este se manifiesta en no querer ser lo que somos y juzgarnos de segunda o tercera clase por nuestros ancestros-. La autoestima queda triturada. Si a una persona le insistimos que sus progenitores son ella, prostituta y el, delincuente la cosecha es la amargura, sentirnos leprosos. En el mejor de los casos un resignarnos a un presente del cual no somos responsables y negar nuestras raíces De allí la sobrevaloración que poseen en nuestro medio los apellidos europeos. La clase modesta al no poderse “engringar vía consanguínea” opta por el bautizo con nombres exóticos.

 

La leyenda negra al disparar sobre lo ibérico deteriora el sustento del  rescate de la unidad de Hispanoamérica. Lo que la integra es la sabana ibérica. No somos forasteros los chilenos en México o Paraguay, menos en Argentina. Habrá –en todo sitio- xenófobos, pero la sangre, la lengua y la fe con todo lo que los tres elementos implican anulan la condición de extranjeros que pudiéramos experimentar en Tegucigalpa, Barranquilla o Mendoza. Hay, sin embargo, un fenómeno que amerita  análisis mayor: ¿por qué hay quienes al desplazarse ven sólo lo distinto que juzgan inferior a lo propio? ¿Por qué otros ven siempre lo similar que estiman equivalente a lo criollo? Sin duda, un tema de psicología.

 

Otra arista de la leyenda negra es la nostalgia por el ayer aborigen. No obstante, la mochila racista es potente y el modelo norteamericano explicitado en el lema “el único indio bueno es el indio muerto” se impone. Los tardíos lascasianos se obnubilan con ruinas mayas y vierten lágrimas por la captura de Atahualpa, pero al fin de la reflexión rehuyen la muchedumbre amerindia en una calle de Antigua, de una asamblea de Cuzco, el matrimonio de un retoño con un representante de “la minoría étnica” o se manifiestan confundidos con la hipotética fundación de una República Mapuche. No captan el mestizaje como el fundamento de nuestra identidad.

 

Esa mixtura la tuvo muy clara Bolívar, no así Chávez que suprime el 12 de octubre como Día de la Raza y anuncia que nuestra América debe denominarse “América India”. Esta devoción indigenista es la otra cara de la leyenda negra. Nos pulveriza y es una política incentivada desde los centros mundiales de poder. Concordamos en aquello que el Descubrimiento es una fórmula virreinalista y eso de Encuentro de Dos Mundos un marbete equivocado. Ello porque son tres los mundos si a lo peninsular se suma lo aborigen y a ambos lo africano. Aquello es algo más que un encontrarse es fundirse. Por ello en aquel 1992 CEDECh propuso la expresión V Centenario: fusión de tres Mundos.

 

     

3.-

GEOPOLITICA O ARQUEOLOGIA

 

Cada república de nuestra América posee su geopolítica. La conservan y cultivan las cúpulas de las respectivas FFAA. Se enseña en las Escuelas Matrices. En función de sus fundamentos las academias castrenses efectúan "juegos de guerra" y barajan "hipótesis de conflicto". Obvio. tienden redes de espionaje y contraespionaje. Es lo usual y escandaliarse

por una denuncia de este tipo o desmentirla es parte del show.

 

Como caja de resonancia operan -en el faldeo de la pirámide- tenientes, sargentos y cabos. Fuera del cuartel están, cual ventrílocuos, los periodistas y los docentes. Los combustibles son el odio, el desprecio o el recelo al país fronterizo. A sus habitante se le visualiza como inferiores. Son potencialmente los enemigo de ayer, de hoy, de mañana y de siempre. Así se calca la polemológica del siglo XIX europeo.

 

Esa postiza geopolítica legitima los chauvinismos. Su complemento son la maratón armamentista que no sólo empobrece a cada país, sino también envuelve turbios negocios. En tales negocios la clase política envuelve a los altos jefes castrenses. Los artefactos bélicos de tierra, aire y mar exigen personal ad hoc y, por ende, becas a Europa y EEUU y dependencia en cuanto a repuestos. A pocos años los artefactos son chatarra.

 

Esta arcaica geopolítica se impone después de la Independencia. La concepción de Patria Grande que impulsaron los libertadores muy pronto cae echa añicos. La erosionan los Santander, los Páez, los Flores, los Castilla o los Portales. Tempranamente -apenas en 1835- Santiago se empeña en destruir la Confederación Perú-Boliviana. Lo logra en Yungay. Fragmentadores peruanos y bolivianos premian a los invasores. 

 

 La victoria de los atomizadores sobre los unificadores es completa. "No dejan títere con cabeza". Las oligarquías locales, a tres bandas, los endiosan convirtiéndolos en fetiches de bronce o mármol. A los libertadores les recortan el pedestal y ocultan sus postulados de integración. Se califica de "sueño" el proyecto bolivariano y las Facultades de Derecho enseñan: "el Estado es la nación políticamente organizada".

 

El afán desmenuzador ahora es aun más frenético. Está en alianza con los indigenismos de moda. Se escucha de un panmapuchismo que abarcaría comarcas chilenoargentinas. Por fortuna se extingue la quimera maya del subcomandante Marcos. Sin embargo, se intenta el renacer  de la "nación aymará". Se refundaría el Collasuyo. Con ello se superaría el encierro centenario de Bolivia.

 

Se trata de una geopolítica de museo aun más dañiña que la tradicional bosquejada. Igual derecho a la autodeterminación podrán exigir de otras etnias aborígenes. Por ejemplo,  los quechuas buscarán su abrevadero en el Cuzco.   Exigirán  ser reconocidos como "nacionalidad" los guaranies que, obvio, encontrarán oxígeno en Asunción. Sería una geopolítica de arqueólogos con negativos efectos. Lo ya dividido se subdividiría.

 

 

4.- DAWSON 1974: LA HISTORIA OFICIAL

 

 

Una isla austral con clima polar es convertida en campo de confinamiento por el régimen inaugurado el 11 de septiembre de 1973. Allí, bajo la tuición de la Armada, está un segmento de la cúpula de la UP. Permanece separada de líderes intermedios y básicos provenientes de nuestro extremo sur.

 

Poco después del Año Nuevo de 1974 los denominados “prisioneros de guerra” logran de la jefatura naval –no sin forcejeo- autorización para efectuar un festival artístico y atlético. Se efectúa bajo la estricta vigilancia de los esbirros. A lo que se quiere llegar es que la fecha elegida: 20 de enero…

 

El 20.O1.1839 se libra la batalla de Yungay. Así culmina un fratricidio que destruye el experimento integrador de Andrés Santa Cruz. La oligarquía mapochina -encabezada por Portales- impone así el aislacionismo chilensis. OHiggins y Freire, asilados en Lima, simpatizan con la Confederación Perú-Boliviana.

 

El hecho de armas es lo más retardatario acaecido en los albores de nuestra historia republicana. La clase dominante lo impone como efeméride. El 20 de enero se celebra –hasta hoy- como Fiesta del Roto Chileno. Los relegados –se supone internacionalistas, ni siquiera se exige sean bolivarianos- la escogen ¡Qué miopía!

 

Del episodio se puede hacer todo tipo de comentarios. Sin embargo, hay uno indesmentible: “izquierdistas” ilustrados e ignaros coinciden, con sus carceleros, en la visión del ayer. No hubo ninguna voz disidente. El prisma con que miran el pasado es el mismo. Quizás, hasta juntos, entonan la Canción de Yungay…

 

Esta ausencia de prisma bolivariano para analizar nuestro pasado gravita negativamente en los enfoques de las izquierdas. Resulta –ahora mismo- a propósito de los litigios enb La Haya con Perú y ahora con Bolivia el PS y el PC así como la DC  hacen causa común con La Moneda y su canciller chauvinista.

 

Jamás esas fuerzas han sido claras en denunciar el armamentismo y los turbios negocios que implica. “Peras al olmo” será pedir que revisen las causas, consecuencias y desenlaces de la Guerra del Pacífico. Ese analfabetismo explica el festejo cuyo escenario fuera el campo de concentración de Dawson.