CAMBIO CLIMATICO Y SOBERANIA ALIMENTARIA

Por:
Oscar Paz Rada

Publicado el 01/11/2008

En un momento crucial para la humanidad donde la debacle económica de los poderosos amenaza con impactar la economía mundial y muy particularmente la de los países en vías de desarrollo; en que la crisis energética esta en ascenso y donde la seguridad alimentaria esta en alto riesgo en virtud de la fuerte presión de los mercados demandantes y en el que el cambio climático está poniendo en riesgo todo proceso de desarrollo económico, se hace indispensable plantear y fortalecer las políticas de seguridad alimentaria en los países del sur.



Las políticas proteccionistas para los agricultores que han estado apoyando a ultranza los Estados Unidos y los países de Europa pertrechados en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y exigiendo que nuestros países, por el contrario, sean acólitos del libre mercado, hoy más que nunca tienen un sentido inverso para los países en vías de desarrollo, es decir cambiar el rol drásticamente y fortalecer los mercados internos de alimentos y profundizar el sentido complementario de la seguridad y soberanía alimentaria.


Si a ello sumamos que en el nuevo escenario económico varios países desarrollados han empezado a poner en duda sus futuras obligaciones a contraer en los compromisos post Kyoto, que la humanidad espera de los principales y más grandes países que históricamente han emitido gases de efecto invernadero a la atmósfera, la situación es crítica. Si tomamos en cuenta que la propia FAO estableció que la crisis de alimentos tal vez podría ser superada recién en el 2015, lo cual es imposible ya que el cambio climático, según el último reporte del IPCC1, pondrá en riesgo los procesos agrícolas como fruto de los cambios de temperatura y precipitación, así como por el aumento de eventos extremos.


Contrariamente a todo lo previsto países como Italia, Alemania y otros de Europa ya no están decididos a asumir compromisos vinculantes que signifiquen reducciones drásticas de emisiones. Recordemos que la UE está apuntalando un compromiso de más de 20% de reducción de emisiones hasta el año 2020 y llegar a entre 50% y 70% de reducción en el 2050.


La reunión del consejo de Medio Ambiente de la UE realizada en Luxemburgo ha priorizado un espíritu proteccionista de ciertas industria obsoletas e intensas en carbono, con lo que las aspiraciones a avanzar en Poznan primero, a fines de este año, y en Copenhague el 2009 dejan un sabor amargo. Ni que comentar de los Estados Unidos que ante una Unión Europea débil seguro que reforzará su posición anti compromisos globales y humanitarios.


Los ministros de Medio Ambiente, (según www.timetolead.eu) una semana después del acuerdo de los países de la UE de destinar 2.000.000 millones de euros a medidas de apoyo al sector financiero, se han retractado respecto a la inversión de 70.000-90.000 millones de euros necesaria en 2020 para garantizar el futuro de las próximas generaciones a través del paquete europeo sobre clima y energía.


La FAO en ocasión del día mundial de la alimentación estableció que el cambio climático tiene consecuencias para todos, pero las regiones más pobres ya están siendo sus primeras víctimas. Lo más probable es que la situación empeore en las próximas décadas. La peor parte corresponderá a los centenares de millones de personas vulnerables que padecen inseguridad alimentaria: los pequeños productores agrícolas y forestales, ganaderos y pescadores. La evolución de la temperatura y las precipitaciones, así como la mayor frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, seguramente darán lugar a reducciones de la producción agropecuaria, con las consiguientes repercusiones negativas sobre el acceso a los alimentos.


Por lo anterior se puede inferir que no habría medidas vinculantes responsables por parte de los países desarrollados en el proceso de implementación de la Convención del Clima, lo cual pondría en alerta la posibilidad de superar el umbral de dos grados centígrados del calentamiento medio del planeta, lo cual es altamente riesgoso. Recuérdese que hay un consenso entre los científicos de que excederse los dos grados centígrados representaría una amenaza a la vida de millones de personas, quienes podrían sufrir las consecuencias de inundaciones, así como también un atentado a la integridad de muchas especies e ingresar en un proceso insostenible de inseguridad alimentaria. El cuarto informe del IPCC en materia de seguridad alimentaria plantea que por encima de los 2ºC los niveles de productividad de cereales se reducirán drásticamente.


Sin embargo, esta aun latente la pregunta ¿si actualmente 0,8ºC de incrementó en la temperatura está provocando impactos irreversibles, cómo será llegar a 2ºC para los países con economías débiles?


En el caso particular de América latina el IPCC señala que la productividad en los más importantes cereales decrecerá y la productividad de las pasturas declinará, con consecuencias adversas para la seguridad alimentaria. De ello se deriva que el número de personas en riesgo de hambre se incrementará. Recordemos que en la actualidad existen ya en el mundo 923 millones de personas subnutridas.


El preocupante cambio climático, la crisis económica, los agro-biocombustibles, la inseguridad alimentaria, la desnutrición y la mayor demanda alimentaria, debe llevarnos a generar una política agresiva de auto proteccionismo para nuestros productos en todo orden, ya que las señales de los países grandes no dejan otra opción.

1 Intergubernamental Panel of Climate Change.