CARRERA, PORTALES Y RREE

Por:
Pedro Godoy

Publicado el 01/04/2015

En Santiago de Chile el exHotel Carrera ahora alberga a la Cancillería. Se mantiene el nombre del prócer quien, durante, su mandato funda el Ministerio de RREE. Todo un símbolo: el húsar trágico, inaugura, aunque en posturas antagónicas, junto con el coronel Tomás de Figueroa,  la intervención de las FFAA en política. Mediante tres cuartelazos primero interviene y luego disuelve nuestro I Congreso Nacional. Termina imponiendo fugaz autocracia.

Algo más acotado a diplomacia: con su gobierno comienza la intromisión, en Chile, de EEUU. Eso explica el influjo del cónsul Joel Roberto Poinsset. Este  inspira el Reglamento Constitucional de 1812 que establece formulaciones lesivas a la Iglesia. Es un agente ligado a los servicios de espionaje de Washington. Después aparece impulsando la guerra de EEUU a México que significa, a esa república, la usurpación de la mitad de su territorio.

Carrera es enemigo del Ejército Libertador de los Andes. En oposición a O´Higgins promueve el aislacionismo. Acusa a San Martín del intento de convertir a Chile en “una obscura provincia del Río de la Plata”. Incluso es autor de una caricatura –quizás la primera con propósito político- en la cual  el generalísimo trasandino monta al chillanejo representado como un borrico y látigo en mano maneja a rebaño ovejas que es el pueblo chileno.

 También se opone al despacho de diputados chilenos al Congreso del Cono Sur efectuado en Tucumán. Ese Carrera -proyanqui y fragmentador del Cono Sur- con su matrícula de “golpista”, a 200 años de distancia, arriba, simbólicamente, a secundar ayer a Soledad Alvear y a Ignacio Walker Prieto...y ahora a Heraldo Muñoz cuya patriotería lo empuja a obstaculizar el dialogo con Bolivia e incluso a criticar post factum el fallo de La Haya respecto a Perú.

 Así el nuevo hogar de nuestra diplomacia se denomina Carrera con toda esa carga negativa. Eso es poco... en la muralla del titular de la Cartera está el retrato de Diego Portales Palazuelos. Se trata del belicista  personaje impulsor de la guerra de Chile contra la Confederación Perú- Boliviana (1835-1839) culminada, después de dos expediciones, en Yungay, Ello cuatro decenios antes de la Guerra del Guano y el Salitre (1879-1883).