Durante la reunión de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur) que se realizará el próximo 17 de julio en Brasilia (Brasil), el gobierno del Paraguay finalmente firmará el protocolo de adhesión de Bolivia a ese bloque de integración subregional y allanará el camino para el ingreso boliviano como socio pleno con todos los beneficios y obligaciones de los demás países que conforman el grupo.
El 7 de diciembre de 2012, Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela –junto a Bolivia- suscribieron el Protocolo de Adhesión del país al Mercosur; Paraguay no firmó ese documento por estar suspendido del bloque a raíz del juicio político y la destitución del entonces presidente Fernando Lugo, el 22 de junio de ese mismo año, acusado de ser el responsable de la muerte de seis policías y 11 campesinos durante un enfrentamiento.
Paraguay impugnó ese documento porque consideró que “no tenía validez jurídica” y bloqueó el ingreso de Bolivia como socio pleno del Mercosur. Sin embargo y a raíz de la profundización de las relaciones bilaterales entre ambos países, la postura paraguaya cambió radicalmente y ese cambio será plasmado en la cumbre presidencial de Brasilia.
Además, la adhesión de Bolivia al bloque ya fue aprobada por los parlamentos de Argentina, Uruguay y Venezuela, que ya ratificaron el Protocolo de Adhesión, y se prevé que los congresos de Brasil y de Paraguay también se pronuncien durante el segundo semestre de este año.
El Mercosur es un bloque de integración que fue suscrito el 26 de marzo de 1991 en Asunción, capital de Paraguay, instituido inicialmente por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al que en fases posteriores se han incorporado Venezuela y Bolivia, ésta última en proceso de adhesión.
Su objetivo es lograr una mayor integración de sus economías y así mejorar la vida de sus habitantes, además de ocuparse de temas como educación, protección del medio ambiente, mejoramiento de pasos fronterizos, salud y la vigencia plena de la democracia en los países del bloque.
El pasado 29 de junio, el presidente Evo Morales visitó en Asunción a su colega paraguayo Horacio Cartes, en lo que se considera la profundización de las relaciones bilaterales entre dos países que entre 1932 y 1935  libraron la Guerra del Chaco y cuyo 80 aniversario del cese hostilidades fue celebrado el pasado 14 de junio en la ciudad boliviana de Villamontes, a cuyo acto no pudo asistir Cartes por cuestiones climáticas.
La visita del presidente Morales permitió la firma de trascendentales acuerdos entre ambos países, particularmente en el rubro energético. Uno de esos acuerdos, según anunciaron los dos presidentes, prevé que las petroleras estatales YPFB y Petropar, de Bolivia y Paraguay, respectivamente, trabajarán juntas en la distribución de GLP boliviano para reducir en el vecino país el precio de la garrafa de consumo doméstico.
En ese encuentro el presidente Cartes agradeció a Morales la predisposición para trabajar juntos. “Te sigo siempre, cómo has cambiado los números de Bolivia, te decía a solas y te lo quiero decir delante de toda la prensa, felicitaciones. Queremos seguir tus pasos porque tu bandera fue la gente, te dedicaste a atender a la gente y darle más confort”, aseguró Cartes, según el diario paraguayo ABC Color.
Por su parte, el presidente Morales también elogió a Cartes por su gestión y señaló que es hora de trabajar juntos para el beneficio de ambos pueblos.
Y en ese contexto de profundización de las relaciones bilaterales, Paraguay firmará finalmente el Protocolo de Adhesión de Bolivia al Mercosur y porque sus actuales autoridades –electas por el voto popular, a diferencia de aquellas que asumieron luego de la destitución de Lugo- saben que la integración de los pueblos, por encima de las afinidades o las desavenencias políticas que pudieran tener los gobiernos, es el camino hacia el desarrollo.
Y uno de los primeros desafíos que ambos países asumirían de manera conjunta en el seno del Mercosur, es la propuesta de Alfonso González, presidente del grupo paraguayo en el Parlamento del Mercosur (Parlasur), quien instó a Bolivia a superar “conjuntamente” las “peripecias del aislamiento” que afecta a ambos países mediterráneos, los únicos sin salida al mar en Suramérica.