La importancia de una aproximación histórica

Con sus posturas y pronunciamientos referidos a las
injusticias en la humanidad y su posicionamiento a favor de los más pobres, de
los trabajadores y, en general, de los excluidos, el Papa Francisco, desde el
inicio de su Pontificado, sorprendió gratamente a los militantes de movimientos
populares de todo el mundo, por contraste con sus dos antecesores.
El mismo hecho de haber elegido el nombre de
Francisco, con toda la carga simbólica que tiene San Francisco de Asís, sea
para el comportamiento de las personas o incluso al interior de la Iglesia,
representa en sí mismo un hecho histórico y revolucionario. Ningún otro
pontífice ha tenido el coraje de honrar a Francisco de Asís.
En todos los asuntos sobre los que se ha
pronunciado –la guerra en Siria, el hambre, la migración de africanos a Europa,
la cuestión del desempleo, las personas sin hogar, etc.–, lo ha hecho siempre
con una posición clara y firme; sin temor a señalar culpabilidades, abandonando
la postura diplomática anterior, que justificaba la postura del Vaticano de
estar siempre al lado de los poderosos y de organismos internacionales.
Por otra parte, desde un primer momento también viene
impulsando cambios conducentes a un proceso de democracia interna dentro de los
organismos del Vaticano, que se han convertido en verdaderas monarquías
centralizadas, al tiempo que con valentía ha establecido sanciones contra
aquellos miembros de la Iglesia comprometidos en actos criminales, pero que
antes se los escondía bajo la alfombra.
El diálogo con los movimientos populares
Con estos vientos de cambio, desde el segundo
semestre de 2013 comenzamos a recibir señales de que le gustaría tender puentes
con movimientos populares de todo el mundo. Como tenía lazos históricos
con movimientos de trabajadores precarios de Argentina, a través de ellos
iniciamos los primeros diálogos respecto a cómo organizar una reunión mundial
de movimientos populares.
A finales de 2013, en el Vaticano, con la
participación de la Pontificia Academia de Ciencias y de la Comisión de
Justicia y Paz, tuvimos diversas conversaciones para hacer realidad la voluntad
del Papa Francisco. Realizamos un primer seminario para debatir las
razones de las desigualdades sociales en el mundo, y cómo las veíamos desde los
movimientos populares.
Después, propusimos y entregamos un documento
elaborado por nueve científicos de todo el mundo, vinculados a Vía Campesina
internacional, que trata de explicar al Papa las razones de por qué las
semillas transgénicas y los agrotóxicos son un peligro para la humanidad y la
naturaleza.
En esta secuencia de nuestro diálogo permanente,
realizamos un Encuentro Mundial de Movimientos Populares con el Papa Francisco
en octubre de 2014. En la preparación del encuentro, por consenso se
estableció que la representación debía ser de movimientos populares que se
organizan y luchan por resolver tres derechos fundamentales de las personas:
tierra para sembrar, techo para vivir y trabajo digno. También quedó
explícito en nuestras articulaciones que deberíamos evitar tanto
representaciones viciadas de mecanismos internacionales, como representaciones
de la Iglesia, porque ya tienen otros espacios para articularse a nivel
internacional.
De modo que nos encontramos más de 180
representantes de movimientos de trabajadores de todo el mundo, con una amplia
pluralidad de credos religiosos, etnias, género, juventud, orientación sexual y
representación geográfica, de todos los continentes. No hubo de parte del
Papa Francisco o del Vaticano ningún condicionamiento.
El encuentro fue histórico. Por primera
vez en la historia del Vaticano, el Papa se encontró con representantes de
movimientos populares. Nos reunimos en el salón del Sínodo viejo,
utilizado por siglos solamente por cardenales. Él mismo reveló que nunca
antes había estado en ese lugar. Y ahí analizamos los problemas que
enfrentan los trabajadores/as, sus causas y las propuestas para encontrar salidas.
Y en su exposición, el Papa Francisco defendió
un programa síntesis de toda nuestra lucha, en la cual debemos perseverar, para
que no haya más en la humanidad: ¡ninguno campesino sin tierra, ningún
trabajador sin trabajo digno y ninguna familia sin vivienda digna!
Ahora, nuevamente vamos a encontrarnos en Santa
Cruz de la Sierra, Bolivia (9 julio 2015), con ocasión de su visita a ese
país. La representación de los movimientos populares será más grande, con
cerca de 1.500 compañeros y compañeras, principalmente de América del Sur, con
los mismos objetivos: reflexionar sobre nuestra realidad y buscar las
verdaderas soluciones que puedan contribuir para construir una sociedad más
igualitaria, justa y fraterna.
- João Pedro Stedile es miembro de la
Coordinación Nacional del Movimiento Sin Tierra -MST- y de la Vía Campesina
Brasil.
* Artículo publicado en la edición 505 (junio
2015) de la revista América Latina en Movimiento, sobre “Francisco y los
movimientos populares: Tierra, Techo y Trabajo”.http://www.alainet.org/es/revistas/170627