EL ROTO... APUNTES

Por:
Pedro Godoy

Publicado el 01/07/2015

Constituye motivo de análisis el  "roto". Es el chileno estimado típico. Hay algo extraño para el lector del exterior, pues tal categoría sociológica implica valoraciones contrapuestas. Ello pareciera fruto de nuestra crisis de identidad.

 

Desde un ángulo, es el paradigma de “la raza chilena” para usar el estereotipo de Nicolás Palacios. Depositario, por ende, de virtudes como coraje e ingenio, patriotismo y “ñeque”. Desde otro, es el repugnante “curaito” y “chasquilla”, xenófobo y cuchillero.

 

Coke -seudónimo de Jorge Délano-  caricaturista muy destacado-  lo bautiza como Juan Verdejo Larraín. Quizo fundir en ambos apellidos las dos estratos sociales de un país entonces marcadamente biclasista. Figura durante varios decenios en "Topaze" revista de sátira política.

 

El dibujante lo retrata con nariz rojiza, boca desdentada,  sombrerito de ala tijereteada y los pantalones sobre el tobillo. La conmemoración de la batalla de Yungay, en la cual el Chile de Portales destruye la Confederación Perú-Boliviana, se consagra como el Día del Roto..

 

Decenios después el "roto" es caracterizado por Pepo -René Ríos- como "Condorito", un ave de rapiña, humanizado que usa ojotas y poncho e integra el mundo de la historieta. Tiene un éxito conosureño, pues está adoptado en varios países andinos.

 

Del reverso negativo del roto derivan las expresiones como “roteque”, “arrotado”, “rotería”. Roto sería -insisto- sinónimo de ordinariez y grosería, de pauperismo y pereza. Padres y educadores se empeñan en erradicarlo. Nadie quiere ser “roto”.

 

Multitudes, sin embargo, suelen “mostrar la hilacha”. Pasa lo mismo que con “indio”. Se le aplaude en “La Araucana” y en la insignia del Club Colo-Colo y se le tolera en nombre de calles y buques, pero... hasta ahí no más, porque “somos los ingleses de América del Sur”.

 

La expresión “roto”  es un enigma. Cervantes lo menciona en el “Quijote” como “roto de la mala figura”. Hay quienes sostienen que lo originan los soldados capitaneados por Almagro, Después de la  expedición a Chile regresan andrajosos, es decir, “rotos”. 

 

Otros investigadores le atribuyen origen quechua. Derivaría de cierta ceremonia de iniciación que confería al adolescente la mayoridad convirtiéndolo en “rutus”. Sea como fuere no hay claridad meridiana que explique el origen de la expresión.

 

Lo efectivo es que su cara y sello es mestiza. En la materialidad dispone de piel aceitunada, ojo tirante y -en los países limítrofes- con fama de pillo. El miembro de la clase alta dispone de “facha”  de caballero y no de roto lo cual significa pigmento blanco y cabello castaño.. 

 

La clase media sin corbata y con indumentaria desastrada se “arrota”. La clase baja citadina es rota. Ahora no hay harapos ni pies descalzos, pero imposible suprimir el pigmento "acanelado", los pómulos sobresalientes, el cabello lacio y  retinto y el peculiar manejo del idioma.

 

El roto -oh, paradoja- abomina del “indio” porque se cree blanco y discrimina al peruano y al boliviano.  No obstante, es notorio que coexisten en sus ancestros no sólo el hispano de la Conquista, sino también la sangre amerindia.

 

Sin embargo, quizás por el impacto ayer del cine y ahora de la TV  los rotos tratan de ser lo que no son y usan nombre gringos para bautizar sus retoño., Si pueden los matriculan en un The Mac Chuca School. Las esposas del "roto" se “enrubian” el pelo ... 

 

Son síntomas de la “crisis de identidad”. Hay además datos curiosos... por ejemplo ese afán de enfatizar al aludir al "roto... chileno" y también de paso al "huaso... chileno" como si otro país fuera a disputarle  la etiqueta de ambos paradigmas.  

 

 

Prof. Pedro Godoy  P.

Centro de Estudios Chilenos CEDECh

[email protected]  

www.premionacionaldeeducacion.blogspot.com

 

 

 

BALCANIZACION IDIOMATICA

CASTELLANO O MAPUDUNGUN

A propósito de la imposición legal boliviana según la cual los funcionarios públicos deben manejar -además del castellano- uno de los 36 dialectos acorde con la comarca  donde trabajen me permito recordar una situación vivida en mi país. El momento me permite -coincidiendo con Andrés Soliz Rada- manifestar que convertir en multilingue a un país no es asunto que se logre por decreto. Menos por cierto en un plazo de un par de meses. Ello también me invita a comentar que en la España actual las autoridades de Vasconia y Cataluña presionan a los docentes para el aprendizaje, respectivamente, del euskaro y del catalán. En esas lenguas deben enseñar y no en castellano. La amenaza: si no cumplen serán destituidos.

    

 La anècdota es la siguiente... al finalizar 1994 comienza la euforia de los “copiones” mapochinos por la experiencia escolar española. En la Península se vive, a horcajadas de la Transición,  el destape. La democracia se expresa en quemazones del pabellón patrio y  la histeria de los particularismos regionales. Eso de “España una, grande y libre” ya se considera una zarandaja del franquismo, se acentúa el terror de la ETA y el afán por la “modernidad” envuelve a la sociedad española. En ese contexto nos visita, en el Ministerio de Educación, donde me desempeño como asesor, una “experta”  catalana y catedrática. Según recuerdo, auspiciada por el Banco Mundial.

 

Dicta una conferencia sobre la reforma educativa ibérica ante funcionarios de esa Cartera. Lo que motiva esta breve crónica es el cierre de su disertación. Muy segura de sí misma manifiesta. “les agradezco la atención prestada. Sin embargo, les pido disculpas por no usar el idioma del país, sino el castellano”. Quizás por fatiga nadie repara en el disparate. Constituyo la excepción. Me pongo de pie y expreso: “Discúlpeme la colega española, pero aquí el idioma nacional es el castellano. Me avalan Gabriela Mistral, Pablo Neruda y 15 millones de paisanos”. El silencio que se produce se podía cortar con tijera. Lo altera sólo la invitación a un cóctel.

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¿DECADENCIA DE UNA GEOPOLÏTICA?

 

Diego Portales, apenas consolidada la emancipación, empuja a Chile a la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839). Es la primera contienda bélica entre las bisoñas repúblicas hispanoamericanas. Allí nace una geopolítica que hasta hoy conserva vigencia. Le darán, después de la guerra del Pacífico (1879-1883) cuerpo doctrinal los  instructores alemanes contratados, en Berlín, para modernizar nuestras FFAA.

 

Esa geopolítica es aislacionista y, por ende, contrabolivariana. Apunta a señalar a Chile como una ínsula europea rodeada de adversarios. Es el Sindrome de la Fortaleza Asediada SFA . Supone, al estilo israelí, permanecer día y noche con el dedo en el gatillo y estimular el armamentismo. El lema es "Si quieres la paz, prepárate para la guerra". Periodistas y docentes estimulan ese singularismo chilensis que se mezcla con desconfianza y desdén por las tres patrias vecinas.

 

Se explicita esa geopolítica con hipótesis de conflicto. La más temida es la Hipótesis Vecinal 3 HV· 3 que supone un ataque combinado de Argentina, Perú y Bolivia. Los pleitos con Buenos Aires pusieron a Chile al borde de la guerra por problemas limítrofes. Ello a fines del XIX y en 1978. Con Perú hubo tirantez por Tacna y Arica. Santiago esquiva el plebiscito y opta por reintegrar Tacna. El mar es motivo de discordia hasta ahora entre La Paz y Santiago.

 

Nuestros geopolíticos, en caso de HV-3, sostienen que Chile posee como aliado  seguro a Ecuador. Ello por la rivalidad Quito-Lima manifestada en tres guerras (1941, 1981 y 1995). En esta última -violando el Protocolo de Río de Janeiro- Santiago apoya a las FFAA ecuatorianas. Ante una guerra por el Beagle Pinochet impulsa el Acta de Charaña. Hoy existe el Eje Lima-Quito. Correa y Humala suscriben acuerdos que generan perplejidad  a la diplomacia mapochina. 

 

El otro apoyo sería Brasil cuyo afán hegemónico en el área atlántica es conocido. En 1823 hay una guerra con Argentina, pero ahora existe el MERCOSUR y el CELAC. En Itamarati está marchito el antiargentinismo que en 1953 -pese a Getulio Vargas- frustra el ABC propuesto por Juan Perón. Hay activo intercambio de información militar entre Casa Rosada y el Planalto. Aquella solidaridad, en caso de contienda bélica, hoy ha perdido vigencia. 

 

La diplomacia  del Mapocho está profundizando el aislamiento. El ferrocarril Pucalpa-Santos que une Perú y Brasil es otra sorpresa para Heraldo Muñoz. Imposible no recordar que el 2006 ya CEDECh promueve convertir Arica en megapuerto triestatal conectado con Brasil y con área desmilitarizada. Aunque resuelto la querella con Perú en La Haya queda pendiente el pleito con Bolivia. Pareciera que nuestra geopolítica amerita una placa mortuoria.