LA MEJOR SOLIDARIDAD CON LA ARGENTINA, PARA RECUPERAR LAS MALVINAS,
ES MALVINIZAR LA POLITICA DEL ESTADO ARGENTINO

Por:
Leopoldo Markus

Publicado el 01/07/2015

Agradecemos el documento de Eduardo Paz Rada del 29/05/15 sobre Malvinas, pero debe tenerse en cuenta la verdadera medida del alcance de las solidaridades latinoamericanas. Las mismas, muy valiosas en sí mismas, pero tanto por las mismas, como por las presentaciones argentinas en ámbitos internacionales, la República Argentina nada ha obtenido, desde la caída de Puerto Argentino el 14 de junio de 1982. Más aún, desde aquel entonces, la democracia colonial (1983-2015), ha cedido más y más frente al Imperio Británico, solo efectuando declaraciones puramente retóricas contra Gran Bretaña. Mientras tanto, a los ingleses esas declaraciones no les ha movido el amperímetro. La burguesía inglesa ha  hecho lo mismo, en los 150 años anteriores a la 1ª recuperación de 1982. El colonialismo inglés tiene una larga experiencia de más de 500 años en tratar con políticos colonizados de la periferia[1], en particular con la pequeño-burguesía cipaya y antinacional como el kirchnerismo y antes del período de descolonización posterior a la 2ª guerra imperialista, con los rajaes de la India y/o similares.

La política del gobierno kirchnerista sobre Malvinas, solo ha consistido –al igual que todos los gobiernos partidocráticos anteriores, desde 1983-, en efectuar declaraciones puramente retóricas, sin efectuar acciones prácticas contra Inglaterra y tener una pasividad criminal, dejando todo como está desde la caída de Puerto Argentino (14/06/1982)[2]. Mientras tanto los imperialistas y colonialistas ingleses actuaron, avanzando en su política de usurpación en cinco planos,  a saber:

a)  Asegurarse la continuidad del intercambio comercial con la Argentina, como si el conflicto malvinero, no hubiese existido (1999 y 2000).

b)  asegurarse el reconocimiento diplomático europeo de la usurpación británica (2010),

c)  profundizar su presencia militar en el archipiélago, de modo tal de avanzar en el pillaje depredador de la pesca y la prospección petrolera en el perímetro marino de las islas,

d)  avanzar en dirección hacia la Antártida argentina y,

e)  utilizar la legislación entreguista argentina de las empresas del Estado y de los recursos naturales[3],  participando en el pillaje minero e hidrocarburífero en el territorio continental, por medio de empresas inglesas o del área del Conmowealt (australianas, canadienses, etc).

 

La política británica, desde la caída de Puerto Argentino, con la complicidad de las clases dominantes argentinas, de los partidos políticos argentinos –incluido el Peronismo-  y de los intereses económicos anglosajones, ha sido anestesiar al Pueblo Argentino, para que este olvide la gesta malvinera y se culpe a la dictadura colonial, como responsable de la recuperación del 2 de abril de 1982, descalificando políticamente la misma como una aventura irresponsable.

La desmalvinización cultural impuesta a los argentinos a partir de la caída de Puerto Argentino el 14 de junio de 1982, es un vergonzoso mensaje de sumisión ideológica hacia el imperialismo mundial. El mensaje del bloque de poder dominante, constituido por banqueros y grandes grupos económicos, es que notificaron a Gran Bretaña, a Europa Occidental y a los EEUU,  de que nuestro país nunca más vuelva a levantarse en el futuro contra el orden imperial con el objeto de recuperar el archipiélago usurpado y que,  muy por el contrario, nuestros recursos naturales y empresas públicas puedan ser sometidos al pillaje imperialista –con la cínica complicidad de los políticos-. Ese es el pensamiento colonizado que prima en la Argentina, desde el 14 de junio de 1982 y que la Revolución Nacional deberá revertir para poner en marcha al país.

Los argentinos somos parias en nuestra tierra. A partir de 1976[4] fuímos despojados de todo aquello que nos pertenece: la cultura, el agua, el gas, el petróleo, los aviones, los teléfonos, el acero, los minerales, las tierras, los bosques, la fauna ictícola, las empresas privadas y del Estado argentinas y los recursos naturales, entregados a precio vil y nos obligan a pagar la ilegítima Deuda Externa con hambre y desocupación. Se oculta que, más allá de los crímenes de la dictadura, existe un estado de indefensión nacional, pués el país no dispone de FFAA. El sistema de Producción para la Defensa fué destruído en forma criminal y suprimido el Servicio Militar Obligatorio –base de la Defensa Nacional-, pués esas fueron algunas de las imposiciones que Gran Bretaña le exigió a la República Argentina en Madrid en febrero de 1990 en un vergonzoso Tratado de Paz, que en rigor de verdad es un Tratado de Rendición y que los señores Carlos Menem (Presidente de la República), Domingo Felipe Cavallo (Ministro de RREE) y Guido Di Tella (Embajador en los EEUU), firmaron, en un acto de verdadera traición a la Patria.

Las mismas FFAA, que hasta días antes de la recuperación malvinera, habían sido las carceleras del Pueblo Argentino -en beneficio del FMI y sus aliados nativos-, tuvieron que entrar en combate con las fuerzas imperialistas de la OTAN. Así volvieron a reencontrarse con el Pueblo Argentino, como había ocurrido durante las Invasiones Inglesas (1806-1807), como en las Guerras de la Independencia (1810-1824), como en la Vuelta de Obligado (1845), como en las luchas por la federalización de la Ciudad de Buenos Aires (1879), como en 1916 y 1945, cuando fueron elegidos por el voto popular, Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón. Se había roto el proceso desnacionalizatorio de nuestras instituciones militares, comenzado el 16 de septiembre de 1955.

La caída de Puerto Argentino, fué la derrota de una batalla, no de una guerra. Lo mismo  ocurrió durante las guerras de la Independencia en que las fuerzas patriotas tuvieron derrotas entre 1810 y 1820, en numerosas batallas terrestres como Ayohuma, Sipe Sipe, Cancha Rayada, etc o en combates navales en el Río de la Plata. Pese a ello, los patriotas se sobrepusieron a esas transitorias derrotas, declarando la Independencia Nacional el 9 de Julio de 1816 e iniciando la campaña libertadora, el 9 de diciembre de 1824 en la Batalla de Ayacucho, donde se unirían las fuerzas argentinas, chilenas y peruanas con el ejército colombo-venezolano, que comandaba Simón Bolívar y que concluiría definitivamente con el Imperio Español en América del Sur. A diferencia de los patriotas argentinos de 1816, las fuerzas internas de la contrarrevolución en 1982, sirvientes del orden imperial -por medio de los partidos del régimen-, transformaron la derrota militar de Puerto Argentina en la derrota de una guerra, que constituyó la base de la posterior sumisión de la democracia colonial a la usura financiera -privatizaciones, Plan Brady, achicamiento del Estado y de sus FFAA, extranjerización de la cultura y de la economía y satelización hacia los EEUU. El 14 de junio de 1982, nuestro país no estaba vencido y el Estado y las FFAA estaban intactas. Era posible continuar la guerra por otros medios. Eso es lo que las clases dominantes argentinas, una parte de los altos mandos de las FFAA y el conjunto de los intereses económicos ligados a Gran Bretaña y a los EEUU, la prensa del régimen (LA NACION, Clarín, etc), los partidos políticos (que gobiernan desde 1983), no querían hacer. Lo que querían, era hacer olvidar a los argentinos de la gesta más importante que efectuó la Argentina en 150 años de vida independiente, debido a que ello chocaba con sus intereses íntimamente ligados con el occidente imperialista. Por ello, para esos intereses, era imperativo desmalvinizar al país.

El kirchnerismo, continúa la política desmalvinizadora iniciada el 14 de junio de 1982, tanto por su base social electoral, como por la naturaleza de Unión Democrática rediviva. Néstor Kirchner y sobre todo Cristina Fernández, que expresa a la dirección ultracorrompida del Partido Justicialista (PJ)[5], aliado con los enemigos históricos del Peronismo: el Partido Comunista Argentino (PCA), los miembros de los grupos terroristas que se alzaron en armas para derrocar al Gobierno Popular sustentado en 7,5 millones de votos[6] (ERP y Montoneros), junto a renegados de otros partidos. Esta peculiar y nueva Unión Democrática, continúa la política de sumisión hacia la usura imperialista y por ello no es de extrañar que la Presidenta Fernández haya designado como Secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, al stalinista Daniel Filmus. Ni Cristina Fernández ni mucho menos Filmus, fuera de la retórica para consumo de las agrupaciones juveniles kirchneristas, están dispuestos a efectuar una verdadera política malvinizadora[7]. Por supuesto que los colonialistas ingleses, que tienen experiencia en el trato con los políticos colonizados, deben sonreír en privado, acerca de los arrestos pseudo nacionalistas del kirchnerismo, aunque en público les da la excusa  formal, para aumentar los efectivos, barcos y aviones, ante el peligro del “rearme argentino”, que llevaría a una nueva “invasión” de las Islas Falkland.

La cuestión, es entender que no basta con acciones propagandísticas “…en universidades, parlamentos, centros académicos, jurídicos y diplomáticos desarrollen actividades de debate y compulsa en torno a los argumentos legales y del derecho internacional sobre la disputa de la soberanía de las islas Malvinas, como ya se hizo en varios países europeos; y que se formen redes virtuales para debatir el problema…”. Si bién es necesario y bienvenidas esas acciones, pero ello no modificará la actitud inglesa. Solo cuando se afecte su bolsillo y haya un cambio en la sociedad británica que simpatice con la reivindicación argentina, pero esto último debe constituir el resultado de acciones propagandísticas, dirigidas en esa dirección. A juicio de la Izquierda Nacional para ello, hay que accionar en dos planos, que obliguen a la burguesía británica a tomar la decisión, contra su voluntad, de sentarse a negociar la entrega de las Islas Malvinas. Dichos planos son:

1.- En política interna, malvinizando al país,

2.- En Gran Bretaña y Europa, llegando a las clases obreras inglesa y europea, aliados naturales de la clase obrera argentina y a sectores universitarios verdaderamente progresistas, que dinamicen los debates.

 

1.- La malvinización de la Argentina

Hay ciertos pasos básicos que un gobierno al servicio de los intereses, debería dar, a los efectos de obligar a GB, a que cumpla con la Resolución Nº 2065/1965 de la Comisión de Descolonización de la ONU, que obliga a la potencia usurpadora, a sentarse con la República Argentina, para acordar la devolución a esta última, del archipiélago usurpado desde el 01/01/1833. Ellos son:

a)       Denuncia de los Tratados de Amistad y Comercio (1825) y de los Tratados de Rendición (1989 y 1990).

 

Hay que terminar con el Tratado de Amistad y Comercio, suscripto en 1825 entre la Confederación Argentina y el Imperio Británico, que consideró al Imperio como nación más favorecida. Ese infame tratado, que nunca fue derogado, fué el inicio de sucesivas capitulaciones de la oligarquía argentina, inclusive con la usurpación británica de Malvinas y la batalla de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845. Ese tratado, profundizado durante el período 1880-1930, en que se estableció la relación de complementariedad y dominación entre la burguesía inglesa y la oligarquía argentina y en 1934 con el Tratado Roca – Runciman.

La Argentina debe denunciar -por inválidos-, los Tratados de Londres (noviembre 1989) y Madrid (febrero 1990), verdaderos Tratados de Rendición, que nunca fueron aprobados por el Congreso de la Nación[8]. Dichos tratados fueron firmados por Carlos Menem, como Presidente de la República; Domingo Felipe Cavallo, como Ministro de RREE y Torcuato Di Tella (fallecido) como Embajador en los EEUU y en donde se aceptaron las vergonzosas exigencias de los colonialistas ingleses, sin oponer ni siquiera cuestiones de forma. Por dichas firmas, un gobierno nacional deberá  enjuiciar a los firmantes como “infames traidores a la Patria” y juzgarlos en consecuencia.

De hecho, los colonialistas ingleses ya han violado los tratados varias veces, con sus groseras provocaciones contra la República Argentina; armando una poderosa base militar aeronaval en Malvinas; efectuando maniobras militares sin dar previo aviso a la Argentina como dicen los tratados[9] en su letra. La guarnición militar inglesa en Puerto Argentino, tiene unos 1.900 efectivos,  integrados por marinos, aviadores y soldados  –además de las tripulaciones de las naves en puerto-. Además de ello, la Fortaleza Falkland dispone de poderosas fragatas de última generación y aviones supersónicos como los Typhoon, que pueden alcanzar el continente argentino, en pocos minutos. Esa guarnición militar, está puesta para proteger el pillaje de la fauna ictícola y de la exploración petrolera en el perímetro exterior de Malvinas -dentro de los límites del Mar Argentino (200 km)-, por parte de empresas inglesas y de otras nacionalidades. British Petroleum, -entre otras empresas- está efectuando prospección en el área marina de Malvinas y simultáneamente extrae petróleo y gas del yacimiento Cerro Dragón, el más productivo de la Argentina, 200 km al oeste de Comodoro Rivadavia, Pcia. del Chubut. Ese yacimiento le fue otorgado por la Legislatura de la Provincia del Chubut por 30 años, o sea hasta agotarlo. Ni un solo gobierno ni partidos de la pseudo oposición desde 1983, han denunciado esta situación y convalidaron,  de hecho, con la usurpación.

b)      Represalias económicas a las empresas inglesas

 

Sin disparar un solo tiro, hay que ocasionarle a la burguesía inglesa un daño económico significativo. Hay varias medidas que deben tomarse, por ej. derogar la ley Nº 24.196 de Inversiones Mineras, aprobada por el Congreso menemista el 1989, con el apoyo de la Senadora Cristina Fernández y el entonces Gobernador Néstor Kirchner –fervientes menemistas-, que autoriza “legalmente” al pillaje imperialista de las riquezas mineras argentinas, metalíferas y no metalíferas. La mayor parte de las empresas que operan en la Cordillera, para extraer y exportar[10], entre otros minerales metalíferos, oro (Au), plata (Ag), molibdeno (Mo), cobre (Cu), Li (Li), Zinc (Zn), Estaño (Sn), uranio (U) hierro (Fe), platino (Pt), etc.

La irracional entrega de los recursos mineros, incluye la inexistencia de restricciones a la explotación extranjera de minerales preciosos -oro, plata y platino-, estratégicos -litio, molibdeno, cesio, rubidio, uranio, etc-, nucleares y otros, hecho que ningún país soberano serio, permitiría hacer.

Un elemento central para la toma de decisiones de los pools mineros, radica en los bajos costos de producción, fundados en los bajísimos salarios -obra de los ajustes fiscales- y la existencia de buena infraestructura, que determinan externalidades que permite que la extracción minera a cielos abierto, tenga un costo 40% más bajo en Argentina y Chile, con respecto a los costos de  producción de Australia.

Obviamente en este esquema, absolutamente entreguista y servil con el capital imperialista, coimas mediante para funcionarios venales, se complementa con las características de las explotaciones propiamente dichas.

Las empresas mineras, en su mayor parte, son inglesas, canadienses o australianas, que si se les quita concesión y ocupando el Estado argentino los yacimientos con fuerzas militares, terminaría con la usurpación y podría ocuparse de la parte extractiva propiamente dicha, además de poder encarar las tareas de fundición y refinación, que es el mayor valor agregado que hoy día se efectúa en las metrópolis imperialistas. Legalmente, habría que derogar la ley de Inversiones Mineras al igual que otras leyes de la entrega y establecer una nueva legislación, basada en el art. 40º de la Constitución de 1949, que deberá ser restablecido.

La derogación de los tratados de Londres y Madrid y de su anexo económico –de noviembre de 1990-, que le confiere a Gran Bretaña, el carácter de Nación más favorecida para el tratamiento de sus inversiones, en igualdad de condiciones con los residentes argentinos. Este tratamiento, verdadero dislate jurídico, con una nación que es nuestra tradicional enemiga y con quién hemos tenido un episodio bélico –que probablemente se repita- y cuando la sociedad argentina tiene capacidad de creación de riqueza, pero que debe ser aplicada al financiamiento productivo y social de nuestro país y no en favor de una potencia imperialista y colonialista que usurpa parte de nuestro territorio.

c)       El rearme argentino y el restablecimiento del Servicio Militar Obligatorio.

 

Además de las represalias económicas argentinas, mencionadas en el punto b), hay que elevarles a los ingleses el costo de mantenimiento de la Fortaleza Falkland. Ningún país soberano, que tiene defender sus intereses políticos, económicos y territoriales, enfrentando a otras potencias –como es el caso de Gran Bretaña-, sin tener una fuerza militar que, aún sin llegar al conflicto armado, sostenga los derechos en conflicto. El criminal “pacifismo” imperante en la República Argentina desde 1982, inducido sin duda alguna por acciones psicológicas efectuadas por los servicios de inteligencia imperialistas, ingleses (MI 5), norteamericanos (CIA), franceses e israelíes (MOSSAD), con la ayuda del Servicio Civil de la Colonia, constituido por periodistas, divulgadores, comunicadores sociales, educadores, historiadores, economistas, etc, todos con una anglofilia, ha conseguido el desarme y achicamiento de las FFAA.

En 1975,  la República Argentina con 25.000.000 de habitantes tenía 200.000 efectivos. A comienzos del 2010, nuestras FFAA se habían reducido a menos de 80.000 hombres bajo las armas, para un país de 40.000.000 de habitantes y una superficie continental de 2.800.000 km2. O sea que la Argentina, con un incremento poblacional del orden del 60%, en el período 1976-2010, tuvo un decrecimiento en efectivos del 60%. El presupuesto presente de las FFAA, está en el orden del 1,5% del PBI, cuando los países vecinos como Chile y Brasil, además de Venezuela y Perú gastan entre el 2,5 y el 3% de sus PBI. Pero estos son solo porcentajes del achicamiento presupuestario y consiguientemente de las fuerzas. Nada dice esto, de la continua campaña de descalificación antimilitarista por los medios de comunicación,  estatales y privados, así como de los partidos y partiditos de la izquierda cipaya. El Ejército Argentino suprimió regimientos en áreas de frontera, en un inmenso país con fronteras terrestres y acuáticas. La aviación naval ha sido destruida y la Fuerza Aérea Argentina no puede hacer volar a sus aviones, por falta de mantenimiento y de combustible. La Marina de Guerra no puede patrullar el Mar Argentino, dentro de los 200 km de nuestra soberanía y debe observar impávida al pillaje de la pesca que efectúan legal e ilegalmente, naves extranjeras.

Las FFAA hasta 1975, estaban perfectamente abastecidas por Fabricaciones Militares, por el Area Militar Córdoba y por Astilleros y Fabricaciones Navales del Estado (AFNE). Las provisiones de calzado, indumentaria, municiones, elementos ópticos y electrónicos, así como toda clase de armamento incluida artillería de largo alcance (cañones de 155 mm de 30 km de alcance), elementos mecanizados (camiones, tanques livianos y pesados, semiorugas, etc), fragatas, aviones, eran todos de fabricación argentina. El Area Militar Córdoba, ex Fábrica Militar de Aviones (fundada en 1927) –luego Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), luego IME (Industrias Mecánicas del Estado)-,  produjo en 1951 un monoreactor de combate llamado Pulqui II, que era competitivo con sus similares norteamericano Sabre F86 y el soviético Mig 15. Además de material de vuelo de uso militar, IAME fabricaba autos, tractores, motocicletas y toda clase de elementos industriales. Durante el conflicto de Malvinas, operó un caza anti infantería (Pucará) –fabricado en el Area Militar Córdoba-, turbohélice, que causó estragos a los infantes de marina ingleses, que estaban desembarcando en San Carlos. El Area Militar Córdoba, por obra de los gobiernos desmalvinizadores, hoy día está prácticamente paralizado desde hace 15 años. De los 12.000 trabajadores civiles y militares de sus mejores épocas, en el presente vegetan apenas 2.000. Es tal la fiebre antimilitarista del kirchnerismo, que hubo un “Ministro de Defensa” y ex responsable del Area Militar Córdoba,, Arturo Puricelli, que quiso “privatizarla”. Afortunadamente las autoridades, revieron tamaño despropósito del ex Ministro. El Ministro Puricelli, está sospechado de negociaciones incompatibles con la función pública y autorizó sobreprecios en los gastos de diferentes campañas antárticas. Esa es la clase de “peronistas”, que integran al gobierno kirchnerista.

 

La Fuerza Aérea Argentina, no ha podido reponer las unidades perdidas en 1982 y el presupuesto de mantenimiento del material de vuelo, no permite sostener conflicto alguno, más de un día. Los accidentes mortales de naves y pilotos están a la orden del día, por falta de mantenimiento. Lo mismo ocurre en la Armada Argentina. El menemismo, “vendió” como “chatarra por u$s 250.000.-, la nave insignia de la Marina de Guerra el portaaviones ARA 25 de Mayo a la Armada de Brasil”, -previa “canibalización” de sus piezas estratégicas-, Esa acción criminal, la efectuó Carlos Menem, que solo por esa acción, debería ser juzgado como Traidor a la Patria. Las naves de superficie de la Armada Argentina, no tienen mantenimiento ni combustible alguno. El destructor (ARA) Santísima Trinidad, se hundió el 21/01/2013 en el apostadero naval de Puerto Belgrano, lo que en modo alguno fué obra de la casualidad. El hundimiento de la nave, fue consecuencia de un criminal y deliberado retaceo de recursos presupuestarios a las FFAA, ordenado por el PEN  (Cristina Fernández) y aplaudido por todos los sectores pro británicos y desmalvinizadores- para destruirlas y para que desaparezca toda capacidad de Defensa de la República Argentina, lo que es perfectamente funcional con los intereses del ocupante inglés de Malvinas. En el caso del rompehielos ARA Almirante Irizar, hace más de 8 años que está en reparaciones, de resultas de un siniestro –nunca esclarecido-, mientras estaba en navegación[11]. Para abastecer las bases argentinas en Antártida, en reemplazo del Irizar, se han contratado barcos y helicópteros extranjeros, a los que se pagó en solo en concepto de alquileres, u$s 61 millones. A esos importes, hay que sumarles los gastos invertidos, en las tareas de reparación que se efectúan en el Astillero TANDANOR. Los especialistas dicen con lo ya invertido en la reparación del Irizar, se podría haber comprado un rompehielos nuevo o tres usados. Este año habrá nuevos alquileres.

 

Como es lógico suponer las acciones referidas en los párrafos anteriores, en modo alguno han sido casuales. Desde 1983, existe una política del Estado colonizado, de los partidos políticos partidocráticos y de los medios de comunicación, todos sirvientes del imperialismo, que sin pérdida de continuidad, está destinada a destruir tanto a las FFAA como al Estado Nación. En rigor de verdad, esa política comenzó con el golpe imperialista del 24 de marzo de 1976 –para complementar al golpe del 55- y esa política tenía un claro propósito: destruir la obra histórica del Peronismo, entre 1946 y 1955 y que defensivamente se expresó entre 1973 y 1976. Para el bloque dominante, el imperialismo, la usura internacional, los Grandes Grupos Económicos y la oligarquía terrateniente, había que terminar con la semiautarquía del país respecto del Mercado Mundial. Para ello había que abrir las fronteras económicas. Para el bloque mencionado, había que terminar con el Estado como agente económico activo, regalando las Empresas Públicas. Había que terminar con la presencia política del proletariado en la cosa pública. Había que terminar toda alusión al art. 40 de la Constitución de 1949, que estableció constitucionalmente que el subsuelo de la Nación pertenecía en forma imprescriptible e inalienable a la Nación, con la correspondiente participación de las provincias. Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado y bajo ningún concepto podrán ser enajenados o concedidos para su explotación. La memoria frágil de la conducción ultracorrompida del PJ y de sus aliados partidocráticos, parecen haber “olvidado” de todo esto, pero la recuperación de Malvinas actualizó el conflicto no resuelto y la lucha de clases.

 

El rearme argentino, tiene por objeto sostener los legítimos derechos de la República Argentina sobre el archipiélago de la Islas Malvinas, usurpado por el colonialismo inglés el 1º de Nero de 1833. La Argentina no tiene un pasado colonialista ni imperialista, como Gran Bretaña, los EEUU, Europa Occidental o Japón, los que han recurrido a lo largo de la historia, expediciones militares, destinadas a esclavizar a los Pueblos de Asia, Africa y América Latina, con el objeto de saquear sus recursos e imponerles el pillaje y la tiranía. Pero, no se puede caer en la pueril ingenuidad de que el Imperio Británico –aún reducido a la mínima expresión-, entregará el archipiélago en forma pacífica, solo porque a los argentinos nos asisten los derechos y la legalidad. Ese es el argumento esgrimido por la partidocracia, que la Argentina solo recurrirá a reclamos diplomáticos en los ámbitos internacionales, para “exigir” a Gran Bretaña, que nos “devuelva” las Malvinas. Con ese argumento, falaz en sí mismo, la burguesía británica agotará en un tiempo finito los recursos malvineros (pesca y petróleo submarino) y ocurrido dicho agotamiento, tal vez, se sentará con la Argentina para discutir los términos de la devolución. de las islas.  El rearme argentino, junto con el restablecimiento del Servicio Militar Obligatorio y la ocupación de los yacimientos mineros e hidrocarburíferas continentales, son instrumentos de esa política nacional, lo que es perfectamente funcional al concepto napoleónico de la Nación en armas[12].

 

El restablecimiento del Servicio Militar Obligatorio (SMO), forma parte, ya no de homogeneización[13] de los ciudadanos, tal como lo pensaron a comienzos del siglo XX, los Generales Pablo Ricchieri y Julio Argentino Roca. Ahora, está la recuperación del Estado Nación, la defensa y custodia de los Recursos naturales renovables y no renovables, que son los que despiertan la codicia de los países imperialistas. En una primera aproximación, una actualización del personal de las FFAA, no sería menor a los 300.000 efectivos, entre clases, suboficiales y oficialidad. De esos 300.000 hombres sobre las armas, un 50%, unos150.000 ciudadanos de 18 a 20 años, serían la nueva camada de soldados conscriptos. Los números son tentativos y en el momento de aplicar las medidas, se ajustarán a las necesidades específicas.

 

Reequipar a las FFAA, supone un eventual nuevo conflicto por Malvinas[14]La Argentina no tiene una hipótesis de conflicto: tiene un conflicto, por la ocupación colonialista de Malvinas[15]. Por la experiencia del conflicto de 1982 y por la naturaleza insular de las islas, se debe privilegiar la calidad a la cantidad, o sea hay que actualizar en primer término a la Fuerza Aérea y a la Armada. La Fuerza Aérea debe equiparse pero no con rezagos de los países imperialistas, sino de otros países amigos. Pero también hay que poner en funcionamiento al Area Militar Córdoba y establecer las necesidades de la aviación que pudiera ser provista por ese sector industrial. A la Armada, hay que dotarla de una poderosa fuerza submarina, que equipare militarmente las fuerzas de Gran Bretaña estacionadas en Malvinas. Pero también hay que asistir al mantenimiento de nuestra fuerza naval, para custodiar la soberanía en el mar.  Hay que recuperar la Aviación Naval y un portaaviones que reemplace al 25 de Mayo. También hay que actualizar al Ejército como fuerza de tierra, en las condiciones de custodia terrestre de nuestras fronteras. Debe ponerse en situación de producción a las 27 empresas que integraban a la Dirección General de Fabricaciones Militares, para poder abastecer a las FFAA, lo mismo que al Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de las FFAA (CITEFA). Pero ello,  debe estar en coordinación con el programa de renacionalización de las Empresas Públicas que debe efectuarse previa derogación de las Leyes Nº 21.5126 (Entidades Financieras), 23.696 (Emergencia Económica), 23.697 (Reforma del Estado), 24.196 (Inversiones Mineras) y la adecuación privatista de la ley 15.336  (Sector Eléctrico).

 

Se podrá objetar el esquema que se menciona, por los costos que resultaría y que la Argentina no estaría en condiciones de afrontar económicamente el restablecimiento del SMO y el reequipamiento de las FFAA, habida cuenta los problemas existentes de infraestructura y de Servicios. A ese argumento el PSIN 2ª época responde que desde 1976, los vendepatria civiles y militares que han estado y están a cargo del Estado, han pagado a la usura imperialista u$s 400.000 millones (equivalentes a un PBI) de una deuda ilegítima y fraudulenta. Que debe otros otros u$s 400.000 millones[16] y se han fugado u$s 200.000 millones de ciudadanos y empresas argentinas, facilitados por la lenidad de la legislación vigente, que se encuentran en el extranjero en forma de propiedades, acciones, efectivo –en paraísos fiscales-, etc. La deuda pública de la Argentina en 1975, era de unos u$s 5.500 millones, que sumada a la privada de u$s 4.500 millones, hacía a un total de u$s 9.000 millones. Quiere decir que si se pagaron u$s 400.000 millones entre 1976 y el 2014 a la usura imperialista, en 38 años se amortizaron 73 veces la deuda pública de origen, que sí era legítima. Si consideramos la suma de deuda pública y privada, se pagaron 45 veces. Dentro de esos pagos, en mayo de 1982 estuvieron u$s 19.000 millones de la Deuda Privada de los Grandes Grupos Económicos (GGE), que fueron estatizados y que el Estado tomó a su cargo para salvar a los GGE. Esa maniobra vergonzosa, la consumó Domingo Felipe Cavallo, en su condición de Presidente del BCRA de la dictadura colonial y en medio del enfrentamiento con GB. Solo dejando de pagar una deuda ilegítima y fraudulenta que fue creada, con el único control de las bayonetas de un ejército gendarme de la usura imperialista.

 

Dicho en otras palabras, por falta de soberanía  política y económica la Argentina no puede, ni la dejan acumular capital dentro de nuestras fronteras, lo que impide tener FFAA que cuiden nuestra soberanía en tierra, mar y aire, dado que equiparlas y restablecer el SMO es muy costoso. Pués bién, tener FFAA que cumplan con sus deberes constitucionales es costosopero preserva nuestras libertades e instituciones, frente al chantaje y a la violencia de las burguesías imperialistas, las que con métodos nazi-fascistas pretenden constituirse en policías de la humanidad y saquear los recursos de todo el mundo. Pero el dilema, también es aplicable a tener una buena Educación, una buena Salud Pública, Viviendas, plena ocupación y altos salarios. Sin soberanía y sin independencia, no se puede cumplir con esas obligaciones del Estado y que este, prisionero de la usura imperialista, hace muchos años que no cumple.

 

2.- En Gran Bretaña y Europa, llegando a las clases obreras inglesa y europea, aliados naturales de la clase obrera argentina.

 

Los verdaderos aliados internacionales de la República Argentina en su demanda de recuperación de las Islas Malvinas, en primer término, están los Pueblos de América Latina. Como olvidar la solidaridad con la Argentina de los Gobiernos y Pueblos de Cuba, de Perú, de Venezuela, de Panamá, así como de otros países hermanos latinoamericanos, que no lo explicitaron por su cercanía geográfica a los EEUU. En la infame votación del Consejo de Seguridad de la ONU –Resolución Nº 502/82, que declaró a la Argentina como país agresor –por la recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982-, con el voto de los EEUU, de Gran Bretaña y de Francia y la abstención de la URSS y de China, el único país que se opuso fué la República de Panamá. Era la Panamá del Cnel. Omar Torrijos, que encabezaba la Revolución Panameña y que había dado asilo a muchos argentinos perseguidos por la dictadura colonial. Esa solidaridad nunca será olvidada por el Pueblo Argentino, pasen los años que pasen. Junto a esa solidaridad latinoamericana, que rememoraba las luchas del continente por la Independencia, en el siglo XIX. Pero, además de esa solidaridad latinoamericana, hubo manifestaciones de simpatía en los países de color de Asia y Africa, que vieron en la recuperación argentina de las Islas Malvinas. Un ejemplo que también deberá ser tenido en cuenta en su momento, es el reclamo del pueblo español por la recuperación del peñón de Gibraltar, usurpado por los piratas ingleses en 1713.

 

Pero, además de esas solidaridades de los Pueblos del Tercer Mundo, hay una cuerda de violín que es importante hacer vibrar, que es el de la clase obrera inglesa. Históricamente desde principios del siglo XIX, la burguesía británica tuvo una influencia decisiva en la política y en la economía argentina. Su asociación con la oligarquía argentina, fué fundamental para quebrar la resistencia de los caudillos federales y profundizar el poder de Buenos Aires, durante las guerras civiles argentinas. Ya integrada la Argentina con el mercado mundial, a partir de 1880 y hasta la crisis mundial de 1929, como proveedora de alimentos baratos para la población inglesa, la asociación entre la oligarquía argentina y la burguesía inglesa, determinada por las complementación entre ambas economías. Gran Bretaña tuvo influencia en la Argentina, en el aporte de sus capitales, destinados a la infraestructura económica (ferrocarriles, puertos y otros servicios), así como prestamista del Estado argentino. En contrapartida, la Argentina apareció como fuerte proveedora de carnes, trigo y lanas y colocadora de títulos de su deuda en el Mercado bursátil de Londres. De allí que, y hasta la aparición del radicalismo, la opinión pública argentina de las grandes ciudades, estaba fuertemente influido por Gran Bretaña y existía un Servicio Civil de la Colonia de políticos, escritores, artistas y economistas, que era esencialmente anglófilo. El Peronismo de la 1ª época (1946-1955), nacionalizó al país y la presencia activa del proletariado (los cabecitas negras), fue un elemento fundamental para esos cambios. La influencia anglo sajona en declinación, a partir del Peronismo, aún subsiste. Pero lo que nunca existió en los casi 200 años de la Argentina, fue una influencia ideológica y política de la Argentina en Gran Bretaña, a pesar de que esta, ya no es el Imperio de la Reina Victoria. De lo que se trata es que -desde el punto de vista de los argentinos-, que haya una incidencia en Inglaterra del tema Malvinas en los sectores medios y sobretodo en la clase obrera inglesa. Obviamente, que el tema Falkland se trata entre las clases dominantes, pero siempre bajo la óptica del lobby kelper. Para las clases obreras y las clases medias (mead class), existe una prensa amarilla que estimula el racismo y una propaganda fascista contra la República Argentina y nuestros habitantes. Ejemplo de ello, es el periódico The Sun, fuertemente antiargentino y racista, inventor del despectivo término agraviante de “argies”. Sin embargo, aún en pleno conflicto hubo sectores e individuos, que se independizaron de la propaganda patriotera inglesa y apuntaron contra Margaret Thatcher. Por ejemplo, la actriz y activista política del Socialist Worker Party (Partido Socialista de los Trabajadores), Vanessa Redgrave[17], alzó su voz en defensa del reclamo argentino por Malvinas, pese a su oposición a la dictadura colonial. No hubo partido, entidad política u organismos del Estado argentino que tratara de tomar contacto con la Sra. Redgrave, a fin de aunar acciones en común. Vanessa Redgrave, fué llamada traidora y repudiada por grupos fascistas ingleses, por defender la justicia de los reclamos argentinos. Tampoco se intentó tomar contacto con el Ejército Republicano Irlandés (IRA), en lucha contra el Imperio Británico por la unificación de Irlanda.  Y lo más importante, la CGT de la República Argentina, no tomó contacto con las Trade Unions (organismo central de los trabajadores ingleses, de orientación socialdemócrata), para explicar que la lucha argentina por la recuperación de las Islas Malvinas, usurpadas por los piratas ingleses en 1833), no era contra el Pueblo inglés ni mucho menos contra el proletariado. Muy por el contrario, nuestra lucha anticolonialista, se vinculaba también con la lucha de los obreros ingleses contra las políticas de ajuste, llevadas a cabo por Margaret Thatcher –de acuerdo con la burguesía inglesa- y que para bajar costos, llevó adelante el cierre de las minas de carbón, de la industria naval y otras, con miles de despidos. Era posible –con otra dirección política del Estado argentino-, y tomando en cuenta esos antecedentes, haber podido influir sobre la opinión pública británica y el proletariado, para dividir el frente interno de los colonialistas y la burguesía inglesa. Inclusive, habría sido posible efectuar un llamamiento al proletariado inglés, para que no cargaran los suministros a la flota colonialista en puertos ingleses, e impedir que zarpara hacia el Atlántico Sur. Era un modo de internacionalizar la lucha de los argentinos, llevando la misma a las islas británicas y volverle la vida imposible a la Dama de Hierro[18]. Pero en un futuro próximo, con la Revolución Nacional en el poder y en marcha hacia el Socialismo, será posible efectuar estos movimientos, quebrándole el espinazo a la burguesía inglesa y obteniendo dos resultados, a saber: que el Estado británico se siente de una vez por todas a la mesa de negociaciones con los representantes de la República Argentina, –cumpliendo con la Res. Nº 2065/1965 del Comité de Descolonización de la ONU, para efectivizar la entrega de las Islas Malvinas y 2º, ayudar al proletariado inglés en su lucha por la Revolución Socialista en Inglaterra.

 

Resumiendo, la recuperación de Malvinas está indisolublemente unida al rearme argentino, al restablecimiento del Servicio Militar Obligatorio y a la lucha propagandística en las Islas Británicas, para informar al pueblo inglés del carácter anticolonialista de la lucha argentina, por recuperar el archipiélago. Pero esta lucha, supone realizar la Revolución Nacional en la Argentina. Esa revolución estará indisolublemente unida a la recuperación de la Conciencia Nacional del Pueblo Argentino.

 

Buenos Aires, 3 de julio de 2015

 

Leopoldo Markus

Sec. Prensa y Propaganda

Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN 2ª época)

[email protected]

TE 5411-15-5118-7367



[1] Sea con los rajaes de la India, mientras ejercieron el virreinato en los siglos XVIII, XIX y la primera mitad del XX, o en la República Argentina con los presidentes tipo Agustín P. Justo, Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Néstor Kirchner o Cristina Fernández. No lo pudieron hacer con el Gral. Juan D. Perón o la Junta Mlilitar de 1982.

[2] Continuando la política desmalvinizadora de los gobiernos anteriores, alfonsinismo, menemismo, dualdismo y la Alianza.

[3] Leyes Nº 23.696 de Reforma del Estado, 23.697 de Reforma del Estado y 24.196 de Inversiones Mineras, promulgadas por el Congreso Menemista entre los años 1989 y 1990.  A esas leyes se agrega la  21.526 de la dictadura, de Entidades Financieras, que nunca fue derogada. Esas leyes y otras posteriores, que aprobaron las mayorías parlamentarias menemistas, radicales y kirchneristas, constituyen una versión corregida y aumentada de lo que Arturo Jauretche denominó en su época, el Estatuto Legal del Coloniaje y que la Revolución Nacional oportunamente deberá derogar, en función del imperio de la Constitución de 1949 y su art. 40º.

[4] Política profundizada a partir de la democracia colonial, a partir de 1983

[5] El PJ de la Argentina, el mismo que no llamó en defensa armada del Gobierno Popular en 1976 (en condiciones mucho más trágicas que en 1955), a partir de su congreso en 1984, adoptó el programa de la contrarrevolución (o sea  el programa de la dictadura colonial, con la aceptación y pago de la deuda fraudulenta e ilegítima, armada por la usura imperialista, la entrega de las empresas del Estado, a precio de regalo y la aceptación de la ocupación colonialista de las Islas Malvinas).

[6] En las elecciones del 23 de septiembre de 1973, la fórmula Perón – Perón triunfó con 7,5 millones de votos (63,5% del total del padrón), permitiendo al Gral. Perón ser reelecto por 3ª vez. El Frente de Izquierda Popular apoyó públicamente esa fórmula y en acuerdo con el Gral. Perón, fué con boleta propia (la Nº 14), aportando con 900.000 votos al triunfo del Frente Nacional. La consigna adoptada fué “Vote a Perón desde la izquierda”. La respuesta del imperialismo a ese triunfo del Frente Nacional, fue asesinar al Sec. Gral. de la CGT, José Ignacio Rucci (25/09/1973)i, dos días después. El magnicidio de Rucci, que ningún grupo reivindicó, fué efectuado por el grupo terrorista Montoneros. Muchos ex miembros del grupo terrorista, como por ej. Carlos Kunkel, forman parte con gran cinismo, de la conducción nacional del PJ.

[7] Para ejecutar una verdadera política malvinizadora –incluída la política en los foros internacionales-, hay que rehacer toda la política del Estado argentino desde el 24 de marzo de 1976 y revisar todos los actos administrativos desde esa fecha, que inclusive podría llegar al 16 de septiembre de 1955.

[8] El Congreso de la Nación de la República Argentina, es el que tiene competencia primaria en la aprobación de cualquier tratado internacional con terceros países.

[9] Como decía un imperialista y colonialista inglés de puro cuño, Winston Churchill, “…Los tratados han sido creados para ser violados…”.

[10] Exportaciones sin valor agregado. La extracción a “cielo abierto”, es una tecnología de bajo costo y fuertemente contaminante, que demanda enormes cantidades de agua y electricidad. Esos recursos que consume la actividad minera a cielo abierto se obtienen, desviando cursos naturales del líquido elemento y utilizando la electricidad del Servicio Público. Las empresas mineras no pagan ningún tipo de alquiler por el consumo de ambos recursos en el proceso extractivo,. En una segunda etapa, en el proceso de concentración del mineral, contaminan el agua y el suelo. Las exportaciones provenientes del sur patagónico, además, reciben un reembolso por utilizar puertos de esa localización. No se paga ningún tipo de impuestos y la provincias reciben una canon un canon miserable.

[11] El 10 de abril de 2007, un incendio destruyó todo su sistema eléctrico y desde entonces está en reparación. Esta nave, orgullo de nuestra Marina de Guerra, realizó las campañas antárticas durante 29 años, desde 1978 hasta el 2007.

[12] Habría que dar participación a las ciudadanas

[13] Debido a la alta proporción a fines del siglo XIX, de población masculina de origen inmigratorio, sin tradición nacional. Este fenómeno, originado en la integración de la Argentina al Mercado Mundial, se agravaba por cuanto en determinadas regiones y ciudades argentinas,  la población criolla era minoría.

[14] El reequipamiento militar argentino, no esta dado solo por el conflicto irresuelto de Malvinas. La oligarquía chilena, vieja aliada del imperio británico desde el siglo XIX, siempre ha tenido apetitos territoriales por la Patagonia argentina. Chile, apretado territorialmente entre la Cordillera de los Andes y el Océano Pacífico, siempre ha buscado expandirse hacia el Océano Atlántico, a costa de la República Argentina. La dictadura pinochetista no modificó ese concepto. Inclusive, por los Tratados del Beagle (09/11/1984),  Chile obtuvo sin disparar un tiro, las Islas Lennox, Nueva y Picton, en el Estrecho del Beagle, con vista al Atlántico y a pasos de la Ciudad de Ushuaia. Las FFAA chilenas en plena batalla por las Malvinas, colaboraron activamente con los colonialistas ingleses, facilitándole  información a estos, sobre los movimientos de la Fuerza Aérea Argentina en dirección a Malvinas. Además de ello, dieron refugio a tripulaciones de helicópteros ingleses declarados en emergencia y que estaban ubicados muy al oeste de la flota colonialista. El motivo es que esas tripulaciones, pretendían sabotear las bases argentinas de Ushuaia y Río Grande y fracasados en sus propósitos se refugiaron en Punta Arenas, en la parte chilena de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Actualmente,  las FFAA chilenas están en condiciones de alcanzar el Atlántico en cuestión de horas. Tienen tropas perfectamente equipadas y entrenadas, Su armamento de fuerza aérea y marina, son de última generación de origen inglés, norteamericano, francés e israelí y en parte chileno. Sus hipótesis de conflicto, incluyen la invasión de la Patagonia argentina. Mientras tanto, la Argentina está totalmente indefensa, sin tropas ni armamento y sus FFAA, son agredidas permanentemente por la prensa y los partidos del régimen. Chile no ha cambiado nada desde la caída del pinochetismo, sino que por el contrario, la alianza contubernista democristiano-socialista y ahora comunista, ha potenciado ese proceso armamentista, que apunta claramente contra la Argentina. No es imposible, en un hipotético y nuevo conflicto por Malvinas, una acción de pinzas chileno-británica.

[15] Los romanos decían sabiamente “…si bis pacem, parabellum…”, o sea, si quieres la paz, prepárate para la guerra.

[16]  Deuda acumulada y capitalizada de Nación, Provincias y Municipios a fines de 2014.

[17] Hubo otras voces como el director cinematográfico Ken Loach y el escritor Graham Greene (ex servicio inglés) que alzaron sus voces, en defensa de la causa argentina por Malvinas.

[18] No era imposible efectuar acciones  de esta naturaleza. En 1919, muchos años antes, durante la guerra civil rusa, el gobierno francés, que formaba parte de la coalición imperialista que intentaba derrocar a la naciente Revolución Soviética, intentó armar una flota, que zarpando de puertos franceses del Mar Mediterráneo, ingresara en el Mar Negro, desembarcara en Ucrania entrando por el Estrecho del Bósforo y avanzara desde el sur en dirección hacia Moscú, sede del gobierno Revolucionario. El peligro era mortal para el joven estado. En esa situación, León Trotsky que comandaba el Ejército Rojo desde el Tren Blindado, que enfrentaba a la coalición imperialista en 25 frentes, con cientos de miles de km2 de extensión, llamó a los obreros franceses a que no cargaran las bodegas de los barcos de guerra e impidieran que zarpara.  El llamamiento de Trotsky a los obreros franceses tuvo éxito y la flota contrarrevolucionaria nunca pudo zarpar. Por supuesto, se podrá decir, que las condiciones en 1982 en Inglaterra y en la Argentina eran distintas, respecto de la situación en 1919 de Francia y la URSS, eran diferentes, al igual que el nivel de conciencia del proletariado francés. Y Trotsky, no era cualquier jefe, con todo el respeto que nos merece el Gral. Leopoldo Fortunato Galtieri, que fué un verdadero patriota en las condiciones a las que tuvo que hacer frente al Imperio Británico con el apoyo de la OTAN, del MCE y los EEUU y a quién, un día, la República Argentina deberá rendir su merecido  homenaje.