BOLIVIA Y ESTADOS UNIDOS

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Publicado el 01/08/2015

Los gobiernos de Estados Unidos y Bolivia expresaron este martes su predisposición para mejorar las relaciones bilaterales y fortalecer los intercambios comerciales entre ambos países, como el primer paso orientado a restablecer plenamente sus nexos diplomáticos y reponer a sus embajadores, en el marco del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
El anuncio fue realizado por el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Peter Brennan, y por el presidente Evo Morales, tras una reunión que sostuvieron en Palacio Quemado, donde evaluaron las relaciones entre ambos países deterioradas desde septiembre de 2008.
“Estamos acá para retomar las buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos. Qué mejor las gestiones que hará nuestro consejero de la embajada de Estados Unidos, hacer gestiones ante su país y (ver) cómo en el futuro reponer también los embajadores correspondientes”, señaló Morales.
“A partir de esta reunión quisiéramos acelerar nuestras relaciones entre el gobierno de Bolivia y de Estados Unidos”, agregó el mandatario boliviano.
Por su parte, Brennan destacó el mutuo interés de ambos gobiernos en temas como la preservación del medio ambiente y el fortalecimiento de las relaciones comerciales que –según datos oficiales– arrojaron cifras positivas de las ventas bolivianas al mercado estadounidense, pese a la no vigencia de las preferencias arancelarias suspendidas unilateralmente por la Casa Blanca el 15 de diciembre de 2008.
Brennan aseguró que “hay muy buenas posibilidades de avanzar en nuestras relaciones” y formuló una respuesta muy cauta cuando fue preguntado respecto de la probable fecha para el intercambio de embajadores. “No le puedo dar una fecha ni precisar cuándo puede ocurrir eso, pero espero que en el futuro, es algo que queremos consolidar”, dijo.
Las nexos entre Washington y La Paz se mantienen a nivel de encargados de negocios, luego de que el 10 de septiembre de 2008 el gobierno boliviano declarara persona non grata y expulsara al entonces embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, a quien acusó de intromisión en asuntos internos y de instigar un proceso sedicioso –que calificó de separatista-  liderado por los comités cívicos de la denominada Media Luna.
Como respuesta, el 12 de septiembre de 2008 el gobierno norteamericano también echó de su territorio al entonces embajador de Bolivia en Washington, Gustavo Guzmán.
En noviembre de 2008, el desencuentro se agudizó tras la decisión del presidente Morales de suspender las operaciones de la Drug Enforcement Agency (DEA) en territorio boliviano, acusado de espionaje y conspiración en contra de su gobierno; y en mayo de 2013 también expulsó a USAID imputándola de injerencia política.
Por esos antecedentes, el encuentro bilateral del martes pasado, la reunión al más alto nivel desde que en mayo de 2009 Morales se reuniera con el entonces secretario adjunto para América Latina, Thomas Shannon, constituye un paso trascendental para reponer embajadores en el marco de un acuerdo firmado en noviembre de 2011 que crea las bases de un nuevo relacionamiento diplomático entre ambos Estados.
No obstante, si uno de los principales argumentos del gobierno boliviano que lo llevó a expulsar hace siete años al embajador Goldberg fue su injerencia en asuntos internos, corresponde que la nueva etapa de las relaciones bilaterales sea edificada en el marco del Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas y las convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares, y sepulte definitivamente todo vestigio de sometimiento nacional a los intereses particulares de la potencia.
Las nuevas relaciones entre Estados Unidos y Bolivia deberían regirse bajo los principios de igualdad soberana y reciprocidad, igualdad de derechos, libre determinación de los pueblos y la no intervención en asuntos internos.
Es decir, relaciones diplomáticas fundadas en el respeto absoluto a la independencia y la soberanía de los Estados, en el acatamiento del derecho inalienable de los pueblos a elegir el sistema político, económico y social y sin injerencia de ninguna naturaleza.