El gobierno boliviano decidió este martes incorporar a tres ex presidentes en el equipo que impulsa la demanda marítima interpuesta ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya (Holanda), mientras esperaque ese alto forose pronuncie sobre la controversia planteada por Chile y que cuestiona su competencia para conocer la demanda boliviana.
Guido Vildoso Calderón, Jaime Paz Zamora y Jorge Quiroga Ramírez se sumaron a
los ex presidentes Carlos Mesa Gilbert, responsable de explicar a la comunidad
internacional las razones históricas y jurídicas que respaldan la causa
marítima, y Eduardo Rodríguez Veté, agente del Estado Plurinacional de Bolivia
ante la Corte Internacional de Justicia.
Tras una reunión en la que se evaluó el curso del proceso ante La Haya y el
reciente respaldo del papa Francisco, quien consideró justa la causa boliviana,
el presidente Evo Morales informó al país que tres ex mandatarios se sumaron a
una política de Estado que une a todos los bolivianos, independientemente de
las diferencias ideológicas y políticas que pudieran existir entre ellos.
“Hemos invitado a todos nuestros ex presidentes (a) movilizarnos, como hasta
ahora lo hicimos con dos ex presidentes, Eduardo Rodríguez y Carlos Mesa. Ahora
se incorporan en este equipo los tres ex presidentes Guido Vildoso, Jaime Paz y
Jorge Quiroga”, dijo Morales en las escalinatas de Palacio de Gobierno, rodeado
por los cinco ex jefes de Estado, el canciller David Choque huanca y el
vicepresidente Álvaro García Linera.
“El mar es una política de Estado, el volver al océano Pacífico con soberanía
nos une a todos los bolivianos”, sentenció el Primer Mandatario.
Por su parte, Paz Zamora señaló que “se dieron opiniones riquísimas de todos y
hubieron conclusiones de ajustes necesarios a lo bien obrado hasta este momento
en los distintos niveles que hemos estado actuando, tanto en La Haya, en el
ámbito internacional y en la misma vida y relación entre los bolivianos”.
Actualmente la demanda marítima boliviana se encuentra en la fase de resolución
luego de los alegatos orales que, entre el 4 y el 8 de mayo pasados, las partes
expusieron ante ese alto tribunal de justicia de las Naciones Unidas, respecto
de la petición chilena de que se declare incompetente para decidir sobre el
tema en cuestión.
Y en un contexto histórico único, la unidad de los bolivianos en torno a la
reintegración marítima y el respaldo de la comunidad internacional son señales
inequívocas de que la diplomacia boliviana está haciendo bien su trabajo, porque
ha desequilibrado la tradicional postura de Chile de que “no hay nada pendiente
con Bolivia”.
La mediterraneidad causa enormes daños a nuestra economía. Datos del Libro del
Mar señalan que producto del encierro geográfico, Bolivia tiene los costos de
transporte más altos de América del Sur con un 31%por encima de la media
continental, y sus exportaciones por contenedor son 55.7% más caras que las
exportaciones de Chile y 60% más caras que las del Perú.
Además, el cobre explotado en el territorio que arrebató Chile a Bolivia representa
para ese país entre el 50% y el 60% del valor total de sus exportaciones y ha
recibido más de 900.000 millones de dólares por la venta de ese mineral a los
mercados internacionales.
Entre tratados, actas, notas, circulares y memorándums oficiales, en 13
oportunidades Chile ha ofrecido a Bolivia negociar una salida soberana al
mar, al margen del Tratado de Paz de 1904. No obstante, todos los procesos de
diálogo entablados fracasaron por la política dilatoria de La Moneda.
Y esa permanente conducta dilatoria y la inobservancia chilena del Tratado de
1904, obligó al gobierno boliviano a demandar a Chile ante la CIJ el 24 de
abril de 2013, para que ese alto tribunal reconozca que fruto de ofrecimientos
formales efectuados por presidentes y gobiernos chilenos, Bolivia ha adquirido
derechos expectanticos y, por lo tanto, la Corte obligue a Chile a negociar
nuestro retorno soberano al océano Pacífico.
En ese contexto, la unidad del pueblo, el afianzamiento del desarrollo
económico, la explicación al mundo sobre las bases de la demanda de
reintegración marítima ante la CIJ, y la solidaridad y el apoyo de la comunidad
internacional, avizoran el camino para que Chile repare una injusticia
histórica que mantiene a Bolivia prisionera entre sus montañas, sus valles y
sus llanos.