La negociación de cambio climático ya no es una negociación
ambiental, se la está convirtiendo en una negociación económica que quiere
establecer, mediante un acuerdo internacional, nuevos paradigmas tecnológicos y
nuevas condiciones de competitividad.
A pesar de la manifiesta oposición a incluir la
agricultura dentro de las negociaciones sobre asuntos climáticos, el recién
publicado borrador, del 5 de octubre, redactado bajo la co-presidencia de la UN
Climate Change Conference – UNCCC- , la incluye y hasta la parcela. La
propuesta tiene fecha del 5 de octubre, pero fue conocida apenas ahora, pocos
días antes de que sea discutida en Bonn, Alemania, en una serie de reuniones
que comienzan el 12 de octubre 2015 y que, en diversos encuentros, cocinará
esta propuesta hasta 20 de noviembre. El resultado será presentado oficialmente
a la Asamblea en las sesiones que comienzan el 23 de noviembre en Paris,
Francia.
Toda la propuesta es favorable a las grandes
transnacionales, porque restringirían el espacio para políticas nacionales de
desarrollo y controlarían, con el pretexto del tema climático, la participación
de los países en el mercado y los precios de producción para el comercio
agrícola internacional. Ojalá los países latinoamericanos pudieran oponerse en
bloque, porque los afecta a todos, en su comercio regional y en su comercio
exterior. Aún aquellos países que han suscrito acuerdos con Washington que
restringen su espacio para políticas económicas, pueden, en este frente alejado
de los TLCs, defender un espacio de su soberanía alimentaria.
El borrador de propuesta también afecta a muchos
otros países de África, Asia, Oceanía y el Medio Oriente, que también son
grandes productores agropecuarios, que comercian regionalmente los productos
agrícolas o son grandes importadores. Para Rusia, que después de las represalias
económicas de los atlantistas comprendió que debe desarrollar la autonomía e
independencia económica, debiera ser muy importante defender un espacio
político independiente que le permita desarrollar su soberanía alimentaria.
La dirección donde puede ser leído el documento
que mencionamos, que, como es usual en estas trampas, sólo existe en inglés, es
la siguiente: https://unfccc.int/2860.php
El documento identificado como "Non paper
Draft Agreement" es el proyecto de texto para la COP 21 de París y que
contiene:
1. un proyecto de Acuerdo de París (Sección A) y
2. un proyecto de Decisión de la COP-21 (sección
B)
Recomiendo que cada artículo de ese proyecto de
acuerdo sea leído con las disposiciones correspondientes en el proyecto de
Decisión de la COP-21.
Cualquier rápido análisis nota que se quiere
establecer limitaciones para el sector agropecuario, a través de criterios de
mitigación en el uso de la tierra. Eso se ve claramente en el inciso 5° del
artículo 3 del proyecto de Acuerdo y la sección III del proyecto de Decisión de
la COP-21, en especial los párrafos 24, 30, 31 y 3. Lo dicho allí lo
convertiría en el único sector mencionado en el texto que deba asumir
obligaciones. La propuesta de texto ignora toda referencia a no afectar la
producción de alimentos ni su comercio, tal como lo proclama la Convención
Marco de 1992, art. 2.
También es de la más grande importancia notar
que en la propuesta de decisión, en su sección III, quiere controlar la
política agropecuaria con sistemas de contabilidad de emisiones. Con el
totalmente inadmisible agravante de que la toma de decisiones se haga por
mayoría, como lo establecería el art. 1, inciso 1 del proyecto de Acuerdo y el
párrafo 64 del proyecto de Decisión.
Todo el enfoque del proyecto está basado en la
impostura que busca señalar también a la producción agropecuaria como
responsable de emisiones. Esta es una superchería que no ha sido nunca
demostrada, pero que cuenta con el apoyo de la Unión Europea, los Estados
Unidos y...México. La causa de la actitud de México preferimos ignorarla, pero
la de Washington y Bruselas busca no sólo hacer dinero con la manipulación de
mercados sino la de tener pretextos que justifiquen, por lo menos, dos cosas discernibles
que actualmente son muy criticadas:
a) los subsidios agrícolas con que distorsionan
y destruyen las economías de los países pobres donde la agricultura es
importante.
b) nuevas Barreras Técnicas al comercio de
bienes agropecuarios.
Otro punto grave es que la propuesta de
adaptación, contenida en el artículo 4, que es la repuesta de los países que no
giran en torno a Washington y Bruselas, sea presentada como contraria a la
mitigación. Mientras que el proyecto de decisión, en su artículo 30 (e), mira
la transferencia de resultados y el comercio de emisiones (el tráfico de las
modernas indulgencias) como la solución.
El objetivo necesario del proyecto de decisión
mencionado, es derogar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
cambio climático, para imponer nuevas normas, que transfieren el costo de las
reformas a los países emergentes y en desarrollo que no son parte constitutiva
del sistema económico contaminador dirigido por Washington y Bruselas.
La propuesta merece ser rechazada e impedida su
aprobación. El grupo de los 77 (G-77) debiera protagonizar ese rechazo, pero
por previas experiencias sabemos que algunos de sus miembros obedecen
instrucciones de Bruselas, que, a su vez, obedece a los verdaderos autores de
la propuesta. Es de esperar que el llamado Like Minded Developing Country Group
se imponga y logre impedir su aprobación (LMDC: Arabia Saudita , Argelia,
Argentina, China, India, Irán, Kuwait, Malasia, Pakistán, Vietnam y los 5 de
ALBA).
La contaminación mundial de emisiones tóxicas y
desechos es un hecho comprobado que debe combatirse con urgencia y el énfasis
debiera ponerse en eliminar su producción. Sin embargo, se pone el énfasis en
los efectos de la producción de CO2, que no es tóxico, es inseparable de la
producción de oxígeno, que apenas constituye 3% de la atmósfera y cuya amenaza
aún se debate entre científicos. Lo que se debe impedir en Bonn y en Paris es
que se manipule la preocupación por el ambiente para enriquecer una vez más a
los más ricos a expensas de los más pobres.
Ginebra, 14/10/2015
ALERTA SOBRE NEGOCIACION DE CAMBIO CLIMATICO