Las Fuerzas Armadas de Chile confirmaron que realizarán maniobras militares de gran envergadura en el norte de su país y muy cerca de la frontera con Perú y Bolivia, ejercicios bélicos que se centrarán en tareas operativas y tácticas con efectivos del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea.
Esa exhibición de fuerza militar denominada “Huracán
2015”, que comenzará este domingo y concluirá el 13 de noviembre, se
desarrollará bajo el control del Estado Mayor Conjunto en las cercanías de Pozo
Almonte, a 1.769 kilómetros al norte de Santiago, en pleno desierto de Atacama,
el más árido del mundo.
Según el diario El Mercurio, “Huracán 2015” incluirá operaciones terrestres,
aéreas y marítimas con un amplio despliegue de vehículos y personal, y busca
reforzar la preparación de las Fuerzas Armadas chilenas “bajo una lógica
conjunta”.
Ya en 2014, en la misma región, los chilenos realizaron maniobras militares
similares a las programadas en el “Huracán 2015”, es decir, con el empleo de
carros de asalto MBT Leopard, cañones autopropulsados y vehículos de combate de
infantería equipados con lanza misiles anti tanque Spike LR.
De igual manera utilizaron transportes acorazados de tropas, vehículos de
combate de infantería equipados con lanza misiles anti tanque, morteros
autopropulsados de 120 mm, vehículos autopropulsados, transportes blindados
multipropósito y aviones de combate F-16, entre otros modernos equipos bélicos,
asegura el portal Taringa.net.
Esa gran exhibición de fuego letal se inscribe en un presupuesto militar de
Chile que –por ejemplo– en 2013 era de casi 9.000 millones de dólares, un
aumento considerable con relación a los índices de gastos militares de la
última década. Además, el gasto militar per cápita de Chile es el más alto de
América Latina y el Caribe, según el portal especializado en temas militares
Infopuntual.com.
Bolivia y Chile mantienen un litigio ante la Corte Internacional de Justicia de
La Haya, adonde el gobierno boliviano acudió para denunciar a su vecino con el
objetivo de que ese alto tribunal le obligue a negociar el restablecimiento de
una salida soberana al mar. Mientras que Chile y Perú sitúan en puntos
distintos el inicio de la frontera terrestre, un espacio triangular de 37.610
metros cuadrados que reivindican bajo su soberanía.
Es en este contexto que Chile impulsa maniobras militares en los límites
fronterizos con Bolivia y Perú, lo cual ha sido denunciado como un acto de
provocación por el presidente Evo Morales, aunque el canciller trasandino,
Heraldo Muñoz, negó que su país tenga esa intención.
Pero tal como sostiene el agente boliviano ante La Haya, Eduardo Rodríguez
Veltzé, “sería interesante conocer que en vez de que existan ejercicios
militares puedan haber ejercicios de mayor aproximación (entre ambos países).
Los ejercicios militares no son precisamente los ruidos que nos gustaría
escuchar (…), la actividad militar fue la que en su momento nos distanció”.
Por lo demás, las palabras de Muñoz chocan con las expresadas a fines de
abril pasado, antes de los alegatos orales que Bolivia y Chile expusieron
ante el tribunal de La Haya, por el presidente de la Comisión de Relaciones
Exteriores de la Cámara de Diputados de Chile, Jorge Sabag, quien amenazó que
“a Chile le ha ido mejor con las armas que con la diplomacia. Eso es parte de
nuestra historia”.
Es decir, a la propuesta de diálogo planteada por Bolivia, Chile responde con
amenazas y ejercicios militares de gran envergadura, propias de una nación que
privilegia la fuerza militar sobre la razón, y el amedrentamiento sobre la
diplomacia y la integración.
Empero, ya en abril de 2013 y tras el anuncio de que Bolivia demandaría a Chile
ante la Corte Internacional de Justicia para retornar al mar con soberanía, el
entonces presidente chileno Sebastián Piñera advirtió que su país defendería
“con toda la fuerza (…) su territorio, su cielo, su mar y su soberanía”.
Entonces, que el canciller Muñoz jure y perjure que los ejercicios militares
chilenos no son un acto de provocación y amedrentamiento a Perú y Bolivia,
choca con la realidad que dice exactamente lo contrario. Por eso y en aras de
la unidad de los pueblos latinoamericanos, Chile debe darse cuenta que en el
mundo del siglo 21 las pavoneadas militares del siglo 19 no tiene asidero.