JAMES BOND RESOLVERA LOS PROBLEMAS DE BOLIVIA, EN EL CINE

Por:
Carmen Soliz Urrutia

Publicado el 01/12/2008

Con un entusiasta público, predominantemente afro–americano, acaba de estrenarse en el Union Artists Theater de Brooklyn (Nueva York), la nueva película de James Bond, titulada “Quantum of Solace”, la que, al igual que en sus actuaciones anteriores, está atiborrada de balas, explosiones, puños y adrenalina. Lo novedoso, para nosotros, es que esta vez el objetivo del agente secreto será librar a Bolivia de dictadores y trasnacionales que intentan controlar su gobierno y, cuando no, sus recursos naturales.

Aunque los paisajes filmados corresponden al norte chileno, ciertamente algunos de los hechos políticos que se describen encontraron su fuente en noticias del escenario político boliviano. No parece casual, por ejemplo, que la trasnacional que intenta apoderarse de los recursos hídricos de Bolivia sea francesa. Luego aparece mordaz el retrato que se hace de las ONGs que detrás de un discurso favorable al medio ambiente, simbolizan no mas que el rostro amable de las compañías foráneas, expandiendo su control y poder sobre Latinoamérica.

El éxito de la inescrupulosa trasnacional sobre suelo boliviano pasará por el derrocamiento de un gobierno de “izquierda”, a favor de un tirano – según afirma el jefe de la mafia, Dominic Greene (Mathiew Amalric), y el compromiso de no intervención de la CIA a cambio de petróleo. Sin embargo, no serán los movimientos sociales, ni los pueblos indígenas los que enfrenten estas temibles amenazas, sino el súper agente 007, guapo, inteligente y blanco, que en rápida visita a los andes eliminara nuestros males a puro balazo.

Mas allá de estas coincidencias con la realidad, "Bolivia" no es mas que el paisaje de sujetos sin agencia. El propio denso contexto político sólo constituye el telón de fondo para entender por qué James Bond (Daniel Craig) llega hasta tierras tan lejanas; pues él, así como Camille (Olga Kurylenko ), su compañera del servicio secreto boliviano, están movidos por revanchas personales del pasado.