El crimen organizado -la Mafia SPA- es de hecho la primera empresa italiana, con una facturación anual de unos 130 mil millones de euros y beneficios por 70 mil millones netos, aparte de inversiones y reservas de capital.

Este es el cuadro que surge del 11° informe sobre "Las manos de la criminalidad sobre las empresas", presentado por "SOS empresas", un grupo de trabajo especializado de la principal asociación de comerciantes del país, la Confesercenti. En el documento se indica que, de por sí, la rama comercial de la Mafia SPA y otras organizaciones criminales influye directamente en el mundo empresarial por un total de más 92 mil millones de euros, equivalentes a 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) italiano.

"Cada día -dice el informe- una masa enorme de dinero pasa de los bolsillos de los comerciantes y los empresarios italianos a los de los mafiosos. Se trata de una cifra aproximada de 250 millones por día, o sea 10 millones por hora, 160 mil euros por minuto". Entre los delitos que influyen de modo más directo en la vida de las empresas, dice el documento, el sector que más crece es el de la usura. Según "SOS empresa"', aumentaron el número de los empresarios víctimas de la usura, así como el promedio del capital prestado y de los intereses restituidos y los porcentajes de interés aplicados.

"El número de comerciantes afectados por la usura -dice el documento- superó los 180 mil, con una 'facturación' de unos 15 mil millones cada año". De todos modos, sostiene el informe, como las deudas se suelen contraer con varios usureros, se puede decir que los comerciantes endeudados con delincuentes son más de medio millón.

Sin embargo, lo que más preocupa, dice "Sos empresa", es que "existen al menos 50 mil organizaciones mafiosas que practican la usura", con un interés mensual del orden del 10%.

Un tercio de los comerciantes víctimas de la usura viven y trabajan en Campania (región de Nápoles), Lazio (región de Roma) y Sicilia. Pero es la región meridional de Calabria (la "punta de la bota" italiana) donde se da la proporción más alta entre comerciantes activos y comerciantes víctimas de los usureros.