GOBIERNO Y EMPRESARIOS JUNTOS FRENTE AL BLOQUE EUROPEO

Por:


Publicado el 01/12/2008

Finalmente la dirigencia empresarial del incipiente sector industrial de Bolivia, ha decidido respaldar la posición del gobierno nacional respecto a la modalidad de negociación entre la Comunidad Andina de Naciones y la Comunidad Europea, en el marco de negociaciones bloque a bloque, teniendo en cuenta los países que conforman la CAN acordaron hacerlo bajo esa modalidad.

 

La decisión del empresariado industrial constituye un giro saludable en relación a las orientaciones que tenía hasta hace poco. En efecto, por un elemental sentido común y de conveniencia económica, queda claro que sólo si los países andinos se unen podrán lograr mejores resultados potenciales para la región y sus empresarios e industriales locales.

 

Asimismo, dado que están en cuestión en la negociación asuntos estratégicos, como el de los registros de propiedad intelectual con el que los países europeos pretenden sacar ventaja a los andinos, más vale respaldar la posición nacional expresada por la Cancillería boliviana que seguir la corriente a los dos países con gobiernos claramente influidos por poderes e intereses externos (de fuente europea y otras) que determinan las posiciones contrarias al interés andino y que han provocado una virtual división del bloque, debilitando nuestras posibilidades de éxito en las negociaciones.

 

Lo curioso -inesperado para el gobierno peruano y para los mismos europeos- es el elemento nuevo en la estrategia de Evo Morales, que pasa por incluir como actores de la prometida "dura batalla", a los movimientos sociales e indígenas de los países de la región andina, con la bandera del comercio justo en vez del "comercio libre" y el rechazo a la privatización de los servicios básicos (agua, saneamiento, etc.), entendidos estos como parte de los derechos elementales de los hombres y que no deben estar sujetos al lucro. A estos dos puntos se añade el rechazo al registro de propiedad intelectual, como dijimos.

 

En tal sentido, el mandatario boliviano manifestó (sic): "Yo no soy de los que tratamos de abandonar la negociación vamos a dar una dura batalla no solamente como gobierno, si no también junto a nuestros movimientos sociales, porque esta primera parte que les explico, el tema de planteamiento, servicios básicos, tema del comercio, es compartido con todos los movimientos sociales de la región andina de Sudamérica de Latinoamérica y tenemos argumentos que junto a nuestros pueblos vamos a dar una dura batalla en la integración pero bajo un comercio justo".

 

Las declaraciones citadas respondían a la pretensión de una Comisaria de la Comisión Europea que anunció negociaciones bilaterales con Perú y Colombia, países que han decidido aceptar los condicionamientos que pretende hacer prevalecer el bloque europeo. No es extraño, entonces, que gobiernos como Colombia y Perú, penetrados por intereses ajenos al de sus propios pueblos, difieran radicalmente con la postura nacional (en su alcance sudamericano) de los gobiernos ecuatoriano y boliviano.

 

Si en el contexto anotado, se suman esfuerzos gubernamentales, empresariales y de los sectores sociales (laborales, campesinos, etc.), todos directamente interesados en pactos que afectarán sus respectivas actividades y vidas, las posibilidades de lograr resultados favorables serán mucho mayores. De ahí la histórica y correcta posición expresada por la dirigencia empresarial boliviana y el ingrediente de los "movimientos sociales".