El
británico Eric Hobsbawm ha sido llamado 'el historiador vivo más
influyente' por la revista New York Review, y su visión marxista
empapa su prolífica producción.
En estos días en los que las
noticias instantáneas sobre la crisis financiera inundan los medios
de comunicación, Hobsbawm concedió una larga entrevista a la BBC.
A los 91 años, Hobsbawm responde sobre los posibles cambios en la opinión intelectual sobre el capitalismo y sobre los efectos, duraderos según el, que tendrá la crisis económica mundial.
Aquí,
los principales fragmentos de esa entrevista.
Muchos
hablan de lo está pasando como un regreso al estatismo e incluso al
socialismo. ¿Usted cree que es así?
Bueno,
ciertamente es la más grave crisis del capitalismo desde la década
del 30. Recuerdo un titular hace unos pocos días, en el Financial
Times, que decía: 'El capitalismo en convulsión'. Hacía mucho que
uno no leía ese titular en el FT.
Ahora,
creo que esta crisis está siendo más dramática por los más de 30
años de una cierta ideología 'teológica' del libre mercado, que
todos los gobiernos en Occidente han seguido.
Porque
como Marx, Engels y Schumpeter han previsto, la globalización -que
está implícita en el capitalismo- no sólo destruye una herencia de
tradición sino también es increíblemente inestable: opera a través
de una serie de crisis.
Y
esto está siendo reconocido como el fin de una era específica. Sin
dudas, se hablará más de (John Maynard) Keynes y menos de (Milton)
Friedman y (Friedrich) Hayek.
Todos están de acuerdo en que, de
una forma u otra, habrá un mayor rol para el Estado. Ya hemos visto
al Estado como el prestamista de última instancia. Quizás
regresaremos a la idea del Estado como el empleador de última
instancia, que es lo que fue bajo FDR (Fraklin Delano Roosevelt) en
el 'New Deal' en Estados Unidos.
Lo
que sea, será un emprendimiento público de acción e iniciativa,
que será algo que orientará, organizará y dirigirá también la
economía privada. Será mucho más una economía mixta que lo que ha
sido.
¿Y
qué del Estado como redistribuidor? Lo que se ha hecho hasta ahora
parece más pragmático que ideológico...
Creo
que será pragmático de la forma que era antes. Lo que ha estado
pasando es que en los últimos 30 años el capitalismo global ha
operado de una forma increíblemente inestable, excepto -por varias
razones- en los países occidentales desarrollados.
Ellos
se han mantenido, hasta un cierto punto, al margen, y por ello lo han
minimizado.
En Brasil, en los 80, en México en los 90, en el
sudeste asiático y Rusia en los 90, en Argentina en 2000: todos
sabían que estas cosas podían traer catástrofes en el corto plazo.
Y para nosotros eso implicaba caídas tremendas en el FTSE (bolsa de
Londres) pero luego, seis meses después, recomenzábamos de nuevo.
Ahora,
tenemos los mismos incentivos que habían en los '30: si no se hace
nada, el peligro político y social es profundo y eso es, después de
todo, la forma en que el capitalismo se reformó a sí mismo durante
y después de la guerra, bajo el principio de 'nunca más' a los
riesgos del 30.
No
sólo los riesgos económicos -que el 'New Deal' no fue muy exitoso-
sino también los riesgos políticos.
Usted
vio esos riesgos hacerse realidad: estuvo en Alemania cuando Adolf
Hitler llegó al poder. ¿Usted cree que podría darse algo
remotamente parecido a eso, como una consecuencia de lo que está
pasando ahora?
En
los años '30 el efecto político neto a corto plazo de la Gran
Depresión fue el fortalecimiento de la derecha, con dos excepciones.
Una fue Escandinavia, que logró exitosamente moverse a la izquierda
hacia regímenes socialdemócratas, y -curiosamente- Estados Unidos,
donde reaccionaron a quien sería el equivalente de Bush.
A
la izquierda no le fue bien en los '30 hasta que llegó la guerra.
Entonces, creo que ese es el principal peligro. En ese momento, hubo
una izquierda fuerte en varias partes de Europa -incluyendo
Inglaterra, con el partido laborista- pero hoy no la hay.
La izquierda está virtualmente
ausente. Entonces, a mí me parece que el principal beneficiario de
este descontento, otra vez con la posible excepción -al menos eso
espero- de Estados Unidos, será la derecha.
¿Lo
que vemos ahora es el equivalente de la caída de la Unión Soviética
para la derecha? ¿Los desafíos intelectuales que esto implica para
el capitalismo y el libre mercado son tan profundos como los desafíos
que enfrentó la izquierda en 1989?
Sí,
así lo creo, creo que este es el equivalente dramático al colapso
de la Unión Soviética. Ahora sabemos que se terminó una era. No
sabemos qué vendrá.
Tenemos
un problema intelectual: solíamos pensar hasta entonces que habían
dos alternativas, o una o la otra: o el libre mercado o el
socialismo. Pero en realidad hay muy pocos ejemplos de un completo
caso de laboratorio de cada una de esas ideologías.
Entonces,
creo que tenemos que dejar de pensar en una o la otra y debemos
pensar en la naturaleza de la mezcla. Particularmente hasta qué
punto esa mezcla está motivada por la conciencia del modelo
socialista y de las consecuencias sociales de lo que ha pasado.
¿Cree
que regresaremos al lenguaje del marxismo?
Hasta
un cierto punto, lo hemos hecho. Encuentro bastante extraño que el
redescubrimiento de Marx lo han generado los hombres de negocios, ya
que no hay izquierda.
Desde la
crisis de los 90, son los hombres de negocios quienes empezaron a
hablar en términos de decir: 'Bueno, Marx predijo esta globalización
y podemos pensar que el capitalismo está planteado como una serie de
crisis'.
No
creo que el lenguaje marxista políticamente será prominente; pero
intelectualmente, la naturaleza del análisis marxista sobre la forma
en la que el capitalismo opera verdaderamente será importante.
¿Siente
un poco de reivindicación, después de años en los que la opinión
intelectual iba en contra de lo que usted pensaba?
Bueno,
obviamente hay un poco una sensación de schadenfreude (regocijo por
la desgracia ajena).
Siempre
dijimos que el capitalismo se iba a chocar contra sus propias
dificultades, pero lo que yo siento no es reivindicación.
Lo
que sí es cierto es que la gente descubrirá que de hecho lo que
estaba pasando no ha producido los buenos resultados que se
predecían.
Mire,
por 30 años todos los ideólogos dijeron que todo iba a estar bien:
el libre mercado es lógico y produce crecimiento máximo. Sí,
decían, produce un poco de desigualdad aquí y allá, pero no
importa porque también los pobres eran un poco más prósperos.
Decían que funcionaría mejor que cualquier otra cosa.
Ahora
sabemos que lo que pasó es que se crearon condiciones de
inestabilidad enormes, que han creado condiciones en las que la
desigualdad afecta no sólo a los más pobres, sino cada vez más a
una gran parte de la clase media.
Sobre
todo, en los últimos 30 años los beneficios de este gran
crecimiento hemos sido principalmente a nosotros en Occidente en una
condición de vida inmensurablemente superior que en cualquier otro
lugar.
Y
me sorprende mucho que el Financial Times diga que lo que esperan que
pase ahora es que este nuevo tipo de globalización controlada
beneficie a quienes realmente lo necesitan, que se reduzca la enorme
diferencia entre nosotros que vivimos como príncipes y la enorme
mayoría de los pobres y los desaventajados.