LA EUROPA COLONIALISTA

Por:
Leopoldo Marcus

Publicado el 01/12/2008

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El artículo de Andrés Soliz Rada, rememora con gran precisión, la historia del colonialismo occidental y como la esclavitud y el infame tráfico negrero, constituyeron una de las bases fundamentales de la acumulación primitiva del capital, por parte de la Europa colonialista (Gran Bretaña, Francia, Holanda, etc). Por ello Marx señalaba en el Mianifiesto Comunista que la burguesía llegaba al poder y al capitalismo, chorreando sangre por sus manos. Los EEUU, supuestamente igualitarios y "democráticos", con su Declaración de la Independencia de Benjamín Franklin, George Washington y Thomas Jefersson, también constituyeron una república esclavista hasta 1865, que estaba basada en el trabajo esclvo de los algodonales de los estados sudistas, que alimentaron a las hilanderías inglesas, desde fines del siglo XVIII hasta la batalla de Gettisburg en 1865 y que le costara la vida a Presidente Abraham Lincoln.


Pero en términos contemporáneos, Soliz marca muy bién, la hipocresía de las burguesías imperialistas que continúan en los siglos XX y XXI la esclavitud y el saqueo del Africa Negra -o subsahariana en la jerga de la ONU-, bajo otras formas,-, con la explotación y exportación de minerales estratégicos y de piedras preciosas, como oro, cobre, zinc, uranio, zafiro, diamantes, etc y ahora el coplán, además de hidrocarburos, todas materias primas imprescindibles para los ciclos industriales de los países metropolitanos. Las guerras "tribales" en el Zaire (ex Congo Belga), han sido y son fomentadas por las compañías mineras, inglesas, belgas, suizas –sostenidas políticamente por sus gobiernos-, mediante el uso de gobiernos títeres a su servicio o con expediciones de ejércitos de mercenarios australianos, norteamericanos, europeos o sudafricanos, que efectúan verdaderas correrías genocidas, para poder saquear a piacere esas riquezas y mantener el control de los minerales y piedras preciosas. Recientemente la película "Diamantes de sangre", ha documentado al infame comercio de los diamantes, detrás del cual están los intereses de los joyeros de Amberes en la pulcra

Bélgica.


Como olvidarnos del cruel asesinato de Patrice Lumumba en 1960, a manos de los ejércitos mercenarios europeos al servicio de los intereses mineros belgas, inmediatamente después de la Declaración de la Independencia del Congo.


No se puede dejar de mencionar el caso de Nigeria, uno de los principales productores africanos de petróleo y cuyos índices poblacionales de desocupación, de desnutrición infantil, de hambrunas y de anafalbetismo, de tanto en tanto, ocupan la primera plana de los diarios de las metrópolis imperialistas.


Tal como decía León Trotsky en la década del 30, "...el imperialismo explota y está presente en todo el mundo, pero la forma no es la misma en Etiopía que en Londres...".