RESERVAS: INVERTIR, NO GASTAR

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Publicado el 01/02/2009

Tres años se necesitaron para que el presidente pusiera en agenda el tema de la inversión de las reservas internacionales de divisas que acumula el Banco Central de Bolivia en áreas estratégicas de la economía (hidrocarburos e industrialización), aunque esta vez lo hace para proponer un referendo para que "el pueblo decida" si se "gastan" esas reservas, cuyo monto asciende hoy a más de 7.700 millones de dólares.

 

En Bolivia los referendos vinculantes no sirven casi para nada porque simplemente no se cumplen. Son fuente de despilfarro de recursos (cuestan al menos diez millones de dólares cada consulta más los inútiles gastos de propaganda electoral). Como ejemplo tenemos el organizado por el ex presidente Carlos Mesa. Pura retórica.

 

 

Las elecciones generales de diciembre de 2005, que ganó Evo Morales por casi un 54% de los votos, fueron suficiente mandato para que cumpla su programa de gobierno. Financiar el desarrollo nacional con nuestro ahorro interno es parte de las promesas incumplidas. ¿Que referendo quiere organizar ahora si, sin necesidad de esta consulta las autoridades del Banco Central, designadas por Morales, han decidido continuar con el envío de las reservas internacionales contratando organismos financieros extranjeros para que las administren enviándolas a los países del G7, suscribiendo contratos en base a las leyes federales de Estados Unidos y sin garantía real alguna?.

 

 

Las reservas, como su nombre lo indica, no son para gastarlas. Como reservas que son, estas deben cuidárselas como tal. Se las puede invertir, pero no gastar. La decisión de un gasto conlleva un proceso para la toma de decisiones muy diferente al proceso que se requiere para invertir recursos. El gasto no requiere retorno. La inversión, por el contrario, exige la recuperación del capital y un rendimiento adicional que justifique su aplicación en determinado proyecto. El presidente plantea hacer un referendo para que el pueblo le autorice gastar las reservas. Mientras YPFB siga como está, Morales cumplirá su deseo y muy rápidamente: las dilapidará. Si YPFB se convierte en una verdadera corporación empresarial, será capaz de preparar proyectos de inversión en exploración, producción, transporte - el GABO incluido -, comercialización, industrialización y otros, en los que el BCB podrá invertir parte de sus reservas, las que YPFB deberá devolver puntualmente, con intereses y todo, con el retorno del negocio petrolero que desarrolle. En este caso, el BCB verá incrementar el valor de sus reservas internacionales e YPFB (y el país cuanto a él) verá crecer rápidamente su riqueza porque podrá explotar y vender más productos con valor agregado. Todos ganan.

 

 

Pero la mentalidad es otra y el lenguaje los delata.

 

 

¿Cuál miembro del gabinete de asesores, ministros u otras autoridades cercanas al presidente tiene experiencia en inversión, creación de fuentes de empleo, generación de riqueza, esfuerzo, iniciativa, retorno de la inversión y riesgo? La respuesta a esa pregunta explica la palabrita presidencial "gastar reservas". Invertir es la clave, aunque parezca machacón el tema. Para esto no necesita referendo. Debiera más bien hacerlo de inmediato, luego de extirpar la corrupción e ineficiencia en YPFB (ésta no se convierte en corporativa porque así lo dice su actual presidente interino en sus discursos). Para "gastar" si, pero ojala que en ese caso el presidente pierda en la iniciativa.