Con la introducción de cambios sustanciales en más de cien artículos al proyecto de CPE aprobado en Oruro, la oposición y el oficialismo ya dialogaron por anticipado y arrojaron su fruto pulido, que es el actual texto constitucional, de 411 artículos, aprobado mediante sendo referendo.

De ahí que los festejos por el Si y el No tienen mucho en común.

En relación al régimen autonómico inserto en el texto constitucional, que, previsiblemente, dentro de pocos días será promulgado y publicado, es también reflejo de los sesudos "aportes" de miembros de la denominada "comisión clandestina", en la que participaron personas de confianza política de la oposición prefectural. En ella se aprobaron las competencias diferenciadas que aparecen con gran detalle en el texto constitucional. ¿Sobre que hablar entonces?.

La misma CPE aprobada en referendo reconoce los referendos autonómicos realizados en Beni, Santa Cruz, Tarija y Pando, lo que alivia a los prefectos que utilizaron recursos públicos para financiar esas consultas, calificadas por el gobierno como ilegales. ¿Habrá sido ese parte de los acuerdos de la comisión clandestina?

En consecuencia, lo que se avecina no son disputas sobre autonomías. Son simples movimientos políticos en torno a las elecciones generales que se avecinan y que el oficialismo, tal como alguna vez lo adelantamos, intentará adelantar, dada la cercanía del embate duro de la crisis financiera en contra de nuestra economía, y que desgastaría rápidamente a cualquier gobierno.

Es pues pura política, con alto contenido de veneno antinacional.

En el interín, tenemos que aprestarnos a enfrentar las medidas económicas que con oportunidad están tomando países vecinos como Brasil, Argentina, Chile, Ecuador y otros, en tanto que la corrupción campea por todos los lados y frentes. La economía no está a la deriva, por supuesto. Está peor que eso: en manos de convencidos economistas del más radical neoliberalismo que gobernó este país en el inmediato pasado...con la venia del Presidente.

Sólo así se puede explicar que la inflación haya sido infructuosamente atacada retirando liquidez de la economía y enviando esa riqueza al exterior, en forma de reservas internacionales. Sólo así se puede explicar el desastroso estado de empresas estratégicas como YPFB y Comibol y la expresa falta de voluntad real de transparentar su administración y gestión.

Los resultados del referendo constitucional han vuelto a despertar ciertos personajes del oriente boliviano y algunos locales extrañamente empeñados en lanzar discursos separatistas, divisionistas y violentos. Es el peor daño que pueden hacerle al país y a sus regiones. Ya se han expresado "organizaciones indígenas y campesinas" quienes se aprestan a marcar sus territorios y sentar "soberanía" en ellos, al amparo de la nueva CPE. Ciertos mineros cooperativizados, alarmados, han dado la voz de alerta, inidicando que las "autonomías indígenas" atentan seriamente contra la actividad minera. Parece ser el inicio del caos. Pronto vendrán el agua, el petróleo, el gas, etc.

Frente a ese peligro, agravado por el disgregacionismo indigenista, es imperioso sumar las fuerzas nacionales comprometidas con la unidad del país y su proyección como parte de la unidad latinoamericana, ahora expresada en la Unión Sudamericana de Naciones.