IRLANDA SE DECLARA "AL BORDE DE LA QUIEBRA”

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Publicado el 01/03/2009

Protagonista de una sensacional historia de "éxito económico" en los últimos años, Irlanda está ahora inmersa en una profunda crisis. A la recesión añade un déficit público galopante y el sector bancario más golpeado por las turbulencias.

 


El comisario de Asuntos Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, advirtió que Irlanda, Grecia, España, Francia y Malta, de la zona euro, más Letonia, que no pertenece al bloque regional, tienen déficit excesivos.

 

@DIN, 20 de febrero de 2009 - El gobierno de Irlanda difundió ayer que "está al borde de la quiebra" y este anuncio inmediatamente "agravó la recesión en los países europeos", según los medios. Bruselas asume que "habrá que liquidar bancos" y prevé que la recesión provocará 3,5 millones de desempleados. Alemania avisó también de eventuales "quiebras de Estados" europeos.

 


Mientras la Unión Europea (UE) teme que haya un efecto dominó hacia otras economías dañadas por la crisis financiera, como España y Francia, el ministro de Finanzas de Alemania -principal economía del bloque-, Peer Steinbrueck, reclamó que los socios fuertes del bloque asistan a países en problemas, que podrían caer en default, al afirmar que Irlanda es un país "muy difícil".

 


Su déficit fiscal ya supera el 6% del Producto Bruto Interno (PBI) y llegaría a 11% en 2009, por lo que se encaminaría a repetir la grave crisis que desplomó la economía de Islandia, según los analistas.

 


Bruselas ya es consciente de que los multimillonarios salvavidas a la banca han tenido efectos más bien escasos y la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, avisó que la eurozona deberá "tomar decisiones duras sobre reestructuraciones o posibles liquidaciones controladas. Y estas decisiones deberán adoptarse muy rápidamente".
La comisaria insistió en que si los Estados no toman ahora medidas para reducir la incertidumbre y reactivar el crédito, las consecuencias serán "perpetuar modelos de negocio fracasados, arruinar las finanzas públicas, consolidar las distorsiones de competencia con ayudas públicas sin fin, romper nuestro mercado interior e impedir que emerja de la crisis un mercado bancario viable".

 


Tras su declaración, Steinbrück se apresuró a destacar que nunca quiso poner en duda la solvencia del Estado irlandés. Protagonista de una sensacional historia de éxito en los últimos años, Irlanda está ahora inmersa en una profunda crisis. A la recesión añade un déficit público galopante y el sector bancario más golpeado por las turbulencias.
Irlanda anunció inyecciones millonarias en sus bancos, asegura el 100% de los depósitos y avala la deuda de sus bancos. Y ese puede ser el problema.

 


Según el diario español, lejos de recuperarse con esas medidas, la banca irlandesa sigue en caída libre y amenaza con llevarse por delante la solvencia del Estado, cuya calificación crediticia ya fue rebajada.

 


Hay más países con problemas: Steinbrück abrió la caja de los truenos y afirmó que la zona euro debe estar preparada para salir al rescate "de los Estados con dificultades en sus pagos". De nuevo la lógica del demasiado grande para caer: los rescates bancarios trataban de evitar que la quiebra de un banco arrastrara a todo el sector. Esa idea vale para los Estados.

 


"En ningún país europeo hay razones de peso para pensar en una quiebra. Pero es posible si los mercados financieros deciden que un país puede incurrir en ella", aseguró Daniel Gros, director del Centre for European Policy Studies. Simon Johnson, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), instó el pasado fin de semana al G-7 a buscar una solución a las dificultades de Irlanda, cuyo Gobierno ha desmentido recientemente los rumores de una intervención del FMI.

 


El Tratado de Maastricht impide que el Banco Central Europeo (BCE) o un determinado país acuda al rescate de otro en caso de quiebra. "De nuevo la falta de infraestructura institucional puede perjudicar a la zona euro", explicó Federico Steinberg, del Instituto Elcano. "Las dudas sobre algunos países van a ser una dura prueba de fuego para el euro", dijo. Esa incertidumbre ya se deja notar: el euro bajó hasta los u$s1,25, el menor nivel desde diciembre.

 


El comisario de Asuntos Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, advirtió que Irlanda, Grecia, España, Francia y Malta, de la zona euro, más Letonia, que no pertenece al bloque regional, tienen déficit excesivos (el tope de Maastricht es 3% del PBI). Pero reconoció que serán indulgentes admitiendo la excepcionalidad del momento.
En España la situación también es crítica. La falta de liquidez de los fondos inmobiliarios como el Santander, la baja del euro (en poco tiempo pasó de u$s1,60 a u$s1,26) y los rumores de más salvatajes bancarios agitan los mercados.
Standard and Poor's revisó recientemente a la baja su apreciación de la deuda de España, Grecia y Portugal, lo que obliga a los países concernidos a pagar tasas de interés más importantes para financiar su déficit.

 


Como consecuencia de esta situación, la brecha de las tasas de interés entre países de la Eurozona nunca ha sido tan elevada, lo que pone a prueba la Unión Monetaria, uno de los fundamentos de la UE.

 


Mientras que Alemania, buen alumno de la clase europea, mostraba este jueves una tasa de préstamo a 10 años de 3,04%, la de Irlanda era de 5,54% y la de Grecia de 5,88%.
Fuera de la zona euro, en el este de Europa, la de Polonia llegaba al 6,12% y la de Hungría a cerca del 12%.

 


Ante este panorama, el Banco Central Europeo (BCE) se inquieta. Su economista en jefe, Jurgen Stark, acaba de advertir sobre la posibilidad de una verdadera "crisis de las finanzas públicas" si los déficits continúan aumentando.

 


En Alemania, los planes de rescate también delatan un cuadro complicado. El gobierno

 

de la canciller Angela Merkel aprobó una enmienda que por primera vez desde el final de la II Guerra Mundial da luz verde a la nacionalización temporal de bancos que estén al borde de la bancarrota. En opinión de la mandataria, es "la única opción" para salvar a aquellos bancos, como el vapuleado Hypo Real Estate (HRE), que podrían poner en peligro la totalidad del sistema.

 


¿Existe el riesgo de que un país de la Unión Europea (UE) "quiebre" financieramente? ¿Cómo lo podrían ayudar los otros miembros del bloque? Estas preguntas inimaginables hace unos meses comienzan a plantearse a raíz de la gravedad de la crisis y la explosión del déficit público.

 


"No puedo descartar" la hipótesis de un "incumplimiento de pagos" de un país europeo, subrayó un alto responsable europeo, que no quiso revelar su identidad.
"Si hay candidatos a la quiebra, en el sur de Europa el candidato número uno sería Grecia, en el oeste sería Irlanda, en el centro Hungría, que tiene problemas de inestabilidad, y en el este Ucrania", que no forma parte de la UE pero es fronteriza, agregó ese responsable.

 


Por su parte, el BCE tiene pocas posibilidades de salir al rescate de los Estados y la Comisión Europea no tiene derecho según los tratados de la UE de pedir fondos en los mercados.

 


En cuanto a la idea de "euro-obligaciones" -préstamos a Estados suscritos por varios países para compartir el riesgo-, permanece bloqueada por Alemania, que se resiste a "pagar por los otros".

 


Fuera de la zona euro, en cambio, se encuentra disponible un paquete de la UE de 25.000 millones de euros que puede ser utilizado bajo la forma de préstamo para ayudar a países miembros del bloque que no utilizan la moneda única.
Hungría y Letonia ya han recurrido a esos fondos